El auto­ri­ta­ris­mo pales­tino tie­ne sus raí­ces en los Acuer­dos de Oslo

La misión de la Auto­ri­dad Pales­ti­na nun­ca fue par­ti­ci­par en la gober­nan­za demo­crá­ti­ca y defen­der los intere­ses del pue­blo palestino.

El 13 de sep­tiem­bre de 1993, el líder pales­tino Yas­ser Ara­fat y el Pri­mer Minis­tro israe­lí Yitzhak Rabin se estre­cha­ron la mano en los jar­di­nes de la Casa Blan­ca, rodea­dos por el Pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se Bill Clin­ton, que pare­cía muy satis­fe­cho. Aca­ba­ban de fir­mar un acuer­do que sería acla­ma­do como un his­tó­ri­co acuer­do de paz que ponía fin a déca­das de «con­flic­to» entre pales­ti­nos e israelíes.

Todo el mun­do cele­bró el acuer­do, apo­da­do los «Acuer­dos de Oslo». Se con­si­de­ró un gran logro diplo­má­ti­co. Un año des­pués, Ara­fatRabin reci­bie­ron el Pre­mio Nobel de la Paz.

Muchos pales­ti­nos tam­bién espe­ra­ban obte­ner por fin un Esta­do sobe­rano, aun­que en menos del 22% de su terri­to­rio his­tó­ri­co. Esa era la pro­me­sa de los Acuer­dos de Oslo, un pro­ce­so gra­dual hacia la crea­ción de un Esta­do palestino.

Trein­ta años des­pués, los pales­ti­nos están más lejos que nun­ca de la crea­ción de un Esta­do. Han per­di­do aún más tie­rras en favor de los asen­ta­mien­tos israe­líes y se ven obli­ga­dos a vivir en ban­tus­ta­nes cada vez más peque­ños a lo lar­go y ancho de la Pales­ti­na colonizada.

Aho­ra está cla­ro que el úni­co pro­pó­si­to de Oslo era ayu­dar a Israel a con­so­li­dar su ocu­pa­ción y colo­ni­za­ción de Palestina.

Peor aún, lo que los pales­ti­nos obtu­vie­ron de los Acuer­dos de Oslo fue una for­ma bas­tan­te per­ni­cio­sa de auto­ri­ta­ris­mo pales­tino en los terri­to­rios ocu­pa­dos en 1967.

Uno de los tér­mi­nos del acuer­do era que a los líde­res exi­lia­dos de la Orga­ni­za­ción para la Libe­ra­ción de Pales­ti­na (OLP) solo se les per­mi­ti­ría regre­sar a los terri­to­rios ocu­pa­dos por Israel en 1967, Cis­jor­da­nia y Gaza, y que se les per­mi­ti­ría crear un gobierno pro­vi­sio­nal cono­ci­do como Auto­ri­dad Pales­ti­na (AP) duran­te un perio­do de cin­co años.

La AP, for­ma­da por miem­bros del par­ti­do Fatah de Ara­fat, asu­mió la res­pon­sa­bi­li­dad de los asun­tos del pue­blo pales­tino mien­tras se man­tu­vo la ocu­pa­ción mili­tar israe­lí. Con el apo­yo de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal y del régi­men israe­lí, Ara­fat esta­ble­ció una for­ma de gobierno basa­da en el clien­te­lis­mo y la corrup­ción, con esca­sa tole­ran­cia hacia la disi­den­cia interna.

El suce­sor de Ara­fat, el pre­si­den­te Mah­mud Abbas, con­ti­nuó por el mis­mo camino. Hoy, a sus 87 años, no solo es uno de los diri­gen­tes más ancia­nos del mun­do, sino que ade­más ha supe­ra­do en más de 14 años su man­da­to legal, a pesar del men­guan­te apo­yo que reci­be entre los palestinos.

Des­de su lle­ga­da al poder, Abbas ha rea­li­za­do una serie de hipó­cri­tas con­vo­ca­to­rias de elec­cio­nes, la últi­ma de las cua­les tuvo lugar en enero de 2021. Ese año, las elec­cio­nes se can­ce­la­ron final­men­te des­pués de que la Auto­ri­dad Pales­ti­na acu­sa­ra al régi­men israe­lí de negar­se a per­mi­tir la par­ti­ci­pa­ción de los pales­ti­nos de la Jeru­sa­lén Orien­tal ocupada.

Estas fal­sas pro­me­sas perió­di­cas de elec­cio­nes satis­fa­cen tem­po­ral­men­te el ape­ti­to de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal por lo que deno­mi­na la «demo­cra­ti­za­ción» de las ins­ti­tu­cio­nes de la AP. Pero la reali­dad es que el sis­te­ma está tan pro­fun­da­men­te ama­ña­do, gra­cias en gran par­te a los Acuer­dos de Oslo, que las elec­cio­nes darían lugar inevi­ta­ble­men­te al man­te­ni­mien­to de las estruc­tu­ras de poder exis­ten­tes o a la lle­ga­da al poder de un nue­vo diri­gen­te autoritario.

Ade­más de su aver­sión por las encues­tas, Abbas ha inten­ta­do ero­sio­nar cual­quier espa­cio demo­crá­ti­co en Cisjordania.

Ha fusio­na­do los tres pode­res del Esta­do, legis­la­ti­vo, eje­cu­ti­vo y judi­cial, para que no exis­ta nin­gún con­trol sobre su poder. Con un con­trol abso­lu­to sobre los asun­tos pales­ti­nos, gobier­na por decre­to. En los últi­mos años, esto se ha tra­du­ci­do en una toma de deci­sio­nes cada vez más absurda.

El año pasa­do, por ejem­plo, disol­vió el Sin­di­ca­to de Médi­cos des­pués de que el per­so­nal médi­co se decla­ra­ra en huel­ga. A con­ti­nua­ción, creó el Con­se­jo Supre­mo de Orga­nis­mos y Auto­ri­da­des Judi­cia­les y se nom­bró a sí mis­mo su jefe, con­so­li­dan­do así su poder sobre los tri­bu­na­les y el Minis­te­rio de Justicia.

Más recien­te­men­te, el 10 de agos­to, obli­gó a 12 gober­na­do­res a jubi­lar­se sin infor­mar­les. Muchos de los des­ti­tui­dos se ente­ra­ron de sus dimi­sio­nes for­za­das a tra­vés de los medios de comunicación.

Para man­te­ner su con­trol del poder, Abbas dis­po­ne tam­bién de un vas­to apa­ra­to de segu­ri­dad. El sec­tor de la segu­ri­dad de la Auto­ri­dad Pales­ti­na, finan­cia­do y for­ma­do por la comu­ni­dad inter­na­cio­nal, emplea el 50% de sus fun­cio­na­rios y absor­be el 30% de su pre­su­pues­to total, más que la edu­ca­ción, la sani­dad y la agri­cul­tu­ra juntas.

Es res­pon­sa­ble de un núme­ro monu­men­tal de vio­la­cio­nes de dere­chos huma­nos, como la deten­ción de acti­vis­tas, el aco­so a perio­dis­tas y la tor­tu­ra de dete­ni­dos políticos.

En muchos casos, la repre­sión lle­va­da a cabo por el apa­ra­to de segu­ri­dad de la Auto­ri­dad Pales­ti­na com­ple­men­ta la de los israelíes.

Por ejem­plo, en 2021, duran­te lo que se cono­ció como la Inti­fa­da de la Uni­dad, muchos acti­vis­tas fue­ron dete­ni­dos e inte­rro­ga­dos vio­len­ta­men­te por las fuer­zas de segu­ri­dad de la Auto­ri­dad Palestina.

Este año, tras la inva­sión del cam­po de refu­gia­dos de Yenín por las fuer­zas del régi­men israe­lí, la Auto­ri­dad Pales­ti­na detu­vo a muchos resi­den­tes del cam­po que habían sido encar­ce­la­dos [https://​www​.chro​ni​que​pa​les​ti​ne​.com/​t​e​r​r​o​r​i​s​m​e​-​i​s​r​a​e​l​i​e​n​-​a​u​t​o​r​i​t​e​-​p​a​l​e​s​t​i​n​i​e​n​n​e​-​a​u​-​p​i​e​d​-​d​u​-​m​ur/] por los israe­líes como par­te de una prác­ti­ca cono­ci­da como «puer­ta gira­to­ria».

De hecho, una de las con­di­cio­nes de los Acuer­dos de Oslo era que la AP coope­ra­ra ple­na­men­te con el régi­men israe­lí en asun­tos de «segu­ri­dad». Para cum­plir esta dis­po­si­ción, el apa­ra­to de segu­ri­dad de la AP se ha esfor­za­do por supri­mir cual­quier acti­vi­dad con­si­de­ra­da ame­na­za­do­ra por el régi­men israelí.

Regu­lar­men­te pasa infor­ma­ción de vigi­lan­cia sobre pales­ti­nos al ejér­ci­to israe­lí y no hace nada para con­tra­rres­tar sus ata­ques ase­si­nos regu­la­res con­tra pue­blos, ciu­da­des y cam­pos palestinos.

De hecho, las fuer­zas de segu­ri­dad de la Auto­ri­dad Pales­ti­na tra­ba­jan codo con codo con el régi­men israe­lí para sofo­car la resis­ten­cia palestina.

En reali­dad, dadas las dis­po­si­cio­nes de los Acuer­dos de Oslo, la AP no podría haber sido dife­ren­te. Un órgano de gobierno res­pon­sa­ble ante los donan­tes inter­na­cio­na­les que lo finan­cian y ante el régi­men israe­lí, que con­ser­va el con­trol últi­mo, nun­ca podría haber ser­vi­do al pue­blo palestino.

Resul­ta sor­pren­den­te que la idea de que los Acuer­dos de Oslo fue­ron un pro­ce­so de paz bien­in­ten­cio­na­do pero con­de­na­do al fra­ca­so siga estan­do muy exten­di­da en algu­nos círcu­los occidentales.

La ver­dad es que los arqui­tec­tos de Oslo no esta­ban intere­sa­dos en crear un Esta­do pales­tino ni en libe­rar Pales­ti­na, sino más bien en encon­trar una for­ma de con­se­guir que los diri­gen­tes pales­ti­nos acep­ta­ran tran­qui­la­men­te la capi­tu­la­ción y supri­mie­ran cual­quier nue­va resis­ten­cia popular.

Alen­ta­ron y apo­ya­ron el auto­ri­ta­ris­mo pales­tino por­que favo­re­cía estos obje­ti­vos. Al final, Oslo no tra­jo la paz a los pales­ti­nos, sino un nue­vo e impor­tan­te obs­tácu­lo a la liberación.

Yara Hawa­ri, ade­más de su tra­ba­jo aca­dé­mi­co cen­tra­do en los estu­dios indí­ge­nas y la his­to­ria oral, tam­bién es comen­ta­ris­ta polí­ti­ca habi­tual en diver­sos medios de comu­ni­ca­ción como The Guar­dian, Foreign Policy y Al Jazeera.

20 de sep­tiem­bre de 2023

Fuen­te: https://​www​.alja​zee​ra​.com/​o​p​i​n​i​o​n​s​/​2​0​2​3​/​9​/​1​3​/​p​a​l​e​s​t​i​n​i​a​n​-​a​u​t​h​o​r​i​t​a​r​i​a​n​i​s​m​-​h​a​s​-​i​t​s​-​r​o​o​t​s​-​i​n​-​t​h​e​-​o​s​l​o​-​a​c​c​o​rds

Cogi­do de https://​www​.chro​ni​que​pa​les​ti​ne​.com/​a​u​t​o​r​i​t​a​r​i​s​m​e​-​p​a​l​e​s​t​i​n​i​e​n​-​t​r​o​u​v​e​-​r​a​c​i​n​e​s​-​d​a​n​s​-​a​c​c​o​r​d​s​-​o​s​lo/

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *