Hace exactamente 40 años, un 4 de agosto de 1983, se llevaba a cabo la revolución del Alto Volta y se daba a conocer al mundo un joven líder comunista: Thomas Sankara.
Ese 4 de agosto de 1983 empezaba la «Revolución Democrática y Popular» del Alto Volta (que luego pasó a llamarse Burkina Faso) y, con ella, se escribía un capítulo más en la historia de los movimientos de liberación nacional y social del Sur Global.
Burkina Faso, que era uno de los países más pobres de África y del mundo, se convirtió en pocos años en un ejemplo de lucha anti-imperialista, construcción de socialismo, emancipación de la mujer y democracia popular.
Fueron muchas las medidas revolucionarias que se tomaron para conseguir la descolonización y construir el socialismo. Entre ellas:
- Medidas para una soberanía política y económica efectiva: se rompieron relaciones económicas con Banco Mundial y FMI, se rechazó la «ayuda» exterior (por su carácter imperialista y neocolonialista) y se denunció la deuda ilegítima acumulada con los países del centro imperialista.
- Nacionalización de grandes empresas energéticas y de recursos naturales, expropiando y expulsando a las multinacionales extranjeras.
- Colectivización de las tierras y reforma agraria, con la expropiación de la gran propiedad de los terratenientes y la devolución de las tierras a los campesinos.
- Políticas contra la opresión de las mujeres: trabajo pedagógico contra las prácticas patriarcales, medidas de representación política de las mujeres (como la creación del Ministerio de la Mujer) y prohibición de prácticas degradantes y machistas como la ablación, la poligamia y el matrimonio forzoso.
- Medidas de alfabetización y educación: creación de un sistema educativo socialista, construcción de decenas de escuelas y alfabetización de millones de personas.
- Salud universal: se construyeron hospitales, se empezó una política de vacunación de toda la población, se formaron miles de personas como personal sanitario.
- Lucha de clases: no solo se empezaron políticas de colectivización y socialización contra la riqueza de la burguesía imperialista, sino que se atacaron los privilegios de clase del sistema tributario de Burkina Faso, con políticas contra los jefes tribales, sus tributos y el régimen de trabajo semi-esclavo que funcionaba en el país.
En solo cuatro años de gobierno socialista de Sankara Burkina Faso se convirtió en un referente económico, político, social y de solidaridad internacionalista en todo el continente africano.
El 15 de octubre de 1987 un golpe de Estado apoyado por las fuerzas imperialistas (sobre todo está comprobada la participación de Francia) acabó con la vida de Thomas Sankara y con la experiencia revolucionaria de Burkina Faso.
La historia de Burkina Faso –su descolonización, la lucha socialista y la reacción terrorista del imperialismo– no es un caso aislado, sino un capítulo más de la dialéctica de liberación y dominación que atravesó el continente africano en el siglo XX.
Ahora, en plena ofensiva imperialista del Occidente colectivo contra el Sahel, el fantasma de la descolonización y de los movimientos de liberación nacionales y sociales parece estar volviendo, tirando del hilo rojo de su historia.
Cuarenta años después una vez más Burkina Faso está desafiando la máquina de muerte del imperialismo.
«Para el imperialismo es más importante dominar culturalmente que militarmente. La dominación cultural es más flexible, la más eficaz, la menos costosa. Nuestra tarea consiste en descolonizar nuestra mentalidad» (T. Sankara).
Hilo de Iñurri Gorria
4 de agosto de 2024
Fuente: https://x.com/TxindurriG/status/1687396329348030464?t=Dkblazk5i2JKbd28c2zI2Q&s=03