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Terro­ris­mo de Esta­do puro y duro

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Antes de empe­zar a usar la sigla GAL para rei­vin­di­car los aten­ta­dos de gue­rra sucia, las auto­ri­da­des espa­ño­las se sir­vie­ron de otras muchas: Anti-Terro­ris­mo ETA (ATE), Bata­llón Vas­co-Espa­ñol (BVE), Tri­ple A, Gru­pos Arma­dos Espa­ño­les (GAE)… Uti­li­za­ron muchas siglas has­ta deci­dir ser­vir­se de una bien estu­dia­da que ter­mi­nó por ser sinó­ni­mo de gue­rra sucia: GAL. Una sigla que empe­za­ron a usar a fina­les de 1983 para rei­vin­di­car los aten­ta­dos come­ti­dos en la ter­ce­ra cam­pa­ña de gue­rra sucia.

En efec­to, antes de la cam­pa­ña de los GAL, hubo otras dos. La pri­me­ra, de abril de 1975 a octu­bre de 1976, se sal­dó con nume­ro­sos aten­ta­dos con explo­si­vos, varios inten­tos de ase­si­na­to frus­tra­dos, con­tra Txo­min Itur­be, Josu Urru­ti­koetxea, Tomás Pérez Revi­lla… y la des­apa­ri­ción del diri­gen­te de ETA Eduar­do Moreno Ber­ga­retxe «Per­tur».

Des­pués, duran­te casi dos años, no hubo aten­ta­do alguno en Ipa­rral­de, pero en cuan­to las auto­ri­da­des espa­ño­las lo con­si­de­ra­ron nece­sa­rio, vol­vie­ron a las anda­das, ase­si­nan­do, el 2 de julio de 1978, a Agur­tza­ne Arre­gi. Su mari­do, el his­tó­ri­co mili­tan­te de ETA Juan­jo Etxa­be, reci­bió una dece­na de balas, pero sal­vó la vida. Aquel aten­ta­do dio ini­cio a la segun­da cam­pa­ña de gue­rra sucia, que duró has­ta mar­zo de 1981 y fue mucho más cruen­ta que la ante­rior: ocho muer­tos y otro des­apa­re­ci­do, Joxe Miguel Etxe­be­rria «Napa­rra», diri­gen­te de los Coman­dos Autó­no­mos Anticapitalistas.

Tam­bién inten­ta­ron secues­trar y hacer des­apa­re­cer a la refu­gia­da Arantxa Sasiain quien se libró de puro mila­gro. Cua­tro años des­pués, vol­vie­ron a inten­tar secues­trar a un diri­gen­te de los Autó­no­mos, Joxe Luis Sale­gi «Txi­pi» y poco des­pués lo con­si­guie­ron en el caso de Lasa y Zabala.

El aten­ta­do más impor­tan­te de esa segun­da cam­pa­ña fue sin duda el que cos­tó la vida el 21 de diciem­bre de 1978, en Ange­lu, al diri­gen­te de ETA José Miguel Beña­ran «Arga­la». Tres sema­nas des­pués, se pro­du­jo el que casi cos­tó la vida y dejó gra­ví­si­mas secue­las a otro des­ta­ca­do mili­tan­te de ETA, Joxe Manuel Pagoa­ga «Pei­xo­to». Fue el pri­me­ro de 1979, un año en el que otros tres refu­gia­dos fue­ron ase­si­na­dos en Ipa­rral­de: Enri­ke Alva­rez «Kor­ta», Jon Lopa­te­gi «Pan­tu» y Jus­to Eli­za­ran «Peri­ko». Muchos más deja­ron tam­bién sus vidas en años posteriores.

En 1980 vol­vie­ron a repe­tir­se los aten­ta­dos en Ipa­rral­de y uno de ellos dejó en abso­lu­ta evi­den­cia a las auto­ri­da­des espa­ño­las: tres mer­ce­na­rios ame­tra­lla­ron el bar Hen­da­yais, el 23 de noviem­bre de 1980, y mata­ron a dos per­so­nas que nada tenían que ver con los refugiados.

Tras el aten­ta­do, los mer­ce­na­rios atra­ve­sa­ron vio­len­ta­men­te la fron­te­ra en un vehícu­lo y mos­tra­ron a los poli­cías el núme­ro de telé­fono del comi­sa­rio Balles­te­ros quien orde­nó, y con­si­guió, que los ase­si­nos fue­ran pues­tos en liber­tad y se ocul­ta­ra su identidad.

El últi­mo aten­ta­do de esa segun­da cam­pa­ña de gue­rra sucia en Ipa­rral­de se pro­du­jo en Doni­ba­ne Lohi­zu­ne y estu­vo diri­gi­do con­tra Euge­nio Etxe­bes­te «Antxon». De nue­vo, como en la cam­pa­ña ante­rior, vol­vió a que­dar en evi­den­cia que los mer­ce­na­rios se ser­vían de armas y muni­cio­nes adqui­ri­das por las fuer­zas de segu­ri­dad espa­ño­las. Ade­más, cuan­do poco des­pués murió el mer­ce­na­rio dete­ni­do en dicho aten­ta­do, sus fami­lia­res recla­ma­ron y obtu­vie­ron una indem­ni­za­ción del Minis­te­rio del Inte­rior español.

Las nume­ro­sas prue­bas que deja­ron en los aten­ta­dos con­tra el Hen­da­yais y Etxe­bes­te tuvo, sin duda, mucho que ver con la deci­sión de poner fin a aque­lla segun­da cam­pa­ña de gue­rra sucia. En Fran­cia, habían comen­za­do a gober­nar los socia­lis­tas jun­to con los comu­nis­tas y las auto­ri­da­des espa­ño­las con­si­de­ra­ron dema­sia­do arries­ga­do con­ti­nuar come­tien­do aten­ta­dos en Iparralde.

Cuan­do el PSOE ganó las elec­cio­nes, en octu­bre de 1982, y fue ele­gi­do pre­si­den­te Feli­pe Gon­zá­lez, de inme­dia­to empe­za­ron las nego­cia­cio­nes fran­co-espa­ño­las, en las que los espa­ño­les deja­ron bien cla­ra la gran impor­tan­cia que con­ce­dían a que se toma­ran con­tun­den­tes medi­das con­tra los refu­gia­dos polí­ti­cos vascos.

Tras nego­ciar las auto­ri­da­des espa­ño­las y fran­ce­sas las medi­das a tomar y cómo lle­var a cabo la ter­ce­ra cam­pa­ña de gue­rra sucia en Ipa­rral­de, los aten­ta­dos y las medi­das con­tra los refu­gia­dos se suce­die­ron. Por una par­te, nume­ro­sas depor­ta­cio­nes de refu­gia­dos, a las que siguie­ron las extra­di­cio­nes y las entre­gas a los tor­tu­ra­do­res espa­ño­les. Por otra, unos aten­ta­dos, rei­vin­di­ca­dos usan­do la sigla GAL, que pro­vo­ca­ron en Ipa­rral­de 26 ase­si­na­dos, ocho de los cua­les nada tenían que ver con los refugiados.

En aque­lla ter­ce­ra cam­pa­ña, que­dó aún más en evi­den­cia que eran las auto­ri­da­des espa­ño­las quie­nes orga­ni­za­ban todos aque­llos aten­ta­dos. A pesar de ello, estas siguie­ron afir­man­do que se tra­ta­ba de aten­ta­dos come­ti­dos por la «orga­ni­za­ción terro­ris­ta GAL», negan­do que se tra­ta­ra en abso­lu­to de terro­ris­mo de Esta­do. Y otro tan­to afir­man en rela­ción a las demás siglas. Repi­ten una y otra vez que la gue­rra sucia la eje­cu­ta­ron «orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas como los GAL y el BVE».

En reali­dad, todas esas siglas no fue­ron sino pan­ta­llas des­ti­na­das a ocul­tar el terro­ris­mo de Esta­do, por­que está bien cla­ro quién orga­ni­zó la gue­rra sucia, reca­bó infor­ma­ción sobre los obje­ti­vos, la puso a dis­po­si­ción de los mer­ce­na­rios y se encar­gó de pagar­les sir­vién­do­se de los «fon­dos reser­va­dos» del Esta­do. Terro­ris­mo de Esta­do puro y duro.

En todos aque­llos aten­ta­dos, uti­li­za­ron dis­tin­tas siglas para hacer creer que se tra­ta­ba de accio­nes come­ti­das por gru­pos ultras y hubo aten­ta­dos en los que usa­ron varias siglas al mis­mo tiem­po. Inclu­so, lle­ga­ron a uti­li­zar tres siglas para rei­vin­di­car el mis­mo atentado.

Por eso es tan impor­tan­te recal­car que las «víc­ti­mas de los GAL» y las «víc­ti­mas del BVE» son víc­ti­mas del terro­ris­mo de Esta­do y que tan­to el Esta­dos espa­ñol como el fran­cés les adeu­dan ver­dad, jus­ti­cia y repa­ra­ción, con la garan­tía de que nun­ca vol­ve­rá a pro­du­cir­se nada similar.

No ceja­re­mos has­ta con­se­guir que ambos Esta­dos, el fran­cés y el espa­ñol, sal­den esa deuda.

¡Por supues­to que no!

Xabier Maka­za­ga, inves­ti­ga­dor del terro­ris­mo de Estado

27 de octu­bre de 2025

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