Otro cri­men sin resolver

El últi­mo aten­ta­do rei­vin­di­ca­do usan­do la sigla GAL fue el que cau­só la muer­te en Hen­daia, el 24 julio de 1987, de Juan Car­los Gar­cía Goe­na. Se tra­tó de un nue­vo error, el noveno, ya que la vic­ti­ma nada tenía que ver con los refu­gia­dos. Vivía en Ipa­rral­de, con su mujer y dos hijas, por­que se negó a hacer la mili. He ahí otro cri­men que no han que­ri­do resol­ver, aun­que varias per­so­na­li­da­des afir­ma­ron cono­cer quié­nes habían sido los auto­res y su motivación.

Tres meses antes del aten­ta­do, un infor­ma­dor anó­ni­mo apo­da­do Pedro se puso en con­tac­to con el recién falle­ci­do perio­dis­ta Ricar­do Arqués y le habló de un aten­ta­do que se iba a come­ter en Ipa­rral­de (hacia año y medio que no se pro­du­cía aten­ta­do alguno y nadie espe­ra­ba que se pro­du­je­ra nin­guno), y de un zulo cuya exac­ta ubi­ca­ción le faci­li­tó tras pro­du­cir­se el atentado.

Gra­cias a ello, Arqués, y otro cono­ci­do perio­dis­ta, «Mal­he­chor» Mira­lles, loca­li­za­ron el zulo don­de halla­ron mate­rial cla­ra­men­te vin­cu­la­do al aten­ta­do, como una bom­ba-lapa idén­ti­ca a la usa­da en el mis­mo, y el comu­ni­ca­do ini­cial­men­te pre­vis­to para rei­vin­di­car­lo. Un comu­ni­ca­do en el que no se men­cio­na­ba en abso­lu­to a Gar­cía Goe­na, sino a un refu­gia­do vecino suyo, que la poli­cía liga­ba a ETA, Juan Bau­tis­ta Argo­te, que todo indi­ca era el ver­da­de­ro objetivo.

Se dio por hecho que Argo­te no podía haber sido el ver­da­de­ro obje­ti­vo del aten­ta­do, por­que lle­va­ba ya tres sema­nas encar­ce­la­do, tras entre­gar­lo la poli­cía fran­ce­sa a la espa­ño­la. Sin embar­go, mer­ce­na­rios a suel­do de las auto­ri­da­des espa­ño­las come­tie­ron ese mis­mo tipo de error en un caso aún más increí­ble. Un mes des­pués de ser ase­si­na­do en Ipa­rral­de el refu­gia­do Juan Mari Ote­gi «Txa­to», otros mer­ce­na­rios aten­ta­ron con­tra uno de sus veci­nos, Joseph Arraz­toa, que tam­po­co tenía nada que ver con los refu­gia­dos, con­ven­ci­dos de que era el refu­gia­do ya asesinado.

Pedro «Gar­gan­ta pro­fun­da» expli­có a ambos perio­dis­tas que fue­ron el ins­pec­tor de poli­cía José Ame­do y sus hom­bres quie­nes come­tie­ron el aten­ta­do con­tra Gar­cía Goe­na. No fue, ade­más, la úni­ca fuen­te que incri­mi­nó cla­ra­men­te al GALo­so Ame­do. Tam­bién lo hizo su enton­ces aman­te, Inma­cu­la­da Gómez. Dos impor­tan­tes tes­ti­mo­nios a los que la jus­ti­cia espa­ño­la hizo oídos sordos.

Por otra par­te, a raíz de la pro­mo­ción de su libro Cal viva, Ame­do ase­gu­ró que sabía muy bien quién fil­tró la loca­li­za­ción del zulo. Según él, fue Jean-Louis, un poli­cía fran­cés que cola­bo­ró muy acti­va­men­te en los aten­ta­dos de gue­rra sucia. Su iden­ti­dad es ofi­cial­men­te des­co­no­ci­da, pero Ame­do no ocul­ta en abso­lu­to que lo cono­ce y sabe el car­go que ocu­pa en la poli­cía francesa.

Eso sí, a Ame­do no le intere­sa­ba en abso­lu­to que se tira­ra de ese hilo y por eso insis­tió tan­to en poten­ciar una pis­ta fal­sa sobre el aten­ta­do. Una pis­ta que com­pró en su día el dia­rio El Mun­do como gran exclu­si­va y tras la que esta­ba con toda pro­ba­bi­li­dad el ins­pec­tor de policía.

Según El Mun­do, un fotó­gra­fo de Hen­daia lla­ma­do Patxi faci­li­tó a quie­nes colo­ca­ron la bom­ba-lapa una foto de la víc­ti­ma que les per­mi­tió iden­ti­fi­car­lo y aten­tar con­tra él. Aho­ra bien, como ya he expli­ca­do antes, todo indi­ca que que­rían ase­si­nar a Juan Bau­tis­ta Argo­te, no a Gar­cía Goena.

¿Qué bus­ca­ban con aque­lla fal­sa pis­ta? A mi enten­der, qui­sie­ron des­viar la aten­ción de la que sí con­du­cía a los cul­pa­bles. En efec­to, es muy pro­ba­ble que quie­nes se escon­dían tras Pedro dis­pu­sie­ran de prue­bas más que sufi­cien­tes con­tra los auto­res del atentado.

Esa era la pis­ta que se debe­ría haber prio­ri­za­do para escla­re­cer el aten­ta­do y no, des­de lue­go, la que lan­zó Ame­do sir­vién­do­se del dia­rio El Mun­do. A tra­vés de Pedro, tras el que pro­ba­ble­men­te se encon­tra­ban las auto­ri­da­des y Fuer­zas de Segu­ri­dad fran­ce­sas, sí que se hubie­se podi­do lle­gar a las prue­bas con­tra los auto­res del aten­ta­do. Unos auto­res que con­si­de­ro fue­ron los mis­mos que pusie­ron tan­to empe­ño en poten­ciar la fal­sa pis­ta del fotó­gra­fo de Hendaia,

Lo que es inne­ga­ble es que la jus­ti­cia espa­ño­la se empe­ñó en seguir esa pis­ta fal­sa, en lugar de inqui­rir a Ame­do, el boca­zas, sobre la iden­ti­dad de Jean-Louis y otros poli­cías fran­ce­ses que cola­bo­ra­ron en la gue­rra sucia. Y tam­bién sobre el zulo que loca­li­za­ron Mira­lles y Arqués, y sobre tan­tas otras cosas de las que ha habla­do a dies­tro y sinies­tro mien­tras pro­mo­cio­na­ba sus libros.

En todo caso, hay sufi­cien­tes datos que indi­can que tan­to las Fuer­zas de Segu­ri­dad espa­ño­las como las fran­ce­sas supie­ron en su día exac­ta­men­te quién y por qué come­tió aquel aten­ta­do. Lo reco­no­ció el gene­ral José Anto­nio Sáenz de San­ta­ma­ría en un jui­cio, cuan­do el abo­ga­do defen­sor del exSe­cre­ta­rio de Esta­do de Segu­ri­dad Rafael Vera le pre­gun­tó por el aten­ta­do con­tra Gar­cía Goe­na. Res­pon­dió que «se sabe quién lo hizo y por qué lo hizo».

Sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te, nin­gún juez mos­tró enton­ces inte­rés alguno en hacer­le al gene­ral la más míni­ma pre­gun­ta al res­pec­to, y tam­po­co ha habi­do un solo juez que se haya intere­sa­do nun­ca por el sor­pren­den­te hecho de que un perio­dis­ta fue­se infor­ma­do antes del aten­ta­do de que este iba a come­ter­se y de la exis­ten­cia de un impor­tan­te zulo liga­do al mismo.

La Jus­ti­cia espa­ño­la tam­po­co se intere­só en abso­lu­to por las reve­la­cio­nes que hizo Ame­do en su libro sobre dicho aten­ta­do y por el hecho de que afir­ma­ra rotun­da­men­te que «Rafael Vera sabía y sabe quién y cómo mató a Gar­cía Goe­na». Y tam­bién hizo oídos sor­dos ante unas decla­ra­cio­nes del exDi­rec­tor de la Guar­dia Civil Luís Rol­dán en las que dio mues­tras feha­cien­tes de saber mucho al respecto.

Sea como fue­re, lo que está cla­rí­si­mo es que son muy nume­ro­sas, e impor­tan­tes, las per­so­nas que han mani­fes­ta­do saber mucho sobre ese ase­si­na­to. Asi­mis­mo, es evi­den­te que la Jus­ti­cia no ha hecho nada efi­caz para resol­ver el cri­men, mos­tran­do, una vez más, su cla­ra fal­ta de inte­rés por escla­re­cer a fon­do la gue­rra sucia.

Xabier Maka­za­ga, inves­ti­ga­dor del terro­ris­mo de Estado

10 de junio de 2024

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