Hoy es Primero de Mayo, Día Internacional de la Clase Trabajadora. En este día que han querido convertir nuestra condena en celebración, quienes arrastramos las cadenas que nos oprimen sabemos que hoy solo puede ser un día de lucha, aunque nos hayan encerrado en casa. Por ello, debemos denunciar la situación actual de la clase trabajadora y reafirmarnos en la necesidad de poner los cimientos para su emancipación.
Como han hecho otras iniciativas en todo Euskal Herria, desde esta dinámica hemos remarcado que vivimos una ofensiva de la burguesía contra el proletariado, que se ha agravado en la situación generada por la emergencia sanitaria. En ese sentido, la crisis sanitaria ha acelerado una crisis que se avecinaba y que empeora las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora. La ofensiva, además de ser económica, es política; y la oligarquía internacional ha diseñado un plan macabro en el que por ejemplo, mientras quieren imponernos la obediencia, convierten en norma que aplaudamos cada tarde nuestras propias miserias.
Bajo el paraguas de la legalidad están espiando digitalmente nuestros movimientos; en los sitios donde no llegan las fuerzas policiales han impuesto la vigilancia entre nosotras; en la calle nos interrogan, humillan y abusan, hasta el punto de asesinarnos por salir a la calle en algunos países. Al fin y al cabo, uno de los rostros más brutales de esta ofensiva es el abuso policial; es decir, la impunidad de las fuerzas represivas, como brazo armado de la burguesía, de hacernos lo que quieran. Además, para debilitarnos aún más políticamente ante la situación que se avecina, nos han suprimido las ya escasas libertades políticas que teníamos; y ahora que cada partido político quiere estampar su firma en el diseño de la «nueva normalidad», nadie habla de los derechos de reunión o de manifestación, entre otros.
Si queremos tener la capacidad de detener la ofensiva contra el proletariado, es imprescindible conseguir condiciones para la organización política. Sin embargo, la burguesía no nos regalará lo que para nosotros es una necesidad de primer orden; y por tanto, este Primero de Mayo en el que el futuro del proletariado pinta tan oscuro, debemos reivindicar la necesidad de romper el cerco del estado de excepción y organizarnos para luchar por nuestros objetivos políticos.
1 de mayo de 2020
JAZARPENARI BIDEA ITXI