LAB ha remitido una comunicación interna a los miembros del comité nacional para intentar salir indemne de mi despido. Señala que no digo la verdad y que no sabían nada, poco menos. En la reunión del 24 de junio en la que se me informa del «despido objetivo por causas económicas» con el jefe de personal de Gara/Naiz y el abogado de la empresa, Aitor Garin e Ibon Altuna Goirizelaia respectivamente, son ellos quienes confirman que «estaba hablado con LAB» y, por lo tanto, avalado, puesto que no lo rechazó.
LAB, por otro lado, interpelado por algunos sindicalistas al conocer mi despido, dice desconocer lo que ha pasado. Sin embargo, en esa comunicación interna reconoce que es «un proceso para impulsar diez prejubilaciones» por parte de Gara/Naiz. Está claro. De hecho, al salir de la reunión con los representantes de la dirección estaba en la redacción de Bilbao el delegado sindical de LAB quien nos saludó de forma muy tibia, por decirlo fino. Por cierto, si es un plan de prejubilaciones, compañeros y compañeras con la misma edad que la mía, incluso mayor, siguen en la empresa. Está claro quien engaña.
Sí, LAB tiene razón en que eché para atrás el recibo de afiliado de junio y puse una traba para los siguientes. Volvía, otra vez, a ser «vendido». Y decidí, al día siguiente, ir a la caja y tomar esa decisión. LAB conocía lo que estaba sucediendo, pero no obtuve ninguna comunicación, a pesar de ser afiliado desde hace unos veinticuatro años.
Sí, también, fui acompañado a esa reunión por un representante del sindicato BAT. Estoy orgulloso de ello. Sí, para no quedarme ni solo ni desnudo ante la dirección de Gara/Naiz como ya me ocurrió antes (algún día comentaré con todo lujo de detalle).
No, LAB no dice la verdad. No aceptamos la intención de la empresa de un «despido objetivo por causas económicas». Mi intención con 57 años no fue dejar mi puesto de trabajo, con una antigüedad de veintiún años y seis meses y lejos todavía de la edad de jubilación, sino continuar unos años más (como ha ocurrido con otros compañeros) para llegar a un contrato relevo o cualquier otra fórmula. Imposible, por lo que la única salida fue un despido improcedente, sin posibilidad de continuidad en la empresa. Por lo tanto, de «consenso total», nada de nada.
Si os molesta que haya visto la luz lo que ocurre en esa empresa, lo que tenéis que hacer es estar con los trabajadores, no con la dirección. Llevamos desde 2007, más o menos, con procesos de salida de trabajadores y trabajadoras fijas de la empresa, en donde la temporalidad está al orden del día, pero LAB mira a otro lado. Entonces, también nos bajamos un 10% el sueldo, que se mantiene, y además llevamos bastantes años con el sueldo congelado. ¿Es lo que propone LAB en otros centros de trabajo? Y si hablamos de antigüedad, ¿qué? No existe en Gara/Naiz porque el anterior abogado de la empresa, Kepa Landa, a las órdenes de Gorka Altuna, exconsejero delegado de Baigorri SA, decía que era una «disposición franquista». De traca. Este sindicato quiere dar lecciones –¿de qué?– ¿que ha hecho en este tiempo?
Tampoco ha habido ninguna crítica a la dirección durante este tiempo que ha situado a Gara/Naiz en una situación difícil de cara a su futuro y que, como siempre, pagan las y los trabajadores, no sus directivos. Aunque de esos planes que lo diga la dirección, que los tiene.
Juanjo Basterra
8 de agosto de 2020