Durante la última semana del mes de mayo de 2020, la ‘Maria’ construía sus primeras amistades en Girona. Llegada desde Palma hace tres meses, aprovechaba la pausa en el confinamiento de la pandemia para asistir presencialmente a la escuela Aurea Formació, donde se había inscrito para cursar estudios de prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años. Maria Perelló Amengual –nombre y apellidos que constaban en su falso DNI– se convertiría en pocos meses en una activista de piedra picada de los movimientos sociales de Girona y Salt, pero no había llegado a la capital del Onyar por decisión propia. Formaba parte de la 33ª promoción del Cuerpo Nacional de Policía española (CNP) y se había formado en la escuela de policía de Ávila en los años 2017 y 2018 en compañía de Marc, Dani y Ramon, los tres infiltrados destapados anteriormente por la Directa que aterrizaron coetáneamente en el activismo de Barcelona y Valencia.
La joven policía, que apenas había cumplido los 27 años, se matriculó ese mismo verano en el Grado de Educación Social de la Universidad de Girona (UdG), mediante documentación falsa proporcionada por el Ministerio del Interior dirigido por Fernando Grande-Marlaska . Fruto de la investigación periodística de la Directa, podemos confirmar que su identidad real responde al nombre Maria I. T., quien en el período 2012 – 2015 había estudiado y se había graduado en Criminología y Políticas Públicas de Prevención en la Universidad Pompeu Fabra ( UPF) de Barcelona. Posteriormente, el 11 de septiembre de 2017, llegaría con sus maletas a las dependencias de la escuela de policía de Ávila. Después de un año de formación y diez meses de prácticas, la Comisaría General de Información del CNP la seleccionó para asignarle una misión a la ciudad de Girona, en lo que parece ser unaoleada de infiltraciones en los Països Catalans durante la primavera de 2020.
María dio los primeros pasos de su infiltración el 7 de junio de ese año en la Tancada per Drets, una movilización que reivindicaba “pan, techo, papeles y trabajo” por los migrantes menores no acompañados. Una veintena de jóvenes extutelados por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) protestaban en compañía de decenas de activistas en un aula de la facultad de Educación de la UdG. Incluso el 24 de junio, la falsa activista lideró una excursión con los jóvenes.
En paralelo, fue muy activa en la vida social de la capital de Gironès. De hecho, una barbacoa en su piso de alquiler en un edificio de apartamentos turísticos de la calle Portal Nou marcaría el devenir de su infiltración. Ese día conoció a Òscar C., hermano de una de las chicas con las que había establecido amistad a través de la academia de estudios para acceder a la universidad. Óscar y Maria pasarían su primera noche juntos. “Fue ella quien me invitó y después de un cruce de miradas enseguida conectamos. María desde entonces me dio algunos de los mejores momentos de mi vida, me enamoré”, recuerda entre lágrimas Òscar. Él se encuentra en estado de choque emocional desde el pasado sábado 8 de julio, cuando supo que la persona que define como “el amor de mi vida” era realmente una agente de policía.
Òscar C. no es un gerundense cualquiera. En las multitudinarias asambleas del Comité de Defensa de la República (CDR) de Girona siempre estaba y tomaba la palabra con claras dotes de liderazgo. Es una de las caras más visibles del activismo independentista y antifascista de la ciudad, encausado en la macrooperación conocida como 21 Raons, en la que cuatro activistas se enfrentan a una petición fiscal de cuatro años de cárcel y 12.150 euros de pena ‑multa cada uno. Él es una de las 21 personas investigadas y detenidas inicialmente –también lo fueron los alcaldes de la CUP de Verges y Celrà, Ignasi Sabater y Dani Cornellà; y el fotoperiodista Carles Palacio– por el corte de las vías ferroviarias de alta velocidad el 1 de octubre de 2018, cuando se cumplía el primer aniversario del referendo de autodeterminación.
“Lo que me han hecho no tiene nombre, me han destrozado a mí y a mi familia. María me ha engañado a mí, a mi hermana, a mi madre, a mi padre y a todo mi entorno. Esto es tortura, es un nivel inimaginable de tortura. Le di lo mejor de mí y me estaba espiando por lo que hago y por lo que pienso”, relata Òscar indignado y consternado. Toda su familia ha ido conociendo la verdad en los últimos días y no saben como actuar-
La funcionaria del CNP Maria I. T. habría utilizado estrategias de infiltración basadas en las emociones y los sentimientos, hasta el punto de invitar a Òscar C. un fin de semana a una vivienda de Palma, supuestamente suya. También realizaron viajes de vacaciones en una furgoneta de tipo camper en Asturias y en la Cataluña Norte. La relación llegó tan lejos que decidieron vivir juntos en el piso de la infiltrada en Girona, que compartirían durante más de un año. El vínculo afectivo entre ellos estaba tan consolidado que habían llegado a hacer planes para mudarse a una vivienda mayor.
Espiando una reunión con abogados
Poco a poco, la activista ficticia iba dando pasos en más y más ámbitos de militancia. El 7 de marzo de 2022 logra estar presente en una reunión con los abogados Montserrat Vinyets y Benet Salellas, donde se definía la estrategia de defensa del caso 21 Raons. El juicio estaba previsto para el 28 de marzo, pero finalmente se suspendió. El 21 de abril de 2022, cuando Òscar entra a trabajar en la sede nacional de Òmnium en Barcelona como coordinador del proyecto (Re)voltes, Maria aprovecha para inscribirse a formaciones de la Escuela Guillem Agulló, entre otras actividades de la entidad en defensa de la cultura y la lengua. En el marco de (Re)voltes, el espía del CNP participó en una de las rutas del proyecto que consistió en un recorrido por las escuelas de Salt para denunciar la segregación en las aulas.
Durante los tres años de infiltración, participó en movilizaciones del Sindicato de Vivienda de Salt, en las asambleas abiertas y manifestaciones contra la detención de Pablo Hasél y en algunas actividades en el Ateneo Salvadora Catà , donde quiso formar parte sin éxito de un grupo de kick-boxing –en aquellas fechas la actividad del gimnasio del ateneo estaba restringida sólo a los grupos burbuja. Además, insistió en incorporarse a la Coordinadora de Feminismos 8‑M Girona.
En coincidencia con el resto de casos de infiltración, Maria tuvo intermitencias en su presencia en Girona y se escudó en una supuesta enfermedad grave de su padre para marcharse durante cuatro meses a Palma y Madrid, evitando cualquier visita con el pretexto de las “estrictas” medidas de aislamiento en dependencias hospitalarias. No desarrolló ningún trabajo fijo en Girona y sufragaba sus estudios en la UdG con ahorros y con “trabajos temporales” que –según afirmaba– conseguía en verano en el Club Náutico de Palma. En numerosas ocasiones explicó que había perdido el tren Barcelona-Girona y que se quedaba a dormir en el domicilio de una amiga en la capital catalana.
La falsa activista, bajo el pretexto de la enfermedad del padre, marcha de Girona temporalmente en junio de 2022, justo cuando la Directa destapa el caso del policía Marc Hernàndez Pon, infiltrado en el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC), en el Casal Popular Lina Òdena y en el colectivo Resistimos en el Gòtic. Su marcha nunca llega a ser definitiva, conservando una intensa comunicación hasta la publicación de esta investigación a través de mensajería móvil y dejando la puerta abierta a su regreso. De hecho, a finales de octubre de 2022, coincidiendo con la celebración de las Ferias de San Narciso visita la ciudad y se reencuentra con Óscar. Desde entonces, la infiltración se ciñe sólo al ámbito digital y telefónico, algo que acabaría provocando ciertas desconfianzas y sospechas en su entorno. Todo el mundo se preguntaba por qué se había marchado María, y hasta ahora nadie había obtenido la respuesta.
Un hermano policía y de Jusapol
La infiltrada del CNP en Girona no es una excepción dentro de su familia. Su hermano, que responde a las iniciales R. I. T., forma parte de la plantilla de la Jefatura de Baleares y se habría connotado por su profusa actividad en las movilizaciones del sindicato ultraespañolista Jusapol.
En su cuenta de Facebook son numerosas las fotografías donde sostiene carteles contra el movimiento independentista catalán, al tiempo que difunde mensajes contra “la dictadura golpista lazi” y un cartel que bautiza el 1 de octubre de 2017 como “El día de los simios” .
Este nuevo caso de infiltración está generando un fuerte impacto político y emocional en el activismo gerundense. La organización antirrepresiva Alerta Solidaria ha convocado una rueda de prensa para este viernes 14 de julio a las diez de la mañana a las puertas de la subdelegación del Govern en Girona y está acompañando a las víctimas desde las vertientes jurídica y psicosocial.
Quinta caso de infiltración en un año
El caso publicado hoy por La Directa sería el quinto destapado en apenas un año. Tres de ellos sacados a la luz por las investigaciones realizadas por este medio catalán y la última por El Salto. En junio de 2022, se descubría a Marc Hernández Pon, infiltrado en la izquierda independentista que habría llegado a ocupar puestos de responsabilidad en el Sindicato d’Estudiants dels Països Catalans. En enero de 2023 se conoció el caso de Daniel Hernández Pons, infiltrado en el movimiento okupa del barrio de Sant Andreu de Barcelona. En febrero de este mismo año saltó el de Ramón Martínez Hernández, infiltrado en los movimientos barriales de Valencia. En marzo se conocía el de Mavi L.F., infiltrada en el movimiento ecologista madrileño.
El ministerio del Interior de Grande Marlaska parece haber incorporado este método propio de la dictadura Franquista como una práctica habitual para la persecución y la violación de derechos políticos. Los cinco casos descubiertos forman parte de una misma promoción de la Escuela de la Policía Nacional de Ávila, la de 2019. Su destino como agentes infiltrados se habría decidido por lo tanto bajo el gobierno del PSOE y Unidas Podemos. De hecho, en abril de este año el propio Ejecutivo reconoció que todas estas infiltraciones contaban con la autorización de la Comisaría General de Información.
El legado del gobierno “progresista” en este y otros terrenos no tiene nada que envidiar al de gobiernos de la derecha como el de Rajoy o a prácticas de excepción como las que otros gobiernos del PSOE han aplicado contra la protesta social o movimientos como el independentismo vasco.
Además del recurso a la infiltración policial, el gobierno de PSOE y Unidas Podemos, concluyen su legislatura normalizando otras prácticas como la intervención extrajudicial de comunicaciones como el descubierto con el dispositivo Pegasus – cuya investigación fue bloqueada gracias al apoyo de PP y Vox‑, sin derogar la Ley Mordaza, consolidando de las devoluciones en caliente, incluyendo las de menores como en la crisis de Ceuta en 2021 o el que Salvamento Marítimo tenga disposiciones que llevan a dejar morir a ahogados a cientos de migrantes en la ruta canaria.
Viendo este prontuario, que PSOE y Sumar se presenten como el dique contra la extrema derecha en estas elecciones es el colmo del cinismo. Un gobierno de la derecha y la extrema derecha cuenta con un formidable legado del que partir para llevar adelante una gran parte de su programa reaccionario.
Fuente: Directa /Izquierda diario.