La victoria política más grande de Bolivia en los últimos tiempos es también una victoria de los pueblos NUESTRA AMÉRICA. La recuperación de la democracia y la esperanza, como acaba de ocurrir en Bolivia, se ha convertido, desde lo más alto del Potosí, en una sonora clarinada que convoca al despertar de las conciencias.
Con la derrota de los golpistas Mesa, Camacho y Añez ha empezado el ocaso de la derecha en el continente. Es posible derrotar en las urnas y en el campo de la movilización social, a los gobiernos más soberbios y tiránicos, que azuzados por Washington y la OEA, pretenden seguir pisoteando impunemente los derechos de los pueblos. Debemos confiar en la fuerza de la unidad que levanta en un solo puño la bandera bordada con nuestros sueños de vida digna y patria nueva.
Ya Piñera fue notificado por el pueblo chileno que la constitución pinochetista no va más; que hay que abrir las amplias alamedas de la democracia y la dignidad humana… y algo debe suceder para quitarnos de encima el lastre que significa la política económica neoliberal que agencian Iván Duque, Lenin Moreno, y Jair Bolsonaro…
Debe haber castigo judicial para los golpistas, para los que ultrajaron a los humildes y despreciaron a los indios, para los vándalos que destruyeron la casa del presidente Evo Morales; para Mesa, Camacho y Añez, y los mandos policiales que reprimieron al pueblo y le arrebataron sus conquistas sociales, mientras saqueaban el erario.
Dejemos a la OEA como un mal recuerdo enterrado en el pasado. Volvamos a la verdadera hermandad y a la solidaridad, reactivando la Unidad de Naciones de América del Sur, UNASUR, para restablecer la cooperación y asegurar la paz regional.
Bolivia necesita para su desarrollo las costas y el mar que les fueron arrebatados… No habrá salida al mar para Bolivia como gesto de comprensión por parte del imperio ni de la derecha latinoamericana. La salida al mar, que es asunto de la diplomacia regional, solamente es posible con la fuerza espiritual y material del pensamiento de Bolívar, el Libertador, que visualizaba nuestro futuro como una Gran Nación de Repúblicas hermanas. Con esa visión y volviendo la mirada hacia cómo estaban conformadas las fronteras en el pasado, estamos seguros, que Chile, Perú y Bolivia, podrán encontrar una solución justa al reclamo de los bolivianos.
Hagamos viable la profecía del regreso de Tupac Katari, convertido en millones de hermanos latinoamericanos y caribeños contra la opresión. Nuestra hermandad y nuestro sueño de vida digna, triunfará.
FARC-EP
Segunda MarquetaliaOctubre 28 de 2020