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¿A quién le sir­ve Bra­sil dán­do­le la espal­da a Venezuela?

El medio inde­pen­dien­te y socia­lis­ta Dia­rio Cau­sa Ope­ra­ria publi­có un con­tun­den­te edi­to­rial sobre la pos­tu­ra de dere­cha asu­mi­da por Bra­sil en la más recien­te Cum­bre de los BRICS, rea­li­za­da en la ciu­dad de Kazán- Rusia, don­de vetó el ingre­so de Vene­zue­la a este estra­té­gi­co blo­que comer­cial, eco­nó­mi­co y político.

«La polí­ti­ca exte­rior bra­si­le­ña, en lugar de avan­zar hacia una inte­gra­ción más sóli­da entre nacio­nes que resis­ten la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se, cede ante el mie­do y la pre­sión exter­na», dice par­te del artícu­lo en el cual se ase­gu­ra, ade­más, que el Gobierno de Lula «ya vie­ne dan­do sig­nos de debilidad».

«[…] pare­ce aho­ra deci­di­do a dar­le la espal­da a Vene­zue­la, un país que, a pesar de todas las difi­cul­ta­des, ha resis­ti­do las pre­sio­nes esta­dou­ni­den­ses y ha man­te­ni­do una pos­tu­ra de apo­yo a los movi­mien­tos pro­gre­sis­tas de Amé­ri­ca Lati­na», seña­la el medio.

En este sen­ti­do, des­ta­ca el medio que con esta acción, el gobierno bra­si­le­ño “pone en ries­go la sobe­ra­nía de todos los pue­blos lati­no­ame­ri­ca­nos, inclui­do el pro­pio Brasil».

A con­ti­nua­ción el tex­to com­ple­to titulado:

¿A quién le sir­ve a Bra­sil dán­do­le la espal­da a Venezuela?

En una decla­ra­ción que repre­sen­ta un nue­vo giro a la dere­cha en la polí­ti­ca exte­rior del gobierno Lula, el ase­sor espe­cial Cel­so Amo­rim afir­mó: «No defien­do la entra­da de Vene­zue­la. Creo que hay que ir des­pa­cio. No tie­ne sen­ti­do lle­nar­lo con paí­ses, de lo con­tra­rio pron­to se crea­rá un nue­vo G‑77». En lugar de for­ta­le­cer alian­zas con regí­me­nes nacio­na­lis­tas que han resis­ti­do la pre­sión inter­na­cio­nal, el gobierno bra­si­le­ño capi­tu­la ver­gon­zo­sa­men­te, refor­zan­do la polí­ti­ca de ais­la­mien­to con­tra uno de sus alia­dos his­tó­ri­cos más impor­tan­tes, una polí­ti­ca que Amo­rim refor­zó aún más al declarar:

«Hay que estu­diar muy bien la entra­da de nue­vos paí­ses. Nece­si­ta paí­ses que pue­dan con­tri­buir. Tener una con­cep­ción estra­té­gi­ca de las admi­sio­nes. Recuer­de que el mun­do está expe­ri­men­tan­do días de gue­rras con el poten­cial de con­ver­tir­se en gue­rras mun­dia­les. Por tan­to, los cri­te­rios de admi­sión son más impor­tan­tes que el pro­pio país».

Sin embar­go, al uti­li­zar la ame­na­za de una gue­rra mun­dial como jus­ti­fi­ca­ción, el excan­ci­ller no hace más que refor­zar la debi­li­dad y el mie­do que han guia­do la polí­ti­ca exte­rior del gobierno Lula.

Pre­ci­sa­men­te debi­do a los días de gue­rra, con el ries­go cre­cien­te de una con­fla­gra­ción glo­bal de gran­des pro­por­cio­nes, se debe apo­yar fir­me­men­te a regí­me­nes como el régi­men boli­va­riano de Nico­lás Madu­ro, ya que están en con­tra­dic­ción con el imperialismo.

El gobierno de Lula, que ya había dado sig­nos de debi­li­dad en otros momen­tos, pare­ce aho­ra deci­di­do a dar­le la espal­da a Vene­zue­la, un país que, a pesar de todas las difi­cul­ta­des, ha resis­ti­do las pre­sio­nes esta­dou­ni­den­ses y ha man­te­ni­do una pos­tu­ra de apo­yo a los movi­mien­tos pro­gre­sis­tas de Amé­ri­ca Latina.

Las con­se­cuen­cias de esta polí­ti­ca exte­rior guia­da por la cobar­día son cla­ras: el pue­blo vene­zo­lano, ya aplas­ta­do por embar­gos y some­ti­do a una cri­sis eco­nó­mi­ca por deci­sio­nes polí­ti­cas esta­dou­ni­den­ses, ten­drá que enfren­tar­se solo a la maqui­na­ria de gue­rra impe­ria­lis­ta. El gobierno bra­si­le­ño, al aban­do­nar el régi­men boli­va­riano, tam­bién pone en ries­go la sobe­ra­nía de todos los pue­blos lati­no­ame­ri­ca­nos, inclui­do el pro­pio Bra­sil. Amé­ri­ca Lati­na en su con­jun­to será más vul­ne­ra­ble a las inter­ven­cio­nes mili­ta­res y eco­nó­mi­cas de Esta­dos Uni­dos, cuyo obje­ti­vo es siem­pre el mis­mo: el domi­nio y la explo­ta­ción total de los recur­sos natu­ra­les y huma­nos de la región.

Al recha­zar el ingre­so de Vene­zue­la a los BRICS, el gobierno de Lula no solo aís­la a uno de sus prin­ci­pa­les alia­dos, sino que tam­bién pone en duda el for­ta­le­ci­mien­to del blo­que como con­tra­pe­so al impe­ria­lis­mo. La polí­ti­ca exte­rior bra­si­le­ña, en lugar de avan­zar hacia una inte­gra­ción más sóli­da entre nacio­nes que resis­ten la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se, cede ante el mie­do y la pre­sión exter­na. Al final, Bra­sil, que ya debe­ría estar lide­ran­do un movi­mien­to de resis­ten­cia anti­im­pe­ria­lis­ta en el sub­con­ti­nen­te, se con­vier­te en una pie­za más en el table­ro del impe­ria­lis­mo, a cos­ta de la sobe­ra­nía y la dig­ni­dad de los pue­blos oprimidos.

Edi­to­rial de Dia­rio Cau­sa Operaria

24 de octu­bre de 2024

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