KO ful­mi­nan­te a EE.UU. en Afganistán

En una ope­ra­ción relám­pa­go de 10 días el Tali­bán libe­ró Afga­nis­tán de los inva­so­res. La situa­ción se resol­vió más rápi­da­men­te de lo cal­cu­la­do por la Casa Blan­ca. Biden pen­sa­ba que era impo­si­ble que los tali­ba­nes toma­ran el con­trol tan rápi­do como lo hicie­ron, por­que habían deja­do 300 mil sol­da­dos afga­nos bien entre­na­dos y arma­dos en lo que invir­tie­ron más de 2 billo­nes de dóla­res. Le apos­ta­ba al enfren­ta­mien­to fra­tri­ci­da, pero le salió el tiro por la culata.

«La cons­truc­ción de una nación demo­crá­ti­ca no era el obje­ti­vo de EEUU». Estas pala­bras de Biden son de humo y no logran escon­der los pro­pó­si­tos enun­cia­dos por Geor­ge Bush hace 20 años. El mun­do tie­ne memo­ria. Los «Esta­dos Hun­di­dos» no podrán enga­ñar­lo. Cua­tro pre­si­den­tes pre­si­die­ron esa inva­sión, moti­va­dos por la ins­pi­ra­ción ori­gi­nal de Bush.

Dice Biden que las tro­pas esta­dou­ni­den­ses no pue­den luchar en una gue­rra que los pro­pios afga­nos elu­den. Cla­ro, los afga­nos no son ton­tos para con­ti­nuar una gue­rra que los Esta­dos Uni­dos y la OTAN per­die­ron. El fra­ca­so de una inva­sión de 20 años es una cose­cha que per­te­ne­ce, toda, a los hal­co­nes de Washing­ton. Es de ellos, y deben lle­var­se el tro­feo de la derro­ta en sus aviones.

El gobierno de EEUU es el res­pon­sa­ble del caos en el aero­puer­to de Kabul por pre­ten­der extraer sólo a su per­so­nal, igno­ran­do y aban­do­nan­do a su suer­te a los cola­bo­ra­cio­nis­tas que trai­cio­na­ron la patria. Así paga el dia­blo a quien bien le sirve.

Ante la pre­ci­pi­ta­da hui­da del pre­si­den­te, el Tali­bán sen­ci­lla y lógi­ca­men­te tomó el pala­cio pre­si­den­cial. Sus diri­gen­tes han sido cla­ros: quie­ren que la tran­si­ción del país sea pací­fi­ca, y que las lega­cio­nes extran­je­ras sigan rea­li­zan­do su trabajo.

Se aca­bó la gue­rra y lo más rele­van­te es que los tali­ba­nes quie­ren evi­tar el derra­ma­mien­to de san­gre y esta­ble­cer un gobierno islá­mi­co abier­to e inclu­yen­te. Kabul está en paz y esa es una con­quis­ta del mun­do ente­ro. El gobierno de Irán esti­ma que la derro­ta de los Esta­dos Uni­dos debe abrir los cami­nos de la paz en Afga­nis­tán. La invi­ta­ción de los nue­vos gober­nan­tes es inte­li­gen­te al pedir a las ins­ti­tu­cio­nes diplo­má­ti­cas que actua­ron con res­pe­to a seguir sus acti­vi­da­des. Han ofre­ci­do una amnis­tía a los fun­cio­na­rios del gobierno ante­rior y les piden que vuel­van a sus tra­ba­jos. «La gue­rra ter­mi­nó y todo el mun­do está per­do­na­do. Miles de sol­da­dos han sido indul­ta­dos. No que­re­mos enemi­gos inter­nos ni exter­nos», afir­ma la nue­va diri­gen­cia del país. Lla­man a la cal­ma y a la cons­truc­ción de una nación común. Ya los cen­tros de ense­ñan­za abrie­ron sus puer­tas en Afga­nis­tán. Todo esto es una señal positiva.

Mos­cú opi­na que la cri­sis afga­na debe asi­mi­lar­se como el resul­ta­do lógi­co de la reti­ra­da de los Esta­dos Uni­dos y de la OTAN.

Washing­ton debe pro­ce­sar su amar­ga expe­rien­cia. Se van de Afga­nis­tán dejan­do una este­la de des­truc­ción y muer­te inne­ce­sa­rias. Que­ma­ron billo­nes de dóla­res en una gue­rra con­de­na­da al fra­ca­so y se hicie­ron odiar por un pue­blo noble. Fue un gra­ve error irres­pe­tar la fuer­za polí­ti­ca y espi­ri­tual del Islam.

FARC-EP

Segun­da Mar­que­ta­liaAgos­to 17 de 2021

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