Por Oscar Montero, El Paisa
El coronavirus no es tanto una amenaza para la economía y las ganancias de las empresas, sino para la vida humana en el planeta. En Colombia el presidente Duque se preocupa más por salvar bancos que por salvar vidas. Es la inversión más absurda de todos los valores. Ese es el verdadero virus a derrotar.
Este gobierno es experto en palabras vacías y soluciones mediáticas. Ordena confinamiento para todo el mundo, lo cual está bien, en especial para la gente que tiene recursos y va a Carulla y compra de todo para afrontar la crisis; pero está mal, muy mal encerrar a los pobres que no tienen nada que comer. Es comprensible que tienen que salir sí o sí a rebuscarse la vida en la informalidad o como sea. La barriga no da espera. Al paso que vamos, a los pobres no los va matar el covid-19, sino el hambre.
Esos funcionarios carretudos del gobierno y el presidente mismo, debieran asistir a la gente que vive en la miseria con alimentos que les alcancen para todo el tiempo que dure la cuarentena. Y no solamente: el Estado debe garantizarles de manera gratuita medicamentos, agua potable, gas, energía eléctrica y hasta una renta básica mensual que les permita subsistir hasta que encuentren empleo.
Se proyectan con más sensibilidad social Arturo Calle y otros empresarios que en esta emergencia mandaron a sus empleados para la casa garantizándoles su salario. Aplausos para ellos. Pero debiera sancionarse a los empresarios “amarrados” y tacaños que están obligando a sus obreros a presentarse en sus puestos de trabajo.
Lo que debe preocuparle a Duque, no le importa. Lo único que le preocupa es que las multimillonarias ganancias de Sarmiento Angulo no se vayan a reducir. Debe estar realizado y deseando que el coronavirus golpee a la gente para que nunca más se vuelva a hablar de sus escandalosos nexos y los de Uribe con el narcotraficante mafioso Ñeñe Hernández, el Ñeñevirus de la política que lo ayudó a alcanzar la presidencia. Que esto no se nos olvide nunca, y que no se nos borre de la memoria, que el gobierno de Duque es el gobierno de la corrupción, de la impunidad y de los paquetazos económicos que afectan a los más pobres para volver más ricos a los ricos. Por eso debemos seguir en la protesta.
Este gobierno no ha mostrado ni pizca de solidaridad con la gente más necesitada.
Hoy el mundo necesita la solidaridad, pero las potencias capitalistas se hacen las desentendidas. En esta crisis mundial ha descollado la solidaridad de Cuba, la isla inhumanamente bloqueada por el Gobierno de Donald Trump. En cualquiera parte del mundo donde se requiere solidaridad con los pueblos sufrientes, hasta allá llegan los médicos cubanos, sus mujeres y hombres de blanco a combatir las enfermedades. Al pueblo de Fidel y de Martí hay que devolverle Amor con amor. Exijamos el fin del criminal bloqueo del actual gobierno de los Estados Unidos contra Cuba.
Los colombianos debemos valorar estos gestos sinceros de hermandad, como el de Rusia que ha enviado médicos y medicinas a apoyar a Italia azotada por el virus mortal.
La solidaridad, decía el Che, es la ternura de los pueblos. En nombre de las FARC-EP, Segunda Marquetalia, llamo a la solidaridad en este momento de pandemia, de dolor y sufrimiento. Entre todos tenemos que salvar la vida en la tierra.
Desde las montañas rebeldes de Colombia.Marzo 26 de 2020