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Colom­bia. Cor­te­mos todo lazo con Israel

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Publi­ca­mos el dis­cur­so rea­li­za­do por Fran­ces­ca Alba­ne­se por­que es un fuer­te lla­ma­mien­to a rom­per todos los lazos con la enti­dad sio­fas­cis­ta «Israel», un lla­ma­mien­to a ais­lar a «Israel» rea­li­za­do ante un gru­po de paí­ses que, en prin­ci­pio, defien­den a Pales­ti­na y su dere­cho a exis­tir, a deci­dir su des­tino, al retorno. Pero las espe­ran­zas de Alba­ne­se, y la de muchas per­so­nas que espe­rá­ba­mos que estos paí­ses toma­ran la valien­te deci­sión de rom­per todos los ligá­me­nes con «Israel», se han vis­to trun­ca­das por el bajo nivel de las deci­sio­nes toma­das. En nin­gún momen­to se habla siquie­ra de rom­per con «Israel» y todas las deci­sio­nes que se toman que­dan casi en agua de borra­jas cuan­do en el sex­to pun­to se dice: «Apo­yar los man­da­tos de juris­dic­ción uni­ver­sal, en la medi­da en que sean apli­ca­bles den­tro de nues­tros mar­cos jurí­di­cos y cons­ti­tu­cio­na­les y sis­te­mas judi­cia­les, a fin de garan­ti­zar la jus­ti­cia para todas las víc­ti­mas y la pre­ven­ción de futu­ros crí­me­nes en el Terri­to­rio Pales­tino Ocu­pa­do» [Ver la Decla­ra­ción com­pel­ta en el Ane­xo]. Demos­tran­do que una per­so­na, como Fran­ces­ca Alba­ne­se, que se mue­ve fun­da­men­tal­men­te por cri­te­rios huma­ni­ta­rios y que en muchas oca­sio­nes ha defen­di­do la solu­ción de los dos Esta­dos, está mucho más com­pro­me­ti­da con la soli­da­ri­dad acti­va, mili­tan­te, con el pue­blo pales­tino que todos esos paí­ses que hablan mucho, pero que no hacen nada que pue­da real­men­te aca­bar con el geno­ci­dio, con la lim­pie­za étni­ca, con los bom­bar­deos, con los ase­si­na­tos de «Israel».

Con­si­de­ra­mos que ya no es momen­to de impe­dir que lle­guen armas, de revi­sar los con­tra­tos con «Israel»… Es el momen­to de expul­sar a «Israel» de todos los foros, aso­cia­cio­nes de cual­quier tipo, de la ONU y de todos su orga­ni­za­cio­nes, de todos los comi­tés, de todos los sitios, eco­nó­mi­cos, uni­ver­si­ta­rios, de inves­ti­ga­ción, mili­ta­res, etc., en los que apa­rez­ca la enti­dad colo­ni­za­do­ra «Israel»; es el momen­to de tomar medi­das con­cre­tas, al nivel que sea, para rom­per el ase­dio de Gaza tan­to terres­tre como naval y no dejar­se inti­mi­dar por esa colo­nia de poblamiento.

De todas mane­ras si hubie­ra una real inten­ción de aca­bar con el sufri­mien­to del pue­blo pales­tino, la deci­sión que se debe­ría tomar es la des­apa­ri­ción de «Israel». No hay otro camino. Boltxe kolec­ti­boa

Los días 15 y 16 de julio, dele­ga­dos de trein­ta paí­ses de todo el mun­do se reu­nie­ron en Bogo­tá, Colom­bia, para cele­brar una con­fe­ren­cia con­vo­ca­da con el pro­pó­si­to de poner fin al geno­ci­dio per­pe­tra­do por Israel con­tra los pales­ti­nos en Gaza, que ya dura vein­tiún meses. En su dis­cur­so ante la con­fe­ren­cia, el día 15 de julio, Fran­ces­ca Alba­ne­se, Rela­to­ra Espe­cial de las Nacio­nes Uni­das para los terri­to­rios pales­ti­nos ocu­pa­dos —a quien, la sema­na pasa­da, el gobierno de Trump san­cio­na­ra en repre­sa­lia por sus fir­mes pos­tu­ras en favor de Pales­ti­na— expli­có por qué los Esta­dos debían sus­pen­der todas sus rela­cio­nes con Israel. A con­ti­nua­ción repro­du­ci­mos ínte­gra­men­te sus decla­ra­cio­nes. Se ha edi­ta­do la trans­crip­ción para mayor claridad.

El Terri­to­rio Pales­tino ocu­pa­do es hoy un infierno. En Gaza, Israel ha des­man­te­la­do la infra­es­truc­tu­ra que hacía posi­ble desem­pe­ñar has­ta la últi­ma fun­ción de las Nacio­nes Uni­das –la pres­ta­ción de ayu­da huma­ni­ta­ria – , con el fin de matar de ham­bre, des­pla­zar una y otra vez o ase­si­nar deli­be­ra­da­men­te a una pobla­ción a la que ha mar­ca­do para su eli­mi­na­ción. En la Ribe­ra Occi­den­tal, com­pren­di­da Jeru­sa­lén Orien­tal, pro­si­gue la depu­ra­ción étni­ca por medio del ase­dio ilí­ci­to, des­pla­za­mien­tos en masa, eje­cu­cio­nes extra­ju­di­cia­les, deten­cio­nes arbi­tra­rias y la gene­ra­li­za­ción de la tortura.

En todas las zonas bajo con­trol israe­lí, los pales­ti­nos viven bajo ame­na­za de ani­qui­la­ción, la cual se retrans­mi­te en tiem­po real a un mun­do que obser­va. Los pocos israe­líes que se opo­nen al geno­ci­dio, la ocu­pa­ción y el apartheid –mien­tras que la mayo­ría lo aplau­de abier­ta­men­te y has­ta pide más– nos recuer­dan que la libe­ra­ción de Israel tam­bién es inse­pa­ra­ble de la liber­tad de Pales­ti­na. Las atro­ci­da­des come­ti­das en los últi­mos vein­tiún meses no son una repen­ti­na abe­rra­ción, sino la cul­mi­na­ción de déca­das de polí­ti­cas diri­gi­das a des­pla­zar y sus­ti­tuir al pue­blo palestino.

En ese con­tex­to, es incon­ce­bi­ble que en foros polí­ti­cos, des­de Bru­se­las has­ta Nue­va York, se siga deba­tien­do el reco­no­ci­mien­to del Esta­do de Pales­ti­na, no por­que ello no sea impor­tan­te, sino por­que duran­te trein­ta y cin­co años los Esta­dos han para­li­za­do y recha­za­do ese reco­no­ci­mien­to, fin­gien­do «inver­tir en la Auto­ri­dad Pales­ti­na» mien­tras aban­do­na­ban al pue­blo pales­tino a las impla­ca­bles y rapa­ces ambi­cio­nes terri­to­ria­les y a los atro­ces crí­me­nes de Israel.

Entre­tan­to, el dis­cur­so polí­ti­co ha sumi­do a Pales­ti­na en una cri­sis huma­ni­ta­ria que hay que ges­tio­nar de for­ma per­pe­tua, en lugar de lograr­se avan­ces res­pec­to de una cues­tión polí­ti­ca que exi­ge una reso­lu­ción fir­me y basa­da en prin­ci­pios: poner fin a la ocu­pa­ción per­ma­nen­te, al apartheid y, hoy en día, al geno­ci­dio. Y no es que haya fra­ca­sa­do o vaci­la­do el dere­cho: es la volun­tad polí­ti­ca la que ha abdicado.

Sin embar­go, hoy tam­bién esta­mos asis­tien­do a una rup­tu­ra. El inmen­so sufri­mien­to de Pales­ti­na ha abier­to la posi­bi­li­dad de una trans­for­ma­ción. Aun­que ello toda­vía no se refle­je ple­na­men­te en las agen­das polí­ti­cas, se está pro­du­cien­do un cam­bio revo­lu­cio­na­rio que, de man­te­ner­se, será recor­da­do como un momen­to en el que la his­to­ria cam­bió de rum­bo. Por eso he acu­di­do a esta reu­nión con la sen­sa­ción de que esta­mos en un his­tó­ri­co pun­to de infle­xión, tan­to en el plano dis­cur­si­vo como en el político.

En pri­mer lugar, está cam­bian­do el dis­cur­so: se ale­ja del «dere­cho a la legí­ti­ma defen­sa» que Israel invo­ca sin cesar y se acer­ca al dere­cho a la libre deter­mi­na­ción del pue­blo pales­tino, dere­cho que se le ha nega­do duran­te déca­das y que se ha vis­to sis­te­má­ti­ca­men­te invi­si­bi­li­za­do, repri­mi­do y des­le­gi­ti­ma­do. La ins­tru­men­ta­li­za­ción del anti­se­mi­tis­mo apli­ca­da a las pala­bras y el dis­cur­so de los pales­ti­nos, y el uso des­hu­ma­ni­za­dor del con­cep­to de terro­ris­mo para cali­fi­car las accio­nes pales­ti­nas (des­de la resis­ten­cia arma­da has­ta la labor de orga­ni­za­cio­nes no guber­na­men­ta­les que bus­can hacer jus­ti­cia en la are­na inter­na­cio­nal), han lle­va­do a una deli­be­ra­da pará­li­sis polí­ti­ca glo­bal. Debe ser corre­gi­da. Ha lle­ga­do el momento.

En segun­do lugar, y como con­se­cuen­cia de lo ante­rior, esta­mos asis­tien­do al auge de un nue­vo mul­ti­la­te­ra­lis­mo: basa­do en prin­ci­pios, valien­te y lide­ra­do cada vez más por una mayo­ría de =paí­ses del mun­do. Me due­le que ese mul­ti­la­te­ra­lis­mo toda­vía no se haya exten­di­do de for­ma sóli­da a los paí­ses euro­peos. Como euro­pea, temo que la región y sus ins­ti­tu­cio­nes hayan lle­ga­do a sim­bo­li­zar para muchos una her­man­dad de Esta­dos que pre­di­can el dere­cho inter­na­cio­nal pero que se guían más por una men­ta­li­dad colo­nial que por prin­ci­pios y que actúan como vasa­llos del impe­rio esta­dou­ni­den­se, aun cuan­do este nos arras­tre de gue­rra en gue­rra, de mise­ria en mise­ria y, en lo que res­pec­ta a Pales­ti­na, del silen­cio a la complicidad.

Sin embar­go, la pre­sen­cia de los paí­ses euro­peos en esta reu­nión demues­tra que es posi­ble mar­char por otro camino. A ellos les digo: el Gru­po de La Haya tie­ne el poten­cial de apun­tar no solo a una coa­li­ción, sino a un nue­vo cen­tro moral en la polí­ti­ca mun­dial. Por favor, únan­se a esos paí­ses. Millo­nes de per­so­nas tie­nen la vis­ta y la espe­ran­za fija­das en un lide­raz­go que pue­da dar lugar a un nue­vo orden mun­dial basa­do en la jus­ti­cia, la huma­ni­dad y la libe­ra­ción colec­ti­va. No se tra­ta solo de Pales­ti­na. Se tra­ta de todos nosotros.

Los Esta­dos cuya actua­ción está guia­da por prin­ci­pios deben estar a la altu­ra de este momen­to. No es nece­sa­rio tener una afi­lia­ción polí­ti­ca, un color, ban­de­ras de par­ti­dos polí­ti­cos o ideo­lo­gías: hay que defen­der los valo­res huma­nos bási­cos. Esos mis­mos que Israel lle­va vein­tiún meses piso­tean­do despiadadamente.

Entre­tan­to, aplau­do la con­vo­ca­to­ria de esta con­fe­ren­cia extra­or­di­na­ria en Bogo­tá para abor­dar la impla­ca­ble devas­ta­ción de Gaza. Es en ello, por tan­to, en lo que debe­mos cen­trar­nos. Las medi­das adop­ta­das en enero por el Gru­po de La Haya fue­ron sim­bó­li­ca­men­te pode­ro­sas. Fue­ron la señal del cam­bio dis­cur­si­vo y polí­ti­co que se necesitaba.

Aho­ra bien, esas medi­das son lo míni­mo impres­cin­di­ble. Les implo­ro que amplíen su com­pro­mi­so y lo con­vier­tan en accio­nes con­cre­tas, legis­la­ti­vas y judi­cia­les en cada una de sus juris­dic­cio­nes y que con­si­de­ren ante todo lo que debe­mos hacer para dete­ner la ofen­si­va geno­ci­da. Para los pales­ti­nos, espe­cial­men­te los de Gaza, se tra­ta de una cues­tión es de vida o muer­te. Cabe decir lo mis­mo de la huma­ni­dad de todos nosotros.

En ese con­tex­to, mi res­pon­sa­bi­li­dad ante uste­des es reco­men­dar­les, sin con­ce­sio­nes y con impar­cia­li­dad, como extir­par de raíz el pro­ble­ma. Hace tiem­po que deja­mos atrás el tra­ta­mien­to de los sín­to­mas, la zona de como­di­dad de muchos hoy en día. Y mis pala­bras demos­tra­rán que lo que el Gru­po de La Haya se ha com­pro­me­ti­do a hacer y está con­si­de­ran­do ampliar es un peque­ño com­pro­mi­so con lo que es jus­to y debi­do en vir­tud de las obli­ga­cio­nes ema­na­das del dere­cho inter­na­cio­nal: obli­ga­cio­nes, no sim­pa­tía, no caridad.

Cada Esta­do debe recon­si­de­rar y sus­pen­der inme­dia­ta­men­te todos sus víncu­los con Israel: sus rela­cio­nes mili­ta­res, estra­té­gi­cas, polí­ti­cas y diplo­má­ti­cas, tan­to en mate­ria de impor­ta­cio­nes como de expor­ta­cio­nes, y ase­gu­rar­se de que hagan lo mis­mo su sec­tor pri­va­do, sus ase­gu­ra­do­ras, sus ban­cos, sus fon­dos de pen­sio­nes, sus uni­ver­si­da­des y otros pro­vee­do­res de bie­nes y ser­vi­cios de las cade­nas de sumi­nis­tro. Tra­tar a la ocu­pa­ción como si fue­ra algo nor­mal se tra­du­ce en apo­yo, ayu­da o asis­ten­cia a la pre­sen­cia ilí­ci­ta de Israel en los terri­to­rios pales­ti­nos ocu­pa­dos. Esos víncu­los deben rom­per­se con carác­ter urgente.

Sea­mos cla­ros: me refie­ro a la rup­tu­ra de todo víncu­lo con Israel. Rom­per solo los víncu­los con los «com­po­nen­tes» de Israel en los terri­to­rios pales­ti­nos ocu­pa­dos no ha de figu­rar entre nues­tras opciones.

Ello está en con­so­nan­cia con la obli­ga­ción de todos los Esta­dos deri­va­da de la Opi­nión Con­sul­ti­va de julio de 2024 de la Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia, por la que se con­fir­mó el carác­ter ilí­ci­to de la pro­lon­ga­da ocu­pa­ción israe­lí, la cual decla­ró equi­va­len­te a la segre­ga­ción racial y al apartheid. La Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das hizo suya esa opi­nión. Estas con­clu­sio­nes son más que sufi­cien­tes para pasar a la acción.

Ade­más, es el Esta­do de Israel el acu­sa­do de crí­me­nes de gue­rra, crí­me­nes de lesa huma­ni­dad y geno­ci­dio, por lo que es ese Esta­do el que debe asu­mir la res­pon­sa­bi­li­dad de sus actos ilí­ci­tos. Como sos­tu­ve en mi más recien­te infor­me al Con­se­jo de Dere­chos Huma­nos, la eco­no­mía israe­lí está estruc­tu­ra­da para sos­te­ner la ocu­pa­ción y se ha con­ver­ti­do aho­ra en geno­ci­da. Es impo­si­ble sepa­rar las polí­ti­cas y la eco­no­mía del Esta­do de Israel de sus polí­ti­cas y su eco­no­mía de ocu­pa­ción de lar­ga data.

Estas han sido inse­pa­ra­bles duran­te déca­das. Cuan­to más tiem­po per­ma­nez­can com­pro­me­ti­dos con ellas los Esta­dos y otras enti­da­des, tan­to más se legi­ti­ma­rá su carác­ter esen­cial­men­te ilí­ci­to. Es en ello que radi­ca la com­pli­ci­dad. Aho­ra que la eco­no­mía se ha vuel­to geno­ci­da, no hay un Israel «bueno» y un Israel «malo».

Los exhor­to a que con­si­de­ren este momen­to como si estu­vié­ra­mos sen­ta­dos en esta sala en la déca­da de los noven­ta, deba­tien­do el caso del apartheid en Sudá­fri­ca. ¿Habrían pro­pues­to san­cio­nes selec­ti­vas con­tra Sudá­fri­ca por su con­duc­ta en ban­tus­ta­nes par­ti­cu­la­res? ¿O habrían reco­no­ci­do el sis­te­ma cri­mi­nal del Esta­do en su con­jun­to? En el caso que nos ocu­pa, lo que está hacien­do Israel es inclu­so peor. Esta com­pa­ra­ción es una eva­lua­ción jurí­di­ca y fac­tual res­pal­da­da por pro­ce­di­mien­tos jurí­di­cos inter­na­cio­na­les en los que par­ti­ci­pan muchos de los pre­sen­tes en esta sala.

Es eso lo que sig­ni­fi­ca adop­tar medi­das con­cre­tas. Nego­ciar con Israel sobre cómo ges­tio­nar lo que que­da de Gaza y la Ribe­ra occi­den­tal, en Bru­se­las o en cual­quier otro lugar, es una total des­hon­ra para el dere­cho internacional.

Y a los pales­ti­nos y a quie­nes los apo­yan des­de todos los rin­co­nes del mun­do, a menu­do con gran­des cos­tos y sacri­fi­cios, les digo que, pase lo que pase, Pales­ti­na habrá escri­to este tumul­tuo­so capí­tu­lo, no como una nota al pie en las cró­ni­cas de los aspi­ran­tes a con­quis­ta­do­res, sino como el últi­mo ver­so de una saga cen­te­na­ria de pue­blos que se han levan­ta­do con­tra la injus­ti­cia, el colo­nia­lis­mo y, hoy más que nun­ca, la tira­nía neoliberal.

21 de julio de 2025

Fuen­te: https://​www​.lahai​ne​.org/​m​u​n​d​o​.​p​h​p​/​c​o​r​t​e​m​o​s​-​t​o​d​o​-​l​a​z​o​-​c​o​n​-​i​s​r​ael

Ane­xo

Con­fe­ren­cia de Emer­gen­cia de Esta­dos, julio de 2025 Bogo­tá, Colombia

Decla­ra­ción con­jun­ta sobre la con­clu­sión de la Con­fe­ren­cia de Emer­gen­cia sobre Palestina

Noso­tros, los repre­sen­tan­tes de Boli­via, Cuba, Colom­bia, Indo­ne­sia, Irak, Libia, Mala­sia, Nami­bia, Nica­ra­gua, Omán, San Vicen­te y las Gra­na­di­nas, Sudá­fri­ca y todos los demás Esta­dos1 que apro­be­mos lo siguien­te antes del 20 de sep­tiem­bre de 2025,

Guia­dos por los pro­pó­si­tos y prin­ci­pios con­sa­gra­dos en la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das y el dere­cho inter­na­cio­nal, inclui­do el dere­cho inalie­na­ble de los pue­blos a la libre deter­mi­na­ción y el prin­ci­pio de la inad­mi­si­bi­li­dad de la adqui­si­ción de terri­to­rio por la fuerza;

Con­vo­car una reu­nión urgen­te en Bogo­tá (Colom­bia) del 15 al 16 de julio de 2025, con el obje­ti­vo de for­ta­le­cer nues­tra deter­mi­na­ción colec­ti­va crean­do una voz inter­na­cio­nal uni­fi­ca­da e imple­men­tan­do nues­tras obli­ga­cio­nes inter­na­cio­na­les res­pec­to de la situa­ción en el Terri­to­rio Pales­tino Ocu­pa­do, inclui­da Jeru­sa­lén Oriental;

Lamen­tan­do cada vida per­di­da duran­te las accio­nes geno­ci­das de Israel en el terri­to­rio pales­tino ocupado;

Deplo­ran­do la obs­truc­ción de la ayu­da huma­ni­ta­ria y la vio­len­cia deli­be­ra­da e indis­cri­mi­na­da y los cas­ti­gos colec­ti­vos des­ple­ga­dos con­tra la pobla­ción ham­brien­ta de la Fran­ja de Gaza;

Deplo­ran­do el des­pla­za­mien­to for­za­do masi­vo y reite­ra­do de la pobla­ción civil pales­ti­na y la obs­truc­ción de su regreso;

Reco­no­cien­do el ries­go que las accio­nes de Israel repre­sen­tan para las pers­pec­ti­vas de paz y segu­ri­dad regio­na­les, así como para la inte­gri­dad del dere­cho inter­na­cio­nal en su conjunto;

Negán­do­se a per­ma­ne­cer como obser­va­do­res pasi­vos de la devas­ta­ción del terri­to­rio pales­tino ocu­pa­do y de la nega­ción del dere­cho inalie­na­ble del pue­blo pales­tino a la libre determinación;

Reafir­man­do la Opi­nión Con­sul­ti­va de la Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia de 19 de julio de 2024 sobre las con­se­cuen­cias de las polí­ti­cas y prác­ti­cas ile­ga­les de Israel que, por su pro­pia natu­ra­le­za, afec­tan a todos los Estados;

Recor­dan­do todas las reso­lu­cio­nes per­ti­nen­tes de las Nacio­nes Uni­das, inclui­da la reso­lu­ción A/RES/ES-10/24 de la Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das, y la obli­ga­ción de los Esta­dos Miem­bros de adop­tar medi­das com­pa­ti­bles con la Opi­nión Con­sul­ti­va de la Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia de 19 de julio de 2024, el dere­cho inter­na­cio­nal de los dere­chos huma­nos y el dere­cho humanitario;

Des­ta­can­do la impor­tan­cia de que ins­ti­tu­cio­nes como la Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia y la Cor­te Penal Inter­na­cio­nal cum­plan sus man­da­tos sin temor ni favo­ri­tis­mo, lo cual es esen­cial para la pre­ser­va­ción del esta­do de dere­cho internacional;

Con­de­nan­do los ata­ques y ame­na­zas uni­la­te­ra­les con­tra los titu­la­res de man­da­tos de las Nacio­nes Uni­das, así como con­tra ins­ti­tu­cio­nes cla­ve de la arqui­tec­tu­ra de los dere­chos huma­nos y la jus­ti­cia internacional;

Basán­do­se en el lega­do de los movi­mien­tos de soli­da­ri­dad mun­dial que des­man­te­la­ron el apartheid y otros sis­te­mas de opre­sión, esta­ble­cer un mode­lo para futu­ras res­pues­tas coor­di­na­das a las vio­la­cio­nes del dere­cho internacional;

Reco­no­cien­do la com­ple­men­ta­rie­dad del Gru­po de La Haya con otras ini­cia­ti­vas como el Gru­po de Madrid enca­mi­na­das a for­ta­le­cer la apli­ca­ción del dere­cho internacional;

Aco­gien­do con bene­plá­ci­to la cele­bra­ción de la Con­fe­ren­cia Inter­na­cio­nal de Alto Nivel para la Solu­ción Pací­fi­ca de la Cues­tión de Pales­ti­na y la Apli­ca­ción de la Solu­ción de Dos Esta­dos en la Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das del 28 al 30 de julio de 2025;

Des­ta­can­do la urgen­cia de que todos los Esta­dos Miem­bros cum­plan de bue­na fe las obli­ga­cio­nes que han asu­mi­do de con­for­mi­dad con la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das y el dere­cho internacional;

Uni­dos en nues­tra con­vic­ción de que la acción coor­di­na­da a nivel nacio­nal e inter­na­cio­nal es un impe­ra­ti­vo urgen­te para pro­te­ger la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das, cum­plir las obli­ga­cio­nes en vir­tud del dere­cho inter­na­cio­nal y pro­mo­ver una paz jus­ta y dura­de­ra en todo el mun­do, así como para poner fin a la ocu­pa­ción ile­gal de Pales­ti­na y per­mi­tir que el pue­blo pales­tino ejer­za su dere­cho a la libre determinación;

Reite­ra­mos nues­tro com­pro­mi­so de imple­men­tar las medi­das pro­vi­sio­na­les, sen­ten­cias y opi­nio­nes con­sul­ti­vas per­ti­nen­tes de la Cor­te Inter­na­cio­nal de Jus­ti­cia, así como las reso­lu­cio­nes per­ti­nen­tes de las Nacio­nes Uni­das, inclui­da la reso­lu­ción A/RES/ES-10/24 de la Asam­blea General;

Anun­cia­mos las siguien­tes medi­das, que se adop­ta­rán con base en los mar­cos jurí­di­cos y legis­la­ti­vos nacio­na­les de los Estados:

  1. Pre­ve­nir el sumi­nis­tro o la trans­fe­ren­cia de armas, muni­cio­nes, com­bus­ti­ble mili­tar, equi­po mili­tar rela­cio­na­do y bie­nes de doble uso a Israel, cuan­do corres­pon­da, para garan­ti­zar que nues­tra indus­tria no pro­por­cio­ne las herra­mien­tas que posi­bi­li­ten o faci­li­ten el geno­ci­dio, los crí­me­nes de gue­rra, los crí­me­nes de lesa huma­ni­dad y otras vio­la­cio­nes del dere­cho internacional.
  2. Impe­dir el trán­si­to, atra­que y ser­vi­cio de buques en cual­quier puer­to, cuan­do corres­pon­da, bajo nues­tra juris­dic­ción terri­to­rial, res­pe­tan­do ple­na­men­te el dere­cho inter­na­cio­nal apli­ca­ble, inclui­da la Con­ven­ción de las Nacio­nes Uni­das sobre el Dere­cho del Mar, en todos los casos en que exis­ta un ries­go cla­ro de que el buque se uti­li­ce para trans­por­tar armas, muni­cio­nes, com­bus­ti­ble mili­tar, equi­po mili­tar rela­cio­na­do y pro­duc­tos de doble uso a Israel, a fin de garan­ti­zar que nues­tras aguas terri­to­ria­les y puer­tos no sir­van como con­duc­tos para acti­vi­da­des que per­mi­tan o faci­li­ten el geno­ci­dio, los crí­me­nes de gue­rra, los crí­me­nes de lesa huma­ni­dad y otras vio­la­cio­nes del dere­cho internacional.
  3. Impe­dir el trans­por­te de armas, muni­cio­nes, com­bus­ti­ble mili­tar, equi­po mili­tar cone­xo y pro­duc­tos de doble uso a Israel en buques que enar­bo­len nues­tra ban­de­ra, res­pe­tan­do ple­na­men­te el dere­cho inter­na­cio­nal apli­ca­ble, inclui­da la Con­ven­ción de las Nacio­nes Uni­das sobre el Dere­cho del Mar, garan­ti­zar la ple­na ren­di­ción de cuen­tas, inclui­da la reti­ra­da del pabe­llón, por el incum­pli­mien­to de esta prohi­bi­ción, y no pro­por­cio­nar ayu­da ni asis­ten­cia para man­te­ner la situa­ción crea­da por la pre­sen­cia ile­gal de Israel en el terri­to­rio pales­tino ocupado.
  4. Ini­ciar una revi­sión urgen­te de todos los con­tra­tos públi­cos, a fin de evi­tar que las ins­ti­tu­cio­nes públi­cas y los fon­dos públi­cos, cuan­do corres­pon­da, apo­yen la ocu­pa­ción ile­gal del Terri­to­rio Pales­tino por par­te de Israel, lo que podría for­ta­le­cer su pre­sen­cia ile­gal en el Terri­to­rio, a fin de garan­ti­zar que nues­tros nacio­na­les, empre­sas y enti­da­des bajo nues­tra juris­dic­ción, así como nues­tras auto­ri­da­des, no actúen de una mane­ra que impli­que reco­no­ci­mien­to o brin­den ayu­da o asis­ten­cia al man­te­ni­mien­to de la situa­ción crea­da por la pre­sen­cia ile­gal de Israel en el Terri­to­rio Pales­tino Ocupado.
  5. Res­pe­tar nues­tras obli­ga­cio­nes de ren­dir cuen­tas por los crí­me­nes más gra­ves con­for­me al dere­cho inter­na­cio­nal median­te inves­ti­ga­cio­nes y pro­ce­sa­mien­tos sóli­dos, impar­cia­les e inde­pen­dien­tes a nivel nacio­nal o inter­na­cio­nal, de con­for­mi­dad con nues­tra obli­ga­ción de brin­dar jus­ti­cia a todas las víc­ti­mas y pre­ve­nir crí­me­nes futuros.
  6. Apo­yar los man­da­tos de juris­dic­ción uni­ver­sal, en la medi­da en que sean apli­ca­bles den­tro de nues­tros mar­cos jurí­di­cos y cons­ti­tu­cio­na­les y sis­te­mas judi­cia­les, a fin de garan­ti­zar la jus­ti­cia para todas las víc­ti­mas y la pre­ven­ción de futu­ros crí­me­nes en el Terri­to­rio Pales­tino Ocupado.

Des­ta­ca­mos que estas medi­das cons­ti­tu­yen un com­pro­mi­so colec­ti­vo para defen­der los prin­ci­pios fun­da­men­ta­les del dere­cho internacional;

Reco­no­cien­do las vio­la­cio­nes del dere­cho a la salud, hace­mos un lla­ma­mien­to al Con­se­jo Eco­nó­mi­co y Social de las Nacio­nes Uni­das (ECOSOC) para que encar­gue un estu­dio inme­dia­to de las nece­si­da­des de salud y nutri­ción de la pobla­ción de Gaza, ela­bo­re un plan para abor­dar esas nece­si­da­des de mane­ra con­ti­nua y sos­te­ni­ble y pre­sen­te un infor­me sobre estas cues­tio­nes antes del 80º perío­do de sesio­nes de la Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Unidas;

Ins­ta­mos a todos los Esta­dos miem­bros de las Nacio­nes Uni­das a que cum­plan con nues­tras obli­ga­cio­nes y pro­mue­van al mis­mo tiem­po meca­nis­mos de coope­ra­ción entre todas las partes.

Adop­ta­do en Bogo­tá, Colom­bia, el día 16 de julio de 2025.

Paí­ses par­ti­ci­pan­tes: Arge­lia, Boli­via, Botsua­na, Bra­sil, Chi­le, Chi­na, Cuba, Eslo­ve­nia, Espa­ña, Yibu­ti, Hon­du­ras, Indo­ne­sia, Irak, Irlan­da, Líbano, Libia, Mala­sia, Méxi­co, Nami­bia, Nica­ra­gua, Norue­ga, Omán, Pakis­tán, Pales­ti­na, Por­tu­gal, Qatar, Tur­quía, San Vicen­te y las Gra­na­di­nas, Uru­guay y Venezuela.

20 de julio de 2025

Fuen­te: https://​www​.legrand​soir​.info/​d​e​c​l​a​r​a​t​i​o​n​-​c​o​m​m​u​n​e​-​s​u​r​-​l​a​-​c​o​n​c​l​u​s​i​o​n​-​d​e​-​l​a​-​c​o​n​f​e​r​e​n​c​e​-​d​-​u​r​g​e​n​c​e​-​s​u​r​-​l​a​-​p​a​l​e​s​t​i​n​e​.​h​tml

  1. La Repú­bli­ca del Irak y el Esta­do de Libia no reco­no­cen ofi­cial­men­te al Esta­do de Israel.
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