La «inteligencia» militar ha puesto en marcha un laboratorio de muerte en el Cauca, cuyo modus operandi es la emisión de comunicados falsos a nombre de organizaciones rebeldes declarando guerras, objetivos militares, toques de queda, prohibiendo y amenazando por doquier. Noche y día un equipo de sicópatas de la «inteligencia» trabaja para esparcir el caos y anegar en sangre al Departamento. Buscan enfrentar a organizaciones armadas para que se destruyan entre sí, generar zozobra y miedo en la población, para luego sacar como del sombrero de un mago de la maldad, la cortina de humo que necesitan para seguir disparando contra los líderes sociales más odiados por el Estado.
La Columna Vladimir Stiven de las FARC-EP, Segunda Marquetalia, que no hace presencia en el Cauca, sino en el oriente del país, está siendo utilizada por esa «inteligencia» criminal del ejército para incitar a la violencia. Esa conducta de mentes enfermas, no solo debe ser denunciada ante los organismos internacionales de derechos humanos, sino repudiada enérgicamente por la ciudadanía como un horroroso crimen de guerra.
Un organismo de inteligencia, no corrompido, debiera incitar a la concordia, a la solución pacífica de las desavenencias, y no a la violencia y a la muerte.
Las FARC-EP, Segunda Marquetalia, no ha amenazado ni amenazará a nadie en el Cauca, a ningún dirigente social, a ningún actor político, ni a los pueblos indígenas y sus autoridades con quienes en el pasado Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas firmaron un acuerdo en el que brilla el respeto de las FARC a lo más sagrado y ancestral de esos pueblos originarios.
Exijamos que la Fiscalía General investigue los hechos denunciados y sancione judicialmente a los responsables. Que le haga por fin, un bien al pueblo del Cauca y a la patria.
FARC-EP, Segunda Marquetalia
Julio 29 de 2020