Geraldina Colotti entrevista a Iñaki Gil de San Vicente.
Durante su viaje a Italia, entrevistamos a Iñaki Gil de San Vicente, histórico militante antiimperialista, comunista e independentista vasco.
¿Cómo surgió la idea de esta gira antimperialista, y porque en Italia, país europeo hoy con gobierno de derecha, subalterno a la OTAN y a la Troika?
Esta gira por el norte de Italia ha sido organizada y coordinada colectivamente con grupos y movimientos populares a propuesta del Comité Internacionalista Alexis Castillo, que realiza una tarea impresionante en todos los sentidos. Uno de ellos es el de haber comprendido la necesidad urgente de realizar aquí, en Italia, un programa de debates sobre la forma actual de las contradicciones del imperialismo, sobre la tendencia a la guerra que esas contradicciones agudiza, sobre su impacto en la lucha de clases en el imperialismo en general, en Europa en particular y en concreto en Italia. Y partiendo de aquí sobre cómo combatir al fascismo, a la OTAN y a la militarización desenfrenada impuesta por la burguesía. Como se aprecia, son cuestiones urgentes.
Se ha decidido hacerlo en Italia porque este país reúne una características única: fue la cuna de la experiencia de los consejos de fábrica; fue la cuna del fascismo; fue la cuna de Gramsci; fue la cuna de la poderosa guerrilla partisana; fue la cuna del incipiente reformismo del PCI nada más acabar la Segunda Guerra Mundial; fue la cuna del movimiento obrero revolucionario que rompió con el PCI; fue la cuna del terrorismo de la OTAN, del fascismo y de la alianza contrarevolucionaria del PCI con la Democracia cristiana, el Vaticano y la mafia contra esa clase obrera; fue la cuna de la estrategia imperialista de arrancar las raíces industriales de esa clase obrera insurrecta hasta acabar con ella; fue la cuna de la contraofensiva neofascista de Berlusconi… y así hasta Meloni actual. Tenemos mucho que aprender del pueblo trabajador italiano.
Hasta ahora, y por razones de control interno a su alianza, el gobierno italiano no ha acceptado el diktat de Stoltenberg sobre el uso en Rusia de las armas enviadas por los países de la OTAN. ¿Cómo se pueden utilizar estas contradicciones internas al imperialismo en favor de los pueblos?
Pienso que el gobierno italiano se ha negado hasta ahora a dar permiso a que se bombardee Rusia con sus armas y con las de la Unión Europea por razones básicas, además de otras menores que desconozco: para no revivir la memoria popular contra la OTAN, porque tiene miedo al aumento de la conciencia anti-OTAN; para ver cómo evoluciona la guerra imperialista contra Rusia y decidir según vaya ella, pero también para saber mejor cómo va la «guerra occidental» contra China, Irán, los BRICS, la mutipolaridad… para mantener hasta entonces una apariencia de «neutralidad» que le permita mantener los negocios con países pro rusos, pro palestinos, pro BRICS, etc., en la muy cercana África, por ejemplo; y para no tener que aumentar por ahora el ya gigantesco gasto militar, cosa que hará cuando lo vea necesario.
Frente a estas y otras razones, la izquierda revolucionaria ha de demostrar al pueblo obrero que esa negativa es exclusivamente oportunista, táctica, de espera a ver qué pasa en la lucha de clases interna y en las guerras imperialistas externas. La izquierda ha de enseñar que nunca debe confiarse en la burguesía y menos aún en un gobierno fascista como el de Meloni, porque está utilizando ese tiempo de espera táctica para preparar nuevos golpes más duros que los actuales. La izquierda ha de aprovechar ese tiempo para impulsar la autoorganización proletaria y su independencia política de cara a vencer al Estado otanista italiano.
¿Cual es tu análisis del contexto europeo a pocos días de las elecciones?
Podemos sintetizar la situación de la Unión Europea pocos días antes de las elecciones del 9 de junio de la siguiente forma: la Unión Europea está en «guerra social» interna contra el proletariado y en guerra bélica externa contra Rusia, contra Palestina, Siria, Irak, Líbano, y en «guerra larvada» contra China, Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc.; la Unión Europea está sobreexplotando al proletariado para que estas guerras las pague el pueblo y el saqueo, en beneficio primero de los Estados Unidos, después de Bruselas, luego de las principales burguesías de la Unión Europea de mayor a menos poder; la Unión Europea está derechizándose más tendiendo a un pacto estratégico con la Internacional Fascista, lo que le lleva a incremento de las represiones, del racismo, el terrorismo patriarcal, la islamofobia; la Unión Europea acepta todos los planes militaristas de Estados Unidos, y el social-liberalismo y el reformismo no se van a enfrentar a esta estrategia, reforzando su euroimperialismo a las órdenes del gran capital financiero y de Estados Unidos. Por consiguiente, los resultados de las elecciones del 9 de junio no van a variar en nada serio esta orientación estratégica asumida desde su fundación, sino tal vez sólo en pequeñitos puntos menores y formales, sin trascendencia alguna.
La Unión Europea sigue con su injerencia en las elecciones presidenciales en Venezuela, frente a la actitud firme del gobierno bolivariano que ha rechazado sus pretensiones. ¿Cómo ves todo esto desde tu perspectiva internacionalista?
La Unión Europea necesita no solo aplastar la revolución bolivariana, esclavizando a Venezuela al salvajismo yanqui, sino también destruir para siempre la memoria del libertador Bolivar, sus logros y su proyecto histórico de emancipación antiimperialista. Necesita ambos crímenes porque sabe que así tal vez sea más posible destruir y esclavizar Cuba y Nicaragua, acabar mucho tiempo con toda esperanza de liberación de Nuestramérica y el Caribe. La Unión Europea necesita hacerlo porque como euroimperialismo dependiente de Estados Unidos, cree que obtendrá algunas migajas económicas de esas masacres y porque, a la vez, debilitará estructuralmente la lucha de clases en la Unión Europea y su internacionalismo antiimperialista.
Como marxista y antiimperialista,¿cuál es tu análisis del proceso bolivariano?
El proceso bolivariano tiene tres aportaciones decisivas: demuestra con hechos que se puede vencer día a día al imperialismo, lo que siempre es fundamental, pero más en medio de la tercera Gran Depresión mundial, con una crisis nunca sufrida hasta ahora; demuestra con hecho que esas victorias diarias son contagiosas, enseñan y animan, lo que es decisivo; demuestra que la lucha antiimperialista viene de lejos, de 1826 con el Congreso Anfictiónico de Panamá; demuestra que los pueblos y culturas no occidentales, como los amerindios, son una decisiva fuerza revolucionaria. Y demuestra que el pueblo en armas es la última garantía para mantener la libertad y ayudar a otros pueblos a conquistarla. Frente a estos logros incuestionables, las críticas constructivas y solidarías que podríamos hacerle, son menores y secundarias.
¿Y cómo evalúas la ola de fascismo que, desde Europa a América Latina parece seguir creciendo?
El fascismo crece porque es impulsado abiertamente desde comienzos del siglo XXI por la burguesía para destruir el socialismo mundial y las libertades concretas; porque este impulso viene sustentado a su vez en los efectos de temor, miedo e incertidumbre generados por la crisis desde finales del siglo XX; porque tanto el impulso burgués como los efectos de la crisis facilitan el avance del irracionalismo angustiado necesitado de obedecer a un líder, a un partido fuerte e imperialista que salve a la propiedad privada y a Occidente del fantasma del comunismo y de otras culturas no occidentales y por ello cualitativamente más democrática.
Entre el siglo pasado y el actual han surgido algunas oportunidades revolucionarias en Europa: en el País Vasco, en Portugal, en Italia y luego en Grecia. ¿Por qué no pudimos ganar ni con las armas ni con las urnas?
Las experiencias prerrevolucionarias han fracasado en Europa por una serie de fuerzas materiales y simbólicas dirigidas por doctrinas de contrainsurgencia que han impedido o debilitado que la clase obrera luchara hasta el final por la toma del poder en sus países, cayendo en la trampa del pacifismo parlamentarista y legalista; que han ayudado al reformismo para idiotizar y dividir al proletariado y para ayudar a aplastarlo en los momentos críticos; que han creado cadenas de oro, cadenas de dependencia y de egoísmo con el consumismo y con la ficticia libertad y derechos burgueses que atan aún más al proletariado; que han justificado las represiones burguesas; que han creado «enemigos internos y externos» para imponer la unidad entre explotados y explotadores, en beneficio de los segundos; y por no extendernos, porque ha aplicado el terror fascista y la guerra asesina cuando lo ha visto necesario. Lo peor de todo ello, es que el reformismo inocula la pasividad y la ignorancia en el proletariado, convenciéndole para que acepte las cadenas.
También eres activo en la solidaridad con la revolución cubana que sigue bajos ataques y críticas. ¿En qué momento se encuentra Cuba? ¿Y la revolución sandinista?
Cuba y Nicaragua están superando en los últimos tiempos el peor y más sistemático de los ataques invasores del imperialismo. Las sanciones, los bloqueos múltiples, las amenazas de invasión armada, el terrorismo organizado desde Estados Unidos y la Unión Europea, todo ello ha debilitado en parte sus recursos y a algunos sectores de su población. Pero a la vez, ambos pueblos han demostrado una impresionante capacidad de recuperación, una creatividad sorprendente para racionalizar y mejorar su vida interna y mantener su solidaridad con otros pueblos.
¿Estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial?
Sí, estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial. Las dos guerras mundiales han surgido por crisis profundas, también han surgido después de que se desarrollaran guerras locales y regionales como ahora. Pero tenemos que pensar en cuatro cuestiones: ¿será una guerra convencional, con armamento nuclear táctico, o con armamentos nuclear estratégico? Responder a esto solo se puede hacer en la medida en que se vaya desarrollando las contradicciones. ¿Será una guerra a la vez en todo el planeta o con escenarios continentales con diversas intensidades y ritmos? Eso dependerá de las potencias que participen y de las que sean arrastradas a la guerra. ¿Será una guerra que a la vez sea una lucha de clases en cada país o será una guerra solo entre estados? Pensamos que será una guerra con lucha de clases dentro de ellos y a la vez será una guerra de lucha de liberación nacional de pueblos y estado oprimidos contra estados imperialistas. ¿Será una guerra total o definitiva o se llegará a un pacto en algún momento? Pensamos que será una guerra total y definitiva.
De todas formas, estas y otras dudas e interrogantes se irán resolviendo en la propia lucha de clases, de tal modo que el futuro está abierto. Para terminar dos consideraciones: la única forma de evitar toda posibilidad de guerra es avanzando rápidamente hacia el socialismo; y el movimiento revolucionario debe preparar desde ahora como sobrevivir a esa catástrofe provocada por el imperialismo para impedir que sea este el que imponga su dominio sobre los restos de la humanidad.
5 de junio de 2024