Un código rojo para la humanidad, así calificó Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, IPCC. El calentamiento global se está extendiendo dramáticamente a todas las regiones de la tierra, fenómeno causado por las emisiones de gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono y el metano.
Tenemos que frenar la marcha de la humanidad hacia el cataclismo climático que hará más difícil la vida en el planeta. La crisis está conectada a la utilización desaforada de combustibles fósiles. El calentamiento marca ya en los termómetros 1,2 grados, y esa temperatura nos ha colocado forzosamente frente a un horizonte de daños irreversibles, que no nos regresarán a la normalidad, aunque en acuerdo mancomunado podamos mantenerlo por debajo de ese nivel.
Los expertos opinan que las capas de hielo y los glaciares ‑como ya lo apreciamos en Colombia- seguirán derritiéndose por décadas y hasta por los siglos de los siglos. Indefectiblemente el nivel del mar subirá entre 2 y 3 metros, pero podrá aumentar si el calentamiento continúa en ascenso. El umbral más crítico se alcanzará con los 2 grados.
¿Cómo detenerlo, cómo neutralizarlo? Acabando con las emisiones de gases de efecto invernadero, fundamentalmente de las industrias que, acicateadas por la ciega ambición de ganancias, no ve ni entiende que, entre más alarguemos las alternativas, mayor será el problema. Necesitamos ante todo conciencia humana colectiva, generada en el reconocimiento del problema.
Las oleadas extremas de calor que pintan de alertas rojas el futuro de la vida, amenazan la tierra con mortandades. Las sequías que ocurrían una vez por década, ahora se suceden con más frecuencia. Tendremos alternancias descontroladas de sequías e inundaciones por intensificación del ciclo del agua. A mayor evaporación, mayor sequía. Y el aire caliente contendrá más vapor de agua, lo cual producirá lluvias extremas, diluviales.
A medida que aumenten las temperaturas, los huracanes serán más fuertes y se presentarán con mayor volumen de lluvia y alcanzarán categorías 4 y 5, que son los más arrasadores. El nivel del mar ha aumentado, lo que empeora las inundaciones de la marea alta y de la marejada ciclónica. La tierra será castigada con los latigazos meteorológicos de cambios salvajes entre extremos secos y húmedos. Los ríos atmosféricos aludidos por los expertos, causarán inundaciones destructivas en un ciclo, y al siguiente, sequías extremas que provocarán escasez de agua.
El metano, el gas invisible, cuya producción está disparada por fugas de gas natural, por la agricultura y la ganadería, tiene 80 veces el poder del dióxido de carbono para calentar el planeta a corto plazo.
Se afirma que el informe del IPCC no sugiere políticas para remediar la crisis climática, y que estamos sin fórmulas para enfrentarla. La ingesta de bio-carbón por el ganado vacuno, podría reducir la emisión de gas metano a la atmósfera. Es urgente frenar la deforestación de la Amazonía. ¿Otras ideas? Tenemos que evitar el apocalipsis climático. «No hay tiempo para demoras ni lugar para excusas».
FARC-EP
Segunda MarquetaliaAgosto 12 de 2021