Pen­sa­mien­to crí­ti­co. Amé­ri­ca Lati­na en el espe­jo de Bolivia

Por Mar­co Terug­gi. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de octu­bre de 2020.

Hace un año, en estas mis­mas fechas, Evo Mora­les cerra­ba su cam­pa­ña elec­to­ral. Pocos ima­gi­na­ban que menos de un mes des­pués ten­dría lugar un gol­pe de Esta­do y Mora­les lle­ga­ría como refu­gia­do a Méxi­co y final­men­te a Argen­ti­na. Un año más tar­de, vuel­ve a haber elec­cio­nes, esta vez con Luis Arce y David Cho­quehuan­ca como can­di­da­tos a pre­si­den­te y vice­pre­si­den­te por el Movi­mien­to al Socia­lis­mo (MAS).

Mora­les ganó el año pasa­do ante Car­los Mesa. El MAS enca­be­za nue­va­men­te todas las pro­yec­cio­nes de voto de cara a la elec­ción del pró­xi­mo domin­go 18. Mesa se encuen­tra otra vez en segun­da posi­ción, y Luis Fer­nan­do Cama­cho, quien lide­ró una par­te del gol­pe, está en ter­ce­ra posi­ción. Jea­ni­ne Añez, pre­si­den­ta de fac­to, y Jor­ge Qui­ro­ga, quien nun­ca tuvo fuer­za en las encues­tas, desis­tie­ron de sus pos­tu­la­cio­nes en las últi­mas sema­nas, y Artu­ro Muri­llo, minis­tro de fac­to de gobierno, lla­mó a votar a Mesa.

Los cálcu­los de la estra­te­gia gol­pis­tas eran dife­ren­tes: el MAS debía que­dar debi­li­ta­do y des­uni­do por efec­to de per­se­cu­cio­nes, masa­cres, judi­cia­li­za­ción y la fuer­za dis­gre­ga­do­ra de la pér­di­da de gobierno. Pero se logró la uni­dad alre­de­dor de la fór­mu­la Arce-Cho­quehuan­ca, con apo­yo de los movi­mien­tos y la Cen­tral Obre­ra Boli­via­na (COB), que pro­ta­go­ni­za­ron movi­li­za­cio­nes en agos­to, que desem­bo­ca­ron en un acuer­do para garan­ti­zar que las elec­cio­nes se reali­cen este pró­xi­mo domingo.

La rear­ti­cu­la­ción de fuer­zas en con­di­cio­nes adver­sas, la legi­ti­mi­dad social expre­sa­da en las encues­tas y los actos de cam­pa­ña, expre­san tan­to la capa­ci­dad del MAS como el derro­te­ro del blo­que gol­pis­ta. Los acto­res nacio­na­les que fue­ron par­te del gol­pe se divi­die­ron con el paso de los meses, y la per­ma­nen­cia en el gobierno de fac­to ‑pos­po­nien­do tres veces las elec­cio­nes- les res­tó apo­yo popu­lar debi­do, entre otras cosas, a los malos resul­ta­dos ante la eco­no­mía, la pandemia.

Así, a pocas horas de la con­tien­da, exis­te la posi­bi­li­dad de de una vic­to­ria de Arce en pri­me­ra vuel­ta. Algu­nos acto­res, par­te de la tra­ma gol­pis­ta y el gobierno de fac­to, como Luis Alma­gro, secre­ta­rio gene­ral de la Orga­ni­za­ción de Esta­dos Ame­ri­ca­nos (OEA), y Muri­llo, han anti­ci­pa­do la posi­bi­li­dad de un frau­de, vio­len­cia y terro­ris­mo, en lo que pare­ce una serie de car­tas que podrían des­ple­gar en caso de resul­ta­dos adversos.

“La COB pide al pue­blo boli­viano no dejar­se lle­var por las pre­sio­nes psi­co­ló­gi­cas que rea­li­za el gobierno, quien pre­ten­de lle­var­nos a una con­vul­sión social para lue­go cul­par a los diri­gen­tes de las orga­ni­za­cio­nes sin­di­ca­les y socia­les”, afir­mó la Cen­tral el miér­co­les, lla­man­do a asis­tir masi­va­men­te a las elec­cio­nes para lograr “la recu­pe­ra­ción de la demo­cra­cia y el esta­do de derecho”.

En el terreno se encuen­tran acto­res cono­ci­dos: la misión de la OEA está enca­be­za­da por el mis­mo res­pon­sa­ble que el año pasa­do, Manuel Gon­zá­lez, por lo que ha levan­ta­do lógi­cas sos­pe­chas. El aba­ni­co de obser­va­do­res inter­na­cio­na­les inclu­ye una dele­ga­ción de la Unión Euro­pea, del Cen­tro Car­ter, el Par­la­men­to del Mer­co­sur, la Con­fe­ren­cia de Par­ti­dos Polí­ti­cos de Amé­ri­ca Lati­na, la Inter­na­cio­nal Pro­gre­sis­ta y el Gru­po de Puebla.

El MAS ha denun­cia­do la exis­ten­cia de posi­bles irre­gu­la­ri­da­des, como el hecho que el Tri­bu­nal Supre­mo Elec­to­ral (TSE) no publi­que las foto­gra­fías de las actas de vota­ción. El TSE ya anun­ció, por su par­te, la sus­pen­sión de la vota­ción en cin­co ciu­da­des de Chi­le y en Pana­má, impi­dien­do la par­ti­ci­pa­ción de 30 mil votan­tes. “Nos va a afec­tar al MAS, por­que es nues­tro fuer­te ‑el exterior‑, ahí tene­mos un buen cau­dal de votos”, afir­mó Eva Copa, pre­si­den­ta del Senado.

La incer­ti­dum­bre ‑debi­do a fac­to­res como el voto útil y el voto ocul­to- y la ten­sión serán ele­va­das el domin­go por la noche y horas siguien­tes, con el agre­ga­do de la demo­ra que ten­drán en ser compu­tados los votos rura­les, en su mayo­ría favo­ra­bles al MAS. La reac­ción de los can­di­da­tos, acto­res polí­ti­cos nacio­na­les e inter­na­cio­na­les, serán cla­ves para defi­nir cómo evo­lu­cio­na­rá el esce­na­rio, si se acti­va­rán los posi­bles ele­men­tos de con­flic­to, don­de el gobierno de fac­to ame­na­za con balas, cár­ce­les y mili­ta­res, o, por el con­tra­rio, trans­cu­rri­rá con calma.

Se tra­ta de una elec­ción bisa­gra, que podrá per­mi­tir el regre­so al gobierno de las fuer­zas que fue­ron derro­ca­das por el gol­pe de Esta­do, o, por el con­tra­rio, lograr una posi­ble esta­bi­li­za­ción polí­ti­ca del gol­pe con una vic­to­ria de Mesa. Bisa­gra no sola­men­te para el país, sino para el con­jun­to de la región, don­de exis­te una radi­ca­li­za­ción de las dere­chas expre­sa­da par­ti­cu­lar­men­te en el gol­pe en Bolivia.

Los acon­te­ci­mien­tos boli­via­nos for­man par­te de un cua­dro lati­no­ame­ri­cano que guar­da tiem­pos simi­la­res: el gol­pe en Boli­via se ase­me­ja al que bus­ca repe­ti­da­men­te rea­li­zar en Vene­zue­la un sec­tor de la dere­cha diri­gi­do des­de Esta­dos Uni­dos, la judi­cia­li­za­ción e inten­to de inha­bi­li­ta­ción del MAS y Mora­les tie­ne para­le­lis­mo con la inha­bi­li­ta­ción de Rafael Correa y el ins­tru­men­to elec­to­ral Com­pro­mi­so Social en Ecua­dor, con la per­se­cu­ción de Lula da Sil­va en Bra­sil, y de Cris­ti­na Fer­nán­dez en Argen­ti­na den­tro de una ofen­si­va polí­ti­ca, judi­cial, eco­nó­mi­ca y mediá­ti­ca de la dere­cha en el país.

El con­ti­nen­te atra­vie­sa una eta­pa don­de exis­te un inten­to de cie­rre de vías demo­crá­ti­cas en varios paí­ses, la implementación/​profundización de meca­nis­mos para impe­dir la emer­gen­cia o regre­so de fuer­zas pro­gre­sis­tas al poder polí­ti­co, o para obli­gar a los gobier­nos popu­la­res a desis­tir de tomar medi­das que cam­bien un sta­tus quo que con­cen­tra y fuga rique­za al tiem­po que exclu­ye a las gran­des mayo­rías sociales.

El resul­ta­do elec­to­ral en Boli­via será un pun­to deci­si­vo en ese cua­dro. Una vic­to­ria del MAS sería una señal doble­men­te posi­ti­va: por la capa­ci­dad de las fuer­zas del pro­ce­so de cam­bio y el res­pe­to al resul­ta­do lue­go de un gol­pe orga­ni­za­do nacio­nal e inter­na­cio­nal­men­te. En el deve­nir de los acon­te­ci­mien­tos boli­via­nos están algu­nas de las cla­ves de las ten­den­cias de esta épo­ca, un gran espe­jo don­de se mira el continente.

Foto: AFP

Fuen­te: Pági­na 12

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