«El marxismo tenemos que indianizarlo»
Felipe Quispe «El Mallku», Kaosenlared septiembre 5 de 2009 .
“Bolívar no llegó echando ores a Bolivia para liberarla de los españoles, llegó combatiendo”
Felipe Quispe, Caracas diciembre 4 de 2009
Esta semana de enero que culmina, Felipe Quispe Huanca, El Mallku; nuestro altivo cóndor andino, ha levantado su último vuelo, el más largo y encumbrado, hacia el sol de la eternidad.
Sabio maestro Aymara, nacido en Achacachi, Bolivia, el 22 de agosto de 1942, abrió las alas viajeras de su espíritu de Amauta ancestral, el 20 de este primer mes del 2021, enrutando su vuelo emancipador, entintado en el escarlata de su dignidad. Sin duda, junto al pueblo humilde que le amaba, los Ponchos Rojos de la resistencia indígena y rural le estarán dando el adiós aguerrido que merece, elevándose al viento como banderas libérrimas que no se plegarán jamás.
Honores al maestro, al dirigente inquebrantable, al amigo entrañable y camarada de trinchera y de ideales, que con su sencillez y su sabiduría, nos alentó sin pausa en la marcha por la defensa de la tierra, de nuestras más profundas raíces culturales, de la identidad amerindiana con la frente en alto y de nuestra capacidad para lograr la unidad y la fortaleza que nos hará libres y capaces de conquistar la justicia social.
Valiente y aguerrido heredero de Bartolina Sisa y de Túpac Katari, fue el fundador en 1978 del Movimiento que llevó el nombre del guerrero aymara del que derivó la organización política Ayllus Rojos. En 1990 fundó el Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK), y hombro a hombro con su compañero de batalla Álvaro García Linera enfrentó a los gobiernos bolivianos racistas y tiránicos por la vía de las armas, para dignificar a los más explotados y humillados, para restablecer el reconocimiento de las autoridades tradicionales.
Como consecuencia de su justa rebeldía en defensa de los desposeídos, Quispe fue encarcelado bajo el cargo de subversión durante cinco años en la cárcel de alta seguridad de Chonchocoro, de donde finalmente salió en libertad por falta de pruebas en su contra, este hombre valiente, integro y decoroso cuya causa mayor no era otra que la de encontrar el respeto para su pueblo, para lo cual con determinación condujo las sublevaciones más combativas que tuviera Bolivia en defensa del agua, del gas y de los recursos del país, poniendo como nunca en el orden del día, el problema del poder popular más a la izquierda que los mismos gobiernos progresistas del momento.
En su larga trayectoria revolucionaria, el Mallku fue también Secretario Ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), participó en las elecciones legislativas del año 2002 consiguiendo la representación del Movimiento Indígena Pachakuti con seis escaños; participó al menos en dos contiendas electorales como candidato presidencial con el propósito, sobre todo, de motivar la participación política de las comunidades marginadas y, participó en la conducción del movimiento social y sindical hacia la acción huelguística contra los gobiernos racistas y progringos de su país. En esta dinámica, junto a múltiples organizaciones indígenas, campesinas, mineras, obraras y populares, entre las que se contó con la Central Obrera Boliviana (COB) y sobre todo con sectores sociales de la ciudad de El Alto, al lado de Evo Morales Ayma, condujo la insurrección contra el gobierno de Sánchez de Lozada en defensa del gas natural que pretendía saquear en beneficio de Estados Unidos, utilizando puertos chilenos.
Amante del deporte, El Mallku fue fundador y director técnico del equipo de futbol Pachacuti, y consecuente con su visión indigenista bolivariana, fue uno de los fundadores y miembro activo de la Presidencia Colectiva del Movimiento Continental Bolivariano en diciembre de 2009, enfatizando a partir de aquella fecha su compromiso antiimperialista con la causa de la Patria Grande y el socialismo en la América Nuestra.
Mucho habrá que seguir recordando y diciendo en memoria del Espíritu de las Montañas, del Mallku Kunturi, Señor de las Alturas, que contribuyó con su verbo y su audacia irreverente a encumbrar de nuevo, tanto y más que la majestad del Illimani y el Sajama, a su gente desposeída y segregada por las aristocracias bolivianas.
Sin duda su presencia espiritual seguirá presente en cada cumbre, en cada altiplano y rincón del espinazo andino, desde las canas nevadas de la cordillera hasta las aguas titicacas y las del mar que les pertenece; con la majestad del cóndor en el sagrado espacio del Kuntur mamani vertiendo vida y esperanza para luchar.
Hasta siempre Mallku de la Pachamama y del sol, en el qalawawa de nuestros corazones, permanecerá tallado junto al Amaru de la resistencia popular.
¡Juramos vencer y venceremos!
FARC-EP
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