Resumen Latinoamericano, 3 de septiembre de 2021.
La ofensiva policial, lejos de tener su base en las razones sanitarias, se sitúa claramente en la lucha de clases.
La organización antirrepresiva TINKO quiere mostrar su solidaridad a todas las personas detenidas, heridas y perseguidas como consecuencia del desalojo del Gaztetxe de Errotxapea. Asimismo, queremos denunciar la actitud de la policía. Y no únicamente la actitud policial de este jueves, sino que lo que queremos denunciar es el propio carácter de esta.
Durante todo el verano hemos podido ver, en distintos lugares de Euskal Herria, a las policías de los distintos colores atacando a la juventud, causando decenas de detenidos y heridos. La pandemia es la excusa, pero el objetivo es disciplinar y hacer arrodillarse a la clase obrera.
El turismo, por ejemplo, ha provocado innumerables aglomeraciones de gente en las capitales de Euskal Herria, pero la burguesía no ha enviado ni una vez a sus perros a apalear a los turistas, ya que es el modelo de consumo el que determina qué aglomeración es aceptable (las impulsadas por la burguesía) y cuál es la que hay que perseguir sin compasión (las de la clase obrera). Mientras aumentan el aforo de los campos de fútbol para hacer negocio, prohíben reunirse al aire libre.
El pueblo de Plentzia será tomado por los cipayos desde las 5 de la tarde de hoy para que la gente no beba en la calle. Para eso pondrán controles en las carreteras y en la estación del metro. Plentzia, municipio de la comarca de Uribe Kosta. En esta comarca están los chalets y las mansiones de algunas de las familias de explotadores con mayores fortunas de Bizkaia. No veremos a los policías rodeando sus casas para impedir esas fiestas que “alegran” con alcohol y cocaína. La ofensiva policial, lejos de tener su base en las razones sanitarias, se sitúa claramente en la lucha de clases.
Por lo tanto y como decíamos al principio, no criticamos únicamente una actuación concreta de la policía, sino su función histórica. Su cometido es blindar los privilegios de los poderosos, y eso queda patente en cualquier conflicto laboral, en los desahucios, en el control de los espacios, o en la violencia y el odio que muestran contra toda actividad que ponga en duda cualquier parcela del sistema.
Volviendo al tema del desalojo del Gaztetxe de Errotxapea, los gaztetxes y otros locales okupados por colectivos son mucho más que sitios en los que estar. Son espacios para organizarse, reunirse, debatir, preparar a la militancia y hacer frente a este sistema que nos pisotea. Por eso han enviado hoy a la policía a apalear a la juventud.
fuente: Tinko