Ante el espanto, la tragedia inmoral e inhumana que atraviesa la humanidad y para que el fascismo colonial sionista no siga avanzando en el mundo, es el momento de armarse de valor y ser honesto, ser sincero. Debemos comprometernos con la justicia. La justicia es la liberación del pueblo nativo semita palestino ante ese colonialismo eurocéntrico denominado «Israel».
Seamos honestos y sinceros de lo contrario estamos fortaleciendo el fascismo sionista, que es el fascismo más poderoso de nuestro tiempo histórico.
El sionismo continuará su barbarie, tu pueblo será la próxima víctima. La humanidad está amenazada ante el fascismo sionista.
El cerebro y poder del régimen colonial de «Israel», radica en el movimiento internacional sionista. Si es abolido ese colonialismo sería el declive de ese fascismo, al igual sería el declive de la atrocidad imperial estadounidense.
Seamos sinceros y honestos. Que nuestro miedo, envuelto en un elegante manto, no sea la otra guillotina genocida contra un pueblo nativo que irrumpe ante el eurocéntrico colonialismo israelí. Seamos sinceros y honestos, no seamos la deliciosa prostituta pseudo humanista que anestesia el genocidio.
¿Qué más pruebas queremos?, estamos ante el más poderoso peligro fascistoide.
Desde lo más noble, sano, limpio, generoso y sincero de mi alma, es abolir la existencia del régimen colonial de «Israel».
Aquí no se trata de poner fin al gobierno del eslavo fascista colonial de Mileikowsky (Netanyahu). Aquí de lo que se trata es de abolir el régimen colonial eurocéntrico de «Israel».
Los judíos han vivido milenios de años sin Estado al igual que los musulmanes y los cristianos.
En tiempos pasados y tiempos incluso donde el horror fue normalizado, los pueblos lograron sublevarse contra su colonizador.
El digno rol histórico de todos los pueblos nativos ha sido el de combatir a su colonizador.
El rol histórico de todos los pueblos nativos ha sido el de liberarse de su colonizador.
Seamos sinceros y honestos, es hora de retomar la Causa Palestina y hablar en términos de la liberación del pueblo nativo y la abolición del colonialismo eurocéntrico israelí.
La causa palestina no es una causa religiosa, ni de abstracción milenaria, ni de derechos humanos. Es la causa de un pueblo nativo que hoy en el siglo XXI lucha contra un anacronismo colonial, eurocéntrico denominado «Israel». Eso es todo. No inventen, ya que eso es todo. No fabriquen más atractivos análisis. No a la abstracción… No inventen más embriagantes análisis sustentados en el miedo.
La Causa del Pueblo Nativo Semita Palestino, entre los Acuerdos de Oslo y la normalización, iba camino al matadero. Estábamos asistiendo a la sepultura del pueblo nativo semita palestino.
Palestina pasó a ser un pueblo prohibido… expulsado de su suelo patrio y además frente a un eurocéntrico colonizador que se apropia de la historia milenaria del pueblo nativo. Europeos conversos a la religión judía, se disfrazan de «pueblo judío, hebreo», para ocultar un anacronismo colonial.
Estamos ante un real totalitarismo cuando hablamos de Palestina. Por lo que debemos fortalecernos en valor, y hacer un llamamiento a ser honestos, sinceros y coherentes. Vemos por ejemplo cómo la lucha armada está prohibida, vemos cómo la lucha pacífica igualmente está prohibida, ejemplo el BDS (Boicot, Desinversión y Sanción). El análisis, estudio y debate debe ser dentro de una agenda artificialmente eurocéntrica.
Estamos ante un real totalitarismo, donde el retorno de la consigna: «Del río al mar, Palestina será libre», es penalizada.
Estamos ante un real totalitarismo. La otra consigna de la muchedumbre: «Hay una sola solución y es la revolución de la Intifada», es penalizada.
Estamos ante un real totalitarismo, donde se pretende igualar al antisionismo con el antisemitismo.
Igualar el antisionismo al antisemistismo es totalitarismo.
Igualar el antisionismo al antisemitismo, es una humillación.
Igualar el antisionismo al antisemitismo, es una falta de respeto, es un insulto, un atropello a la generosidad humana.
Igualar el antisionismo al antisemitismo es igualar el antinazismo al anti-alemán. Todo lo contrario, ser antinazi es ser pro-alemán. Ser antisionista es ser pro-judío. Esto lo sabemos, no me voy a entretener más en este punto, que es una agenda sucia, de chantaje sionista colonial.
En la liberación del pueblo nativo Palestino, es que le deben devolver su suelo patrio y le deben devolver su respectiva historia milenaria. Ya que ese colonizador, no proviene de un pueblo sino de un movimiento que busca fabricar un Estado-nación y es por esto que usurpa la historia del pueblo nativo semita Palestino. Son en gran parte europeos conversos a la religión judía, se sirven de esto muy hábilmente para disfrazarse de: «pueblo judío, hebreo, israelita» esto es un fraude, esto es la falsificación de la historia.
En la liberación del pueblo palestino, la población que hoy porta el gentilicio colonial israelí, pasaría a portar el gentilicio nativo palestino. No se trata de expulsar a nadie, pero que quede claro, es la tierra del pueblo nativo Árabe-semita, cananeo, levantino palestino, de la Gran Siria.
Sí, fin del régimen colonial eurocéntrico de «Israel».
El fin de las cruzadas no fue el fin del cristianismo, todo lo contrario. El fin del nazismo no fue el fin del pueblo alemán, todo lo contrario. El fin de Al-Qaeda, no es el fin del islam, todo lo contrario.
Tenemos una cita con la Historia, y es la liberación del pueblo nativo semita palestino. Tenemos una deuda con la humanidad, y es la abolición del fascismo sionista.
Susana Khalil
20 de diciembre de 2023