Dis­cur­so del imán Jame­nei: Recha­za las con­ver­sa­cio­nes que humi­lla­rían a Irán e insis­te en la dig­ni­dad y la resis­ten­cia (pun­tos importantes)

Tabla de contenidos

En el ani­ver­sa­rio del mar­ti­rio del gran lucha­dor Say­yid Has­san Nas­ra­llah, debo decir que fue un gran teso­ro para el mun­do islá­mi­co, no solo para los musul­ma­nes chií­tas o el Líbano, sino para todo el Islam. Aun­que ya no está entre noso­tros, la rique­za que creó per­ma­ne­ce. La his­to­ria de Hez­bo­lá con­ti­núa y nun­ca debe sub­es­ti­mar­se, ya que sigue sien­do una fuen­te de for­ta­le­za para el Líbano y más allá.

Duran­te la gue­rra de los doce días, la uni­dad de la nación ira­ní decep­cio­nó al enemi­go. Des­de los pri­me­ros días y a mitad del con­flic­to, se die­ron cuen­ta de que no podían alcan­zar sus obje­ti­vos. Su ver­da­de­ro obje­ti­vo no era solo ata­car a los coman­dan­tes, sino des­es­ta­bi­li­zar la pro­pia Repú­bli­ca Islá­mi­ca ase­si­nan­do a figu­ras impor­tan­tes, crean­do dis­tur­bios e inci­tan­do a revuel­tas en Tehe­rán. Pero su obje­ti­vo fracasó.

El enemi­go que­ría crear sedi­ción en las calles, caos orga­ni­za­do y erra­di­car el islam del país. Pero este obje­ti­vo se derrum­bó en los pri­me­ros pasos. Nues­tros coman­dan­tes fue­ron rápi­da­men­te sus­ti­tui­dos, las fuer­zas arma­das se man­tu­vie­ron fuer­tes y la moral aumen­tó. Y lo más impor­tan­te, el pue­blo no res­pon­dió como espe­ra­ba el enemi­go. Las mul­ti­tu­des lle­na­ron las calles, pero en desa­fío al enemi­go, no con­tra el sis­te­ma islá­mi­co. La resis­ten­cia del pue­blo frus­tró a los agen­tes extran­je­ros, cuyos amos en el extran­je­ro les repren­die­ron dicien­do: «Os lo hemos pro­por­cio­na­do todo —bom­bar­deos, ase­si­na­tos, matan­zas— ¿por qué no con­se­guís nada?».

El segun­do pun­to es la cues­tión del enri­que­ci­mien­to. En las decla­ra­cio­nes y deba­tes del Minis­te­rio de Asun­tos Exte­rio­res con sus homó­lo­gos polí­ti­cos, la pala­bra «enri­que­ci­mien­to» se repi­te a menu­do. Ellos dicen una cosa sobre el enri­que­ci­mien­to y noso­tros deci­mos otra. Inclu­so den­tro del país, en diver­sos deba­tes, la pala­bra «enri­que­ci­mien­to» se repi­te cons­tan­te­men­te. Quie­ro dar una bre­ve expli­ca­ción sobre el enri­que­ci­mien­to. ¿Qué es exac­ta­men­te el enri­que­ci­mien­to? ¿Por qué es tan impor­tan­te? Todos los deba­tes giran en torno al enri­que­ci­mien­to del ura­nio. Quie­ro decir que el enri­que­ci­mien­to es solo una pala­bra, pero detrás de ella se escon­de todo un libro de sig­ni­fi­ca­dos, que voy a seña­lar bre­ve­men­te. Sería bueno y apro­pia­do que los exper­tos en este cam­po habla­ran con la gen­te sobre ello. Pero voy a decir unas pocas palabras.

El enri­que­ci­mien­to de ura­nio sig­ni­fi­ca que los cien­tí­fi­cos y espe­cia­lis­tas toman ura­nio en bru­to —extraí­do tam­bién en Irán— y, median­te una serie de com­ple­jos y avan­za­dos esfuer­zos téc­ni­cos, lo trans­for­man en una sus­tan­cia muy valio­sa que pue­de tener muchas apli­ca­cio­nes impor­tan­tes para la pobla­ción. Este es el sig­ni­fi­ca­do del enri­que­ci­mien­to. Algo que sale de la tie­rra se trans­for­ma, median­te tec­no­lo­gía avan­za­da, un gran esfuer­zo, cono­ci­mien­tos espe­cia­li­za­dos de alto nivel y una gran habi­li­dad, en ura­nio enri­que­ci­do. Se enri­que­ce en dis­tin­tos gra­dos, y esto tie­ne muchos usos para la vida de las personas.

Las per­so­nas se bene­fi­cian del ura­nio enri­que­ci­do de diver­sas mane­ras; afec­ta a muchos aspec­tos de la vida. Por ejem­plo, en la agri­cul­tu­ra, don­de desem­pe­ña un papel impor­tan­te. En la indus­tria y los mate­ria­les. En la nutri­ción, que está rela­cio­na­da con la agri­cul­tu­ra. En cues­tio­nes de medio ambien­te y recur­sos natu­ra­les. En los cam­pos de la inves­ti­ga­ción, la edu­ca­ción y el desa­rro­llo cien­tí­fi­co. Y, por supues­to, en la gene­ra­ción de elec­tri­ci­dad, que es el uso más obvio. Hoy en día, en muchos paí­ses avan­za­dos, las cen­tra­les eléc­tri­cas fun­cio­nan con ura­nio. Noso­tros uti­li­za­mos prin­ci­pal­men­te gaso­li­na y gas para las nues­tras. Estos son cos­to­sos y cau­san con­ta­mi­na­ción ambien­tal y atmos­fé­ri­ca. Pero la elec­tri­ci­dad pro­du­ci­da a par­tir del ura­nio enri­que­ci­do en las cen­tra­les nuclea­res tie­ne cero con­ta­mi­na­ción, cos­tos mucho más bajos, una vida útil mucho más lar­ga y muchas otras ven­ta­jas. Estas son cosas que los espe­cia­lis­tas debe­rían expli­car en deta­lle a la gente.

Hoy en día, en tér­mi­nos de enri­que­ci­mien­to de ura­nio, esta­mos en un nivel muy alto. Por supues­to, los paí­ses que quie­ren fabri­car armas nuclea­res lle­van el enri­que­ci­mien­to has­ta un 90% de pure­za. Noso­tros, como no nece­si­ta­mos armas y hemos deci­di­do no fabri­car­las, no hemos lle­ga­do tan lejos. Hemos alcan­za­do el 60%, que es una cifra muy alta y muy bue­na, y es nece­sa­ria para algu­nas de nues­tras nece­si­da­des internas.

Has­ta aho­ra, hemos avan­za­do has­ta este pun­to. Somos uno de los diez paí­ses del mun­do que tie­nen esta capa­ci­dad. De los más de dos­cien­tos paí­ses del mun­do, solo diez pue­den enri­que­cer ura­nio, y uno de esos diez es la Repú­bli­ca Islá­mi­ca de Irán. Los otros nue­ve paí­ses, por supues­to, tam­bién tie­nen bom­bas nuclea­res. Somos los úni­cos que no tene­mos, ni ten­dre­mos, armas nuclea­res, y no tene­mos inten­ción de uti­li­zar­las. Pero sí tene­mos enriquecimiento.

Entre estos diez paí­ses, se nos con­si­de­ra uno de los líde­res en este cam­po. Y estos cien­tí­fi­cos, como he dicho, sen­ta­ron las bases de este tra­ba­jo y lo hicie­ron avan­zar enor­me­men­te. Pero su logro más impor­tan­te fue for­mar a muchas per­so­nas en este camino.

Hoy en día, en nues­tro país, hay doce­nas de cien­tí­fi­cos y pro­fe­so­res dis­tin­gui­dos —esto se basa en un infor­me fia­ble y veri­fi­ca­do que se nos ha faci­li­ta­do — , doce­nas de cien­tí­fi­cos y pro­fe­so­res dis­tin­gui­dos, cien­tos de inves­ti­ga­do­res y miles de per­so­nas for­ma­das en cam­pos nuclea­res y áreas rela­cio­na­das, todos ellos tra­ba­jan­do acti­va­men­te en este momento.

Aho­ra, ellos (el enemi­go) han veni­do y han bom­bar­dea­do cier­tas ins­ta­la­cio­nes aquí y allá. Pero esta es la cues­tión: se tra­ta de cono­ci­mien­to. El cono­ci­mien­to no se pue­de des­truir. El cono­ci­mien­to no des­apa­re­ce con bom­bas, ame­na­zas o medi­das simi­la­res. Perdura.

En los círcu­los polí­ti­cos, se plan­tea con fre­cuen­cia la cues­tión de las nego­cia­cio­nes con Esta­dos Uni­dos, y hay diver­sas opi­nio­nes: algu­nos las con­si­de­ran úti­les y nece­sa­rias, otros las con­si­de­ran per­ju­di­cia­les, mien­tras que otros adop­tan una pos­tu­ra inter­me­dia. Hay dife­ren­tes pun­tos de vista.

Lo que he com­pren­di­do, vis­to, sen­ti­do y expe­ri­men­ta­do a lo lar­go de todos estos años, lo com­par­to aho­ra con nues­tra que­ri­da nación:

Mi opi­nión es la siguien­te: en las cir­cuns­tan­cias actua­les, tal y como está la situa­ción aho­ra, aun­que den­tro de 20 o 30 años podría ser dife­ren­te, no lo sabe­mos, por aho­ra, las nego­cia­cio­nes con el Gobierno de Esta­dos Uni­dos no ser­vi­rán a nues­tros intere­ses nacio­na­les. No nos repor­ta­rán nin­gún bene­fi­cio ni evi­ta­rán nin­gún perjuicio.

En otras pala­bras, esas con­ver­sa­cio­nes no repor­tan nin­gún bene­fi­cio, no supo­nen nin­gu­na ven­ta­ja para el país y no tie­nen nin­gún efec­to a la hora de evi­tar peli­gros. Esa es la realidad.

En segun­do lugar, [las nego­cia­cio­nes con Esta­dos Uni­dos] no solo no apor­tan nin­gún bene­fi­cio, sino que tam­bién aca­rrean gran­des per­jui­cios para el país, per­jui­cios que en algu­nos casos pue­den ser inclu­so irre­pa­ra­bles. Esos per­jui­cios exis­ten, y los expli­ca­ré a continuación.

Cuan­do deci­mos que no tie­ne nin­gún bene­fi­cio, es por­que la par­te esta­dou­ni­den­se ya ha pre­de­ter­mi­na­do el resul­ta­do de las nego­cia­cio­nes. Han anun­cia­do que la úni­ca nego­cia­ción que acep­tan es aque­lla cuyo resul­ta­do sea el cie­rre de las acti­vi­da­des nuclea­res y el pro­gra­ma de enri­que­ci­mien­to de Irán.

Eso sig­ni­fi­ca que nos sen­ta­ría­mos a la mesa de nego­cia­cio­nes con Esta­dos Uni­dos y el resul­ta­do de las con­ver­sa­cio­nes ten­dría que ser exac­ta­men­te lo que ellos exi­gen. Esto no es una nego­cia­ción. Es un dic­ta­do, es una impo­si­ción. ¿Sen­tar­se a «nego­ciar» con una par­te cuyo resul­ta­do inevi­ta­ble­men­te debe ser lo que ellos quie­ren, es eso una negociación?

La otra par­te habla así hoy: dicen que debe­mos nego­ciar, pero el resul­ta­do debe ser que Irán no ten­ga enri­que­ci­mien­to. Y hace solo unos días, uno de sus dipu­tados decla­ró que Irán tam­po­co debe tener misi­les, ni de lar­go alcan­ce, ni de medio alcan­ce, ni siquie­ra de cor­to alcan­ce. Ninguno.

En otras pala­bras, Irán debe­ría que­dar tan des­ar­ma­do e impo­ten­te que, inclu­so si fue­ra ata­ca­do —por ejem­plo, con­tra una base esta­dou­ni­den­se en Irak o en cual­quier otro lugar — , no podría res­pon­der. Este es el sig­ni­fi­ca­do de sus palabras.

«Nego­ciar» para obte­ner ese resul­ta­do no supo­ne nin­gún bene­fi­cio. Es total­men­te per­ju­di­cial para noso­tros. No es más que inti­mi­da­ción, acep­ta­ción de la inti­mi­da­ción e impo­si­ción de Esta­dos Uni­dos. Esto no es una negociación.

Cuan­do alguien se enfren­ta a la Repú­bli­ca Islá­mi­ca de Irán con tales exi­gen­cias, tales decla­ra­cio­nes pro­vie­nen de la igno­ran­cia: igno­ran­cia de la nación ira­ní, igno­ran­cia de la Repú­bli­ca Islá­mi­ca, igno­ran­cia de su filo­so­fía, sus fun­da­men­tos y su camino. Como no cono­cen estas cosas, hablan de esta mane­ra. Como deci­mos en Mashhad, «esta pala­bra es más gran­de que la boca que la pro­nun­cia». No vale la pena pres­tar aten­ción a tales comentarios.

La otra par­te ame­na­za con que, si no nego­cia­mos, suce­de­rá tal o cual cosa: bom­bar­deos u otras ame­na­zas, a veces vagas, a veces direc­tas. Esto es una ame­na­za. Acep­tar tales nego­cia­cio­nes sig­ni­fi­ca­ría que la Repú­bli­ca Islá­mi­ca de Irán se some­te a las ame­na­zas. Sig­ni­fi­ca­ría que, cada vez que nos ame­na­cen, inme­dia­ta­men­te nos asus­ta­mos, tem­bla­mos y nos ren­di­mos a la otra par­te. Ese es el significado.

Si esa sumi­sión a las ame­na­zas se arrai­ga, nun­ca ter­mi­na­rá. Hoy dicen: «Si enri­que­céis ura­nio, hare­mos esto y lo otro». Maña­na dirán: «Si tenéis misi­les, hare­mos esto y lo otro». Lue­go exi­gi­rán que, si no tenéis rela­cio­nes con un deter­mi­na­do país, actua­rán con­tra voso­tros, o inclu­so si tenéis rela­cio­nes con un deter­mi­na­do país, actua­rán con­tra vosotros.

Siem­pre ame­na­zas, y nos vería­mos obli­ga­dos a retro­ce­der paso a paso. Nin­gu­na nación hono­ra­ble acep­ta nego­cia­cio­nes impues­tas median­te ame­na­zas, y nin­gún esta­dis­ta sen­sa­to res­pal­da­ría jamás tales negociaciones.

La otra par­te pue­de decir: «A cam­bio, os con­ce­de­re­mos con­ce­sio­nes». Eso es men­ti­ra. Lo que ellos lla­man con­ce­sión es falso.

Hace unos diez años, fir­ma­mos un acuer­do con los esta­dou­ni­den­ses, cono­ci­do en nues­tro país como el JCPOA (Bar­jam). En vir­tud de ese acuer­do, acep­ta­mos tomar cier­tas medi­das en mate­ria nuclear: cerrar una ins­ta­la­ción de pro­duc­ción, enviar al extran­je­ro o diluir nues­tro ura­nio enri­que­ci­do al 3,5% para que deja­ra de exis­tir, dete­ner el enri­que­ci­mien­to y otros com­pro­mi­sos. A cam­bio, se supo­nía que ellos levan­ta­rían las san­cio­nes y, al cabo de diez años, el expe­dien­te nuclear de Irán en el OIEA pasa­ría a ser un caso normal.

En aquel momen­to, cuan­do los fun­cio­na­rios me pre­sen­ta­ron esta pro­pues­ta, dije­ron «10 años». Yo les res­pon­dí: «Diez años es toda una vida, ¿por qué acep­tar 10 años?». Tenían excu­sas y, aun­que yo les adver­tí en con­tra, lo acep­ta­ron. Aho­ra, esos diez años han terminado.

Hoy vemos que no solo no se ha nor­ma­li­za­do el caso de Irán, sino que nues­tros pro­ble­mas nuclea­res en el OIEA, el Con­se­jo de Segu­ri­dad y otros orga­nis­mos se han multiplicado.

Así es como actúa la otra par­te. Esta es su pro­me­sa. Noso­tros cum­pli­mos con todo lo que se nos pidió. Ellos no levan­ta­ron las san­cio­nes. No cum­plie­ron nin­guno de sus com­pro­mi­sos. Y, final­men­te, rom­pie­ron el acuer­do de plano, aban­do­nan­do por com­ple­to el PAIC.

  1. El imán Jame­nei prohi­bió por com­ple­to las nego­cia­cio­nes con Esta­dos Uni­dos, decla­ran­do que la posi­bi­li­dad ya no existe.
  2. Afir­mó que las con­ver­sa­cio­nes no apor­tan nin­gún bene­fi­cio ni pro­tec­ción, solo daños y engaños.
  3. Esta­dos Uni­dos pre­de­ter­mi­na los resul­ta­dos, exi­gien­do a Irán que renun­cie al enri­que­ci­mien­to, los misi­les y la defensa.
  4. Acep­tar las con­ver­sa­cio­nes bajo ame­na­za sig­ni­fi­ca humi­lla­ción, reti­ra­da sin fin y des­hon­ra nacional.
  5. Recor­dó que el JCPOA era la prue­ba: Irán cum­plió sus com­pro­mi­sos, Esta­dos Uni­dos trai­cio­nó y lo destrozó.

Aho­ra todas las posi­bi­li­da­des están cla­ras: o se per­si­guen las nego­cia­cio­nes y los retra­sos, o se man­tie­ne el honor y se resis­te, y en ambos casos se reci­be un bom­bar­deo. El imán Jame­nei, de san­gre y lide­raz­go husay­ni, ha ele­gi­do el honor: recha­za las con­ver­sa­cio­nes que humi­lla­rían a Irán e insis­te en la dig­ni­dad y la resistencia.

23 de sep­tiem­bre de 2025

Fuen­te: https://t.me/enemywatch/41932, https://t.me/enemywatch/41934, https://t.me/enemywatch/41936, https://t.me/enemywatch/41937https://t.me/enemywatch/41938.

Twitter
Facebook
Telegram

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *