El enemi­go lan­za la bata­lla de des­arrai­gar a la resis­ten­cia y a su pueblo

Quie­nes eva­lúan la gue­rra en cur­so, a menu­do se refie­ren a com­por­ta­mien­tos pasa­dos de las par­tes impli­ca­das en esta bata­lla. Esto inclu­ye inten­tos de esta­ble­cer para­le­lis­mos entre lo que está ocu­rrien­do en Gaza y la situa­ción en Líbano, ya sea en tér­mi­nos de agre­sión por un lado o de res­pues­ta de la resis­ten­cia por el otro. Sin embar­go, esta com­pa­ra­ción pasa por alto dife­ren­cias sig­ni­fi­ca­ti­vas entre ambos con­tex­tos, aun­que la men­ta­li­dad del enemi­go siga sien­do uni­fi­ca­da en su afán por des­truir­lo todo.

¿Dón­de esta­mos hoy?

Des­pués de casi un año, «Israel» ha deci­di­do que es capaz de abrir un fren­te con el Líbano, cre­yen­do que la gue­rra en Gaza ya no requie­re todo su tiem­po y recur­sos mili­ta­res. Algu­nos inclu­so pien­san que lo úni­co que ha hecho «Israel» es lo que sus diri­gen­tes han lla­ma­do «des­pla­zar el peso» hacia el nor­te. Sin embar­go, quie­nes pien­san así supo­nen que «Israel» ha pasa­do los últi­mos meses pre­pa­ran­do un pro­gra­ma espe­cí­fi­co para enfren­tar­se a Hez­bo­llah. Se tra­ta de un gra­ve error de apre­cia­ción de la pos­tu­ra «israe­lí», ya que lo que «Tel Aviv» está apli­can­do es un pro­gra­ma que lle­va vein­te años pre­pa­rán­do­se, con ele­men­tos de este plan que «Israel» no logró apli­car duran­te la gue­rra de 2006.

Todo el mun­do sabe que «Israel» ha abor­da­do el Líbano de una mane­ra com­ple­ta­men­te dife­ren­te a sus pre­pa­ra­ti­vos para la gue­rra en Gaza. Lo que ocu­rrió en Gaza nun­ca for­mó par­te de la agen­da de «Israel», y Hamás con­si­guió lle­var a cabo la mayor ope­ra­ción de enga­ño en mate­ria de segu­ri­dad, acom­pa­ña­da del mayor nivel de pre­pa­ra­ción para la ope­ra­ción Inun­da­ción de Al-Aqsa.

En cuan­to a la con­fron­ta­ción con Líbano, «Israel» está pen­san­do de for­ma dife­ren­te. No se tra­ta solo del desa­rro­llo de las capa­ci­da­des mili­ta­res y huma­nas de la resis­ten­cia, sino tam­bién de la expan­sión del papel de la resis­ten­cia en toda la región, espe­cial­men­te en Palestina.

«Israel» com­pren­de que, en este con­tex­to, está luchan­do prác­ti­ca­men­te en nom­bre de todo Occi­den­te y de sus alia­dos ára­bes, que pre­ten­den eli­mi­nar a Hez­bo­llah, no solo como fuer­za mili­tar, sino como idea. Estos alia­dos guar­dan un anti­guo ren­cor a Hez­bo­llah y no ven a nadie más que a «Israel» capaz de eli­mi­nar­la. «Israel» no tie­ne incon­ve­nien­te en lle­var a cabo esta tarea, ya que coin­ci­de con sus pro­pios obje­ti­vos. Ade­más, pue­de obte­ner una impor­tan­te recom­pen­sa de todos los enemi­gos de Hez­bo­llah si tie­ne éxi­to en esta misión.

Por aho­ra, deje­mos a un lado los temas que requie­re el examen de exper­tos: los pre­pa­ra­ti­vos mili­ta­res y de segu­ri­dad que «Israel» ha hecho para enfren­tar­se a Hez­bo­llah. Está cla­ro que estos pre­pa­ra­ti­vos se basan cada vez más en ope­ra­cio­nes tec­no­ló­gi­cas, en las que las capa­ci­da­des téc­ni­cas desem­pe­ñan un papel cen­tral. Esto no se limi­ta a las infrac­cio­nes de la inte­li­gen­cia huma­na, de las que no hay indi­cios recien­tes en ese sen­ti­do. Pero vol­va­mos a esbo­zar el pano­ra­ma más amplio en tér­mi­nos de objetivos:

  • «Israel» está uti­li­zan­do todas sus fuer­zas para gol­pear todo lo que con­si­de­ra que son las capa­ci­da­des mili­ta­res, de segu­ri­dad, huma­nas y logís­ti­cas de la resis­ten­cia. Diri­gi­rá todos sus ata­ques hacia este obje­ti­vo. No ten­drá en cuen­ta, y nun­ca lo ha hecho, nin­gu­na con­si­de­ra­ción rela­ti­va a las per­so­nas (civi­les).
  • «Israel» pre­ten­de actua­li­zar el eslo­gan de la gue­rra de 2006, que era «aplas­tar a Hez­bo­llah». Aho­ra, pre­ten­de «des­arrai­gar a Hez­bo­llah». Cuan­do «Israel» pien­sa así, no se refie­re úni­ca­men­te a las fuer­zas mili­ta­res o civi­les de Hez­bo­llah. Hay una men­ta­li­dad demo­nía­ca que guía a los res­pon­sa­bles de la toma de deci­sio­nes, que lle­va al enemi­go a tra­tar a Hiz­bu­lá del mis­mo modo que tra­ta a los pales­ti­nos de Gaza y Cis­jor­da­nia. El enemi­go cree que el aplas­ta­mien­to y el des­arrai­go se con­si­guen des­pla­zan­do a las per­so­nas que for­man la cuna popu­lar. Cuan­do «Israel» adop­ta este enfo­que, vuel­ve al núcleo de su pro­yec­to. Con­si­de­ra hos­til el entorno en el que exis­te Hez­bo­llah, un entorno que en su día aco­gió a las fac­cio­nes de la resis­ten­cia pales­ti­na, lue­go a las fac­cio­nes de la resis­ten­cia nacio­nal liba­ne­sa, antes de exten­der su apo­yo a Hez­bo­llah. Esto sig­ni­fi­ca que el plan del enemi­go requie­re una gue­rra a lar­go pla­zo con Líbano.
  • El enemi­go pre­ten­de alte­rar las reali­da­des geo­grá­fi­cas y demo­grá­fi­cas en más de una zona. Cuan­do el enemi­go habla de una zona tam­pón en el sur del Líbano, no se refie­re a un área libre de mili­tan­tes o armas. Su obje­ti­vo es una zona sin pobla­ción. El obje­ti­vo es eli­mi­nar cual­quier pre­sen­cia huma­na que pue­da ser­vir de cuna a cual­quier gru­po que se opon­ga y resis­ta a la ocu­pa­ción. En la situa­ción actual del Líbano, don­de las divi­sio­nes sec­ta­rias rigen muchos aspec­tos de la vida, el enemi­go está pen­san­do en for­mas de hacer que la comu­ni­dad chií del Líbano pague el pre­cio de su com­pro­mi­so con la cau­sa de la resis­ten­cia, no solo por per­mi­tir que algu­nos de sus miem­bros se unan a Hezbollah.
  • «Israel» tra­ta de mol­dear el Líbano de for­ma que con­ven­ga a sus intere­ses. Cuan­do deci­dió par­ti­ci­par en la con­fron­ta­ción actual, ya no tuvo en cuen­ta las opi­nio­nes de las poten­cias occi­den­ta­les, los paí­ses ára­bes u otras fac­cio­nes liba­ne­sas. Si hay quie­nes desean evi­tar la des­es­ta­bi­li­za­ción del Líbano, o el esta­lli­do de gue­rras civi­les y gran­des cri­sis eco­nó­mi­cas, «Israel» no duda­rá en per­mi­tir que estos acon­te­ci­mien­tos se desa­rro­llen si sir­ven a sus intere­ses. En la actua­li­dad, asis­ti­mos a una impor­tan­te coope­ra­ción entre «Israel» y Esta­dos Uni­dos, así como con algu­nas capi­ta­les ára­bes, des­ti­na­da a alen­tar a gru­pos, fuer­zas y comu­ni­da­des de dife­ren­tes orí­ge­nes sec­ta­rios (https://t.me/RNN_Backup/56422) a lle­var a cabo un levan­ta­mien­to con­tra lo que han incul­ca­do en sus men­tes como el «Esta­do de Hez­bo­llah». En tal esce­na­rio, «Israel» no duda­rá en pro­por­cio­nar apo­yo a cual­quie­ra que esté dis­pues­to a ali­near­se con su pro­gra­ma. Les atrae­rá con una recom­pen­sa sus­tan­cial, bajo tér­mi­nos como par­ti­cio­nes, fede­ra­lis­mo u otros nom­bres similares.
  • «Israel» pre­ten­de inten­si­fi­car sus ope­ra­cio­nes cri­mi­na­les para ejer­cer diver­sas for­mas de pre­sión sobre Hez­bo­llah. Ata­ca­rá obje­ti­vos sin sen­ti­do en deter­mi­na­das zonas con la inten­ción de que la opi­nión públi­ca recha­ce la pre­sen­cia de des­pla­za­dos en su seno. En este esce­na­rio, «Israel» bus­ca repe­tir lo que ha hecho en Gaza, don­de creó un des­pla­za­mien­to con­ti­nuo y abier­to entre zonas supues­ta­men­te con­si­de­ra­das «segu­ras». «Israel» bus­ca un des­pla­za­mien­to rota­to­rio de la pobla­ción del sur, de la Bekaa y de los subur­bios del sur de Bei­rut, empu­jan­do a una par­te sig­ni­fi­ca­ti­va de ellos a aban­do­nar pri­me­ro a Hez­bo­llah, y lue­go a aban­do­nar el Líbano por com­ple­to. El enemi­go cree que para tener éxi­to en este empe­ño debe lan­zar ata­ques leta­les con­tra cual­quier liba­nés que apo­ye a la resis­ten­cia, la ayu­de en su pos­tu­ra o en sus accio­nes, o inclu­so le ofrez­ca cobi­jo. «Israel» apues­ta por la narra­ti­va de que si logra gol­pear a Hez­bo­llah, gene­ra­rá una impor­tan­te ola de deses­pe­ra­ción den­tro de la cuna popu­lar de Hez­bo­llah, lo que a su vez alla­na­rá el camino para un decli­ve de su influen­cia en múl­ti­ples frentes.

Lo que se ha men­cio­na­do no son meras espe­cu­la­cio­nes ni un ejer­ci­cio teó­ri­co. Son ele­men­tos de un plan que el enemi­go ya ha empe­za­do a poner en prác­ti­ca, lo que lle­va a una con­clu­sión cla­ra: nos enfren­ta­mos a un tipo de bata­lla dife­ren­te, que sin duda será más dura y com­ple­ja que la gue­rra de 2006.

Es cier­to que la gen­te se pre­gun­ta qué hará Hez­bo­llah. Tam­bién es cier­to que quie­nes obser­van el éxi­to de las ope­ra­cio­nes de segu­ri­dad del enemi­go en los últi­mos meses bus­can res­pues­tas o expli­ca­cio­nes. Pero más impor­tan­te que todo esto es el hecho de que quie­nes se encuen­tran en el cora­zón de esta bata­lla deben estar pre­pa­ra­dos para una gue­rra cuya dura­ción se des­co­no­ce y para los enor­mes cos­tes que habrá que pagar. En cuan­to a lo que hará la resis­ten­cia, todo lo que se pue­de hacer es espe­rar. Por­que, como todo indi­ca, ¡la resis­ten­cia aún no ha dicho su últi­ma palabra!

Ibrahim Al-Amin en Al-Akhbar

27 de sep­tiem­bre de 2024

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