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¿Es el Dilu­vio de Al-Aqsa una «cons­pi­ra­ción» con­tra el Eje de Resistencia?

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A fina­les del año 2000 se inten­si­fi­có el deba­te en el ámbi­to pales­tino y entre quie­nes se ocu­pan de la cues­tión pales­ti­na sobre las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio (sui­ci­das), que cau­sa­ron gran temor y nume­ro­sas bajas entre el ente sionista.

No debe­ría haber habi­do dis­cu­sión sobre estas ope­ra­cio­nes, ya que cual­quier acción de resis­ten­cia se jus­ti­fi­ca por sí mis­ma, y no nece­si­ta jus­ti­fi­ca­ción, espe­cial­men­te si son accio­nes tan impac­tan­tes y dolo­ro­sas como las ope­ra­cio­nes de martirio.

Al prin­ci­pio, los opo­si­to­res a las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio ata­ca­ron su legi­ti­mi­dad, las con­si­de­ra­ron como ata­ques a «civiles»,que, según ellos, per­ju­di­có la lucha pales­ti­na con­tra la ocu­pa­ción y unió a la «socie­dad israe­lí» en su con­tra, e inclu­so pudo afec­tar a «judíos pro­gre­sis­tas», en la ver­sión izquier­dis­ta de este discurso.

Por su par­te, la Auto­ri­dad Pales­ti­na con­si­de­ró las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio como una «cons­pi­ra­ción» en su con­tra y los esfuer­zos nego­cia­do­res para alcan­zar un «Esta­do pales­tino», así como con­tra su estra­te­gia supues­ta­men­te bri­llan­te de divi­dir al cam­po enemi­go a tra­vés de ini­cia­ti­vas de paz y coor­di­na­ción de seguridad.

Quie­nes sos­tu­vie­ron esa opi­nión lle­ga­ron a acu­sar a los per­pe­tra­do­res de estar coor­di­na­dos con el gobierno de Netan­yahu para enfren­tar al Par­ti­do Labo­ris­ta (Shi­mon Peres y lue­go Ehud Barak), quien fue más pro­pen­so a lle­gar a un enten­di­mien­to con la Auto­ri­dad Palestina.

Este dis­cur­so cons­pi­ra­ti­vo igno­ra que cual­quier sos­pe­cha de este tipo sobre un polí­ti­co sio­nis­ta lo haría caer inme­dia­ta­men­te en la «socie­dad israe­lí», y el Par­ti­do Labo­ris­ta se apre­su­ra­ría a expo­ner­lo en cual­quier caso.

Ade­más, ese par­ti­do no ha sido pre­ci­sa­men­te una «palo­ma de la paz» a lo lar­go de su his­to­ria, ya que su pre­de­ce­sor (el Mapai) fun­dó el ente sio­nis­ta sobre masa­cres y destrucción.

A la luz del his­to­rial del Par­ti­do Labo­ris­ta, reple­to de gue­rras y ase­si­na­tos, sería inge­nuo per­der el tiem­po cla­si­fi­car­lo y deter­mi­nar quién es más humano o más incli­na­do hacia la paz.

Lo impor­tan­te es que la res­pues­ta de los par­ti­da­rios de las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio se divi­dió en dos par­tes: pri­me­ro, que en el ente sio­nis­ta no hay «civi­les», ya que se tra­ta de una «socie­dad» colo­nial, de asen­ta­mien­to y de sus­ti­tu­ción, no solo de un ejér­ci­to de ocu­pa­ción extranjero.

Por lo tan­to, cada judío en la tie­rra de Pales­ti­na es, obje­ti­va­men­te, par­te inte­gral del pro­yec­to sio­nis­ta, inde­pen­dien­te­men­te de sus incli­na­cio­nes polí­ti­cas o su nivel de politización.

En segun­do lugar, algu­nos res­pon­die­ron polí­ti­ca­men­te a los opo­si­to­res a las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio: dado que el enemi­go sio­nis­ta ata­ca a los civi­les y su his­to­rial está lleno de masa­cres y ase­si­na­tos des­de su crea­ción, y de la des­truc­ción de pue­blos y barrios ára­bes, las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio repre­sen­tan la res­pues­ta prác­ti­ca posi­ble al ata­que del ente sio­nis­ta con­tra los civi­les en Pales­ti­na y en otros luga­res, es decir, que repre­sen­tan una herra­mien­ta de disua­sión (y aquí des­ta­ca el ejem­plo del acuer­do de abril de 1996 en el Líbano para neu­tra­li­zar a los civi­les en ambos lados del conflicto).

Cuan­do la balan­za se incli­nó a favor de los par­ti­da­rios de las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio, lo que era natu­ral, ya que el pue­blo no pue­de sino estar con la resis­ten­cia, los opo­si­to­res a estas ope­ra­cio­nes pasa­ron a una nue­va estra­te­gia: cues­tio­nar la sabi­du­ría y la efi­ca­cia polí­ti­ca de las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio, en lugar de cues­tio­nar su legitimidad.

Para este pro­pó­si­to, se movi­li­za­ron cien­tos de escri­to­res y acti­vis­tas de orga­ni­za­cio­nes no guber­na­men­ta­les finan­cia­das des­de el extran­je­ro (lo que es un con­tra­sen­ti­do, ya que el finan­cia­mien­to extran­je­ro sue­le ser guber­na­men­tal) para abo­gar por la deten­ción de las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio, con el fin de evi­tar vin­cu­lar la lucha pales­ti­na con el «terro­ris­mo» a nivel mun­dial, espe­cial­men­te des­pués de que la admi­nis­tra­ción esta­dou­ni­den­se pro­cla­ma­ra la lla­ma­da «gue­rra con­tra el terro­ris­mo» tras los even­tos del 11 de sep­tiem­bre de 2001.

Por lo tan­to, según esta narra­ti­va, la con­ti­nua­ción de las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio podría hacer cam­biar «la opi­nión públi­ca mun­dial» en nues­tra con­tra, y podría atraer una acción mili­tar occi­den­tal direc­ta con­tra la resis­ten­cia pales­ti­na bajo el pre­tex­to de «luchar con­tra el terrorismo».

Como si la acción de resis­ten­cia en todo tiem­po y lugar no hubie­ra sido siem­pre acu­sa­da de «terro­ris­mo», como si Occi­den­te no hubie­ra sido his­tó­ri­ca­men­te el pri­me­ro en des­atar gue­rras con­tra noso­tros y con­tra todos los pue­blos del sur glo­bal, como si Irak, que fue inva­di­do y ocu­pa­do bajo la ban­de­ra de «la gue­rra con­tra el terro­ris­mo» en 2003, hubie­ra esta­do invo­lu­cra­do en los even­tos del 11 de sep­tiem­bre, y como si Occi­den­te hubie­ra tar­da­do un solo día en pro­por­cio­nar al ente sio­nis­ta todo el apo­yo posi­ble, ya sea en inte­li­gen­cia, mili­tar o mate­rial, en su lucha con­tra las fac­cio­nes de resis­ten­cia, y como si los medios de comu­ni­ca­ción glo­ba­les fue­ran «libres», y como si lo que se lla­ma «la opi­nión públi­ca mun­dial» fue­ra ofen­di­da por el ata­que a unos pocos dece­nas de colo­nos en Pales­ti­na, y no por el ata­que dia­rio a un pue­blo ente­ro des­de fina­les del siglo XIX.

Era nece­sa­rio, por lo tan­to, recu­pe­rar este diá­lo­go hoy a la luz de la inten­sa cam­pa­ña de cues­tio­na­mien­to diri­gi­da con­tra el «Dilu­vio de Al-Aqsa», ya que lo que ocu­rrió con las ope­ra­cio­nes de mar­ti­rio hace 25 años se repi­te aho­ra con la «Dilu­vio de Al-Aqsa», no en tér­mi­nos de su legi­ti­mi­dad, ya que cues­tio­nar la acción de resis­ten­cia es fun­da­men­tal­men­te invá­li­do, sino en tér­mi­nos de su sabi­du­ría y efi­ca­cia política.

Si el cues­tio­na­mien­to sobre la Dilu­vio de Al-Aqsa que­da­ra limi­ta­do a los medios de comu­ni­ca­ción y a los sis­te­mas y per­so­na­li­da­des cono­ci­das por su hos­ti­li­dad hacia la resis­ten­cia, no mere­ce­ría ni un comen­ta­rio, ya que la acción de resis­ten­cia es más noble, más alta y más fuer­te que cual­quier inven­ción o calum­nia que sus enemi­gos pue­dan lan­zar. Quien ata­ca la acción de resis­ten­cia se con­de­na a sí mis­mo y se ali­nea con el cam­po enemigo.

Sin embar­go, es preo­cu­pan­te oír en nues­tras filas a quie­nes repi­ten que el Dilu­vio de Al-Aqsa demos­tró ser una «cons­pi­ra­ción» con­tra el Eje de la Resis­ten­cia, a la luz de los gran­des gol­pes sufri­dos en Líbano, Siria e Irán, como resul­ta­do de ello, y que el mis­mo fue arras­tra­do a par­ti­ci­par en la gue­rra por enga­ño, por­que no esta­ba al tan­to de la fecha de la ope­ra­ción Dilu­vio de Al-Aqsa.

Tam­bién pue­de oír­se que el Dilu­vio de Al-Aqsa no fue una acción sabia o bien pla­ni­fi­ca­da, a la luz de la devas­ta­ción total que sufrió Gaza y la eli­mi­na­ción de su lide­raz­go de resis­ten­cia, tras el 7 de octu­bre de 2023.

En este con­tex­to, inclu­ye lo dicho sobre el filó­so­fo ruso Ale­xan­der Dugin el 1 de mar­zo de 2025 en los medios de comu­ni­ca­ción, basa­do en una entre­vis­ta con él, en la cual Dugin mos­tró su asom­bro por el ata­que lan­za­do por el movi­mien­to Hamas con­tra «Israel» el 7 de octu­bre de 2023, al no for­mar par­te de una estra­te­gia cla­ra, sino una ini­cia­ti­va ais­la­da y no segui­da por pasos polí­ti­cos o mili­ta­res coherentes.

Según él, «Hamas no tenía un plan estra­té­gi­co real, lo que lle­vó a con­se­cuen­cias catas­tró­fi­cas en la Fran­ja de Gaza. «Israel» apro­ve­chó el ata­que para jus­ti­fi­car una amplia res­pues­ta mili­tar que resul­tó en una gran des­truc­ción de la infra­es­truc­tu­ra en Gaza y la muer­te de miles de civi­les, ade­más de un aumen­to de la pre­sión mili­tar con­tra Irán y Hez­bo­llah, y ata­ques diri­gi­dos con­tra todo el Eje de la Resistencia».

No se pue­de con­si­de­rar a Rusia par­te del Eje de la Resis­ten­cia ya que tie­ne múl­ti­ples inter­sec­cio­nes de intere­ses con el ente sionista.

Esta no es la pri­me­ra vez que un escri­tor ruso cues­tio­na el Dilu­vio de Al-Aqsa. Uno de ellos lle­gó a afir­mar que el ente sio­nis­ta per­mi­tió la bata­lla del Dilu­vio de mane­ra intencional.

Eso ya fue res­pon­di­do por­que no es racio­nal que el enemi­go tome un paso para faci­li­tar el colap­so de sus sis­te­mas de segu­ri­dad y mili­ta­res en cues­tión de horas, lo humi­llen ante el públi­co, lo expon­gan en el orden estra­té­gi­co en la tie­rra ocu­pa­da en 1948 a tra­vés de la Fran­ja de Gaza, exhi­ban a su gobierno en el orden polí­ti­co y deten­gan la nor­ma­li­za­ción con Ara­bia Sau­di­ta en el mar­co de una «cons­pi­ra­ción» cuya pér­di­da es, sin duda, mucho mayor a las ganan­cias esperadas.

Sin embar­go, Dugin, en par­ti­cu­lar, una figu­ra influ­yen­te entre las eli­tes opues­tas a la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se a nivel mun­dial, y con peso entre las figu­ras resis­ten­tes en el mun­do ára­be, aumen­tó la impor­tan­cia de su crí­ti­ca al 7 de octubre.

Ade­más de los escép­ti­cos sobre la sabi­du­ría del Dilu­vio de Al-Aqsa y su efi­ca­cia, a pos­te­rio­ri, a la luz del ase­si­na­to de altos líde­res de resis­ten­cia des­de Líbano has­ta Gaza, la caí­da del lide­raz­go sirio y la devas­ta­ción total des­de Gaza has­ta el Líbano.

Es evi­den­te que no habría sido nece­sa­rio escri­bir estas líneas si no fue­ra por la fil­tra­ción del efec­to de cues­tio­na­mien­to sobre la ope­ra­ción Dilu­vio de Al-Aqsa a algu­nos sec­to­res del Eje de Resis­ten­cia, y si no fue­ra por­que algu­nos par­ti­da­rios de la resis­ten­cia, con posi­cio­nes y ante­ce­den­tes cono­ci­dos en su apo­yo, comen­za­ron a repe­tir las pala­bras y temas de ese cues­tio­na­mien­to en sus círcu­los, o en sus comen­ta­rios en las redes socia­les en ocasiones.

Esta es una invi­ta­ción abier­ta a escri­to­res e influ­yen­tes para enfren­tar el cues­tio­na­mien­to sobre la más bri­llan­te ope­ra­ción de resis­ten­cia des­de que comen­zó el con­flic­to con el movi­mien­to sio­nis­ta, y lue­go la inte­rro­gan­te sobre la sabi­du­ría de la par­ti­ci­pa­ción de Hez­bo­llah y del eje en su con­jun­to en el Diluvio.

Si el Say­yed Has­san Nas­ra­llah estu­vie­ra entre noso­tros, disi­pa­ría las dudas plan­tea­das sobre todo esto en unos pocos minu­tos de uno de sus discursos.

Sin embar­go, aho­ra nece­si­ta­mos un ejér­ci­to de comu­ni­ca­do­res, inte­lec­tua­les y acti­vis­tas de redes socia­les para hacer fren­te a este asal­to, y lo siguien­te es una con­tri­bu­ción a ese esfuerzo.

Es nota­ble, pri­me­ro, que el ata­que a la ope­ra­ción Dilu­vio de Al-Aqsa tie­ne lugar en un momen­to en que el ente sio­nis­ta está lamien­do sus pro­fun­das heri­das como resul­ta­do de ella.

Y aquí está la pren­sa enemi­ga trans­mi­tien­do dia­ria­men­te frag­men­tos de la eva­lua­ción del ejér­ci­to de ocu­pa­ción y del Shin Bet sobre las múl­ti­ples bre­chas, tan­to de segu­ri­dad como de con­cep­to, que per­mi­tie­ron la haza­ña del 7 de octu­bre ocurriera.

Altos man­dos de las ins­ti­tu­cio­nes mili­tar y de segu­ri­dad son des­ti­tui­dos debi­do a los fra­ca­sos del 7 de octu­bre, y hay renun­cias y con­fe­sio­nes de negli­gen­cia en masa, así como lla­ma­mien­tos a des­ti­tuir a Netan­yahu y su gobierno debi­do a esos fra­ca­sos, y otras exhor­ta­cio­nes a for­mar una comi­sión de inves­ti­ga­ción inde­pen­dien­te al res­pec­to, y no limi­tar­lo a la eva­lua­ción de las ins­ti­tu­cio­nes mili­tar y de segu­ri­dad del ente sionista.

Esos fallos están cen­tra­dos en tres áreas principales:

  1. La negli­gen­cia de inte­li­gen­cia en cono­cer las inten­cio­nes de los resis­ten­tes en Gaza de ante­mano, la depen­den­cia exce­si­va de la ilu­sión de supe­rio­ri­dad de inte­li­gen­cia «israe­lí» y el des­pre­cio arro­gan­te de varios datos que indi­ca­ban la pre­pa­ra­ción de un ata­que en Gaza, y la inca­pa­ci­dad de anti­ci­par un ata­que de tal mag­ni­tud, inclu­so si se hubie­ran teni­do en cuen­ta esos datos.
  2. La negli­gen­cia mili­tar en la ges­tión de las ope­ra­cio­nes del 7 de octu­bre, a pesar de que la balan­za de poder mili­tar esta­ba a favor de las fuer­zas sio­nis­tas con­cen­tra­das en el área de Gaza, tan­to en núme­ro como en equi­po, y la inca­pa­ci­dad de hacer fren­te a los avio­nes de com­ba­te y dro­nes de la resis­ten­cia (debi­do a que las Bri­ga­das Al-Qas­sam bom­bar­dea­ron las pis­tas de los aero­puer­tos, lo que retra­só su des­pe­gue), y la inca­pa­ci­dad de la Cúpu­la de Hie­rro para inter­cep­tar la mitad de los cohe­tes lanzados.
  3. La negli­gen­cia polí­ti­ca en la eva­lua­ción de la posi­ción del lide­raz­go de Hamas en Gaza, y la ilu­sión de que esta­ban «disua­di­dos» tras la bata­lla de «Espa­da de Jeru­sa­lén» en 2021, y la creen­cia de que Gaza repre­sen­ta­ba un enemi­go secun­da­rio, y que el mayor peli­gro radi­ca­ba en Irán y Líbano, y que todo lo que que­ría Hamas era resol­ver los pro­ble­mas de sub­sis­ten­cia y con­so­li­dar la legi­ti­mi­dad de su auto­ri­dad en Gaza.

Este últi­mo pun­to, en par­ti­cu­lar, cau­só con­fu­sión en la men­te de algu­nos resis­ten­tes, no solo en el pen­sa­mien­to estra­té­gi­co del enemi­go sio­nis­ta y por lo tan­to cau­só con­fu­sión sobre la ope­ra­ción Dilu­vio de Al-Aqsa mis­ma y sobre sus objetivos.

Muchos, inclui­do el autor de estas líneas, no com­pren­die­ron las dife­ren­cias entre los men­sa­jes polí­ti­cos de con­ci­lia­ción con­fu­sos lan­za­dos por el lide­raz­go de Hamas en el extran­je­ro, que aún per­sis­ten, y la cali­dad del lide­raz­go de Hamas en Gaza, enca­be­za­do por los valien­tes már­ti­res Yah­ya Sin­war y Moham­mad Deif, más cer­ca­nos al Eje de la Resis­ten­cia, y quie­nes adop­ta­ron el pro­yec­to de libe­ra­ción total y la lucha arma­da para lograrlo.

Esta­mos hablan­do de dos pro­yec­tos polí­ti­cos aquí, y el lide­raz­go de las Bri­ga­das Al-Qas­sam esta­ba avan­zan­do en él y tenía en cuen­ta todos los datos y expe­rien­cias de com­ba­te ante­rio­res, por lo que pre­pa­ra­ron sus pla­nes y tuvie­ron un éxi­to nota­ble al supe­rar las reser­vas del enemi­go o des­ac­ti­var­las a un nivel más alto, amplio y com­ple­jo en com­pa­ra­ción con cual­quier ope­ra­ción de mar­ti­rio con­tra el enemi­go sio­nis­ta antes, y supe­ra­ron las expec­ta­ti­vas de los pla­ni­fi­ca­do­res de la operación.

No es cier­to, según los datos dis­po­ni­bles, que el Eje de la Resis­ten­cia estu­vie­ra ale­ja­do de lo acon­te­ci­do en Gaza en tér­mi­nos de apo­yo, pre­pa­ra­ción y equi­pa­mien­to, aun­que la eje­cu­ción y sus pla­nes deta­lla­dos y la fecha de lan­za­mien­to de la ope­ra­ción fue­ron deja­dos a la direc­ción de las Bri­ga­das Al-Qas­sam en Gaza.

En la medi­da en que la ope­ra­ción Dilu­vio de Al-Aqsa reve­ló las bre­chas exis­ten­tes en el ente sio­nis­ta, acu­mu­la­das a lo lar­go de los años, como dicen los infor­mes del ejér­ci­to y del Shin Bet, la par­ti­ci­pa­ción de Hez­bo­llah en el Dilu­vio, en el camino hacia Jeru­sa­lén, reve­ló tam­bién gran­des grie­tas que el ente sio­nis­ta creó antes del Diluvio.

Y aho­ra, a pos­te­rio­ri, pode­mos decir, tras des­cu­brir esas bre­chas, que Hez­bo­llah esta­ría en una mejor situa­ción si hubie­ra lan­za­do sus cohe­tes pesa­dos con­tra el ente sio­nis­ta antes de que el enemi­go des­tru­ye­ra una gran par­te de ellos, y si se hubie­ra invo­lu­cra­do de mane­ra no gra­dual en la bata­lla, e inva­di­do el Gali­lea con las fuer­zas de Al-Rad­wan en lugar de per­mi­tir que el ente sio­nis­ta eli­mi­na­ra a los gran­des líde­res militares.

Asi­mis­mo, la gue­rra reve­ló pro­fun­das bre­chas en Siria, algu­nas de las cua­les fue­ron dis­cu­ti­das en deta­lle en otros luga­res, como la com­pli­ci­dad del alia­do ruso, y no fue pre­ci­sa­men­te el Dilu­vio el cau­san­te de ellas.

Si Siria se hubie­ra invo­lu­cra­do, a tra­vés del Golán sirio ocu­pa­do, en la bata­lla des­de el pri­mer día, sus pér­di­das habrían sido mucho meno­res a las sufri­das hoy.

Tam­bién debe­mos dis­tin­guir entre el Dilu­vio en sí, reco­no­ci­do de mane­ra ofi­cial por el enemi­go como derro­ta enemi­go y humi­lla­ción, y la for­ma como ges­tio­nó la bata­lla des­pués del Dilu­vio, que des­ta­có otra gran bre­cha: la com­pli­ci­dad de los sis­te­mas ára­bes y la fal­ta de un movi­mien­to popu­lar ára­be orga­ni­za­do capaz de detenerla.

Las bata­llas de Gaza o del Líbano no ter­mi­na­ron aún, como dije repe­ti­da­men­te, por­que el enemi­go aún no ha logra­do sus obje­ti­vos en ellas. La des­truc­ción de Gaza no es una con­se­cuen­cia del Dilu­vio, sino una gran cul­pa nues­tra, de todos los ára­bes y musulmanes.

Si todos nos hubié­ra­mos uni­do como lo hizo Yemen, lide­raz­go y pue­blo, a pesar de las duras con­di­cio­nes enfren­ta­das, si hubié­ra­mos abier­to más fren­tes de apo­yo y envia­do refuer­zos a los resis­ten­tes, si hubié­ra­mos podi­do dete­ner la nor­ma­li­za­ción y el puen­te terres­tre, si hubié­ra­mos cor­ta­do el petró­leo y el gas a los paí­ses defen­so­res de la agre­sión, si hubié­ra­mos boi­co­tea­do a los que apo­yan al ente sio­nis­ta, Gaza y el Líbano no habrían sido des­trui­dos y la car­ga de la lucha se habría dis­tri­bui­do entre todos.

Nin­gu­na ope­ra­ción o expe­rien­cia está por enci­ma de la eva­lua­ción, y siem­pre debe­mos apren­der lec­cio­nes y tomar ejem­plos, y eso es lo que hacen los sen­sa­tos siempre.

Sin embar­go, nues­tro enemi­go, en sus cálcu­los y revi­sio­nes del 7 de octu­bre, nos pre­sen­ta una lis­ta real de los logros del Dilu­vio en com­pa­ra­ción con cada bre­cha de la que habla, y es una lis­ta lar­ga y honorable.

El Dilu­vio abrió una ven­ta­na de espe­ran­za. Y si sus eje­cu­to­res se equi­vo­ca­ron al apos­tar a que la mayo­ría de los ára­bes y musul­ma­nes se move­rían con ellos, el error no está en la apues­ta, sino en quie­nes no alcan­za­ron su nivel.

No se pue­de cul­par a los líde­res már­ti­res por su caí­da, sino a los que se que­da­ron atrás en el día de la embes­ti­da, y pre­fi­rie­ron la humi­lla­ción a la dignidad.

Por últi­mo, con­de­nar el Dilu­vio por la masa­cre colec­ti­va que come­tió el ente sio­nis­ta es una narra­ti­va desgastada.

Inclu­so la opi­nión públi­ca mun­dial en el cora­zón de Occi­den­te, como hemos vis­to, ya no la acep­ta, y eso fue tam­bién uno de los logros del Dilu­vio, y el papel de las redes socia­les en la neu­tra­li­za­ción par­cial del efec­to de los medios de comu­ni­ca­ción glo­ba­les dominantes.

La con­de­na debe diri­gir­se a quie­nes come­ten el cri­men, no a la base de la resis­ten­cia obje­to de él.

Si los crí­me­nes de cas­ti­go colec­ti­vo come­ti­das por los ocu­pan­tes con­tra las resis­ten­cias y sus bases fue­ran una razón váli­da para dete­ner­las, nun­ca habría habi­do resis­ten­cia y el domi­nio de las ocu­pa­cio­nes esta­ría consolidado.

Pero escri­bie­ron sobre la impo­si­ción de la lucha, aun­que les des­agra­dó, por­que no hay ser humano sen­sa­to que ame las gue­rras y sus difi­cul­ta­des, sal­vo que el cos­to de la ren­di­ción es mucho mayor que el de la guerra.

Ibrahim Aloush

30 de mar­zo de 2025

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