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Kanaky o el recha­zo del colo­nia­lis­mo francés

Vuel­ve a correr la san­gre en Kanaky bajo las balas de los sol­da­dos y gen­dar­mes fran­ce­ses. Ya es ele­va­do el balan­ce de la repre­sión de las mani­fes­ta­cio­nes inde­pen­den­tis­tas, que des­de el 13 de mayo agi­tan esta isla colo­ni­za­da por Fran­cia des­de 1853. Hay al menos seis per­so­nas muer­tas, cien­tos de per­so­nas heri­das y más de 400 detenidas.

El hecho de que el gobierno fran­cés haya decre­ta­do el esta­do de urgen­cia y el envío de refuer­zos mili­ta­res fran­ce­ses a los puer­tos de Kanaky y al aero­puer­to de la capi­tal bas­ta para demos­trar el carác­ter masi­vo de la revuel­ta del pue­blo cana­co. Igual­men­te, el envío de fuer­zas espe­cia­les del GIGN [siglas en fran­cés de Gru­po de Inter­ven­ción de la Gen­dar­me­ría Nacio­nal] o de [la uni­dad de éli­te de la poli­cía nacio­nal fran­ce­sa] RAID [siglas en fran­cés de Inves­ti­ga­ción Asis­ten­cia Inter­ven­ción Disua­sión] es tes­ti­mo­nio de las dimen­sio­nes popu­la­res del movi­mien­to. Se impo­ne una con­clu­sión: todo un pue­blo que exi­ge su inde­pen­den­cia es quien se levan­ta en Kanaky con­tra el gobierno colo­nial francés.

Medios de comu­ni­ca­ción fran­ce­ses a favor del colonialismo

Como era de espe­rar, la cober­tu­ra mediá­ti­ca de los prin­ci­pa­les gran­des medios de comu­ni­ca­ción fran­ce­ses está des­con­tex­tua­li­za­da. En gene­ral se silen­cian o se mini­mi­zan los con­tex­tos his­tó­ri­co, eco­nó­mi­co y polí­ti­co de la revuel­ta para dar paso a una cons­tan­te des­crip­ción de la des­truc­ción pro­vo­ca­da por los insur­gen­tes canacos.

La mayo­ría de estos medios dan gene­ro­sa­men­te la pala­bra a los colo­nos fran­ce­ses, que piden ayu­da a París, des­cri­ben las mani­fes­ta­cio­nes popu­la­res como bár­ba­ras y cie­ga­men­te vio­len­tas, lo que expli­ca la nece­si­dad que tie­nen de orga­ni­zar­se en mili­cias de auto­de­fen­sa. Al mis­mo tiem­po, el Esta­do fran­cés blo­quea las redes socia­les y en par­ti­cu­lar Tik Tok, con lo que impi­de acce­der a los esce­na­rios de la repre­sión vio­len­ta del Esta­do francés.

«Esta­do de urgen­cia», envío de tro­pas, cen­su­ra, des­crip­ción de un pue­blo en revuel­ta como bár­ba­ro y cie­ga­men­te vio­len­to, etc., todo ello no deja de recor­dar a la gue­rra de Viet­nam o a la gue­rra de Arge­lia, en las que se uti­li­za­ron los mis­mos pro­ce­di­mien­tos, se emplea­ron los mis­mos leit­mo­tivs de pro­pa­gan­da de gue­rra y hubo la mis­ma descontextualización.

La ley de «refor­ma del cen­so electoral»

Así pues, para poder com­pren­der las razo­nes de la legí­ti­ma revuel­ta del pue­blo cana­co hay que tener en cuen­ta los con­tex­tos inme­dia­to e histórico.

Por lo que se refie­re al momen­to actual, le legí­ti­ma revuel­ta de estos días de pue­blo cana­co tie­ne su ori­gen en la apro­ba­ción por par­te de la Asam­blea Nacio­nal fran­ce­sa la noche del 14 al 15 de mayo pasa­do de una ley refe­ren­te a la refor­ma elec­to­ral1. El obje­ti­vo de esta ley es con­ce­der el dere­cho al voto en el refe­rén­dum de auto­de­ter­mi­na­ción a los colo­nos euro­peos que no hayan naci­do en el terri­to­rio cana­co. Antes de esta ley, que no es sino un inten­to de impo­ner por la fuer­za el man­te­ni­mien­to de la colo­ni­za­ción, solo podían votar en el refe­rén­dum de auto­de­ter­mi­na­ción las per­so­nas ins­cri­tas en el cen­so elec­to­ral antes de la fecha de la fir­ma de los Acuer­dos de Numea en 1998 y sus descendientes.

Por con­si­guien­te, de lo que se tra­ta es de impe­dir cual­quier posi­bi­li­dad de inde­pen­den­cia legal con­vir­tien­do al pue­blo cana­co en votan­tes ultra­mi­no­ri­ta­rios en su pro­pio país. Esta prác­ti­ca equi­va­le a la lógi­ca des­cri­ta por el gran dra­ma­tur­go pro­gre­sis­ta Ber­tolt Brecht, que decía: «Pues­to que el pue­blo vota con­tra el gobierno, hay que disol­ver al pue­blo y sustituirlo».

Ante seme­jan­te vio­len­cia ins­ti­tu­cio­nal y legal, el pue­blo cana­co no tenía ni tie­ne más que una opción: renun­ciar a su dere­cho a la inde­pen­den­cia o rebe­lar­se. Tene­mos aquí una nue­va con­fir­ma­ción de la nece­si­dad de no con­fun­dir legi­ti­mi­dad y lega­li­dad. Anta­ño la escla­vi­tud fue legal, pero nun­ca legí­ti­ma; el apartheid fue legal, pero siem­pre ilegítimo.

El pue­blo cana­co nun­ca ha acep­ta­do la colo­ni­za­ción de su país que, como todas las colo­ni­za­cio­nes, fue una san­grien­ta colo­ni­za­ción de pobla­mien­to. Cito una publi­ca­ción de la UNESCO que lo recuer­da así: «la isla prin­ci­pal de Nue­va Cale­do­nia tenía al menos 100.000 habi­tan­tes en 1800; un siglo des­pués se cen­sa solo a un ter­cio de ellos».

Lar­ga lucha por la independencia

Las revuel­tas del pue­blo cana­co en 1878 y 1917 con­tra esta colo­ni­za­ción se sofo­ca­ron con san­gre. Así, el etnó­lo­go Jean Guiart recuer­da que en 1878 «se ofre­cía una recom­pen­sa por cada par de ore­jas de un supues­to rebel­de muer­to. Como los sol­da­dos traían las ore­jas de muje­res y niños, se decre­tó que había que traer las cabe­zas y se tuvie­ron en cuen­ta estas maca­bras prue­bas». Y con­ti­nua en refe­ren­cia a la revuel­ta de 1917: «¡En 1917, en la últi­ma rebe­lión, la recom­pen­sa era de 20 fran­cos por un pri­sio­ne­ro y de 25 fran­cos por un mela­ne­sio muerto!».

La últi­ma revuel­ta en 1988 aca­bó con la masa­cre de la cue­va de Ouvéa, que se sal­do con la muer­te de 19 mili­tan­tes cana­cos y de dos mili­ta­res fran­ce­ses. A pesar de esta repre­sión bru­tal, la movi­li­za­ción popu­lar obli­gó al gobierno fran­cés a fir­mar los Acuer­dos de Matig­non, que pre­veían un refe­rén­dum de auto­de­ter­mi­na­ción. Este refe­rén­dum es el que el gobierno fran­cés inten­ta ama­ñar defi­ni­ti­va­men­te con su ley de «refor­ma electoral».

Aun­que des­de 1946 Kanaky cons­ta en la lis­ta de terri­to­rios que que­dan por des­co­lo­ni­zar esta­ble­ci­da por la ONU y aun­que cada año se cri­ti­ca a Fran­cia por su nega­ti­va a res­pe­tar el dere­cho del pue­blo cana­co a la auto­de­ter­mi­na­ción, el gobierno fran­cés tra­ta de ente­rrar defi­ni­ti­va­men­te la pers­pec­ti­va de un Kanaky inde­pen­dien­te por medio de esta nue­va manio­bra colonial.

Lo que hay en jue­go des­de el pun­to de vis­ta eco­nó­mi­co y estratégico

El ori­gen de este empe­ño colo­nial está en lo mucho que hay en jue­go para París des­de el pun­to de vis­ta eco­nó­mi­co y estra­té­gi­co. En el plano eco­nó­mi­co encon­tra­mos en pri­mer lugar la cues­tión del níquel, que el his­to­ria­dor Vin­cent Adou­mié resu­me de la siguien­te mane­ra: «Nue­va Cale­do­nia rebo­sa de recur­sos de níquel […]: lo con­tie­ne el 10% de la super­fi­cie del terri­to­rio y supo­ne el 20% de las reser­vas mun­dia­les pro­ba­das o inclu­so el 40% de las reser­vas esti­ma­das para los más opti­mis­tas. La isla es, por lo tan­to, un «blo­que de níquel»: 7,5 millo­nes de tone­la­das de mine­ral bru­to extraí­das cada año y 45.000 tone­la­das de ferro­ní­quel trans­for­ma­do, el 9% de la pro­duc­ción del pla­ne­ta, es decir, el quin­to pues­to mundial».

A esto se aña­de la cues­tión de la «zona eco­nó­mi­ca exclu­si­va», es decir, la zona marí­ti­ma de la que Fran­cia dis­po­ne legal­men­te debi­do a su pose­sión de Kanaky. Con una super­fi­cie de 18.500 kiló­me­tros cua­dra­dos, Kanaky dis­po­ne legal­men­te de una zona marí­ti­ma de 1.740.000 kiló­me­tros cuadrados.

El Ins­ti­tut d’Emission d’Outre-mer (IEOM) des­cri­be así el sub­sue­lo de esta zona: «El sub­sue­lo de los fon­dos mari­nos de Nue­va Cale­do­nia, como el de Wallis o de Papúa Nue­va Gui­nea, pre­sen­ta un con­jun­to de zonas pro­pi­cias para la pre­sen­cia de meta­les raros, de cobal­to y de man­ga­ne­so, pre­sen­tes en for­ma de nódu­los poli­me­tá­li­cos, cos­tras o depó­si­tos de sul­fu­ros hidro­ter­ma­les. Según los geó­lo­gos mari­nos de la DIMENC, varios ele­men­tos hacen supo­ner, ade­más, la posi­ble pre­sen­cia de hidro­car­bu­ros en el sub­sue­lo marino de Nue­va Caledonia».

A esta impor­tan­cia eco­nó­mi­ca se aña­de la geo­es­tra­té­gi­ca vin­cu­la­da a la zona Asia-Pací­fi­co, esce­na­rio de una par­te impor­tan­te de la com­pe­ten­cia entre Chi­na y Esta­dos Uni­dos. En la con­tra­dic­ción fun­da­men­tal de nues­tro mun­do entre la hege­mo­nía de Esta­dos Uni­dos que tra­ta de man­te­ner­se por todos los medios y la cada vez mayor aspi­ra­ción a un mun­do mul­ti­po­lar, Kanaky ocu­pa un lugar par­ti­cu­lar para la estra­te­gia occi­den­tal de con­ten­ción y cer­co de Chi­na. Es una car­ta que uti­li­za el impe­ria­lis­mo fran­cés, jun­to con su alia­do esta­dou­ni­den­se, para nego­ciar su lugar en el sis­te­ma impe­ria­lis­ta mundial.

Esta impor­tan­cia geo­es­tra­té­gi­ca se ha vis­to refor­za­da aún más des­de que París sufrió impor­tan­tes reve­ses en Áfri­ca Occi­den­tal, el segun­do pilar impor­tan­te del lugar que ocu­pa el impe­ria­lis­mo fran­cés en el ámbi­to inter­na­cio­nal. Al man­te­ner­se por la fuer­za en Kanaky, Fran­cia nego­cia su lugar entre los pode­ro­sos des­ta­can­do el papel cla­ve que pue­de desem­pe­ñar en la con­fron­ta­ción con China.

Tan­to ayer como hoy, en Kanaky como en cual­quier otro lugar, la úni­ca razón de ser de la colo­ni­za­ción es el bene­fi­cio y las cues­tio­nes geo­es­tra­té­gi­cas que le per­mi­ten maxi­mi­zar­lo. Sea cual sea su cober­tu­ra legal y el con­te­ni­do de los dis­cur­sos de pro­pa­gan­da, esta colo­ni­za­ción es un cri­men con­tra la huma­ni­dad, tan­to en la Arge­lia o en el Con­go de ayer, como en el Kanaky de hoy.

Saïd Boua­ma­ma

22 de mayo de 2024

Fuen­te: https://​inves​ti​gac​tion​.net/​k​a​n​a​k​y​-​o​u​-​l​e​-​r​e​j​e​t​-​d​u​-​c​o​l​o​n​i​a​l​i​s​m​e​-​f​r​a​n​c​a​is/

Tra­du­ci­do del fran­cés para Rebe­lión por Bea­triz Mora­les Bastos

  1. Se tra­ta de la lla­ma­da «Loi du dégel du corps élec­to­ral», lite­ral­men­te «ley de “des­con­ge­la­ción” del cen­so elec­to­ral», que esta­ba «con­ge­la­do», fijo, des­de los acuer­dos de Numea de 1988. [Nota de la traductora.]

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