De cara al 4 de Diciembre, desde Arboreá y Jaleo!!!, juventud andaluza independentista, consideramos que es necesario reflexionar sobre el papel que la izquierda soberanista andaluza debe jugar ante la actual situación de nuestro pueblo.
Este sábado se cumplen 44 años de las históricas movilizaciones que reclamaron soberanía para Andalucía con el fin de solucionar los problemas que asolaban nuestra tierra: el paro, la pobreza, la subordinación económica y política, el carácter extractivista de nuestro modelo productivo, o el menosprecio a nuestra cultura e identidad. El mecanismo creado para canalizar las aspiraciones y justas reivindicaciones de amplios sectores populares andaluces fue una autonomía que en más de 40 años no ha conseguido revertir estos males. A pesar de la mejora del nivel de vida de nuestras clases populares y de ciertos avances formales, Andalucía no ha hecho más que profundizar el papel subalterno, periférico y dependiente de su economía y hacer estructurales problemas como la emigración, la precariedad, la pobreza o exclusión social.
Por ello, este 4 de Diciembre no tenemos nada que celebrar, y sí mucho que reflexionar acerca de cómo estamos afrontando desde la izquierda soberanista andaluza el momento histórico y político que vivimos.
1) El pueblo trabajador andaluz está viviendo una situación social y económica muy preocupante: ciclo tras ciclo de crisis desde la del 2008, este ve mermadas sus condiciones laborales, salariales y su estabilidad. La precarización laboral, el desempleo, la pérdida de poder adquisitivo, la exclusión social, la ausencia de horizontes y presente digno para nuestra juventud, la feminización de la pobreza, la desindustrialización, terciarización y turistificación del sistema productivo o la preocupante situación de la población inmigrante son sólo algunos de los síntomas de la grave realidad que viven nuestros pueblos y barrios obreros. Por otro lado, nuestro territorio es un escenario más del combate del capital contra la naturaleza. La degradación que la proclama de la maximización del beneficio impone sobre nuestros ecosistemas, cada día más acuciante, va a profundizar la crisis climática en la que ya estamos inmersos, así como las desigualdades que resultan de ella. Nada hace indicar que esta situación vaya a mejorar en un momento de crisis mundial y recomposición del capitalismo a nivel internacional, así como de políticas de la Unión Europea que se dirigen a aumentar la competitividad del capital y las empresas, con las consiguientes mermas de derechos laborales y calidad de vida de la clase trabajadora. Frente a ello, estamos viendo cómo el papel del gobierno de coalición de PSOE y UP a nivel estatal no es otro que el de asumir la gestión del modelo económico impuesto por la Unión Europea y los grandes capitales españoles sin proyectar ningún horizonte transformador que desborde o vaya más allá de esa lógica. Antes bien, dicho papel se limita a vender tímidas reformas como grandes logros de conquista de derechos, cuando en la práctica estos no hacen más que encogerse.
2) Frente a esta situación, nos encontramos con una preocupante situación de debilidad, fragmentación y desorientación del tejido organizativo (vecinal, sindical, antifascista, feminista, cultural, juvenil…), a pesar de que contemos con importantes y alentadoras experiencias de luchas colectivas en toda nuestra tierra (siendo la del metal en la provincia de Cádiz un buen ejemplo actual). Además, no hay duda de que la conflictividad social crece y podemos ver muestras en muy diversas manifestaciones, pero conflictividad no es necesariamente combatividad y no tiene por qué resultar en el aumento de la conciencia o la conquista de derechos o victorias colectivas, sino que incluso puede desembocar en más desesperación, desilusión y salidas individualistas. Una manifestación de esta preocupante situación de debilidad podemos encontrarla en la propia izquierda soberanista andaluza y en la evolución de sus espacios de coordinación, que se vieron dinamitados con la desaparición de la Plataforma 4D. El resultado: una ausencia de coordinación, diálogo y trabajo conjunto, que tiene su expresión en las 4 diferentes convocatorias para este 4 de Diciembre, para mayor confusión y desorientación del movimiento.
3) Cuando entramos en año electoral es también indispensable hablar de cómo ha surgido una corriente de “nuevo andalucismo” que está desarrollando una estrategia institucional y electoral, priorizándola sobre la unidad combativa y en la calle del andalucismo. Más allá de nuestro posicionamiento claro sobre la debilidad que presentan las estrategias electorales sin poder popular que acompañe y posibilite cualquier conquista en las instituciones, sí nos parece más preocupante el hecho de que se están produciendo ciertos discursos con elementos confusos y contraproducentes, que se corresponden más con campañas de marketing político que con análisis y propuestas de proyectos políticos soberanistas, como ya hemos denunciado desde Arboreá en otras ocasiones (ver aquí).
Frente a esta situación, desde Jaleo!!! y Arboreá venimos a declarar lo siguiente:
1) La izquierda soberanista andalucista nos encontramos ante un reto político mayúsculo: cómo responder a la crisis económica, política, social y ecológica que vive nuestro pueblo, la cual se enmarca en una crisis mayor, sistémica, a nivel mundial, y frente a un régimen español represivo y en fase de recomposición política, económica e ideológica.
2) Afrontar este reto no es posible si no abordamos cuanto antes un trabajo de reorganización de nuestros espacios de coordinación y diálogo, más allá de los ritmos y estrategias electorales, y más allá de nuestros respectivos planteamientos estratégicos, ideológicos o políticos, y poniendo en común lo que nos une: la profunda convicción de que para resolver nuestros problemas históricos es fundamental activar la movilización, toma de conciencia y organización del pueblo trabajador andaluz para adquirir cuotas de soberanía y, por lo tanto, de capacidad de decisión sobre los aspectos esenciales de nuestra vida, para construir un futuro libre de explotación. Asimismo, debemos comprender que no habrá toma de conciencia sin trabajo constante y honesto entre nuestro pueblo, en las distintas realidades concretas, acompañando las luchas de los distintos sectores del pueblo trabajador andaluz y sus conquistas. Sólo así el andalucismo se nutrirá de las distintas realidades que componen nuestro pueblo y se verá como algo útil, más allá de las aventuras electorales.
3) Ninguna participación en las instituciones, ya sea a nivel estatal o andaluz, permitirá subvertir la situación que viven nuestro pueblo y nuestra clase sin esa acumulación de poder popular andaluz y sin el establecimiento de una hoja de ruta que nos permita romper con el actual régimen, la Unión Europea y la OTAN. Como comunistas, soberanistas y feministas, venimos a decir alto y claro que una salida duradera y estructural solo puede darse por medio de la constitución de una república andaluza de carácter social y feminista, y pasa por la construcción de mecanismos efectivos de participación política para la clase trabajadora, de herramientas y espacios de control democrático de la economía que nos permitan decidir soberanamente sobre nuestros recursos y nuestros cuerpos y, en definitiva, de la configuración de un modelo económico, político y cultural emancipado de la herencia franquista, patriarcal y de la tiranía del capital sobre la vida y la naturaleza.
¡Sólo el pueblo salva el pueblo!
¡Viva Andalucía Libre, socialista y feminista!