La cam­pa­ña de las pre­si­den­cia­les fran­ce­sas como ter­mó­me­tro social y polí­ti­co: cin­co pri­me­ras lecciones

Con el telón de fon­do de la gue­rra de Ucra­nia la cam­pa­ña pre­si­den­cial fran­ce­sa (los temas de la cam­pa­ña a los que dan prio­ri­dad los medios de comu­ni­ca­ción y la mayo­ría de los can­di­da­tos, sus pro­me­sas elec­to­ra­les, la bana­li­za­ción de con­cep­tos toma­dos de la matriz teó­ri­ca fas­cis­ta, etc.) pue­de ser­vir de indi­ca­dor del esta­do de nues­tra socie­dad y de la inten­si­fi­ca­ción del mal vien­to que sopla sobre ella des­de hace varias déca­das. Sin ser exhaus­ti­vos, des­ta­que­mos seis ras­gos sig­ni­fi­ca­ti­vos que la cam­pa­ña ha saca­do cla­ra­men­te a la luz y que for­man un sis­te­ma al inter­ac­tuar entre sí. Lo que des­ta­ca de este cua­dro gene­ral no es sino una socie­dad en la que el racis­mo des­de arri­ba ha aca­ba­do por empa­par a una par­te no des­de­ña­ble de la socie­dad, una bana­li­za­ción del macar­tis­mo en for­ma de un aumen­to de las prohi­bi­cio­nes de aso­cia­cio­nes y colec­ti­vos, una fuer­te ten­den­cia a la des­apa­ri­ción del Par­la­men­to como uno de los espa­cios del deba­te demo­crá­ti­co, un pano­ra­ma mediá­ti­co cada vez más mono­po­lís­ti­co, un tra­ta­mien­to mediá­ti­co y polí­ti­co de la gue­rra domi­na­do por una lógi­ca beli­cis­ta, etc.

Racis­mo des­de arri­ba y racis­mo des­de abajo

Uno de los ras­gos des­ta­ca­dos de la cam­pa­ña es, por una par­te, la pre­sen­cia de varios can­di­da­tos deno­mi­na­dos de «extre­ma dere­cha» (lo pone­mos comi­llas por des­con­fiar de este con­cep­to de extre­ma dere­cha que eufe­mi­za la matriz fas­cis­ta de estos can­di­da­tos) y, por otra par­te, la uti­li­za­ción que hacen otros can­di­da­tos de con­cep­tos pro­ve­nien­tes de esta mis­ma matriz. Por supues­to, estos can­di­da­tos pre­sen­tan sus pro­pues­tas racis­tas como res­pues­ta a las preo­cu­pa­cio­nes de la «Fran­cia de aba­jo», es decir, como eco de un racis­mo des­de aba­jo. Según esto, las cla­ses popu­la­res y las capas medias son las que están en el ori­gen del racis­mo y los can­di­da­tos no pue­den sino tomar nota de ello y res­pon­der a las preo­cu­pa­cio­nes «legí­ti­mas» que expre­sa. Con este razo­na­mien­to esta­mos, sim­ple­men­te, en pre­sen­cia de una lógi­ca de inver­sión del orden de las cau­sas y las con­se­cuen­cias. En efec­to, no es un «racis­mo des­de aba­jo» lo que ha dado sus­ci­ta­do un «racis­mo des­de arri­ba», sino lo con­tra­rio, como demues­tran los deba­tes y polé­mi­cas de estas últi­mas déca­das en torno al «pañue­lo», al «lai­cis­mo», al «sepa­ra­tis­mo»1, al «peli­gro migra­to­rio», a la «inse­gu­ri­dad», etc. Estos múl­ti­ples deba­tes, polé­mi­cas y pro­me­sas elec­to­ra­les se carac­te­ri­zan por situar­se en una lógi­ca des­cen­den­te: quie­nes ini­cia­ron estos temas son el jefe de Esta­do, los minis­tros, los líde­res polí­ti­cos, los pro­gra­mas mediá­ti­cos, etc., y no los movi­mien­tos socia­les (que tie­nen otras preo­cu­pa­cio­nes: el poder adqui­si­ti­vo, la redis­tri­bu­ción, el dete­rio­ro del sis­te­ma edu­ca­ti­vo y del sis­te­ma sani­ta­rio, etc.).

Marx seña­la­ba ya que la ideo­lo­gía es pre­ci­sa­men­te esta pre­sen­ta­ción inver­ti­da de la reali­dad social para invi­si­bi­li­zar las ver­da­de­ras cau­sas de una situa­ción. Como en una cáma­ra oscu­ra, la ideo­lo­gía domi­nan­te ofre­ce una repre­sen­ta­ción «inver­ti­da» o, cuan­do menos, dis­tor­sio­na­da de la reali­dad que refle­ja los intere­ses mate­ria­les de quie­nes la defien­den. «Si en toda ideo­lo­gía los hom­bres y sus rela­cio­nes apa­re­cen inver­ti­dos como en una cáma­ra oscu­ra, este fenó­meno res­pon­de a su pro­ce­so his­tó­ri­co de vida, como la inver­sión de los obje­tos al pro­yec­tar­se sobre la reti­na res­pon­de a su pro­ce­so de vida direc­ta­men­te físi­co», expli­ca Marx2. Por supues­to, la ideo­lo­gía no es solo eso, pero tam­bién es eso. Lo mis­mo ocu­rre con las rela­cio­nes de cau­sa­li­dad que vin­cu­lan el «racis­mo des­de aba­jo» y el «racis­mo des­de arri­ba». Aun­que lo que a la lar­ga sus­ci­ta un «racis­mo des­de aba­jo» es el «racis­mo des­de arri­ba», en muchos dis­cur­sos mediá­ti­cos y polí­ti­cos se invier­te el orden de las cau­sas y las con­se­cuen­cias. Pie­rre Bour­dieu insis­tía en la nece­si­dad de tener en cuen­ta este «racis­mo des­de arri­ba», que él deno­mi­na­ba «racis­mo de la inte­li­gen­cia»: «El racis­mo de la inte­li­gen­cia es un racis­mo de la cla­se domi­nan­te. […] El racis­mo de la inte­li­gen­cia es aque­llo por medio de lo cual los domi­nan­tes pre­ten­den pro­du­cir una “teo­di­cea de su pro­prio pri­vi­le­gio”, como dice Weber, es decir una jus­ti­fi­ca­ción del orden social que ellos domi­nan»3. En ese mis­mo sen­ti­do Jac­ques Ran­ciè­re recuer­da de la siguien­te mane­ra la géne­sis de la redi­na­mi­za­ción de la opi­nión racis­ta en las últi­mas déca­das: «El racis­mo actual es en pri­mer lugar una lógi­ca esta­tal y no una pasión popu­lar. Y esta lógi­ca de Esta­do la apo­ya prin­ci­pal­men­te no algu­nos gru­pos socia­les atra­sa­dos, sino gran par­te de la eli­te inte­lec­tual. Las últi­mas cam­pa­ñas racis­tas no son en abso­lu­to obra de la extre­ma dere­cha lla­ma­da «popu­lis­ta», sino que las han lle­va­do a cabo una inte­lli­gen­tsia que se con­si­de­ra a sí mis­ma inte­lli­gen­tsia de izquier­da, repu­bli­ca­na y lai­ca. La dis­cri­mi­na­ción ya no se basa en argu­men­tos sobre las razas supe­rio­res e infe­rio­res, se argu­men­ta en nom­bre de la lucha con­tra el «comu­ni­ta­ris­mo», en nom­bre de la uni­ver­sa­li­dad de la ley y de la igual­dad de todos los ciu­da­da­nos ante la ley y de la igual­dad de los sexos»4.

Una de las pri­me­ras lec­cio­nes de estas pre­si­den­cia­les es poner de relie­ve que una par­te no des­de­ña­ble de la socie­dad fran­ce­sa está aho­ra embe­bi­da de este racis­mo cons­trui­do des­de arriba.

Una lógi­ca macar­tis­ta que se bana­li­za en medio de la indi­fe­ren­cia general

La recien­te prohi­bi­ción, en ple­na cam­pa­ña elec­to­ral, de dos nue­vos colec­ti­vos, el «Collec­tif Pales­ti­ne Vain­cra» [Colec­ti­vo Pales­ti­na Ven­ce­rá] en Tou­lou­se y el «Comi­té Action Pales­ti­ne» [Comi­té Acción Pales­ti­na] en Bur­deos, pone de relie­ve la ten­den­cia prohi­bi­cio­nis­ta del actual gobierno en el ámbi­to de la ges­tión de la pro­tes­ta social y polí­ti­ca. Estas prohi­bi­cio­nes se pro­du­cen des­pués de la del CCIF (Collec­tif Con­tre l’Islamophobie en Fran­ce, Colec­ti­vo con­tra la Isla­mo­fo­bia en Fran­cia) y de la ONG Bara­ka City a fina­les 2020, de las de la CRI (Coor­di­na­tion con­tre le Racis­me et l’Islamophobie, Coor­di­na­ción con­tra el Racis­mo y la Isla­mo­fo­bia) y de la Ligue de défen­se noi­re afri­cai­ne [Liga de Defen­sa Negra Afri­ca­na] en octu­bre de 2021, y del cie­rre admi­nis­tra­ti­vo de varias mez­qui­tas, la últi­ma la de Pes­sac el pasa­do 14 de mar­zo por un perio­do de seis meses. Aun­que el gobierno infor­ma mucho acer­ca de estas prohi­bi­cio­nes para dar tes­ti­mo­nio de su deter­mi­na­ción de luchar con­tra el «comu­ni­ta­ris­mo» y/​o el «sepa­ra­tis­mo», la lógi­ca prohi­bi­cio­nis­ta va mucho más allá de las cues­tio­nes rela­cio­na­das con la inmi­gra­ción o Pales­ti­na. Tes­ti­mo­nio de ello son otras prohi­bi­cio­nes sobre las que el gobierno ha infor­ma­do menos: Obser­va­toi­re Natio­nal de la Pau­vre­té [Obser­va­to­rio Nacio­nal de la Pobre­za] en 2019, Obser­va­toi­re de la laï­ci­té [Obser­va­to­rio del Lai­cis­mo] en 2021, Collec­tif Nan­tes Révol­tés en 2022, Grou­pe anti­fas­cis­te la Gale-Lyon (en cur­so). Al mis­mo tiem­po el «Con­trat d’Engagement Répu­bli­cain» [Con­tra­to de Com­pro­mi­so Repu­bli­cano] pre­vis­to por la ley sobre el «sepa­ra­tis­mo» entró en vigor a par­tir del 1 de enero de 2022 para todas las «aso­cia­cio­nes, fun­da­cio­nes, ligas pro­fe­sio­na­les, fede­ra­cio­nes depor­ti­vas auto­ri­za­das» y con­cier­ne a las «peti­cio­nes de sub­ven­cio­nes y de auto­ri­za­cio­nes pre­sen­ta­das a con­tar des­de la fecha de entra­da en vigor de este decre­to»5. A par­tir de aho­ra se com­bi­nan las pre­sio­nes dis­cre­tas y la repre­sión abier­ta para hacer callar las voces discordantes.

Lo más gra­ve es la ausen­cia de reac­cio­nes colec­ti­vas ante esta lógi­ca repre­si­va. El mie­do a ser acu­sa­dos de com­pli­ci­dad y/​o de com­pla­cen­cia con estos gru­pos y aso­cia­cio­nes a los que se pre­sen­ta como gru­pos que lla­man al «odio, la vio­len­cia y la dis­cri­mi­na­ción, y a pro­vo­car actos terro­ris­tas» ha lle­va­do o bien a que se hagan comu­ni­ca­dos de denun­cia de estas prohi­bi­cio­nes sin movi­li­za­cio­nes, o bien a silen­cios ensor­de­ce­do­res. Repre­sión direc­ta para algu­nos sin moles­tar­se en pre­sen­tar la menor prue­ba y polí­ti­ca del mie­do para los demás: hay que cons­ta­tar que esta­mos ante dos ejes esen­cia­les del macar­tis­mo esta­dou­ni­den­se de la Gue­rra Fría. Sin duda no es com­pa­ra­ble la mag­ni­tud de las medi­das en ambos momen­tos, pero la lógi­ca sigue sien­do la mis­ma: una fal­sa ame­na­za (ayer comu­nis­ta, hoy «isla­mis­ta» o «extre­mis­ta») jus­ti­fi­ca la res­tric­ción de los dere­chos demo­crá­ti­cos sin nece­si­dad de pre­sen­tar prue­bas. Tes­ti­mo­nio de ello son los argu­men­tos que se han esgri­mi­do para jus­ti­fi­car las últi­mas prohi­bi­cio­nes. Así, el decre­to por el que se disuel­ve el Comi­té Pales­ti­ne Vain­cra argu­men­ta, entre otras cosas, el apo­yo a la pues­ta en liber­tad de Geor­ges Ibrahim Abda­llah: «El CPV mili­ta muy regu­lar­men­te por la libe­ra­ción de Geor­ges Ibrahim Abda­llah, encar­ce­la­do en Fran­cia des­de 1984 y miem­bro hono­ra­rio de este colec­ti­vo, a pesar de haber sido con­de­na­do por com­pli­ci­dad en el homi­ci­dio volun­ta­rio de un agre­ga­do mili­tar esta­dou­ni­den­se y de un fun­cio­na­rio israe­lí ase­si­na­dos en 1982 en París; a modo de ejem­plo, entre noviem­bre de 2021 y enero de 2022, el CPV publi­có en su pági­na de Face­book un men­sa­je para pro­mo­cio­nar la pelí­cu­la Feda­yin. Le com­bat de Geor­ges Abda­llah acom­pa­ña­do del hash­tag “free­Geor­ge­sAb­da­llah”…»6. La juris­pru­den­cia que se esta­ble­ce de este modo per­mi­te poten­cial­men­te ata­car a dece­nas de colec­ti­vos y aso­cia­cio­nes que denun­cian el escan­da­lo­so man­te­ni­mien­to en pri­sión del pre­so polí­ti­co más anti­guo de la his­to­ria con­tem­po­rá­nea de Fran­cia: la FUIQP, la AFPS, algu­nos sin­di­ca­tos depar­ta­men­ta­les de la CGT, CAPJ­PO-Euro­pa, etc.

La segun­da lec­ción de las pre­si­den­cia­les es la afir­ma­ción de un macar­tis­mo ofi­cial sin com­ple­jos que arti­cu­la la cen­su­ra por medio de una fuer­te repre­sión en el caso de algu­nos y de la polí­ti­ca de ame­na­za des­ti­na­da fomen­tar la auto­cen­su­ra en el delos demás.

Cri­mi­na­li­za­ción de la con­flic­ti­vi­dad demo­crá­ti­ca y fascistización

La lógi­ca prohi­bi­cio­nis­ta se ins­cri­be a su vez en una muta­ción más amplia con­cer­nien­te a la idea mis­ma de deba­te demo­crá­ti­co. El pre­si­den­te, sus minis­tros y sus inter­me­dia­rios ideo­ló­gi­cos pro­mue­ven la idea de una «demo­cra­cia sin con­flic­ti­vi­dad» de muchas mane­ras: lógi­ca «ni de dere­chas-ni de izquier­das» o mito de la ter­ce­ra vía, diá­lo­go social sin con­flic­tos ni rela­cio­nes de fuer­za, dis­cur­so de la uni­dad y del con­sen­so nacio­nal que supera las divi­sio­nes de cla­ses y otras divi­sio­nes socia­les, etc. Todos estos temas comu­nes a Macron, la extre­ma dere­cha, la dere­cha y par­te de la «izquier­da» con­tie­nen implí­ci­ta­men­te una raíz común: el recha­zo de la con­flic­ti­vi­dad polí­ti­ca como refle­jo de la exis­ten­cia de intere­ses eco­nó­mi­cos enfren­ta­dos en nues­tra socie­dad. Es cier­to que este enfo­que ha exis­ti­do siem­pre, pero has­ta hace poco solo lo man­te­nía la «extre­ma dere­cha». Aho­ra se tra­ta de un dis­cur­so públi­co que man­tie­ne la más alta auto­ri­dad del Esta­do y que se tra­du­ce en deci­sio­nes legis­la­ti­vas. Así, des­de el deba­te en el Par­la­men­to sobre la Ope­ra­ción Ser­val en 2013 no se había abor­da­do en el hemi­ci­clo la gue­rra en Malí has­ta la últi­ma cri­sis diplo­má­ti­ca, con oca­sión de la cual el pri­mer minis­tro pro­me­tió el 2 de febre­ro que se iba a cele­brar un deba­te sobre el tema. Del mis­mo modo la entra­da en el dere­cho común de varias dis­po­si­cio­nes del esta­do de urgen­cia, esta­ble­ci­da por la ley «que refuer­za la lucha con­tra el terro­ris­mo y la segu­ri­dad inter­na» de octu­bre de 2017, se tra­du­ce con­cre­ta­men­te en el debi­li­ta­mien­to de los espa­cios de con­flic­ti­vi­dad judi­cia­les y par­la­men­ta­rios. Por últi­mo, las actua­les pre­si­den­cia­les se tra­du­cen en el recha­zo asu­mi­do por par­te del actual jefe de Esta­do de los deba­tes dis­cor­dan­tes con el pre­tex­to de la gue­rra en Ucrania.

La nega­ción de la con­flic­ti­vi­dad demo­crá­ti­ca no es sino una volun­tad y un inten­to de silen­ciar a quie­nes pre­ten­den poner en tela de jui­cio el orden de las cosas exis­ten­te. Esta nega­ción se ins­cri­be en una lógi­ca cor­po­ra­tis­ta de nega­ción de las divi­sio­nes socia­les reales para sus­ti­tuir­las por una fal­sa divi­sión entre, por una par­te, los «pro­duc­to­res» (tan­to asa­la­ria­dos como emplea­do­res) y, por otra, los «apro­ve­cha­dos» (bene­fi­cia­rios de los míni­mos socia­les, «sin pape­les» y en algu­nos dis­cur­sos, los «patro­nos sin escrú­pu­los»). De for­ma más gene­ral, el dis­cur­so «ni dere­cha ni izquier­da» (o, lo que vie­ne a ser lo mis­mo, «a la vez de dere­cha y de izquier­da») lejos de ser nue­vo se ins­cri­be en la vie­ja tra­di­ción fas­cis­toi­de. Silen­ciar las voces disi­den­tes por medio de la repre­sión de las mani­fes­ta­cio­nes en la calle, por medio de un macar­tis­mo cada vez más gene­ra­li­za­do que bana­li­za la prohi­bi­ción de colec­ti­vos mili­tan­tes, por medio de encua­drar el dere­cho de expre­sión bajo la for­ma de una polí­ti­ca de la ame­na­za para sus­ci­tar la auto­cen­su­ra, por medio de la res­tric­ción del deba­te par­la­men­ta­rio, por medio de la reduc­ción del poder de los espa­cios judi­cia­les con­tra­dic­to­rios, etc.: en efec­to, esta­mos ante un pro­ce­so de fas­cis­ti­za­ción ini­cia­do des­de arri­ba y no pedi­do des­de aba­jo, sur­gi­do del poder polí­ti­co y no de la «extre­ma dere­cha», aun­que esta no pue­de sino fomen­tar­lo. Como pone de relie­ve con toda jus­ti­cia Ugo Palheta:

No se pue­de redu­cir el pro­ce­so de fas­cis­ti­za­ción a la infil­tra­ción de fas­cis­tas en el apa­ra­to de Esta­do: «La fas­cis­ti­za­ción del Esta­do no se debe redu­cir en nin­gún caso (y espe­cial­men­te en la pri­me­ra fase que pre­ce­de a la con­quis­ta del poder polí­ti­co por par­te de los fas­cis­tas) a la inte­gra­ción o la ascen­sión de ele­men­tos fas­cis­tas reco­no­ci­dos como tales en los apa­ra­tos de man­te­ni­mien­to del orden (poli­cía, ejér­ci­to, jus­ti­cia, pri­sio­nes). Más bien fun­cio­na como dia­léc­ti­ca entre trans­for­ma­cio­nes endó­ge­nas de estos apa­ra­tos debi­do a las opcio­nes polí­ti­cas efec­tua­das por los par­ti­dos bur­gue­ses des­de hace casi tres déca­das (todas ellas orien­ta­das a la cons­truc­ción de un «Esta­do penal» sobre las ceni­zas del «Esta­do social», por reto­mar las cate­go­rías de Loïc Wac­quant), y como poten­cia polí­ti­ca (sobre todo elec­to­ral e ideo­ló­gi­ca en esa fase) de la extre­ma dere­cha organizada.

La ter­ce­ra lec­ción de las pre­si­den­cia­les es la con­fir­ma­ción del diag­nós­ti­co de la exis­ten­cia de un pro­ce­so de fas­cis­ti­za­ción como moda­li­dad de ges­tión de una cri­sis de legi­ti­mi­dad del poder polí­ti­co, una cri­sis sin pre­ce­den­tes des­de hace muchos años.

La cons­truc­ción de la varian­te Zemmour

La can­di­da­tu­ra de Zem­mour se encua­dra en un ámbi­to polí­ti­co carac­te­ri­za­do por dos can­di­da­tos «de extre­ma dere­cha» que cuen­tan con unos índi­ces sig­ni­fi­ca­ti­vos en los son­deos (Mari­ne Le Pen un 18% y Éric Zem­mour 11,6% a fecha de 19 de mar­zo)7. Esta can­di­da­tu­ra sig­ni­fi­ca sobre todo la cons­truc­ción mediá­ti­ca de un can­di­da­to en dos fases: su lan­za­mien­to por par­te de [la empre­sa fran­ce­sa] Bollo­ré y su pro­mo­ción por par­te del ámbi­to mediá­ti­co tan­to en la for­ma del tiem­po que se le con­ce­de en ante­na como en la de la repe­ti­ción de sus temas y sus aná­li­sis. La pri­me­ra fase reve­la la mono­po­li­za­ción cada vez mayor del ámbi­to mediá­ti­co y la segun­da lo que la perio­dis­ta Pau­li­ne Perre­not deno­mi­na la «espec­ta­cu­la­ri­za­ción de la infor­ma­ción» y la «caza de la cuo­ta de audiencia»:

Los gran­des medios de comu­ni­ca­ción, que siguen a Éric Zem­mour des­de hace dos déca­das, no habían igua­la­do toda­vía su proeza de sep­tiem­bre de 2021. Sin lugar a dudas la idea de que Éric Zem­mour está hecho por y para los medios de comu­ni­ca­ción nun­ca ha sido más cier­ta que hoy. […] ¡Nin­gún com­plot en ello! Bas­tan (entre otras cosas) unas prác­ti­cas perio­dís­ti­cas gre­ga­rias, un tra­ta­mien­to de la actua­li­dad polí­ti­ca y de las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les uni­for­me en todos los medios de comu­ni­ca­ción (bajo la for­ma de un com­ba­te de lucha libre y de un par­ti­da de par­chís), una depen­den­cia per­ni­cio­sa y cada vez mayor de los son­deos y de los comen­ta­rios arti­fi­cia­les, pres­tos a hacer que la nada exis­ta (recor­de­mos que Zem­mour no ha decla­ra­do la can­di­da­tu­ra) y por últi­mo, pero no menos impor­tan­te, una nor­ma­li­za­ción gene­ral de la extre­ma dere­cha, pro­ce­so que aho­ra ya se ha com­ple­ta­do en gran medi­da en los medios de comu­ni­ca­ción domi­nan­tes8.

La cuar­ta lec­ción de la cam­pa­ña es que se pone en evi­den­cia el poder que tie­ne en la pren­sa los «pode­res del dine­ro», por reto­mar una expre­sión del Con­se­jo Nacio­nal de la Resis­ten­cia en 1944, que afir­ma­ba lo siguien­te acer­ca de las con­di­cio­nes de una pren­sa demo­crá­ti­ca en su pro­gra­ma de acción deno­mi­na­do «Los días feli­ces»: «Liber­tad total de pen­sa­mien­to, de con­cien­cia y de expre­sión, liber­tad de pren­sa, su honor y su inde­pen­den­cia res­pec­to al Esta­do, de los pode­res del dine­ro y de las influen­cias extran­je­ras, liber­tad de aso­cia­ción, de reu­nión y de mani­fes­ta­ción»9.

Una lógi­ca belicista

La gue­rra en Ucra­nia ha irrum­pi­do en las cam­pa­ña de las pre­si­den­cia­les. Ha pues­to en evi­den­cia el pre­do­mi­nio que los beli­cis­tas tie­nen en los ámbi­tos polí­ti­co y mediá­ti­co. Cual­quier duda crí­ti­ca acer­ca de las cau­sas de la gue­rra, sobre las san­cio­nes, sobre a qué polí­ti­ca se debe­ría dar prio­ri­dad para salir del con­flic­to, etc., se cari­ca­tu­ri­za inme­dia­ta­men­te a una defen­sa de la polí­ti­ca rusa y a una pos­tu­ra a favor de Putin. Cual­quier recor­da­to­rio de la polí­ti­ca de la OTAN en la zona, de la situa­ción de Ucra­nia des­de 2014, de la estra­te­gia de los gru­pos fas­cis­tas ucra­nia­nos se redu­ce a la apro­ba­ción de la entra­da de las tro­pas rusas en Ucra­nia. Aun­que en el ámbi­to inter­na­cio­nal prác­ti­ca­men­te todos los paí­ses de Áfri­ca, Asia y Amé­ri­ca Lati­na han recha­za­do la adop­ción de san­cio­nes con­tra Rusia y han pedi­do que se hagan ges­tio­nes para lle­gar a un alto el fue­go y lograr una deses­ca­la­da, estas san­cio­nes se han pre­sen­ta­do polí­ti­ca y mediá­ti­ca­men­te como un refle­jo de la opi­nión públi­ca mun­dial. Esta gue­rra y la pro­pa­gan­da béli­ca que la acom­pa­ña, que el can­di­da­to Macron ha con­ver­ti­do inme­dia­ta­men­te en una opor­tu­ni­dad elec­to­ral por un lado y en un arma ideal para ocul­tar las difi­cul­ta­des del impe­ria­lis­mo fran­cés en Áfri­ca por otro, sub­ra­ya la peli­gro­sa depen­den­cia que tie­nen las opcio­nes inter­na­cio­na­les fran­ce­sas y euro­peas de las estra­te­gias inter­na­cio­na­les de Esta­dos Unidos.

La quin­ta lec­ción de las pre­si­den­cia­les fran­ce­sas es la acep­ta­ción por par­te de nues­tra cla­se domi­nan­te de la estra­te­gia de la ten­sión que a la lar­ga solo pue­de lle­var a nue­vas gue­rras por moti­vos eco­nó­mi­cos y geoestratégicos.

Saïd Boua­ma­ma

21 de mar­zo de 

Tra­du­ci­do del fran­cés para Rebe­lión por Bea­triz Mora­les Bastos.

Fuen­te: https://​boua​ma​mas​.word​press​.com/​2​0​2​2​/​0​3​/​2​1​/​l​a​-​c​a​m​p​a​g​n​e​-​d​e​s​-​p​r​e​s​i​d​e​n​t​i​e​l​l​e​s​-​c​o​m​m​e​-​a​n​a​l​y​s​e​u​r​-​s​o​c​i​a​l​-​e​t​-​p​o​l​i​t​i​q​u​e​-​c​i​n​q​-​p​r​e​m​i​e​r​e​s​-​l​e​c​o​ns/

  1. Se refie­re a la idea con­tra la que supues­ta­men­te lucha Ley sobre el sepa­ra­tis­mo, una ley que pre­ten­de refor­zar el res­pe­to a los prin­ci­pios de la Repú­bli­ca y, por tan­to, luchar con­tra el isla­mis­mo radi­cal que sepa­ra a sus adep­tos de la comu­ni­dad fran­ce­sa. Pre­ten­de luchar con­tra lo que se deno­mi­na «sepa­ra­tis­mo isla­mis­ta» basán­do­se en la pre­mi­sa de que cuan­do debi­do a sus ideas fun­da­men­ta­lis­tas una per­so­na tie­ne unas leyes de fac­to que apli­ca por enci­ma de las leyes de la Repú­bli­ca, lo que hace es sepa­rar­se social­men­te (N. de la t.)
  2. Karl Marx: Idéo­lo­gie Alle­man­de, La Pléia­de, tomo 3, Galli­mard, París 1982, p. 1056. [Toma­mos la tra­duc­ción al cas­te­llano de https://​www​.um​.es/​t​o​n​o​s​d​i​g​i​t​a​l​/​z​n​u​m​7​/​T​e​s​e​l​a​s​/​a​l​e​m​a​n​a​.​htm, N. de la t.]
  3. Pie­rre Bour­dieu: «Le racis­me de l’intelligence», en Ques­tions de socio­lo­gie, Minuit, París 1984, p. 264.
  4. Jac­ques Ran­ciè­re: Une pas­sion d’en haut, Lig­nes, n° 34, 20111, p. 121.
  5. Decre­to n° 2021 – 1947 del 31 de diciem­bre de 2021, Jour­nal offi­ciel (JO) del 1 de enero de 2022.
  6. Decre­to del 9 de mar­zo de 2022 refe­ren­te a la diso­lu­ción de un agru­pa­mien­to de hecho, JO del 10 de mar­zo de 2022.
  7. Ale­xan­dre Bou­det: «Tous les son­da­ges de tous les can­di­dats à la pré­si­den­tie­lle 2022 au 19 mars», Huff­post del 19 de mar­zo de 2022 https://​www​.huf​fing​ton​post​.fr).
  8. Pau­li­ne Perre­not: «Zem­mour: un arte­fact média­ti­que à la une», Acri­med, 5 de octu­bre de 2021 https://​www​.acri​med​.org).
  9. Les jours heu­reux, CNR, 15 de mazo de 1944 http://​les​-jours​-heu​reux​.fr).

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *