Quienes firmamos este escrito somos familiares de militantes políticxs vascxs que se encuentran presxs en cárceles españolas y francesas. Aunque la realidad de la cárcel siempre es cruda, la situación derivada como consecuencia de la pandemia de la Covid-19 y de la posterior aplicación del estado de excepción hacen todo aún más duro.
En estos tiempos de las apariencias, cobra gran importancia adornar como es debido todo lo que está a la vista. Es imprescindible para que la función continúe. Por eso los aplausos en los balcones, y por eso se impulsa una falsa unidad desclasada, aséptica en apariencia, pero que en el fondo busca diluir toda evidencia que deje al descubierto las diferencias sociales y las responsabilidades políticas.
Precisamente es la cárcel el lugar que mejor refleja las diferencias sociales, económicas y políticas. La cárcel fue creada como el cubo de la basura del sistema y, actualmente, sigue cumpliendo la misma función. La mayoría de presos y presas son pobres y/o sufren enfermedades mentales, o como en el caso de nuestrxs familiares, son militantes políticxs que se rebelaron contra las injusticias y a favor de las libertades socio-políticas y nacionales.
Al otro lado de los muros no hay que guardar las formas, porque lo que pasa dentro no está producido para el consumo del público de esta sala de teatro. Lo que ocurre entre bambalinas no condiciona el circo electoral. Pero nosotrxs no estamos dispuestxs a aceptar que traten a nuestrxs familiares como basura. Para empezar, exigimos que en las cárceles se antepongan los criterios de salud a los criterios de castigo. Y junto a esto exigimos la libertad inmediata de lxs presxs enfermxs, lxs ancianxs, lxs preventivxs y lxs que tienen las 3⁄4 partes de la condena cumplida.
Por otro lado, esa política de dispersión que ha asesinado a 16 familiares conlleva profundizar en el aislamiento de lxs presxs. El pueblo trabajador vasco lleva 30 años luchando contra la dispersión, y 30 años llevan los Estados francés y español ignorando esta reivindicación. Como hemos hecho durante las últimas décadas, hacemos nuestro el lema de «Presxs Vascxs a Euskal Herria» para exigir el fin de la dispersión.
Y mientras esto se materializa, hay otras medidas que se pueden tomar mañana mismo para aliviar el aislamiento de lxs presxs. Por eso exigimos implementar las condiciones para poder realizar las visitas en las cárceles y que no nos pongan más impedimentos a que podamos trasladarnos hasta ellas, también cuando nos toque cruzar la frontera artificial que divide Euskal Herria. Todas estas medidas, que se pueden tomar de inmediato, son pasos intermedios prioritarios, «de fuerza mayor» y para nosotrxs y nuestrxs familiares también «esenciales».
En cualquier caso, después de llevar a cabo estas medidas, seguiremos luchando por una amnistía que comprenda la libertad nacional, social y política, ya que esa es la única garantía para que las cárceles no se vuelvan a llenar de militantes políticxs.
Firmantes:
- Patxi Karasatorre Aldazz
- Ziortza Fernández Larrazabal
- Maribi Gaztelumendi Galtzagorri
- Jesús Herrador Pouso
- Sua Herrador Rodriguez
- Sendoa Jurado Garcia
- Marije Guinea Aspiazu
- Lorena Barreras Díaz
- Meritxel Aranzubia Ariznabarreta
- Mikel Aginagalde Ugartemendia
- Rosana Moreno Balanzategi
- Adur Goieaskoetxea Serna
- Immaculada Gràcia Monge
- Ainhoa Pastor Alonso