Ucrania. La negociación, el bloqueo y los puestos de control

Ucra­nia. La nego­cia­ción, el blo­queo y los pues­tos de control

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Por Ser­gey Mir­kin. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 31 de diciem­bre de 2020.

El 14 de noviem­bre, el pre­si­den­te de Ucra­nia Volodymyr Zelensky se diri­gió a los resi­den­tes de Don­bass en un dis­cur­so. En él, afir­mó que Ucra­nia está abier­ta a la pobla­ción de Donetsk y Lugansk y que los pues­tos de con­trol de la línea de con­tac­to están blo­quea­dos por el otro ban­do. Tam­bién insis­tió en que Ucra­nia ha abier­to dos nue­vos pues­tos de con­trol en la fron­te­ra con la RPL. Antes, los minis­te­rios de Asun­tos Exte­rio­res de Ale­ma­nia y Fran­cia habían publi­ca­do un comu­ni­ca­do con­jun­to en el que exi­gían a Rusia y a las RPD/​RPL des­blo­quear todos los pues­tos de con­trol entre Don­bass y Ucra­nia. Según París y Ber­lín, Ucra­nia cum­ple con sus obli­ga­cio­nes y a cau­sa del cie­rre de los pues­tos de con­trol sufre la pobla­ción que tie­ne que reci­bir su pen­sión, visi­tar a fami­lia­res o reci­bir tra­ta­mien­to médico.

La RPD tie­ne nor­mas estric­tas para cru­zar la línea de con­tac­to. Así, para entrar en la Repú­bli­ca des­de Ucra­nia, cada per­so­na debe pre­sen­tar una soli­ci­tud al cuar­tel gene­ral inter­de­par­ta­men­tal. El obje­ti­vo es evi­tar la expan­sión del coro­na­vi­rus. Ade­más, cada soli­ci­tan­te debe expli­car el moti­vo de su entra­da en el terri­to­rio de la Repú­bli­ca. Tras reci­bir el per­mi­so, es obli­ga­to­ria una cua­ren­te­na de dos sema­nas. Pue­den cru­zar al terri­to­rio de la Repú­bli­ca per­so­nas que ten­gan resi­den­cia en terri­to­rio de Ucrania.

Muchas per­so­nas que resi­den en Donetsk y Lugansk nece­si­ta via­jar a Ucra­nia. Algu­nos tie­nen fami­lia­res a los que quie­ren ver o a quie­nes tie­nen que ayu­dar. Hay per­so­nas que van a Ucra­nia a tra­vés de Rusia.

Algu­nos pen­sio­nis­tas reci­ben sus pen­sio­nes en Ucra­nia. Son ciu­da­da­nos que han con­se­gui­do regis­trar­se como des­pla­za­dos y reci­ben pen­sio­nes tan­to de Ucra­nia como de la RPD. En la RPD, solo pue­den obte­ner sus pen­sio­nes ucra­nia­nas por medio de inter­me­dia­rios, por lo que a muchos no les com­pen­sa a cau­sa de los altos intere­ses. No hay ban­cos en la Repú­bli­ca que ten­gan cone­xio­nes inter­na­cio­na­les y en los que fun­cio­nen los pagos de los ban­cos rusos o ucra­nia­nos. Gran par­te de los pen­sio­nis­tas pre­fie­ren ir a Ucra­nia a reti­rar sus pen­sio­nes del caje­ro. La situa­ción es simi­lar en la RPL.

Tam­bién sigue habien­do un peque­ño estra­to de pobla­ción de Donetsk acos­tum­bra­do a tomar café en Lviv o cele­brar el Año Nue­vo en los Cár­pa­tos y que aho­ra están moles­tos por­que no pue­den seguir su habi­tual tren de vida a cau­sa de las res­tric­cio­nes en la frontera.

Para esas tres cate­go­rías de per­so­nas, las res­tric­cio­nes de entra­da des­de Ucra­nia cau­san difi­cul­ta­des. Y Zelensky y los paí­ses occi­den­ta­les supues­ta­men­te se preo­cu­pan por su intereses.

Toda mone­da tie­ne dos caras. Las medi­das res­tric­ti­vas de la RPD en rela­ción con el cru­ce de la línea de demar­ca­ción bus­can pro­te­ger a la pobla­ción de la repú­bli­ca del coro­na­vi­rus. Tam­bién hay res­tric­cio­nes de entra­da a la Repú­bli­ca des­de el terri­to­rio de Rusia. Para entrar en al RPD des­de la Fede­ra­ción Rusa, la per­so­na debe ser resi­den­te o tener resi­den­cia en la Repú­bli­ca o tener una razón váli­da para via­jar al terri­to­rio. Por ejem­plo, tener fami­lia­res mayo­res que nece­si­tan ayuda.

Las res­tric­cio­nes con Rusia son menos estric­tas. Es com­pren­si­ble. En pri­mer lugar, los pen­sio­nis­tas no van a Rusia tan­to como a Ucra­nia. Eso sig­ni­fi­ca que menos gen­te pue­de infec­tar­se en el extran­je­ro. En segun­do lugar, las rela­cio­nes eco­nó­mi­cas de la Repú­bli­ca están liga­das a Rusia y Ucra­nia ha impues­to un blo­queo eco­nó­mi­co. En ter­cer lugar, la Fede­ra­ción Rusa con­ce­de pasa­por­tes a los resi­den­tes de la Repú­bli­ca. Y en Ucra­nia hay cons­tan­tes ape­la­cio­nes a res­trin­gir los dere­chos de los resi­den­tes de la RPD/​RPL.

Si se abre la fron­te­ra con Ucra­nia, habrá un gran flu­jo de per­so­nas. En pri­mer lugar, los pen­sio­nis­tas que quie­ren reti­rar su dine­ro. Y en Ucra­nia sigue habi­do récords de con­ta­gios. Las per­so­nas mayo­res tie­ne más ries­go al con­ta­giar­se que los jóve­nes. Así que, al vol­ver, los pen­sio­nis­tas pue­den unir­se al “ejér­ci­to de pacien­tes” y exten­der el virus. El sis­te­ma de salud de la RPD ya está tenien­do difi­cul­ta­des para sopor­tar la situa­ción. Una serie de mater­ni­da­des ya se han recon­ver­ti­do en cen­tros para pacien­tes con coro­na­vi­rus. Hay más de 9000 casos en la Repú­bli­ca, con aumen­tos de casi os cen­te­na­res al día. Muchos pen­sio­nis­tas enfer­mos pue­den supo­ner una pre­sión que la sani­dad no pue­da sopor­tar. Pue­de que eso sea lo que quie­re Zelensky.

Lo peor es que las poten­cias occi­den­ta­les lo hacen bajo la tapa­de­ra de la defen­sa de los dere­chos huma­nos. En 201, antes de la derro­ta del Ejér­ci­to Ucra­niano, Occi­den­te reite­ra­ba que Kiev tenía el mono­po­lio del uso de la fuer­za. Ber­lín y París apo­ya­ron, según los acuer­dos de Minsk [nego­cia­dos per­so­nal­men­te por Hollan­de, Mer­kel, Poroshen­ko y Putin], ayu­dar a Kiev a crear una estruc­tu­ra finan­cie­ra en la RPD/​RPL para que la pobla­ción pudie­ra reci­bir sus pen­sio­nes y pres­ta­cio­nes socia­les, cosa que no se ha hecho. Así que sur­gen sen­ti­mien­tos nega­ti­vos cuan­do Ale­ma­nia y Fran­cia hablan de su preo­cu­pa­ción por los habi­tan­tes de Donbass.

El 17 de noviem­bre, la por­ta­voz del Minis­te­rio de Asun­tos Exte­rio­res de Rusia, María Zaja­ro­va, res­pon­dió a Ber­lín y París y afir­mó que la aper­tu­ra de nue­vos pues­tos de con­trol esta­ba pre­vis­ta para el 10 de noviem­bre. Pero Kiev modi­fi­có uni­la­te­ral­men­te el acuer­do en el últi­mo momen­to. El pues­to de con­trol de Schas­tie debía ser para vehícu­los, pero Kiev, de repen­te, deci­dió que solo sea para pea­to­nes. Zaja­ro­va apun­tó tam­bién que Ber­lín y París igno­ran la pro­pues­ta de ley pre­sen­ta­da por el pri­mer minis­tro Shmy­gal para inter­nar a los ciu­da­da­nos rusos [en caso de gue­rra] y las decla­ra­cio­nes de los polí­ti­cos ucra­nia­nos sobre los pla­nes alter­na­ti­vos a los acuer­dos de Minsk.

Vla­di­mir Zelensky pre­pa­ró otro espec­tácu­lo con la aper­tu­ra de los pues­tos de con­trol, que no había sido acor­da­do con Lugansk. Sus decla­ra­cio­nes están diri­gi­das a sacar rédi­to polí­ti­co per­so­nal a las difi­cul­ta­des que expe­ri­men­tan los resi­den­tes de Don­bass. Si Zelensky real­men­te qui­sie­ra hacer el bien para la gen­te de Don­bass, levan­ta­ría el blo­queo y para­ría la gue­rra. Así que toda su polí­ti­ca es una esce­ni­fi­ca­ción: al con­ver­tir­se en pre­si­den­te no dejó de ser un hipócrita.

El régi­men de Mai­dan y sus socios occi­den­ta­les están intere­sa­dos en debi­li­tar al máxi­mo a la RPD/​RPL. ¿Qué mejor que una pan­de­mia? Así que Kiev, París y Ber­lín insis­ti­rán en abrir los pues­tos de con­trol. Al fin y al cabo, cuan­tos más resi­den­tes de la RPD/​RPL enfer­men, mejor para quie­nes desean el mal para las Repú­bli­cas. A Zelensky no le preo­cu­pa cuán­ta gen­te vaya a morir, para él solo son impor­tan­tes sus obje­ti­vos: des­truir las Repú­bli­cas y la vic­to­ria sobre Rusia.

Fuen­te: Slavyangrad

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