Des­per­tar anti­co­lo­nial en Áfri­ca y regre­so de los argu­men­tos colo­nia­les en Francia

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Intro­duc­ción

El neo­co­lo­nia­lis­mo fran­cés se enfren­ta en el con­ti­nen­te afri­cano a un cues­tio­na­mien­to sin pre­ce­den­tes des­de que su apa­ri­ción cuan­do se pro­du­je­ron las inde­pen­den­cias. Des­de 2015 las mani­fes­ta­cio­nes popu­la­res con­tra la pre­sen­cia de tro­pas fran­ce­sas se mul­ti­pli­can des­de Mali a Bur­ki­na Fas­so, pasan­do por Níger. El inten­to de ais­lar al nue­vo gobierno malien­se es un cla­ro fra­ca­so para Macron y ha teni­do dos resul­ta­dos indis­cu­ti­bles: por una par­te, la movi­li­za­ción de una mayo­ría del pue­blo malien­se para apo­yar al nue­vo gobierno fren­te a las pre­sio­nes inter­na­cio­na­les y, por otra, el aumen­to en toda la región y más allá de ella de lo que el perio­dis­ta Rémi Cara­yol deno­mi­na «sen­ti­mien­tos anti­fran­ce­ses»1. Por su par­te, la cober­tu­ra mediá­ti­ca domi­nan­te de estos hechos en el Hexá­gono está mar­ca­da por la vuel­ta de los argu­men­tos colo­nia­les de la déca­da de 1950: la mani­pu­la­ción inter­na­cio­nal, el anun­cio de un futu­ro catas­tró­fi­co en caso de una «rup­tu­ra» con París, la cri­mi­na­li­za­ción de los polí­ti­cos afri­ca­nos que no son dóci­les, etc.

La base económica

Se ha vuel­to fre­cuen­te afir­mar que la polí­ti­ca afri­ca­na de Fran­cia care­ce de base eco­nó­mi­ca. Inclu­so los ana­lis­tas que afir­man ser «anti­ca­pi­ta­lis­tas» se per­mi­ten cali­fi­car de cari­ca­tu­res­cos los aná­li­sis que ponen de relie­ve los retos eco­nó­mi­cos del inter­ven­cio­nis­mo mili­tar fran­cés en el con­ti­nen­te. El caso del ura­nio de Níger pue­de ser­vir para ana­li­zar esta retó­ri­ca que pre­ten­de ser eru­di­ta. Por ejem­plo, la revis­ta eco­nó­mi­ca L’Usine nou­ve­lle uti­li­za el siguien­te titu­lar en un artícu­lo de noviem­bre de 2019: «Non la Fran­ce n’est pas au Mali pour pro­té­ger les mines d’uranium d’Orano» [No, Fran­cia no está en Mali para pro­te­ger las minas de ura­nio de Orano] y expli­ca que «ras­trear intere­ses pri­va­dos tras la inter­ven­ción fran­ce­sa en Mali es simu­lar igno­rar que el Sahel es el gran foco del terro­ris­mo más cer­cano a noso­tros». Por tan­to, Fran­cia y Euro­pa inter­vie­nen mili­tar­men­te en el Sahel úni­ca­men­te para pro­te­ger­se del terro­ris­mo, de modo que el inte­rés de los pue­blos afri­ca­nos en aca­bar con el terro­ris­mo coin­ci­di­ría con el inte­rés fran­cés de pro­te­ger­se de ese mis­mo azo­te. Los aná­li­sis de este tipo ponen de relie­ve que el ura­nio nige­riano solo ocu­pa la ter­ce­ra posi­ción en las impor­ta­cio­nes fran­ce­sas de ura­nio, des­pués de Kaza­jis­tán y Aus­tra­lia, y jus­to antes de Uzbe­kis­tán. Tras el cie­rre de la últi­ma mina de ura­nio en el Hexá­gono en 2001 las impor­ta­cio­nes de ura­nio se repar­ten de este modo en el perio­do com­pren­di­do entre 2005 – 2020: Kaza­jis­tán (20,1 %), Aus­tra­lia (1,7 %), Níger (17,9 %) et Uzbe­kis­tán (16,1 %)2, etc.

Hay que aña­dir que estos datos solo con­cier­nen a las impor­ta­cio­nes de la mul­ti­na­cio­nal fran­ce­sa Orano (antes AREVA). Con­vie­ne com­ple­tar­los con otras impor­ta­cio­nes fran­ce­sas de ura­nio enri­que­ci­do. Una vez enri­que­ci­do en los Paí­ses Bajos o en Ale­ma­nia, el ura­nio nige­riano o kaza­jo apa­re­ce en las esta­dís­ti­cas como pro­ce­den­te de los Paí­ses Bajos o Ale­ma­nia, por lo que el esta­do de las esta­dís­ti­ca no per­mi­te esta­ble­cer un cua­dro real pre­ci­so de la pro­ve­nien­cia del ura­nio con­su­mi­do por EDF. La deci­sión de basar la polí­ti­ca ener­gé­ti­ca fran­ce­sa sobre el pilar casi exclu­si­vo de lo nuclear sin duda garan­ti­za una «inde­pen­den­cia ener­gé­ti­ca», pero sobre la base de un inter­ven­cio­nis­mo polí­ti­co y mili­tar en Áfri­ca Occi­den­tal y en las anti­guas repú­bli­cas sovié­ti­cas de Asia Cen­tral. Inclu­so limi­tán­do­se al ura­nio pro­du­ci­do por la mul­ti­na­cio­nal Orano, si se aca­ba­ra la fuen­te nige­ria­na, el par­que nuclear fran­cés se ralen­ti­za­ría brus­ca y con­si­de­ra­ble­men­te. Si bien es per­ti­nen­te des­ta­car los dife­ren­tes orí­ge­nes del ura­nio con­su­mi­do en Fran­cia, es esen­cial com­ple­tar esta cons­ta­ta­ción con otra: cada una de las cua­tro gran­des fuen­tes de impor­ta­ción es sufi­cien­te­men­te impor­tan­te para poner en difi­cul­ta­des la maqui­na­ria eco­nó­mi­ca fran­ce­sa en caso de que des­apa­rez­can esas fuen­tes o se debi­li­ten de for­ma con­si­de­ra­ble. Si se tie­ne en cuen­ta que en 2018 el 72% de la elec­tri­ci­dad pro­du­ci­da en Fran­cia era de ori­gen nuclear, se com­pren­de fácil­men­te la tras­cen­den­cia que tie­ne el reto nige­riano o kaza­jo para las mul­ti­na­cio­na­les fran­ce­sas3.

Los sec­to­res del petró­leo y del gas ponen de relie­ve los retos geo­eco­nó­mi­cos de los mis­mos espa­cios geo­grá­fi­cos. Así, en 2020 un 30% del petró­leo impor­ta­do en Fran­cia pro­ve­nía de Áfri­ca (Arge­lia 10,3 %; Nige­ria 9,6 %; Libia 2,7 %, etc.), un 26,2 % de los paí­ses de la anti­gua URSS (un 8,7% del cual de Rusia) y un 15,5 % de Orien­te Pró­xi­mo (un 11,8 % del cual de Ara­bia Sau­dí)4. El sec­tor del gas, del que la depen­den­cia es menor, está deter­mi­na­do por los mis­mos retos geo­es­tra­té­gi­cos. Si un 36% del gas con­su­mi­do en Fran­cia es de ori­gen norue­go, Rusia está jus­to des­pués (con el 17%), segui­da de Arge­lia (8%), los Paí­ses Bajos (8%) y Nige­ria (7%), etc. Mal que les pese a quie­nes, con el pre­tex­to de rom­per con las «expli­ca­cio­nes eco­nó­mi­cas sim­plis­tas», lle­guen a negar la base eco­nó­mi­ca de la polí­ti­ca exte­rior fran­ce­sa, Áfri­ca, Orien­te Medio y la anti­gua URSS cons­ti­tu­yen unos sec­to­res neu­rál­gi­cos para los intere­ses de las mul­ti­na­cio­na­les francesas.

La deman­da chi­na y su efec­to en África

El desa­rro­llo eco­nó­mi­co de Chi­na en las últi­mas déca­das supo­ne un ver­da­de­ro seís­mo para las rela­cio­nes entre Fran­cia y la Unión Euro­pea por una par­te y el con­ti­nen­te afri­cano, por otra. La nece­si­dad que tie­ne Pekín de mate­rias pri­mas ener­gé­ti­cas vin­cu­la­da a este cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co ha lle­va­do a muchos con­tra­tos entre Chi­na y varios paí­ses afri­ca­nos. En el domi­nio del ura­nio el gobierno de Nami­bia abrió una gigan­tes­ca mina en Husab a fina­les de 2016 y arrui­nó así uno de los sue­ños más impor­tan­tes de AREVA. En Níger se sigue sin explo­tar la con­ce­sión adju­di­ca­da a la mul­ti­na­cio­nal fran­ce­sa Orano en 2009. «Imou­ra­ren, que se supo­nía iba a pro­du­cir 5.000 tone­la­das de ura­nio al año, toda­vía no se ha empe­za­do a explo­tar y Orano ale­ga que el pre­cio del ura­nio en el mer­ca­do mun­dial es malo», resu­me el perio­dis­ta Fran­cis Sahel. El temor a que el gobierno nige­riano acu­da a Chi­na para explo­tar su ura­nio no es pro­duc­to de la ima­gi­na­ción, tenien­do en cuen­ta las nece­si­da­des de Pekín en esta mate­ria pri­ma. El país, que se encuen­tra inmer­so en una tran­si­ción ener­gé­ti­ca de gran mag­ni­tud que debe­ría redu­cir con­si­de­ra­ble­men­te la cuo­ta de car­bón, ha empren­di­do la cons­truc­ción de más de 134 reac­to­res nuclea­res a un rit­mo de seis a ocho cen­tra­les al año. La nece­si­dad total de ura­nio que tie­ne Chi­na se ele­va a 35.000 tone­la­das a la año. Actual­men­te más del 70% de este ura­nio se impor­ta de Aus­tra­lia y Cana­dá, dos alia­dos de Esta­dos Uni­dos que no ocul­tan su volun­tad de asfi­xiar eco­nó­mi­ca­men­te a Chi­na hacien­do más difí­cil su acce­so a las mate­rias pri­mas5. Aun­que a lar­go pla­zo la polí­ti­ca ener­gé­ti­ca de Chi­na pre­vé extraer este ura­nio del agua del mar, duran­te un lar­go perio­do de tran­si­ción debe­rá encon­trar nue­vas fuen­tes de suministro.

La situa­ción es simi­lar en lo que con­cier­ne al gas, el petró­leo, muchas otras mate­rias pri­mas y pro­duc­tos agrí­co­las. Es cier­to que la mag­ni­tud del aumen­to de la deman­da chi­na en Áfri­ca es dife­ren­te para cada uno de esos pro­duc­tos, pero el aumen­to es casi gene­ral. Los auto­res del libro La Chi­ne en Afri­que. Mena­ce ou oppor­tu­ni­té pour le déve­lop­pe­ment? [Chi­na en Áfri­ca, ¿ame­na­za u opor­tu­ni­dad para el desa­rro­llo?] resu­men de la siguien­te mane­ra los efec­tos de esta situa­ción: «Asi­mis­mo, la entra­da en el jue­go de un nue­vo actor impor­tan­te, libre de toda his­to­ria colo­nial en Áfri­ca y poco exi­gen­te a la hora de con­ce­der su finan­cia­ción, se ve como la posi­bi­li­dad de des­ha­cer estos lazos de depen­den­cia y ampliar el estre­cho mar­gen de manio­bra del que dis­po­nen los paí­ses afri­ca­nos. Des­de ese pun­to de vis­ta, la pre­sen­cia chi­na en Áfri­ca […] se pue­de con­si­de­rar salu­da­ble. Estos nue­vos acto­res no solo apor­tan a Áfri­ca nue­vos recur­sos finan­cie­ros en un con­tex­to de esca­sez rela­ti­va, sino que tam­bién crean una «nue­va pre­sión com­pe­ti­ti­va» sobre los pro­vee­do­res de fon­dos esta­ble­ci­dos. Y abren a los paí­ses afri­ca­nos nue­vos espa­cios polí­ti­cos sus­cep­ti­bles a lar­go pla­zo de per­mi­tir­les esca­par de la orto­do­xia libe­ral y defi­nir una tra­yec­to­ria pro­pia de desa­rro­llo ni pres­cri­ta ni con­di­cio­na­da»6.

El cara a cara des­igual entre cada país afri­cano y su anti­gua poten­cia colo­nial (o con enti­da­des como la Unión Euro­pea o Esta­dos Uni­dos) tien­de a dis­ten­der­se en favor de un hori­zon­te de posi­bi­li­da­des más amplio. En este nue­vo con­tex­to glo­bal afri­cano, vigen­te des­de prin­ci­pios de siglo, es don­de se pro­du­cen las cri­sis de segu­ri­dad con­tem­po­rá­neas en Áfri­ca Occi­den­tal. Sin duda dichas cri­sis tie­nen múl­ti­ples fac­to­res, pero dos de ellos tie­nen unos efec­tos de gran alcan­ce. El pri­me­ro es el lar­go pro­ce­so de debi­li­ta­mien­to de las capa­ci­da­des de inter­ven­ción (eco­nó­mi­cas, polí­ti­cas, de segu­ri­dad, edu­ca­ti­va, sani­ta­ria, etc.) de los Esta­dos afri­ca­nos tras casi medio siglo de impo­si­ción de los pla­nes de ajus­te estruc­tu­ral del FMI y el Ban­co Mun­dial. Las pri­va­ti­za­cio­nes y libe­ra­li­za­cio­nes for­za­das han debi­li­ta­do la capa­ci­dad con­cre­ta de los Esta­dos para cons­truir nacio­nes: se han aban­do­na­do regio­nes ente­ras, se ha pro­du­ci­do des­igual­dad terri­to­rial, el empo­bre­ci­mien­to ha alcan­za­do nive­les no vis­tos des­de las inde­pen­den­cias, etc. El segun­do fac­tor es la des­truc­ción vio­len­ta de Libia y los efec­tos de des­es­ta­bi­li­za­ción dura­de­ros que ha teni­do en el con­jun­to de la zona. Una déca­da des­pués de la des­truc­ción de Libia sus metás­ta­sis pros­pe­ran en la mayo­ría de los paí­ses de la zona y exa­cer­ban las ante­rio­res con­tra­dic­cio­nes nacio­na­les pro­ve­nien­tes de las defi­cien­cias de cons­truc­ción nacio­nal, sobre­de­ter­mi­na­das a su vez por las polí­ti­cas neo­li­be­ra­les de los pla­nes de ajus­te estructural.

La vuel­ta de los argu­men­tos coloniales

Los deba­tes polí­ti­cos y mediá­ti­cos que acom­pa­ñan a los dis­tin­tos epi­so­dios de la cri­sis del neo­co­lo­nia­lis­mo fran­cés en Áfri­ca se carac­te­ri­zan por recu­rrir con fre­cuen­cia a dos lógi­cas argu­men­ta­ti­vas: la «mano del exte­rior», por una par­te, y el «catas­tro­fis­mo» en caso de reti­ra­da del ejér­ci­to fran­cés de la zona, por otra. La pri­me­ra tie­ne una amplia difu­sión mediá­ti­ca para expli­car lo que dema­sia­do fácil­men­te se deno­mi­na el supues­to «sen­ti­mien­to anti­fran­cés»7. Así, el pro­gra­ma de la tele­vi­sión fran­ce­sa «Cdans l’air» de 13 de febre­ro de 2022 se titu­ló «El ascen­so del sen­ti­mien­to anti­fran­cés en Mali», que pare­ce hacer­se eco de un pro­gra­ma ante­rior de Fran­ce 24, emi­ti­do hace dos años, titu­la­do «Cre­ce en Áfri­ca el sen­ti­mien­to anti­fran­cés»8. En la pren­sa escri­ta tam­bién está pre­sen­te el vago con­cep­to de «sen­ti­mien­to anti­fran­cés». Así, Le Figa­ro titu­la un artícu­lo del 20 de enero de 2022 «Sanc­tions, mani­fes­ta­tions, sen­ti­ment anti-fra­nçais» [San­cio­nes, mani­fes­ta­cio­nes, sen­ti­mien­to anti­fran­cés]9. El dia­rio Libé­ra­tion del 26 de noviem­bre 2021 uti­li­za la mis­ma idea inde­fi­ni­da al titu­lar ««Sen­ti­ment anti-fra­nçais» en Afri­que» [«Sen­ti­mien­to anti­fran­cés» en Áfri­ca]10. Si bien es cier­to que des­de hace más de una déca­da se está desa­rro­llan­do, sobre todo entre la juven­tud, un movi­mien­to de opo­si­ción a la polí­ti­ca eco­nó­mi­ca fran­ce­sa y euro­pea en Áfri­ca (con­tra el fran­co CFA, con­tra los Acuer­dos de Aso­cia­ción Eco­nó­mi­ca de la Unión Euro­pea, etc.), redu­cir­lo a un «sen­ti­mien­to anti­fran­cés» equi­va­le, cons­cien­te­men­te o no, a des­po­li­ti­zar­lo, a remi­tir­lo a una dimen­sión úni­ca­men­te sub­je­ti­va, inclu­so irra­cio­nal. Del mis­mo modo, la opo­si­ción a la polí­ti­ca fran­ce­sa de lucha con­tra el terro­ris­mo en Áfri­ca Occi­den­tal o la crí­ti­ca de sus obje­ti­vos de gue­rra se redu­cen al mis­mo «sen­ti­mien­to anti­fran­cés» con las mis­mas con­se­cuen­cias de des­po­li­ti­za­ción de una opo­si­ción social. Y como se nie­ga toda dimen­sión polí­ti­ca a estos movi­mien­tos socia­les, para expli­car­los solo que­da una atri­bu­ción cau­sal: «la mano del exte­rior» y en este caso, de Chi­na y Rusia. Así, el minis­tro fran­cés de Asun­tos Exte­rio­res Jean-Yves Le Drian expli­ca el 21 de noviem­bre de 2021: «Hay mani­pu­la­do­res, por medio de las redes socia­les, de las noti­cias fal­sas, de la ins­tru­men­ta­li­za­ción de una par­te de la pren­sa, que jue­gan con­tra Fran­cia, algu­nos de ellos a veces inclu­so ins­pi­ra­dos por las redes euro­peas, pien­so en Rusia»11. Según esto, los «infan­ti­les pue­blos» afri­ca­nos están mani­pu­la­dos por esta «mano exte­rior». Sin embar­go, en un artícu­lo fecha­do en junio de 2015, es decir, antes de la vuel­ta del supues­to «sen­ti­mien­to anti­fran­cés», anun­ciá­ba­mos el desa­rro­llo de lo que pro­po­nía­mos deno­mi­nar «una nue­va gene­ra­ción anti­co­lo­nial» en Áfri­ca12.

El con­cep­to de «sen­ti­mien­to anti­fran­cés» y su rela­ción con el mar­co expli­ca­ti­vo de la «mano exte­rior» están lejos de ser nue­vos. Encon­tra­mos amdos en el momen­to en que se desa­rro­llan las luchas de libe­ra­ción nacio­nal de la déca­da de 1950. Así, se men­cio­na la mano de «Mos­cú» o de «El Cai­ro» para expli­car la insu­rrec­ción arge­li­na, y la de Mos­cú y Pekín para expli­car la revo­lu­ción viet­na­mi­ta. Como estas insu­rrec­cio­nes nacio­na­les no se podían expli­car por unas cau­sas inter­nas (es decir, por el recha­zo de la colo­ni­za­ción), solo se podían pre­sen­tar como una agre­sión extran­je­ra dis­fra­za­da de gue­rra de libe­ra­ción nacio­nal. Así, el minis­tro de Asun­tos Exte­rio­res fran­cés Chris­tian Pineau, por ejem­plo, decla­ró el 2 de mar­zo de 1957 que «detrás de cier­tas for­mas de insu­rrec­ción se encuen­tra el deseo de cier­tas poten­cias de apro­piar­se de la heren­cia de Fran­cia en Áfri­ca del Nor­te»13. El his­to­ria­dor Char­les Robert Age­ron resu­me de la siguien­te mane­ra la tesis de la «mano exte­rior» cuan­do esta­lla la insu­rrec­ción arge­li­na: «La tesis del com­plot del extran­je­ro en el esta­lli­do de la insu­rrec­ción arge­li­na fue la reac­ción inme­dia­ta de las auto­ri­da­des de Argel. En noviem­bre de 1954 el gober­na­dor gene­ral Léo­nard había ase­gu­ra­do que “los albo­ro­ta­do­res habían obe­de­ci­do una con­sig­na extran­je­ra”. Los dife­ren­tes ser­vi­cios de inte­li­gen­cia habían lle­ga­do a las siguien­tes con­clu­sio­nes en 1955: la rebe­lión tenía su cen­tro en El Cai­ro, y esta­ba diri­gi­da y arma­da por los ser­vi­cios secre­tos egip­cios. En pocas pala­bras, la revo­lu­ción egip­cia había des­en­ca­de­na­do una gue­rra con­tra Fran­cia por medio de los magre­bíes»14.

La segun­da lógi­ca argu­men­ta­ti­va muy recu­rren­te en los medios de comu­ni­ca­ción con­tem­po­rá­neos, en par­ti­cu­lar res­pec­to a Mali, es el catas­tro­fis­mo que se uti­li­za fre­cuen­te­men­te para anun­ciar el caos en caso de que las tro­pas fran­ce­sas se vayan del Sahel y/​o de Mali. En las actua­les cri­sis en Áfri­ca Occi­den­tal este catas­tro­fis­mo se expre­sa de dife­ren­tes mane­ras que siem­pre tie­nen el mis­mo fon­do: «La crain­te du scé­na­rio afghan» [El temor al esce­na­rio afgano], Fran­ce Info; «Ten­sions Fran­ce – Mali: ces simi­li­tu­des qui font redou­ter un scé­na­rio à l’afghane» [Ten­sio­nes Fran­cia-Mali: estas simi­li­tu­des que hacen temer un esce­na­rio afgano], L’Express; «Au Mali, les crain­tes d’un scé­na­rio afghan» [En Mali temor de un esce­na­rio afgano], L’Opinion; «Tom­bouc­tou, la peur du scé­na­rio afghan» [Tom­buc­tu, mie­do a un esce­na­rio afgano], Fran­ce Inter, etc. A esta pri­me­ra ver­sión del catas­tro­fis­mo se aña­de otra bajo la for­ma del dis­cur­so sobre los «mer­ce­na­rios del Gru­po Wag­ner» que anun­cia un con­trol ruso sobre la zona y sobre Mali en par­ti­cu­lar. Lo que está implí­ci­to en esta ver­sión no es sino el prin­ci­pio del «mal menor» que plan­tea que la situa­ción catas­tró­fi­ca actual es pre­fe­ri­ble a cual­quier otra alter­na­ti­va. Esta lógi­ca argu­men­ta­ti­va no es nue­va ni ori­gi­nal, tam­bién se uti­li­zó con fre­cuen­cia cuan­do se pro­du­je­ron las luchas de libe­ra­ción nacio­nal. A dife­ren­cia de la ante­rior, esta lógi­ca se pue­de acom­pa­ñar de una mira­da crí­ti­ca res­pec­to a la polí­ti­ca colo­nial y exi­gir refor­mar­la para hacer­la menos «inhu­ma­na». La uti­li­za un cam­po polí­ti­co más amplio. Así, en 1945 el diri­gen­te comu­nis­ta Paul Caba­lle­ro escri­bió en el perió­di­co L’Humanité: «Quie­nes recla­man la inde­pen­den­cia de Arge­lia son agen­tes cons­cien­tes o incons­cien­tes de otro impe­ria­lis­mo. No que­re­mos cam­biar nues­tro caba­llo tuer­to por uno cie­go»15. Si Paul Caba­le­rro pien­sa aquí en un «impe­ria­lis­mo esta­dou­ni­den­se», en 1959 el gene­ral de Gau­lle reto­ma la mis­ma lógi­ca argu­men­ta­ti­va catas­tro­fis­ta pen­san­do en el «impe­ria­lis­mo ruso». Al con­si­de­rar la hipó­te­sis de la inde­pen­den­cia total de Arge­lia, de Gau­lle pre­vé «san­gre y lágri­mas» para el pue­blo arge­lino: «Por mi par­te, estoy con­ven­ci­do de que seme­jan­te des­en­la­ce sería inve­ro­sí­mil y desas­tro­so. Sien­do Arge­lia lo que es actual­men­te y el mun­do lo que cono­ce­mos, la sece­sión pro­vo­ca­ría una mise­ria espan­to­sa, un terri­ble caos polí­ti­co, una matan­za gene­ra­li­za­da y, pron­to, la beli­co­sa dic­ta­du­ra de los comu­nis­tas»16.

¿Es de extra­ñar esta vuel­ta de los argu­men­tos colo­nia­les? Cree­mos que no, tenien­do en cuen­ta la mag­ni­tud de lo que esta­ba en jue­go des­de el pun­to de vis­ta estra­té­gi­co en la Arge­lia de 1959 y lo que lo está en el Sahel de 2022. La ener­gía en gene­ral y el ura­nio en par­ti­cu­lar ya esta­ban pre­sen­tes en 1959 y siguen están­do­lo en 2022. Ade­más de la cues­tión del gas y el petró­leo en el Sáha­ra arge­lino, una de las cau­sas de la dura­ción de la gue­rra de Arge­lia se encuen­tra en las prue­bas nuclea­res rea­li­za­das en el mis­mo Sáha­ra. En efec­to, el 13 de febre­ro de 1960 se lle­vó a cabo la pri­me­ra prue­ba nuclear fran­ce­sa bajo el exó­ti­co nom­bre de «Jer­bo azul», que se hizo ya con ura­nio afri­cano pro­ve­nien­te de Mada­gas­car. En el momen­to en el que las tro­pas fran­ce­sas se ven obli­ga­das a aban­do­nar Mali para des­ple­gar­se en paí­ses veci­nos es esen­cial no ocul­tar estos intere­ses neo­co­lo­nia­les en la zona. De no estar vigi­lan­tes, esta­mos con­de­na­dos a no enten­der nada de la diná­mi­ca anti­co­lo­nial que se desa­rro­lla en Áfri­ca Occi­den­tal y en un ámbi­to más amplio. De no tener en cuen­ta la base eco­nó­mi­ca de las deci­sio­nes fran­ce­sas, esta­mos con­de­na­dos a creer el dis­cur­so de legi­ti­ma­ción que es el de la «lucha anti­te­rro­ris­ta» y a dejar­nos con­ven­cer por los más mani­dos argu­men­tos coloniales.

Saïd Boua­ma­ma

16 de febre­ro de 2022

Tra­du­ci­do del fran­cés para Rebe­lión por Bea­triz Mora­les Bastos.

Fuen­te: https://​boua​ma​mas​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​0​2​/​1​6​/​r​e​v​e​i​l​-​a​n​t​i​c​o​l​o​n​i​a​l​-​a​f​r​i​c​a​i​n​-​e​t​-​r​e​t​o​u​r​-​d​e​s​-​a​r​g​u​m​e​n​t​a​i​r​e​s​-​c​o​l​o​n​i​a​u​x​-​e​n​-​f​r​a​n​ce/

  1. Rémi Cara­yol: «Au Sahel, la flam­bée des sen­ti­ments anti­fra­nçais», Orient XXI, 14 de noviem­bre de 2019, se pue­de con­sul­tar en https://orientxxi.
  2. Pie­rre Bre­te­au: «L’indépendance éner­gé­ti­que de la Fran­ce grâ­ce au Nucléai­re: un tour de pas­se-pas­se sta­tis­ti­que», Le Mon­de, 24 de enero de 2002, se pue­de con­sul­tar en https://​www​.lemon​de​.fr.
  3. «Quel est le mix éner­gé­ti­que en Fran­ce?», docu­men­to de Engie, 3 de diciem­bre de 2021, se pue­de con­sul­tar en https://​par​ti​cu​liers​.engie​.fr.
  4. «Pro­ve­nan­ce du pétro­le brut impor­té en Fran­ce», INSEE, Sta­tis­ti­ques et étu­des du 24 décem­bre 2021, se pue­de con­sul­tar en https://​www​.insee​.fr.
  5. Yohan Demeu­re: «La Chi­ne désir pui­ser son ura­nium dans l’eau de mer», 10 de junio de 2021, se pue­de con­sul­tar en https://​scien​ce​post​.fr.
  6. Alter­na­ti­ve sud, La Chi­ne en Afri­que. Mena­ce ou oppor­tu­ni­té de déve­lop­pe­ment? Points de vue du Sud, Syllep­se, París 2011, p. 19.
  7. Cdans l’air, 13 de febre­ro 2022, «La mon­tée du sen­ti­ment anti-fra­nçais au Mali», se pue­de ver en https://​www​.you​tu​be​.com/​w​a​t​c​h​?​v​=​0​Q​A​F​5​2​b​F​jNc.
  8. Fran­ce 24, 14 de enero de 2020, «En Afri­que le sen­ti­ment anti-fra­nçais se déve­lop­pe», se pue­de ver en https://​www​.you​tu​be​.com/​w​a​t​c​h​?​v​=​v​5​7​I​S​Q​p​b​ggI.
  9. Hugues Mai­llot: «Sanc­tions, mani­fes­ta­tions, sen­ti­ment anti-fra­nçais: la déli­ca­te situa­tion des expa­triés au Mali», Le Figa­ro, 20 de enero de 2022, se pue­de con­sul­tar en https://​www​.lefi​ga​ro​.fr.
  10. Maria Mala­gar­dis: «sen­ti­ment anti-fra­nçais» en Afri­que: «En huit ans, la pré­sen­ce mili­tai­re au Sahel n’a rien réglé, bien au con­tra­ire», Libé­ra­tion, 26 noviem­bre 2021, se pue­de con­sul­tar en https://​www​.libe​ra​tion​.fr.
  11. Cita­do en Fran­cis Lalan­ne: «Entre Paris et Mos­cou, la gue­rre de l’information fait rage», L’express, 25 de noviem­bre de 2021, se pue­de con­sul­tar en https://​www​.lex​press​.fr.
  12. Saïd Boua­ma­ma: «Les nou­ve­lles géné­ra­tions afri­cai­nes. Espoirs et vigi­lan­ces», https://​boua​ma​mas​.word​press​.com/​2​0​1​5​/​0​6​/​2​7​/​l​e​s​-​n​o​u​v​e​l​l​e​s​-​g​e​n​e​r​a​t​i​o​n​s​-​a​f​r​i​c​a​i​n​e​s​-​e​s​p​o​i​r​s​-​e​t​-​v​i​g​i​l​a​n​c​es/ [en cas­te­llano https://​rebe​lion​.org/​e​s​p​e​r​a​n​z​a​s​-​y​-​v​i​g​i​l​a​n​c​i​as/].
  13. Dis­cur­so de Chris­tian Pineau, 2 de mar­zo de 1957, cita­do en Irwin M. Wall: Les Etats-Unis et la gue­rre d’Algérie, Soleb, París 2006, p. 46.
  14. Char­les Robert Age­ron: «L’opération Suez et la gue­rre d’Algérie», en Char­les Robert Age­ron (dir.), De «l’Algérie fra­nçai­se» à l’Algérie algé­rien­ne, volu­me 1, Édi­tions Bou­chè­ne, Argel 2005, p. 549.
  15. Dis­cur­so de Paul Caba­le­rro en el X Con­gre­so del PCF, L’Humanité, 30 junio de 1945.
  16. Char­les de Gau­lle: Dis­cur­so sobre la auto­de­ter­mi­na­ción de Arge­lia, 16 de sep­tiem­bre de 1959, repro­du­ci­do en Jean-Marie Cot­te­ret y René Moreau: Recher­ches sur le voca­bu­lai­re du géné­ral De Gau­lle, Armand Colin, París 1969, p. 68.

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