Apenas unos días después de que China e Irán inauguraran una ruta comercial terrestre directa que elude el poder naval estadounidense y la aplicación de sanciones, «Israel» atacó objetivos iraníes. El mensaje es inequívoco: Washington y sus aliados están inquietos.
La nueva línea ferroviaria, parte de un pacto de 400 000 millones de dólares en el marco de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China, conecta Xi’an con Teherán en 15 días, acortando drásticamente los plazos de entrega y evitando cuellos de botella como el estrecho de Ormuz y el canal de Suez. Sin buques de guerra estadounidenses. Sin vigilancia. Sin aplicación de sanciones.
Esto no es solo infraestructura, sino un avance estratégico. Irán, durante mucho tiempo considerado como un objetivo de aislamiento, es ahora un nodo central en un corredor euroasiático en expansión que conecta China, Asia Central, Rusia y el Mediterráneo. La campaña estadounidense de «máxima presión» no ha logrado contenerlo.
Mientras Washington se apresura a incluir en la lista negra a empresas chinas e iraníes, y las ambiciones de la India en torno a Chabahar, alineadas con Estados Unidos, se estancan, Pekín y Teherán están construyendo lo que los funcionarios iraníes llaman las «arterias de acero de la independencia».
El comercio avanza. Las sanciones se erosionan. El control se está desvaneciendo.
¿Coincidencia? Improbable.
20 de junio de 2025
Fuente: @apocalypseos