Una reacción «agónica» a una situación «desesperada». Así es como explicó el canciller ruso, Serguéi Lavrov, los llamamientos como los del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien acaba de clamar por quitar todas las restricciones al uso contra el territorio ruso de las armas occidentales que se entregan a Kiev.
En particular, urgió golpear bases aéreas rusas e incrementar drásticamente, tanto los suministros letales a Ucrania, como también el despliegue militar del llamado «bloque defensivo» en las proximidades del gigante euroasiático, en particular, en el mar Negro. Todo esto, según Jens Stoltenberg, no es escalar la crisis, sino, por el contrario, trabajar por la «paz». En este contexto, reiteró que la OTAN no es parte del conflicto y nunca lo será.
Quien sí es parte del conflicto es China, tal y como manifestaron desde el Departamento de Estado estadounidense, al insistir en que es Pekín quien alimenta los combates al mantener las normales relaciones económicas y comerciales con Moscú.
Incluso la ya abierta presencia de tropas de la OTAN en Ucrania tampoco significaría la participación de la Alianza Atlántica en el conflicto, según trata de convencer la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. Su país, junto con las demás naciones bálticas y Polonia, mandarían sus tropas a pelear codo a codo con Kiev en caso de una ruptura «estratégica» del frente ucraniano en el este, escribe el diario alemán Der Spiegel.
El ministro de Exteriores polaco, por su parte, anunció ataques estadounidenses contra todas las posiciones rusas en la zona de la operación militar especial si Moscú recurre a sus arsenales nucleares. Al mismo tiempo, no precisó por qué el Kremlin tendría que hacerlo, mientras que, según sus propias palabras, Rusia lleva la delantera en la fabricación de armas como para seguir sumando éxitos en el campo de batalla.
De hecho, Rusia produce municiones de artillería a un ritmo tres veces superior al de los países occidentales. De acuerdo con el canal británico Sky News, el país fabricará este año 4,5 millones de proyectiles, en contra de los alrededor de 1,2 millones que EEUU y sus aliados europeos serán capaces de entregar a Ucrania. Además, producir un proyectil cuesta 1.000 dólares en Rusia versus los 4.000 dólares en la OTAN.
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Víctor Ternovsky
28 de mayo de 2024