Vene­zue­la, el plan con­tra Madu­ro esta­ba cantado

Des­de que el gobierno vene­zo­lano acep­tó el diá­lo­go con la opo­si­ción finan­cia­da por Esta­dos Uni­dos y esta decla­ró que par­ti­ci­pa­ría en el pro­ce­so elec­to­ral, se sabía cuál era el plan: no reco­no­cer la vic­to­ria del chavismo.

Pre­ci­sa­men­te los opo­si­to­res par­ti­ci­pa­ron en las elec­cio­nes para poder ase­gu­rar que hubo frau­de, pues de no haber entra­do en la con­tien­da elec­to­ral no tenían for­ma de eje­cu­tar­lo, tal como suce­dió con Juan Guaidó.

La mani­pu­la­ción mediá­ti­ca con los pode­ro­sos medios de pren­sa más impor­tan­tes del orbe al ser­vi­cio de los Esta­dos Uni­dos, uni­do al tra­ba­jo desa­rro­lla­do en las redes socia­les, don­de los sim­pa­ti­zan­tes de Nico­lás Madu­ro no apa­re­cen y solo las mani­fes­ta­cio­nes de la opo­si­ción reco­rren el mun­do, sem­bra­ron la matriz de opi­nión de que les roba­ron las elec­cio­nes, algo pre­pa­ra­do de antemano.

A esto se suma la pre­sión sobre los pre­si­den­tes de dere­cha de la región, inclu­so con la des­pres­ti­gia­da OEA que con­vo­có a reu­nión extra­or­di­na­ria para abor­dar el pro­ce­so elec­to­ral en Vene­zue­la, orga­ni­za­ción cóm­pli­ce del gol­pe de Esta­do con­tra Evo Mora­les, que nun­ca con­de­nó las repre­sio­nes en Perú orde­na­das por la pre­si­den­ta usur­pa­do­ra, con un sal­do de más de 60 muer­tos y el tri­ple de dete­ni­dos, la entra­da del ejér­ci­to en la Uni­ver­si­dad de Lima y la deten­ción de Pedro Cas­ti­llo, pre­si­den­te cons­ti­tu­cio­nal, por­que no res­pon­día a los intere­ses yanquis.

Tam­po­co se pro­nun­cia­ron con­tra el recien­te inten­to de gol­pe mili­tar en Boli­via y menos con­tra el plan de ase­si­na­to a Cris­ti­na Fer­nán­dez, sena­do­ra y ex pre­si­den­ta de Argen­ti­na, prue­ba de la fal­ta de moral de los yan­quis y la OEA. Simi­lar acti­tud asu­mió cuan­do el ejér­ci­to ecua­to­riano vio­ló la inmu­ni­dad diplo­má­ti­ca de la emba­ja­da de Méxi­co en Ecua­dor, y mal­tra­ta­ron al emba­ja­dor, para secues­trar al ex vice­pre­si­den­te ya admi­ti­do como un asi­la­do. Esta­dos Uni­dos nun­ca ha con­de­na­do esas violaciones.

Cuan­do Donald Trump acu­só de frau­de a las pasa­das elec­cio­nes don­de ganó Joe Biden, ni la OEA, la Unión Euro­pea y los laca­yos de Amé­ri­ca Lati­na, pidie­ron un recuen­to de votos, tener acce­so a las actas de cada cole­gio elec­to­ral, como aho­ra hacen con Vene­zue­la y menos exi­gie­ron la pre­sen­cia de obser­va­do­res inter­na­cio­na­les inde­pen­dien­tes, lo que reve­la la manio­bra pre­pa­ra­da para hacer­le creer a todos que hubo frau­de por par­te de Maduro.

Hace años Vene­zue­la es víc­ti­ma de pla­nes para eli­mi­nar al gobierno cha­vis­ta, des­de el gol­pe mili­tar con­tra Hugo Chá­vez, estruc­tu­ra­do por Esta­dos Uni­dos y res­pal­da­do de inme­dia­to por Espa­ña, inclui­do su secues­tro; el inten­to de mag­ni­ci­dio con­tra Madu­ro en pleno acto ofi­cial, has­ta el más recien­te show enca­be­za­do por María Cori­na Macha­do, tur­bio per­so­na­je diri­gi­do por la CIA.

En 2002 ella fun­dó la orga­ni­za­ción civil Súma­te, para eje­cu­tar accio­nes con­tra el gobierno de Hugo Chá­vez. La cre­di­bi­li­dad de la mis­ma fue pues­ta en duda por las dona­cio­nes que reci­bió de la Fun­da­ción Nacio­nal para la Demo­cra­cia (NED), pan­ta­lla de la CIA, supues­ta­men­te para «for­ta­le­cer la demo­cra­cia en Venezuela».

El 12 de abril de 2002, un día des­pués del gol­pe con­tra el pre­si­den­te Hugo Chá­vez, María Cori­na fir­mó el lla­ma­do Decre­to Car­mo­na, acta de Cons­ti­tu­ción del Gobierno gol­pis­ta de Pedro Car­mo­na, hecho anti­cons­ti­tu­cio­nal y anti demo­crá­ti­co al ser­vi­cio de Esta­dos Uni­dos, que vio­ló la Car­ta Demo­crá­ti­ca Inter­ame­ri­ca­na de la OEA, jun­to a otros opo­si­to­res, entre ellos el terro­ris­ta y pró­fu­go de la jus­ti­cia Leo­pol­do López.

Cori­na Macha­do es la actual pie­za cla­ve de la CIA con­tra Madu­ro, sus posi­cio­nes polí­ti­cas son simi­la­res a las del argen­tino Javier Milei, al decla­rar que aspi­ra a la pri­va­ti­za­ción de la empre­sa esta­tal Petró­leos de Vene­zue­la (PDVSA), la devo­lu­ción de las empre­sas nacio­na­li­za­das y des­re­gu­lar la lucha con­tra la corrup­ción, si la dere­cha alcan­za la direc­ción del país.

En 2005 enfren­tó car­gos por cons­pi­ra­ción deri­va­dos de una sub­ven­ción de 31,000 dóla­res de la NED, para el supues­to «tra­ba­jo edu­ca­ti­vo no par­ti­dis­ta» de su orga­ni­za­ción Súma­te. El 31 de mayo del mis­mo año, fue reci­bi­da en la Casa Blan­ca por el pre­si­den­te Geor­ge W. Bush, hecho que demues­tra su some­ti­mien­to a los yanquis.

El petró­leo y los otros recur­sos mine­ra­les vene­zo­la­nos son los moti­vos que los mue­ve en su afán por lograr impo­ner nue­va­men­te un gobierno títe­re, que se los ofrez­ca en ban­de­ja de pla­ta a Esta­dos Uni­dos, como siem­pre han hecho en Lati­noa­mé­ri­ca a tra­vés de los gol­pes de Estado.

¿Cuán­do la OEA, inclui­do Esta­dos Uni­dos y sus laca­yos, orde­na­ron reti­rar su per­so­nal diplo­má­ti­co de Chi­le, como recha­zo al gol­pe mili­tar san­grien­to fabri­ca­do en Washing­ton con el ase­sino Augus­to Pino­chet al fren­te de aquel país? Pino­chet gozó del res­pal­do yan­qui y su gobierno fue reco­no­ci­do has­ta por Euro­pa, a pesar de los crí­me­nes come­ti­dos sin ser jamás sancionado.

¿De qué demo­cra­cia hablan aho­ra quie­nes desa­rro­lla­ron la exe­cra­ble Ope­ra­ción Con­dor en el con­ti­nen­te ame­ri­cano? ¿Per­die­ron la memo­ria esos perio­dis­tas que se suman a la cam­pa­ña pro­mo­vi­da por la CIA con­tra Maduro?

Las­ti­mo­sa­men­te Lula da Sil­va, pre­si­den­te de Bra­sil, al pare­cer olvi­dó que fue acu­sa­do injus­ta­men­te por aque­llos que le hicie­ron un expe­dien­te fal­so, por órde­nes de Washing­ton para sacar­lo del poder, al igual que le orga­ni­za­ron un gol­pe de Esta­do en las elec­cio­nes que lo lle­va­ron a la actual pre­si­den­cia y aún no ha podi­do enjui­cia a Jahir Bol­so­na­ro, pie­za cla­ve en ese plan bajo las órde­nes de Esta­dos Unidos.

El 31 de julio la OEA se reu­nió para con­de­nar al gobierno de Madu­ro, pero no pudo obte­ner los votos nece­sa­rios; mien­tras en Cara­cas el Pre­si­den­te, en con­fe­ren­cia de pren­sa, denun­ció los actos terro­ris­tas eje­cu­ta­dos con­tra los cen­tros elec­to­ra­les, el sis­te­ma eléc­tri­co nacio­nal y los ata­ques con­tra los sis­te­mas infor­má­ti­cos del Con­se­jo Nacio­nal Elec­to­ral, accio­nes finan­cia­das por la opo­si­ción con dine­ro pro­ve­nien­te de los Esta­dos Uni­dos, ver­da­des que la pren­sa alia­da a los yan­quis no publica.

Madu­ro, denun­ció que el mis­mo día de las elec­cio­nes en la Casa Blan­ca, se reu­nie­ron altos fun­cio­na­rios yan­quis con varios cabe­ci­llas de la opo­si­ción, entre ellos el terro­ris­ta y pró­fu­go de la jus­ti­cia Leo­pol­do López, situa­ción que demues­tra quie­nes diri­gen los actos con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios con­tra Venezuela.

Pos­te­rior­men­te Nico­lás Madu­ro acu­dió al Tri­bu­nal Supre­mo de Jus­ti­cia y pre­sen­tó una denun­cia para que se inves­ti­gue el inten­to de gol­pe de Esta­do y cite a todas las ins­ti­tu­cio­nes, a todos los can­di­da­tos y a los 38 par­ti­dos polí­ti­cos, con el obje­ti­vo de inves­ti­gar y peri­tar los resul­ta­dos de las elecciones.

Edmun­do Gon­zá­lez Urru­tia fue diplo­má­ti­co de Vene­zue­la en El Sal­va­dor, don­de ocu­pó el car­go de segun­do jefe de Misión, cuan­do era emba­ja­dor Leo­pol­do Cas­ti­llo, cono­ci­do como «Mata­cu­ras».

Docu­men­tos des­cla­si­fi­ca­dos de la CIA en febre­ro de 2009, men­cio­nan a Cas­ti­llo como inte­gran­te de los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia que coor­di­na­ron, finan­cia­ron y orde­na­ron la eje­cu­ción de la Ope­ra­ción Cen­tau­ro, la que gene­ró un con­jun­to de accio­nes vio­len­tas con el ejér­ci­to sal­va­do­re­ño y los escua­dro­nes de la muer­te, para eli­mi­nar físi­ca­men­te a las comu­ni­da­des reli­gio­sas que seguían los prin­ci­pios de la teo­lo­gía de la libe­ra­ción, en bus­ca de una solu­ción pací­fi­ca y nego­cia­da del con­flic­to arma­do en El Salvador.

Gon­zá­lez Urru­tia al dejar las fun­cio­nes diplo­má­ti­cas en el país cen­tro­ame­ri­cano, jun­to al emba­ja­dor Cas­ti­llo, pasó a ser ase­sor de las estruc­tu­ras de inte­li­gen­cia, cuan­do el 16 de noviem­bre de 1989 fue­ron ase­si­na­dos los sacer­do­tes jesui­tas Rafael Pala­cios, Ali­rio Macias, Fran­cis­co Cos­me, Jesús Cáce­res, Manuel Reyes y Oscar Arnul­fo Rome­ro, cua­tro mon­jas y dos tra­ba­ja­do­ras reli­gio­sas. En esa eta­pa fue­ron ase­si­na­dos 13.194 civiles.

Los crí­me­nes res­pal­da­dos por la ges­tión de Leo­pol­do Cas­ti­llo y cola­bo­ra­do­res como Edmun­do Gon­zá­lez, están con­si­de­ra­dos como «crí­me­nes de lesa huma­ni­dad» y, por tan­to, son imprescriptibles.

Esos hechos suce­die­ron entre 1979 y 1985, como par­te del Plan Cón­dor en El Sal­va­dor y el pro­yec­to con­tra­in­sur­gen­te impul­sa­do por el pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos Ronald Reagan, con­tra el pue­blo sal­va­do­re­ño, con el fin de impe­dir que las fuer­zas revo­lu­cio­na­rias avan­za­ran el poder.

Esa es la demo­cra­cia que los yan­quis aspi­ran impo­ner en Vene­zue­la con el apo­yo de sus agen­tes, entre ellos Leo­pol­do López, Juan Guai­dó, Edmun­do Gon­zá­lez y María Cori­na Macha­do, median­te la rea­li­za­ción de actos terro­ris­tas para ase­si­nar y des­truir todo lo que el cha­vis­mo ha cons­trui­do para que su pue­blo ten­ga una vida mejor, como son las misio­nes médi­cas, edu­ca­cio­na­les, cul­tu­ra­les, depor­ti­vas y eco­nó­mi­cas, a pesar de los cien­tos de san­cio­nes impues­tas por Esta­dos Uni­dos para entorpecerlo.

No se equi­vo­có José Mar­tí cuan­do afir­mó: «Los pue­blos han de tener una pico­ta para quien les azu­za a odios inútiles».

Arthur Gon­zá­lez

2 de agos­to de 2024

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