Resumen Latinoamericano, 27 de septiembre de 2020.
Un numeroso grupo de asistentes del ministerio de Desarrollo Social y otras dependencias gubernamentales de la provincia de Buenos Aires, llegaron enfundados en pilotos amarillos, hasta la toma de Guernica. Como en veces anteriores, su intención era penetrar en la toma y ofrecer dinero (45 mil pesos) para apurar el desalojo como lo exigen el Juez, el Fiscal y la zaga de intendentes aliados a la intendenta Blanca Cantero.
Después de una serie de intentos, en que los funcionarios insistieron «dialogar» y los vecinos les contestaban con la consigna «tierra para vivir», tuvieron que convencerse que lo mejor era irse. Muchos de los «pilotos amarillos» (que nada tienen que ver con los combativos «chalecos» franceses) eran militantes de La Cámpora, la organización dirigida por el ministro Andrés «Cuervo» Larroque. El ministro se encuentra estos días junto a varios de sus funcionarios en un lugar muy cercano a la toma, tratando de «colar» sus ideas de «arreglos» por debajo de la mesa.
Para Larroque, para el ministro de Seguridad Sergio Berni y para otros funcionarios sigue estando en el horizonte cercano el 1 de octubre, día en que tienen fijado para desalojar por la fuerza a 2500 familias y miles de niños y niñas. Creen, están convencidos, y así lo dijeron en una reunión de la difunta «Mesa de diálogo» que si lo hacen, no van a tener ningún costo político. Sin embargo, hay sectores del propio gobierno que dudan de estas apreciaciones del staff ministerial del gobernador Axel Kicillof, quien si el 1 de octubre «arde Troya» será, como ya se lo han dicho los delegados de la toma, el responsable de lo que ocurra.
(video abajo). Un vecino les dice a los funcionarios que llegaron a ofrecer 45 mil pesos para desalojar la toma: «Yo trabajo todo el año y por 45 mil pesos no me voy». Luego, todos los pilotos amarillos enviados por el ministro Larroque debieron retirarse sin poder entrar a la toma.
(video abajo) Enojados porque los vecinos de la toma no los dejaron entrar los funcionarios ordenaron recoger los alimentos y muchos de ellos arrojarlos en una zanja o al piso.
Todos los alimentos que se habían comprometido entregar, fueron retirados, y lo que no tiraron en el piso (escuchar los videos sobre lo que les contestan los vecinos) lo cargaron en camiones y se lo llevaron.