La historia de la guerrilla de las FARC es un proceso vivo que aún no se detiene. Nuestro presente se viene escribiendo desde el pasado y el futuro de nuestra lucha empieza día a día.
Han transcurrido 56 años desde que nacimos como una organización insurgente que ha luchado y sigue en pie de lucha por una Colombia nueva; durante este tiempo hay quienes han querido alterar los hechos, tratar verdades a medias y proyectar dudas; por lo que hemos debido profundizar en una historia verídica que haga frente a la ya escrita por nuestros adversarios, esos que con sus argumentos vacíos terminan arguyendo un tipo de discurso que solo beneficia a los Estados oligarcas.
Por eso cada aniversario de las FARC EP es un encuentro con la memoria que trae al presente el valor de quienes decidieron enfrentar a un Estado mezquino y con ello dar vida a un movimiento revolucionario que con su carácter «organizativo armado, fuera respuesta a la exclusión estatal, la inequidad, la injusticia social, el acaparamiento del poder y las tierras». Ya el camarada Manuel señalaba en su momento: «la guerrilla nació y existe por la violencia del Estado y los poderosos, no por propio gusto».
La historia oficial durante décadas ha desestimado las razones por las que en 1964 el campesinado debió empuñar las armas para defender su vida; esas razones al día de hoy son las mismas. Nunca cesó la violencia estatal, la pobreza se agudizó, la exclusión también y la vida digna para todos no ha sido posible.
La solución siempre ha sido víctima del terrorismo de Estado. Ayer el camarada Jacobo Prías Alape conocido como Charro Negro era asesinado por la espalda luego de pactar con el gobierno un cese de la lucha armada. «La muerte de Charro nos ha llevado a una confrontación nacional con grandes perspectivas para producir cambios (…) No todas las veces se produce un levantamiento armado por la muerte de un comandante (…) De todas maneras en Marquetalia ha comenzado el chispazo y comienzo de la revolución», decía el camarada Manuel.
Hoy han vuelto a asesinar a Jacobo Prías, lo han torturado y desaparecido en cada obrero, campesino, intelectual, estudiante, periodista, médico, indígena, sindicalista, dirigente político, líder social, ama de casa, profesional y exguerrillero masacrado por los aparatos armados del Estado luego de los acuerdos de la Habana, manteniendo de esta manera a la misma oligarquía de siempre fraguando golpes para asegurar sus privilegios en contra de los intereses de la nación.
En consecuencia, la exposición de motivos del Programa Agrario de los Guerrilleros 56 años después, tiene el mismo vigor: «Nosotros somos revolucionarios que luchamos por un cambio de régimen. Pero queríamos y luchábamos por ese cambio usando la vía menos dolorosa para nuestro pueblo: la vía pacífica, la vía democrática de masas. Esa vía nos fue cerrada violentamente con el pretexto fascista oficial de combatir supuestas «repúblicas independientes», y como somos revolucionarios que de una u otra manera jugaremos el papel histórico que nos corresponde, nos tocó buscar la otra vía: la vía revolucionaria armada para la lucha por el poder».
Así, la moral y la bravura de los 48 marquetalianos que ayer hicieron frente a la represión hoy se multiplica en los hombres y mujeres que conformamos la Segunda Marquetalia, seguimos sembrando sueños y esperanzas a golpes de fusíl, porque el Estado en Colombia una vez más, no ha dejado otra opción.
Sin embargo, llevamos presente el anhelo infinito de paz que difundiera a sus tropas el camarada Manuel desde el mismo inicio de la marcha de la rebeldía en 1964 desde Marquetalia, hasta el día de su muerte.
Esta historia de voces insurgentes se sigue abriendo paso en medio de los discursos oficiales, «lo único seguro en estos tiempos de tormenta es el fusil (…) Esta no es una lucha de hombres obligados. (…) ¡Dos pasos al frente los que quieran seguir siendo guerrilleros!» proclama Jacobo Prías.
FARC-EP, Segunda Marquetalia