Colombia. Iván Duque, vocero de una guerra por encargo

Colom­bia. Iván Duque, voce­ro de una gue­rra por encargo

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Por María Fer­nan­da Barre­to. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de noviem­bre de 2020.

Los titu­la­res de los gran­des medios pri­va­dos de comu­ni­ca­ción de Colom­bia, duran­te estos dos últi­mos meses, se ocu­pan de los reite­ra­dos seña­la­mien­tos de Iván Duque con­tra el gobierno vene­zo­lano así como de las res­pues­tas del pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro y, en espe­cial, de sus recien­tes decla­ra­cio­nes sobre la res­pon­sa­bi­li­dad de Duque y Uri­be Vélez en el ata­que con­tra el Com­ple­jo Refi­na­dor de Amuay, ubi­ca­do en la cos­ta Cari­be venezolana.

Vale la pena recor­dar que, a pesar de que el sec­tor de la bur­gue­sía colom­bia­na que repre­sen­ta el uri­bis­mo tie­ne sus pro­pios intere­ses polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos en derro­tar al gobierno vene­zo­lano, todas sus accio­nes obe­de­cen a órde­nes ema­na­das des­de los Esta­dos Uni­dos y con­tra­vie­nen los intere­ses del pue­blo colom­biano, aun­que haya una gran cam­pa­ña mediá­ti­ca para hacer­le creer lo contrario.

Por eso, es tras la visi­ta de Mike Pom­peo a Bogo­tá el 29 de sep­tiem­bre de este año, que la retó­ri­ca de la Casa de Nari­ño ha vuel­to a aumen­tar cen­trán­do­se bási­ca­men­te en dos temas. Pri­me­ro, Duque «denun­cia» que en Vene­zue­la se vio­lan dere­chos fun­da­men­ta­les y con­vo­ca a la comu­ni­dad inter­na­cio­nal a inter­ve­nir; y en segun­do lugar, «acu­sa» al pre­si­den­te Madu­ro de adqui­rir armas rusas, bie­lo­rru­sas o iraníes.

Más allá de un fenó­meno de pro­yec­ción psi­co­ló­gi­ca con­ver­ti­da en téc­ni­ca publi­ci­ta­ria, ambos argu­men­tos dise­ña­dos por Washing­ton pro­cu­ran escon­der sus ver­da­de­ros intere­ses y a la vez dis­tor­sio­nar la per­cep­ción de la opi­nión públi­ca sobre la reali­dad de Vene­zue­la, Colom­bia y Esta­dos Uni­dos, pre­sen­tan­do al pri­me­ro como un Esta­do vio­la­dor de dere­chos huma­nos y gue­rre­ris­ta, mien­tras que los dos últi­mos serían supues­tos garan­tes de esos dere­chos y pacifistas.

Mire­mos el dedo que nos apunta.

La vio­la­ción de dere­chos huma­nos como línea política

Este año las ins­ti­tu­cio­nes de Esta­do y los gobier­nos de Esta­dos Uni­dos y Colom­bia están sien­do dura­men­te cues­tio­na­dos inter­na­cio­nal­men­te por las gra­ves vio­la­cio­nes a los DDHH de su pro­pia pobla­ción, y por eso nece­si­tan dis­traer la mira­da de sus crímenes.

El video del ase­si­na­to de Geor­ge Floyd en mayo de 2020 des­ató gran­des pro­tes­tas en apo­yo a la pobla­ción negra esta­dou­ni­den­se, que es víc­ti­ma de una vio­len­cia poli­cial sis­te­má­ti­ca en todo su terri­to­rio nacio­nal. La cam­pa­ña «Las vidas negras impor­tan» y «No pue­do res­pi­rar» sus­ci­ta­ron este año mani­fes­ta­cio­nes muy impor­tan­tes en dis­tin­tas ciu­da­des de Nor­te­amé­ri­ca, Amé­ri­ca Lati­na, Euro­pa, Asia e inclu­so Ocea­nía, sin precedentes.

Por su par­te, el Esta­do colom­biano enfren­ta tam­bién deman­das y pro­tes­tas inter­na­cio­na­les por las masa­cres y ase­si­na­tos de líde­res y lide­re­sas socia­les. Solo este año, entre el 1º de enero y el 20 de octu­bre, han ase­si­na­do 246 defen­so­res y defen­so­ras de DDHH, líde­res y lide­re­sas socia­les; 10 per­so­nas por ser sus fami­lia­res y 51 fir­man­tes del acuer­do de Paz de 2016.

En ese mis­mo perío­do se han come­ti­do 68 masa­cres en las que han muer­to 270 per­so­nas. La sis­te­ma­ti­ci­dad, el mis­mo modus ope­ran­di, obje­ti­vos polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos coin­ci­den­tes, y la impu­ni­dad de la que gozan quie­nes eje­cu­tan estos crí­me­nes, con­fi­gu­ran un geno­ci­dio que cuen­ta con la com­pli­ci­dad del Esta­do colombiano.

Así, seria­men­te cues­tio­na­dos, insis­ten en apun­tar a Vene­zue­la como una manio­bra mediá­ti­ca para escon­der su pro­pia reali­dad y jus­ti­fi­car, ade­más, su inje­ren­cia y demás vio­la­cio­nes al Dere­cho Internacional.

El mie­do a la com­pe­ten­cia comer­cial en el nego­cio de las armas

En cuan­to a su opo­si­ción a la posi­bi­li­dad de que Vene­zue­la adquie­ra armas de Irán, Rusia, Bie­lo­rru­sia, Chi­na o cual­quier otro país, las razo­nes son aún más prag­má­ti­cas, pues lo que pre­ten­den pre­sen­tar como un argu­men­to moral se tra­ta de sim­ple com­pe­ten­cia comercial.

El cre­ci­mien­to del comer­cio de armas en los últi­mos años ha sido sos­te­ni­do y según el últi­mo infor­me del Ins­ti­tu­to de Inves­ti­ga­ción de Paz de Esto­col­mo, Esta­dos Uni­dos con­ti­núa en el pri­mer lugar en ven­tas de armas en el mun­do ente­ro y su pri­mer clien­te es Ara­bia Sau­di­ta, mien­tras que en segun­do lugar, 15 pun­tos por deba­jo, se encuen­tra Rusia, cuyo pri­mer clien­te es la India.

Tal como refe­ri­mos en un artícu­lo ante­rior, las cin­co com­pa­ñías mili­ta­res pri­va­das (CMP) más gran­des del mun­do son esta­dou­ni­den­ses y están enca­be­za­das por Lockheed Mar­tin, la más pode­ro­sa CMP del mun­do a la que el gobierno chino deci­dió san­cio­nar por su inter­fe­ren­cia en los con­flic­tos inter­nos del gigan­te asiático.

Mien­tras, Colom­bia es un país en gue­rra, y en esas con­di­cio­nes es un epi­cen­tro del mer­ca­do inter­na­cio­nal de armas.

Se ven­den armas al Esta­do colom­biano como par­te de los pla­nes esta­dou­ni­den­ses y con­ve­nios OTAN y muchas CMP tie­nen sucur­sa­les y empre­sas filia­les en este país, por ejem­plo, las prin­ci­pa­les ofi­ci­nas de Lockheed Mar­tin en Amé­ri­ca Lati­na se encuen­tran en Colom­bia, Bra­sil y México.

En Colom­bia, en la Base de la Poli­cía en Guay­ma­ral, la Base Mili­tar del Ejér­ci­to de Tole­mai­da y la Base de la Fuer­za Aérea en Mel­gar, tie­ne las ins­ta­la­cio­nes más impor­tan­tes de su sub­si­dia­ria Sikorsky en la región, que es la fabri­can­te de los heli­cóp­te­ros Black Hawk, entre otros.

Pero inclu­so cre­ce cada vez más el mer­ca­do ile­gal de armas. Algu­nos estu­dios como el rea­li­za­do por la Fun­da­ción Ideas para la Paz en julio de 2020 seña­lan que en Colom­bia hay más de 10 mil armas por cada 100 mil habi­tan­tes, y que apro­xi­ma­da­men­te el 84% de las armas que están en manos de per­so­nas no per­te­ne­cien­tes a la Fuer­za Públi­ca son ilegales.

Los F16 que aún posee Vene­zue­la son par­te de los pro­duc­tos comer­cia­li­za­dos por Lockheed Mar­tin, adqui­ri­dos en 1982, sin embar­go, la prohi­bi­ción de ven­ta de armas a Vene­zue­la que dic­ta­mi­nó el gobierno de Bush en el año 2006 rom­pió inclu­so con la ven­ta de repues­tos para dichos avio­nes que por con­tra­to le correspondían.

Lo que les moles­ta es que, a pesar de tener un encla­ve de nego­cios de su com­ple­jo indus­trial-mili­tar legal e ile­gal en Colom­bia, sus medi­das coer­ci­ti­vas uni­la­te­ra­les con­tra Vene­zue­la y el pési­mo esta­do de las rela­cio­nes de la Casa Blan­ca con Mira­flo­res, aca­ba­ron por obli­gar al país a bus­car pro­vee­do­res alter­na­ti­vos a sus pro­pios pro­duc­tos y abrien­do las puer­tas a sus com­pe­ti­do­res, lo que ha des­ata­do la rabia del país nor­te­ame­ri­cano y, por supues­to, de sus corporaciones.

Tam­bién habría que men­cio­nar que el octa­vo ven­de­dor de armas del mun­do es Israel, cuyo odio hacia la Repú­bli­ca Islá­mi­ca de Irán y la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Vene­zue­la es de cono­ci­mien­to público.

En un acuer­do fir­ma­do entre el par­ti­do polí­ti­co de María Cori­na Macha­do, Ven­te Vene­zue­la, y el par­ti­do Likud de Ben­ja­min Netan­yahu, en el que se plan­tean temas bas­tan­te suge­ren­tes de acti­vi­da­des des­es­ta­bi­li­za­do­ras con­tra el gobierno vene­zo­lano, se inclu­ye ade­más la coope­ra­ción en mate­ria de segu­ri­dad, por lo que este sec­tor de la opo­si­ción vene­zo­la­na pare­ce tam­bién dis­po­ner­se a entrar en el lucra­ti­vo nego­cio de las armas de la mano del sio­nis­mo inter­na­cio­nal, pero su estre­pi­to­so fra­ca­so sigue sien­do un freno para las ambi­cio­nes de su proveedor.

Otro deta­lle impor­tan­te es su reite­ra­da crí­ti­ca públi­ca al hecho de que Vene­zue­la se pue­da atre­ver a rea­li­zar esas com­pras con su oro, su petró­leo o con cual­quier divi­sa dis­tin­ta al dólar, ya que cada vez que un país, por más peque­ño que sea, eva­de el uso del dólar en el comer­cio inter­na­cio­nal, el impe­rio capi­ta­lis­ta pier­de poder.

Más allá de los discursos

Des­de el pri­mer perío­do pre­si­den­cial de Álva­ro Uri­be Vélez, las accio­nes con­tra la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na han sido cons­tan­tes pero siem­pre sola­pa­das, al mejor esti­lo de la gue­rra irre­gu­lar en la que las Fuer­zas Mili­ta­res colom­bia­nas se han vuel­to exper­tas, con­tan­do para ella con gru­pos para­mi­li­ta­res y CMP.

Por lo que para quie­nes tra­ta­mos de man­te­ner una inves­ti­ga­ción per­ma­nen­te sobre el tema, cuan­do el pre­si­den­te Madu­ro afir­mó esta sema­na que «Iván Duque y Álva­ro Uri­be Vélez están detrás de este ata­que, jun­to a los orga­nis­mos de inte­li­gen­cia de Esta­dos Uni­dos», nos resul­tó abso­lu­ta­men­te pro­ba­ble, más aún cuan­do se había dete­ni­do un mes antes a un ciu­da­dano esta­dou­ni­den­se, Matthew John Heath, que pro­ve­nía de la Gua­ji­ra colom­bia­na y con­ta­ba con el apo­yo de cons­pi­ra­do­res vene­zo­la­nos, la infor­ma­ción y las armas nece­sa­rias para eje­cu­tar un sabo­ta­je a las ins­ta­la­cio­nes de Amuay.

Las ins­truc­cio­nes de Pom­peo en su últi­ma visi­ta a Bogo­tá fue­ron cla­ras: Vene­zue­la sigue sien­do una prio­ri­dad para su gobierno y Colom­bia con­ti­núa sien­do la cabe­za de pla­ya des­de la que rea­li­zan sus ope­ra­cio­nes. Los pocos días que nos que­dan antes de las elec­cio­nes esta­dou­ni­den­ses segui­rán inten­tan­do tor­cer a su favor la his­to­ria que no han logra­do cam­biar en 20 años.

Sin embar­go, el ata­que a la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na es uno de los con­sen­sos de la polí­ti­ca bipar­ti­dis­ta esta­dou­ni­den­se, así que gane quien gane, con­ti­nua­rán inten­tan­do sabo­tear las elec­cio­nes del pró­xi­mo 6 de diciem­bre, per­sis­ti­rán en sus medi­das coer­ci­ti­vas para gene­rar una asfi­xia eco­nó­mi­ca y sos­ten­drán la pene­tra­ción de fuer­zas para­mi­li­ta­res colom­bia­nas y gru­pos mer­ce­na­rios al terri­to­rio venezolano.

Por todo esto, Vene­zue­la debe seguir for­ta­le­cien­do su polí­ti­ca exte­rior con la sobe­ra­nía que se ha atre­vi­do a hacer­lo has­ta aho­ra, sin ceder a chan­ta­jes ni pre­sio­nes, con­so­li­dan­do los espa­cios para el mul­ti­la­te­ra­lis­mo, pro­mo­vien­do la unión regio­nal para avan­zar hacia la cons­truc­ción del Blo­que His­tó­ri­co.

El mayor reto aho­ra es la polí­ti­ca inter­na, con­ti­nuar avan­zan­do en la cons­truc­ción del Esta­do comu­nal, impul­san­do la pro­duc­ción nacio­nal, recu­pe­ran­do la indus­tria petro­le­ra, pro­fun­di­zan­do la inclu­sión, luchan­do para amor­ti­guar el impac­to social del saqueo aus­pi­cia­do por la dere­cha vene­zo­la­na y las medi­das coer­ci­ti­vas uni­la­te­ra­les, recu­pe­ran­do la eco­no­mía y sos­te­nien­do el pro­yec­to his­tó­ri­co lega­do por Chávez.

Cier­ta­men­te son dema­sia­das fichas en un solo table­ro, pero esa es la com­ple­ji­dad que impli­ca levan­tar las ban­de­ras de la sobe­ra­nía en con­tra de los intere­ses de un impe­rio en decadencia.

Fuen­te: Misión Verdad

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