La hora del reencuentro de la Fuerza Pública con las razones de su origen, ha llegado. Sus oficiales y suboficiales, sus soldados y policías, en medio de la situación de levantamiento popular que vive Colombia, empiezan a hacer conciencia de que son pueblo en armas defendiendo la patria y las garantías sociales, que son defensores de nuestra libertad e independencia, y no una fuerza manipulable por tiranos. Nunca, nunca más debe dirigir sus armas contra el pueblo. Por el contrario, debe apoyarlo y sumarse a sus luchas por inclusión, democracia e independencia verdadera, paz y justicia social.
El pueblo uniformado debe tener siempre presente que nacimos para ser libertadores y no opresores. El pueblo uniformado no es el brazo armado de esos ricos empresarios que ordenan reprimir a los de abajo. No. Eso no son ustedes. El fundador del Ejército Libertador, Simón Bolívar le trazó una misión precisa: «sus glorias deben confundirse con las de la República, y su ambición debe quedar satisfecha al hacer la felicidad de su país». Esa fue la orientación. No la olvidemos.
Bolívar educó a su ejército, integrado por indígenas, negros, mestizos, criollos patriotas y campesinos, en el respeto de nuestra soberanía, nuestras riquezas, en el respeto a los derechos humanos, bienes e intereses de los latinoamericanos. Pero a 191 años del paso del Libertador por estas tierras la doctrina y la filosofía del ejército fue cambiada y traicionada, por las oligarquías del continente. Nos metieron gato por liebre. Al Ejército Libertador le borraron la palabra LIBERTADOR, le lavaron el cerebro en la «Escuela de las Américas» de los gringos, lo desarticularon y convirtieron en una fuerza extraña con mentalidad yanqui, guiada por la «Doctrina de la Seguridad Nacional», que considera como «enemigo interno» a los pueblos inconformes con la injusticia y los malos gobiernos.
Hermanos de las fuerzas armadas, tenemos mucho que intercambiar. Las FARC-EP, Segunda Marquetalia, tienen sus puertas abiertas para al diálogo. Invitamos a oficiales, suboficiales, policías y soldados patriotas a luchar unidos por un orden social justo cuyo propósito central sea la dignidad humana. No más falsas banderas, no más falsos héroes. No es héroe quien en cumplimiento de órdenes de presidentes genocidas disparan a inocentes para engañar a la opinión con falsos positivos. Ustedes son hijos del pueblo, de obreros, campesinos, artesanos, indígenas, negritudes. Los guerrilleros y guerrilleras somos de esa misma estirpe. Es mucho más lo que nos une, que lo que nos divide. Por encima de todo, está nuestra hermandad de clase.
Juntos construiremos una hermosa patria, donde todos podamos vivir en paz y armonía. Al diablo el uribismo y el duquismo. Colombia es para todos.
FARC-EP
Segunda MarquetaliaAgosto 10 de 2021