Un paseo por el lago Bai­yang­dian en la Nue­va Zona de Xiong’an

Que­ri­das ami­gas y amigos,

Salu­dos des­de las ofi­ci­nas del Ins­ti­tu­to Tri­con­ti­nen­tal de Inves­ti­ga­ción Social.

Hace 75 años, el 1 de octu­bre de 1949, Mao Zedong (1893−1976) anun­ció la crea­ción de la Repú­bli­ca Popu­lar Chi­na (RPC). Es impor­tan­te ano­tar que el Par­ti­do Comu­nis­ta de Chi­na (PCCh) no bau­ti­zó al nue­vo Esta­do con el nom­bre de Repú­bli­ca Socia­lis­ta sino que lo deno­mi­nó Repú­bli­ca Popu­lar. Esto se debió a que tan­to Mao como el PCCh no pre­veían que Chi­na sería inme­dia­ta­men­te socia­lis­ta; más bien, el país comen­za­ba el camino hacia el socia­lis­mo, un pro­ce­so que pro­ba­ble­men­te toma­ría déca­das, sino un siglo.

Eso esta­ba muy cla­ro para las per­so­nas que empe­za­ron a dar for­ma al nue­vo Esta­do y la nue­va socie­dad. La Repú­bli­ca Popu­lar ten­dría que cons­truir­se a par­tir de los res­col­dos de una gue­rra muy lar­ga, una que comen­zó cuan­do los japo­ne­ses inva­die­ron el nor­te de Chi­na en 1931, duró los 14 años siguien­tes y cobró la vida de más de 35 millo­nes de per­so­nas. «De aquí en ade­lan­te, nues­tra nación for­ma­rá par­te de la comu­ni­dad de nacio­nes del mun­do aman­tes de la paz y de la liber­tad», dijo Mao en la pri­me­ra sesión ple­na­ria de la Con­fe­ren­cia Con­sul­ti­va Polí­ti­ca del Pue­blo Chino, el 21 de sep­tiem­bre de 1949. La nue­va Chi­na, con­ti­nuó, «Tra­ba­jan­do con cora­je y labo­rio­si­dad, crea­rá su pro­pia civi­li­za­ción y bien­es­tar y, al mis­mo tiem­po, pro­mo­ve­rá la paz y la liber­tad en el mun­do. Nues­tra nación no será más una nación humi­lla­da. Nos hemos pues­to en pie».

Las pala­bras de Mao hacían eco de los sen­ti­mien­tos de los movi­mien­tos anti­co­lo­nia­les de todo el mun­do, inclui­dos los líde­res de movi­mien­tos que no eran socia­lis­tas, como Jawahar­lal Neh­ru de India y Gamal Abdel Nas­ser de Egip­to. Para ellos, el pro­ce­so de des­co­lo­ni­za­ción reque­ría paz e igual­dad mun­dia­les, de modo que los pue­blos del mun­do antes colo­ni­za­dos pudie­ran levan­tar­se y cons­truir sus vidas con dig­ni­dad. Leer y refle­xio­nar sobre estas pala­bras en 2024 nos per­mi­te apre­ciar, tan­to los avan­ces logra­dos por los pue­blos del mun­do des­de 1949, como la obs­ti­na­ción de las anti­guas poten­cias colo­nia­les que lle­van mucho tiem­po inten­tan­do impe­dir que se cons­tru­ya este nue­vo mun­do. El actual geno­ci­dio del pue­blo pales­tino a manos de Esta­dos Uni­dos e Israel y el bom­bar­deo de Líbano refle­jan la bar­ba­rie a la que están dis­pues­tas a recu­rrir las poten­cias colo­nia­les en su inten­to de man­te­ner­nos en ese pasa­do que que­re­mos tras­cen­der. Las acti­tu­des y gue­rras impues­tas por las vie­jas poten­cias colo­nia­les nos des­vían de la cons­truc­ción de «nues­tra pro­pia civi­li­za­ción y bien­es­tar» y de «pro­mo­ver la paz y la liber­tad en el mun­do». Las pala­bras de Mao, que en reali­dad son las pala­bras de todos los pue­blos que salen del colo­nia­lis­mo, ofre­cen al mun­do una elec­ción: o vivi­mos como adver­sa­rios con nues­tros recur­sos ver­ti­dos en gue­rras feas y sin sen­ti­do, o cons­trui­mos la «comu­ni­dad de nacio­nes del mun­do aman­tes de la paz y de la libertad».

La espe­ran­za media de vida

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en la RPC, 77 años, supera en cua­tro años la media mun­dial, y ha reco­rri­do un lar­go camino des­de 1949 cuan­do la cifra era de ape­nas 36 años. Este es uno de los muchos indi­ca­do­res de una socie­dad que prio­ri­za el bien­es­tar de las per­so­nas y del pla­ne­ta. Otro me lo expli­có un fun­cio­na­rio chino hace unos pocos años, me habló de cómo su país pla­nea­ba crear pron­to una eco­no­mía post com­bus­ti­bles fósi­les. La pala­bra «pron­to» me intere­só. Le pre­gun­té cómo sería posi­ble hacer algo de esa natu­ra­le­za tan rápi­do. Él comen­zó a hablar­me de la impor­tan­cia de pla­ni­fi­car y reu­nir recur­sos, pero, cuan­do se dio cuen­ta de que no le esta­ba pre­gun­tan­do por la estra­te­gia para esta nue­va eco­no­mía, sino por el calen­da­rio, dijo que podría hacer­se «en el pró­xi­mo medio siglo; tal vez, si tra­ba­ja­mos duro, para el cen­te­na­rio [2049] de la for­ma­ción de la RPC». La con­fian­za en la RPC per­mi­te este tipo de pla­ni­fi­ca­ción a lar­go pla­zo, en lugar de las obli­ga­cio­nes a cor­to pla­zo impues­tas a los Esta­dos por la lógi­ca del capi­ta­lis­mo. Esta acti­tud de lar­go pla­zo atra­vie­sa la socie­dad Chi­na y per­mi­te al PCCh el lujo de apro­ve­char los recur­sos y pla­ni­fi­car para déca­das en el futu­ro en vez de sola­men­te meses o años.

Fue este tipo de pen­sa­mien­to que se apo­de­ró de los ges­to­res muni­ci­pa­les de Bei­jing hace más de 20 años, cuan­do el rápi­do aumen­to del núme­ro de auto­mó­vi­les en la capi­tal y la que­ma de car­bón para gene­rar calor envol­vie­ron a la pobla­ción en esmog tóxi­co. Los pla­nes nacio­na­les quin­que­na­les 2001 – 2005 y 2011 – 2015, así como el Plan Quin­que­nal de Acción para el Aire Lim­pio de Bei­jing 2013 – 2017

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, deja­ron cla­ro que el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co no podía igno­rar el medio ambien­te. Las admi­nis­tra­cio­nes de la ciu­dad comen­za­ron a cen­trar su pla­ni­fi­ca­ción alre­de­dor del trans­por­te públi­co y de corre­do­res de trán­si­to basa­dos en un dise­ño urbano chino más anti­guo, que cons­tru­ye tien­das y edi­fi­cios de apar­ta­men­tos de for­ma que se pro­mue­ve cami­nar en lugar de con­du­cir. En sep­tiem­bre de 2017, la ciu­dad esta­ble­ció zonas de bajas emi­sio­nes para impe­dir que los vehícu­los con­ta­mi­nan­tes entren a Bei­jing y creó incen­ti­vos para el uso de vehícu­los de nue­va ener­gía, que fun­cio­nan con ener­gía eléc­tri­ca. Chi­na posee el 99% de los 385.000 auto­bu­ses eléc­tri­cos, 6.584 de los cua­les cir­cu­lan por las calles de Bei­jing. Aun­que aún que­da un lar­go camino por reco­rrer para que el aire de Bei­jing cum­pla sus pro­pias nor­mas, su toxi­ci­dad ha dis­mi­nui­do notablemente.

En su dis­cur­so fun­da­cio­nal de 1949, Mao decla­ró que uno de los obje­ti­vos de la RPC era pro­mo­ver el bien­es­tar del pue­blo. ¿Cómo es posi­ble hacer­lo den­tro de un sis­te­ma mun­dial neo­co­lo­nial que refuer­za la depen­den­cia de las nacio­nes más pobres res­pec­to a las anti­guas poten­cias colo­nia­les? En la cade­na mun­dial de pro­duc­ción, las nacio­nes más pobres pro­du­cen bie­nes a un cos­to más bajo, con sala­rios y con­su­mo cons­tre­ñi­dos, lo que per­mi­te a las cor­po­ra­cio­nes mul­ti­na­cio­na­les ven­der pro­duc­tos bási­cos a pre­cios más altos en todo el mun­do y obte­ner mayo­res ganan­cias. Estas gran­des ganan­cias son lue­go inver­ti­das por las cor­po­ra­cio­nes mul­ti­na­cio­na­les para desa­rro­llar nue­vas tec­no­lo­gías y fuer­zas pro­duc­ti­vas que refuer­zan la subor­di­na­ción per­ma­nen­te de las nacio­nes más pobres. Si una nación pobre expor­ta más bie­nes en un inten­to de obte­ner mayo­res bene­fi­cios, sim­ple­men­te se hun­de en una espi­ral cada vez más pro­fun­da de reduc­ción del nivel de vida de sus tra­ba­ja­dorxs explo­tadxs y en una tram­pa de deu­da de la que sim­ple­men­te no pue­de salir. Una cosa es poder pla­ni­fi­car, ¿pero cómo se adquie­ren los recur­sos para eje­cu­tar un plan?

En el Ins­ti­tu­to Tri­con­ti­nen­tal de Inves­ti­ga­ción Social hemos esta­do exa­mi­nan­do de cer­ca la expe­rien­cia de Chi­na y de otros paí­ses del Sur Glo­bal que han inten­ta­do sacu­dir esta jau­la de depen­den­cia. Como Tings Chak y yo mos­tra­mos en un artícu­lo con moti­vo del 75o ani­ver­sa­rio de la RPC, en sus pri­me­ras déca­das Chi­na movi­li­zó los míni­mos recur­sos de que dis­po­nía, inclui­da la ayu­da de la Unión Sovié­ti­ca, para cons­truir un nue­vo sis­te­ma agrí­co­la con­tra el lati­fun­dis­mo, crear un sis­te­ma de edu­ca­ción y salud que mejo­ra­ra la cali­dad de vida de la pobla­ción y luchar con­tra las mise­ra­bles jerar­quías del pasa­do. Esa pri­me­ra fase, de 1949 has­ta fina­les de la déca­da de 1970, dotó a Chi­na de una cul­tu­ra mucho más igua­li­ta­ria y de una pobla­ción mucho más edu­ca­da y con mejor salud que la de otros Esta­dos pos­co­lo­nia­les. El com­pro­mi­so del PCCh con la trans­for­ma­ción de la vida del pue­blo fue lo que creó esta posibilidad.

En la segun­da fase, des­de 1978 has­ta la actua­li­dad, Chi­na ha uti­li­za­do su gran mano de obra para atraer inver­sión y tec­no­lo­gía extran­je­ras, pero lo ha hecho de una for­ma que garan­ti­za que la cien­cia y la tec­no­lo­gía se trans­fie­ran a Chi­na y que el con­trol del Esta­do sobre las tasas de cam­bio per­mi­ta al PCCh subir los sala­rios (mejo­ra­dos por la Ley de Con­tra­tos Labo­ra­les de 2008), evi­tar la tram­pa del ingre­so medio, mejo­rar las capa­ci­da­des tec­no­ló­gi­cas e impul­sar a las empre­sas esta­ta­les a desa­rro­llar sis­te­mas pro­duc­ti­vos de alta tec­no­lo­gía. Esto es lo que da cuen­ta, en gran medi­da, del rápi­do cre­ci­mien­to que Chi­na ha expe­ri­men­ta­do duran­te las déca­das pasa­das y su capa­ci­dad de ele­var el bien­es­tar de su pobla­ción y de su entorno den­tro de la estruc­tu­ra glo­bal del sis­te­ma mun­dial neocolonial.

En abril de 2017, se esta­ble­ció ofi­cial­men­te la Nue­va Zona de Xiong’an (a unos 100 kiló­me­tros al sur de Bei­jing) para aco­ger a cin­co millo­nes de resi­den­tes con el fin de ali­viar la inci­pien­te con­ges­tión de Bei­jing, cuya cre­cien­te pobla­ción de 22 millo­nes se enfren­ta a gra­ves pro­ble­mas de esca­la. Para ello, por ejem­plo, se está absor­bien­do a muchas de las ins­ti­tu­cio­nes no guber­na­men­ta­les que actual­men­te están ubi­ca­das en la ciu­dad capi­tal (entre ellas ins­ti­tu­cio­nes de inves­ti­ga­ción, edu­ca­ción supe­rior, médi­cas y finan­cie­ras). Una de las prin­ci­pa­les moti­va­cio­nes para la cons­truc­ción de la Nue­va Zona de Xiong’an fue abor­dar las difi­cul­ta­des a las que se enfren­ta la den­sa­men­te pobla­da capi­tal sin embar­car­se en una recons­truc­ción urba­na que pudie­ra arrui­nar el carác­ter de esta ciu­dad que sur­gió por pri­me­ra vez en 1045 a.C.

Para apro­ve­char el lien­zo en blan­co pro­por­cio­na­do por la cons­truc­ción de esta nue­va ciu­dad, las auto­ri­da­des de la RPC esta­ble­cie­ron una meta de emi­sio­nes de car­bono cero para la Nue­va Zona de Xiong’an, cuyo pai­sa­je está defi­ni­do por los tonos ver­des azu­la­dos del agua y la vege­ta­ción en lugar del humo gris de la jun­gla de con­cre­to. La pri­me­ra prio­ri­dad al pla­ni­fi­car la ciu­dad fue reha­bi­li­tar el Bai­yang­dian, el mayor hume­dal del nor­te de Chi­na. Su super­fi­cie acuá­ti­ca, cono­ci­da como «el riñón del nor­te de Chi­na», se amplió de 170 a 290 km², la cali­dad del agua fue mejo­ra­da de la Cla­se V (inu­ti­li­za­ble) a la Cla­se 3 (pota­ble), y el pato bucea­dor porrón de Baer, en peli­gro crí­ti­co de extin­ción, se asen­tó en la zona y aho­ra pros­pe­ra en el lago. El Bai­yang­dian ancla la ciudad.

La Nue­va Zona de Xiong’an se está cons­tru­yen­do como «tres ciu­da­des»: una en la super­fi­cie; otra sub­te­rrá­nea de cen­tros comer­cia­les de trans­por­te y tube­rías (para cables de fibra ópti­ca, elec­tri­ci­dad, gas, agua y alcan­ta­ri­lla­do); y una ciu­dad en la nube que pro­por­cio­na­rá datos para el trans­por­te inte­li­gen­te, la gober­nan­za digi­tal, la ins­pec­ción inte­li­gen­te de equi­pos, el moni­to­reo de per­so­nas ancia­nas y la res­pues­ta a emer­gen­cias. Como des­cri­be el infor­me de enero de la Comi­sión Nacio­nal de Desa­rro­llo y Refor­ma de la Pro­vin­cia de Hebei, la Nue­va Zona de Xiong’an está:

crean­do un espa­cio urbano eco­ló­gi­co don­de coexis­ten la ciu­dad y el lago, don­de se inte­gran la ciu­dad y el ver­de y don­de los bos­ques y el agua son inter­de­pen­dien­tes… enfa­ti­za la inte­gra­ción de vías ver­des, par­ques y espa­cios abier­tos para crear una ciu­dad con par­ques den­tro de las ciu­da­des y ciu­da­des den­tro de los par­ques, don­de las per­so­nas pue­den vivir y dis­fru­tar de la naturaleza.

En 75 años de pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio, Chi­na real­men­te ha rea­li­za­do rápi­dos avan­ces, aun­que ten­drá que resol­ver los nume­ro­sos pro­ble­mas nue­vos que han sur­gi­do (sobre los que pue­den leer en la edi­ción inter­na­cio­nal de la revis­ta Wenhua Zongheng

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, o 文化纵横). La haza­ña chi­na de sacu­dir­se las cade­nas de la depen­den­cia mere­ce un deba­te deta­lla­do, tal vez pasean­do por el lago Bai­yang­dian en la Nue­va Zona de Xiong’an.

Cor­dial­men­te,

Vijay

3 de octu­bre de 2024 – Bole­tín 40 (2024)

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  1. https://​www​.who​.int/​d​a​t​a​/​g​h​o​/​d​a​t​a​/​t​h​e​m​e​s​/​m​o​r​t​a​l​i​t​y​-​a​n​d​-​g​l​o​b​a​l​-​h​e​a​l​t​h​-​e​s​t​i​m​a​t​e​s​/​g​h​e​-​l​i​f​e​-​e​x​p​e​c​t​a​n​c​y​-​a​n​d​-​h​e​a​l​t​h​y​-​l​i​f​e​-​e​x​p​e​c​t​a​ncy
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  3. https://​the​tri​con​ti​nen​tal​.org/​e​s​/​w​e​n​h​u​a​-​z​o​n​g​h​e​ng/

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