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La Ope­ra­ción Arte­mi­sa – farc​-ep​.net

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Que cese la arbi­tra­rie­dad con­tra los campesinos

del Gua­ya­be­ro, Loza­da y Macarena

Por Aldi­ne­ver Morantes

Con el sono­ro nom­bre de “Ope­ra­ción Arte­mi­sa” el Esta­do ha pues­to en mar­cha un abo­mi­na­ble plan de des­po­jo vio­len­to de tie­rras y de gana­do a cam­pe­si­nos pobres que por años han vivi­do y tra­ba­ja­do en la zona limí­tro­fe de los depar­ta­men­tos de Caque­tá, Meta y Gua­via­re. El pre­tex­to de la pro­tec­ción y defen­sa de los par­ques nacio­na­les, no es más que una hoja de parra que no alcan­za a tapar el cíni­co pro­pó­si­to de favo­re­cer a un puña­do de ava­rien­tos terra­te­nien­tes y empre­sa­rios del petró­leo y el turismo.

Arte­mi­sa es una ope­ra­ción de terror des­ca­ra­do del pro­pio Esta­do. Con bom­bar­deos y ame­tra­lla­mien­tos y lan­za­mien­to de gases lacri­mó­ge­nos des­de heli­cóp­te­ros, con heri­dos y cap­tu­ra­dos, e incen­dio de vivien­das, quie­ren des­pla­zar, a como dé lugar, a la pobla­ción civil de esas áreas. Se lle­va­ron a muje­res, niños y ancia­nos del Loza­da, Gua­ya­be­ro, El Tapir, El Rubí, Pla­ta­ni­llo, Cerri­tos… A eso no se le pue­de lla­mar polí­ti­ca de defen­sa y segu­ri­dad, sino polí­ti­ca de des­po­jo y tie­rra arrasada.

En esa per­se­cu­ción infa­me a los pobres de la tie­rra al Esta­do no le impor­tó con­ver­tir­se en cua­tre­ro. Miles de cabe­zas de gana­do fue­ron roba­das a los cam­pe­si­nos por la poli­cía, azu­za­da por el asque­ro­so Fis­cal, Nés­tor Hum­ber­to Mar­tí­nez, que no cesa­ba de men­tir dicien­do que ese gana­do era de las FARC. Ade­más de corrup­to impe­ni­ten­te, resul­tó cua­tre­ro ese rufián. Ese abu­so de auto­ri­dad debe con­ci­tar la soli­da­ri­dad de todos los colom­bia­nos con la pobla­ción cam­pe­si­na victimizada.

Pre­fi­rie­ron agre­dir antes que cum­plir lo que se pac­tó en la Haba­na res­pec­to a la pobla­ción ubi­ca­da en par­ques nacio­na­les natu­ra­les. Los cam­pe­si­nos y cam­pe­si­nas son per­so­nas hono­ra­bles, siem­pre dis­pues­tas a pro­te­ger el medio ambien­te, a con­ver­tir los lími­tes de los par­ques en zonas de acti­vi­da­des sil­vo­pas­to­ri­les, y de todas mane­ras, pres­tos a bus­car solu­cio­nes con­sen­sua­das con el gobierno. Pero no. El Esta­do siem­pre está del lado de los fago­ci­ta­do­res de tierras.

Lue­go vie­nen los incen­dios en la Serra­nía de la Maca­re­na atri­bui­dos a las disi­den­cias de las FARC cuan­do en reali­dad, las manos cri­mi­na­les que pren­die­ron la can­de­la, eran las manos de gana­de­ros ambi­cio­sos bus­can­do ampliar sus potre­ros. Están que­man­do el bos­que de las adya­cen­cias de caño cris­ta­les para potre­ri­zar y tomar para sí el exclu­si­vo nego­cio del turis­mo. El gobierno está loco bus­can­do el aho­ga­do río arri­ba. ¿Habrán inves­ti­ga­do a Bes­su­do? Un solo potre­ro de Uri­be en La Maca­re­na tie­ne 1.700 hectáreas.

Son unos mal­di­tos. Nece­si­tan potre­ros para sus vacas y para lograr­lo difun­den fal­sas noticias.

Mon­ta­ñas de Colom­bia, Mar­zo 2020

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