A tra­vés de Ucra­nia, ¿pue­de Occi­den­te usar la gue­rra para dete­ner su declive?

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A veces, los cam­bios revo­lu­cio­na­rios se nos acer­can sigi­lo­sa­men­te; solo nos damos cuen­ta de la rup­tu­ra impor­tan­te cuan­do la nota­mos, en el espe­jo retro­vi­sor. Esto es espe­cial­men­te cier­to cuan­do aque­llos que apre­ta­ron el gati­llo pri­me­ro no apre­cian com­ple­ta­men­te, ellos mis­mos, lo que han hecho.

¿Lo que se ha hecho? En un momen­to de par­cia­li­dad ins­tin­ti­va, algu­nos miem­bros del «equi­po de Biden» deci­die­ron apro­ve­char su plan para redu­cir el valor del rublo. Enton­ces recu­rrie­ron al tru­co de apo­de­rar­se de las reser­vas de dóla­res, euros y letras del Teso­ro del Ban­co Cen­tral de Rusia.

Esta­ban tan segu­ros de su plan, y de que frus­tra­ría por com­ple­to los esfuer­zos de Rusia por sal­var un rublo que se esta­ba hun­dien­do, que ni siquie­ra se moles­ta­ron en con­sul­tar a la Reser­va Fede­ral o al BCE. Este últi­mo lo dijo públi­ca­men­te y des­apro­bó la acción tomada.

Lo que siguió fue el lan­za­mien­to invo­lun­ta­rio del sis­te­ma finan­cie­ro occi­den­tal hacia su caí­da gra­dual. Los «hal­co­nes» ruso­fó­bi­cos en Washing­ton han des­ata­do ton­ta­men­te un con­flic­to con el úni­co país, Rusia, que tie­ne las mate­rias pri­mas nece­sa­rias para gober­nar el mun­do y des­en­ca­de­nar el cam­bio a un sis­te­ma mone­ta­rio diferente.

¿Este even­to mone­ta­rio cam­bia­rá tam­bién la diná­mi­ca geo­po­lí­ti­ca? Por supues­to, ya lo tiene.

Al apo­de­rar­se de sus reser­vas, Washing­ton efec­ti­va­men­te le dijo a Mos­cú: los dóla­res están fue­ra de sus lími­tes; abso­lu­ta­men­te no se pue­de com­prar nada con dóla­res. Si es así, ¿cuál es el pun­to de tener dóla­res? El final de la manio­bra esta­dou­ni­den­se y euro­pea era inevi­ta­ble: Rusia ven­de­ría su gas por rublos.

Pero aquí es don­de entra un giro maquia­vé­li­co: al jugar en ambos lados de la ecua­ción, es decir, al vin­cu­lar el rublo al oro, y lue­go al vin­cu­lar los pagos de ener­gía al rublo, el Ban­co de Rusia alte­ra fun­da­men­tal­men­te todos los supues­tos de tra­ba­jo del comer­cio mun­dial. (Es decir, reem­pla­zan­do dóla­res fidu­cia­rios nomi­na­les con mone­da fuer­te res­pal­da­da por mate­rias primas.)

Pero cui­da­do, el Ban­co Cen­tral de Rusia ha hecho dos cosas de impor­tan­cia geo­es­tra­té­gi­ca: ha agre­ga­do un pre­cio «míni­mo» y (menos remar­ca­do), eli­mi­nó otro. El Ban­co agre­gó un tope al pre­cio del oro al pro­me­ter com­prar oro a una tasa fija.

Sin embar­go, al insis­tir en el pago en su mone­da nacio­nal, Rusia comen­zó a qui­tar el tope impues­to por Esta­dos Uni­dos en 1971 al pre­cio del dólar, obli­gan­do a paí­ses de todo el mun­do a ven­der sus mone­das nacio­na­les (lo que las debi­li­ta) para com­prar dóla­res (para pagar por la ener­gía). En resu­men, aun­que el por­ta­voz ruso Dmitry Pes­kov dijo que Rusia pro­ce­de­ría con cau­te­la, la medi­da rom­pe la sobre­va­lua­ción estruc­tu­ral que se le ha dado al dólar.

Los pro­duc­to­res de ener­gía en el Medio Orien­te ven cla­ra­men­te a dón­de con­du­ce esto: Rusia, al vin­cu­lar el rublo al oro y la ener­gía al pago en rublos, está ini­cian­do un pro­ce­so para vin­cu­lar el pre­cio del petró­leo al pre­cio del oro. Es la revo­lu­ción silen­cio­sa. El oro se con­vier­te tem­po­ral­men­te en la mone­da de reser­va neu­tral, a la espe­ra del desa­rro­llo de una mone­da más grande.

Así que esta es la ter­ce­ra «deci­sión»: comien­za a sepa­rar­se de los inter­cam­bios de mate­rias pri­mas diri­gi­dos por el papel, que Occi­den­te mani­pu­la para man­te­ner bajo con­trol los pre­cios de los pro­duc­tos bási­cos y el oro. Esto poten­cial­men­te le da un nue­vo hori­zon­te a la OPEP+, por ejemplo.

Aquí está el resul­ta­do final: si se evi­tan los bonos del Teso­ro y los dóla­res en poder de la Reser­va Fede­ral de Nue­va York, ¿qué pasa­rá con la reser­va de valor natu­ral? Mate­rias pri­mas, por supues­to. ¿Por qué es tan revo­lu­cio­na­rio? Por­que en una era de inte­rrup­ción del sumi­nis­tro, inte­rrup­ción de los ali­men­tos y gue­rra, Occi­den­te ya no ten­drá acce­so a mate­rias pri­mas «bara­tas».

Qui­zás los miem­bros del equi­po de Biden debe­rían haber­se moles­ta­do en con­sul­tar a la Reser­va Fede­ral por­que, iró­ni­ca­men­te, no solo asus­ta­ron a otros posee­do­res extran­je­ros de bonos del Teso­ro de Esta­dos Uni­dos y dóla­res de reser­va cuan­do se apo­de­ra­ron de las reser­vas rusas, sino que lo hicie­ron jus­to cuan­do la infla­ción inter­na de Esta­dos Uni­dos se dis­pa­ra y los bonos se evi­tan de todos modos.

Des­pués de cua­ren­ta años de exis­ten­cia, los bonos del Teso­ro de Esta­dos Uni­dos aho­ra se con­si­de­ran «ries­go sin retorno». (Ries­gos debi­do a los temo­res de que la infla­ción haga que los ren­di­mien­tos de los bonos sean aún más nega­ti­vos en tér­mi­nos reales. Los ren­di­mien­tos del Teso­ro a dos años ya están explo­tan­do al alza. Pero si la Fed se toma en serio la lucha con­tra la infla­ción, el inte­rés de los ren­di­mien­tos de los bonos debe subir mucho más.)

Como era de espe­rar, la fie­bre de las mate­rias pri­mas (por todas estas razo­nes: ame­na­za de gue­rra, inte­rrup­ción del sumi­nis­tro, san­cio­nes con­tra Rusia) dis­pa­ró los pre­cios de las mate­rias pri­mas. Los altos pre­cios de las mate­rias pri­mas tie­nen un impac­to en todos los demás pre­cios y reper­cu­ten en todas par­tes, pero en nin­gún otro lugar tan­to como en los Esta­dos Uni­dos, don­de la cons­truc­ción fuer­te­men­te finan­cia­da se basa en una peque­ña base de garan­tías de mate­rias pri­mas. Y don­de la admi­nis­tra­ción está atra­pa­da entre el mie­do a la infla­ción y la caí­da del mer­ca­do de valo­res si suben las tasas de interés.

Esta tra­yec­to­ria de cri­sis eco­nó­mi­ca y dis­mi­nu­ción de la rele­van­cia occi­den­tal, pre­sa­gia­da por el orden mone­ta­rio glo­bal cam­bian­te, la ame­na­za de hiper­in­fla­ción, esca­sez de ali­men­tos, estan­tes vacíos, pobre­za infla­cio­na­ria, pre­cios de cale­fac­ción y gaso­li­na altí­si­mos, ¿pue­de rever­tir­se con una «vic­to­ria esta­dou­ni­den­se» en el ¿con­flic­to ucraniano?

Lo que «Bucha» nos dice es que Occi­den­te está en un fre­ne­sí de «todo o nada» para demos­trar que pue­de ganar esta gue­rra. Un fra­ca­so en Ucra­nia bien podría sig­ni­fi­car la desin­te­gra­ción de la Unión Euro­pea y la OTAN. La cohe­sión impro­vi­sa­da den­tro de estas alian­zas no sobre­vi­vi­rá al trau­ma de la derro­ta. Y «Bucha» nos dice que Occi­den­te está lis­to para bus­car una «vic­to­ria» en una gue­rra ima­gi­na­ria, inclu­so a cos­ta de una pér­di­da estra­té­gi­ca sobre el terreno en Ucrania.

La deses­pe­ra­ción de Occi­den­te tam­bién se pone de mani­fies­to por el hecho de que Euro­pa imi­ta al Ouro­bo­ros (el anti­guo sím­bo­lo de una ser­pien­te que se muer­de la cola y se devo­ra a sí mis­ma): al evi­tar deli­be­ra­da­men­te los pro­duc­tos rusos más bara­tos, Bru­se­las se enfren­ta a una espi­ral infla­cio­na­ria fue­ra de con­trol y a ls rele­ga­ción de Euro­pa a una maris­ma eco­nó­mi­ca, con su base de fabri­ca­ción total­men­te no com­pe­ti­ti­va debi­do a los altos cos­tos de energía.

El pre­si­den­te del Con­se­jo Atlán­ti­co de los Esta­dos Uni­dos, un «ideó­lo­go de la uni­po­la­ri­dad», Fre­de­rick Kem­pe, escri­bió la sema­na pasa­da que «una vic­to­ria ucra­nia­na, con un Occi­den­te fuer­te y uni­do detrás, obli­ga­ría a repen­sar el com­pro­mi­so y la juris­dic­ción de Esta­dos Uni­dos, y cam­biar la tra­yec­to­ria de la polí­ti­ca exte­rior». La pre­gun­ta no es cuál sería el nue­vo orden mun­dial, sino si Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos pue­den, gra­cias a Ucra­nia, rever­tir la ero­sión de los logros del siglo pasa­do, lo que cons­ti­tui­ría un pri­mer paso hacia el esta­ble­ci­mien­to del pri­mer orden mun­dial ver­da­de­ra­men­te «glo­bal».

La impor­tan­cia fun­da­men­tal de Ucra­nia es que el mun­do (más allá de Euro­pa Occi­den­tal y Esta­dos Uni­dos) la obser­va de cer­ca. En la mayo­ría de los casos se nie­gan cate­gó­ri­ca­men­te a unir­se a las con­de­nas de Rusia. La indi­fe­ren­cia de Biden hacia Ara­bia Sau­di­ta y los Emi­ra­tos Ára­bes Uni­dos es una señal de este cam­bio político.

Ambos paí­ses se han nega­do a reci­bir una visi­ta de Biden, o inclu­so a res­pon­der sus lla­ma­das tele­fó­ni­cas, al tiem­po que se nie­gan a dejar de tra­ba­jar de cer­ca con Rusia en los nive­les de pro­duc­ción y los pre­cios del petróleo.

De una for­ma u otra, las «pla­cas» geo­po­lí­ti­cas ya se han movi­do. Un líder regio­nal lo resu­mió sucin­ta­men­te: Como resul­ta­do de la ini­cia­ti­va del rublo de Rusia, «ya no teme­mos las san­cio­nes; hemos vis­to sobre­vi­vir a otros países».

Alas­tair Crooke

11 de abril de 2022

Fuen­te: https://​www​.stra​te​gic​-cul​tu​re​.org/​n​e​w​s​/​2​0​2​2​/​0​4​/​1​1​/​t​h​r​o​u​g​h​-​u​k​r​a​i​n​e​-​c​a​n​-​w​e​s​t​-​u​s​e​-​w​a​r​-​t​o​-​s​t​e​m​-​i​t​s​-​d​e​c​l​i​n​e​-​a​n​d​-​s​h​i​f​t​-​n​e​w​-​g​l​o​b​a​l​-​m​o​n​e​t​a​r​y​-​o​r​d​er/

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