Argentina. LASTESIS: «Esperamos que sea ley el aborto aquí y en todas partes» (videos)

Argen­ti­na. LASTESIS: «Espe­ra­mos que sea ley el abor­to aquí y en todas par­tes» (videos)

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Por María Torre­llas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano 25 de febre­ro de 2020

Fotos: Daia­na Masin

Tras­crip­ción: Gui­ller­mi­na R. Iturralde

Estu­vi­mos en un con­ver­sa­to­rio con LASTESIS, la colec­ti­va femi­nis­ta crea­do­ras de la coreo­gra­fía de barri­ca­da: Un vio­la­dor en tu camino, pro­ve­nien­tes de Val­pa­raí­so, Chi­le. Tres de sus inte­gran­tes recien­te­men­te par­ti­ci­pa­ron en el Pañue­la­zo nacio­nal de Bue­nos Aires, repre­sen­tan­do con com­pa­ñe­ras y com­pa­ñe­res argen­ti­nes su coreo­gra­fía adap­ta­da a la exi­gen­cia del abor­to legal , segu­ro y gra­tui­to. La acti­vi­dad fue orga­ni­za­da por las com­pa­ñe­ras de la cam­pa­ña del abor­to, y en ella estu­vie­ron otras com­pa­ñe­res del arti­vis­mo calle­je­ro feminista. 

LASTESIS cuen­tan cómo fue la rea­li­za­ción de barri­ca­da de arte de su coreo­gra­fía: Un vio­la­dor en tu camino.

A noso­tras nos con­vo­ca­ron en Val­pa­raí­so, la sema­na del 20 de noviem­bre, para poder inter­ve­nir en la calle con una acción que tenía que ver con un gru­po de tea­tro que orga­ni­zó la acti­vi­dad “Fue­go, accio­nes en cemen­to”, que era rea­li­zar barri­ca­das de arte, escé­ni­cas, per­for­má­ti­cas, de un perío­do cor­to en dis­tin­tos momen­tos del día en dis­tin­tos pun­tos de la ciu­dad de Val­pa­raí­so. Nos con­vo­ca­ron a la una de la tar­de, jun­ta­mos gen­te, alre­de­dor de 40 ó 50 per­so­nas, inter­vi­ni­mos con lo que uste­des ya cono­cen. Con un ves­tua­rio que tenía que ver con poner­se en la calle con un atuen­do de fies­ta, un poco glam, una cosa medio excén­tri­ca. Lo que suce­dió es que nos jun­ta­mos muje­res y disi­den­cias y rea­li­za­mos esto en tres luga­res, y el últi­mo de los luga­res fue fren­te a la Segun­da Comi­sa­ría de Carabineros.

Cara­bi­ne­ros des­de el 18 de octu­bre ha esta­do rea­li­zan­do deten­cio­nes a muje­res, hom­bres, disi­den­cias alea­to­rias, no nece­sa­ria­men­te per­so­nas que estu­vie­sen pren­dien­do la barri­ca­da, y los lle­va­ban a las comi­sa­rías, los dete­nían, a las muje­res las des­nu­da­ban, les hacían hacer sen­ta­di­llas, a gen­te de las disi­den­cias les intro­du­cían la luma, que es este palo de made­ra de los poli­cías, por el ano. Se esta­ban vivien­do cues­tio­nes muy fuer­tes que ya ponían en duda esta cues­tión de la democracia. 

Noso­tras final­men­te con el gru­po de per­so­nas, de muje­res y disi­den­cias, fui­mos a la Pri­me­ra Comi­sa­ría y la res­pues­ta de Cara­bi­ne­ros fue “no tene­mos mie­do” a muje­res, que en reali­dad era un gru­po como de putas y mari­cas, lite­ral, por­que está­ba­mos con bri­llos, plu­mas, cosas que nada que ver, a las dos de la tar­de, y que­da­ron como qué onda estas «hueas», qué hacen, qué hace­mos con esto, por­que no están tiran­do pie­dras, no están que­man­do nada. Eso fue el contexto.

LASTESIS expli­can cómo son las pro­tes­tas en estos tiem­pos en Chi­le y qué supu­so su inter­ven­ción des­de el feminismo.

Hoy hay pro­tes­tas en algu­nas par­tes del país. En San­tia­go, la Pla­za de la Dig­ni­dad , sigue sien­do un lugar de encuen­tro fre­cuen­te entre les mani­fes­tan­tes, ya no bajan lo de los barrios altos, se les aca­ba­ron las ganas, y sí se jun­ta el pique­te de Pri­me­ra Línea, que son quie­nes se enfren­tan a Cara­bi­ne­ros, y atrás, don­de está un monu­men­to del Gene­ral Baque­dano, está la gen­te que no va a la Pri­me­ra Línea, y ahí se reúnen todas las deman­das sociales. 

En Val­pa­raí­so todos los días tam­bién, en gene­ral, hay pro­tes­tas vio­len­tas. Val­pa­raí­so es una ciu­dad que es muy peque­ña, las calles son estre­chas, enton­ces es más fácil que los autos poli­cia­les te hagan el cor­dón y la ence­rro­na, bajan por el cerro, las y los veci­nos se avi­san por el cerro que vie­nen bajan­do, se ha logra­do una orga­ni­za­ción social impor­tan­te a nivel barrial, vecinal. 

En eso, nues­tra inter­ven­ción des­de el femi­nis­mo tam­bién pudo poner en con­tex­to la lucha femi­nis­ta que no ha sido una deman­da apar­ta­da de todas las deman­das, sino que es esen­cial­men­te la más prio­ri­ta­ria, la que con­tem­pla los cam­bios más radicales. 

La Arti­vis­ta femi­nis­ta Clo­det a la derecha

En el con­ver­sa­to­rio se deba­tió entre las com­pa­ñe­res cual es la posi­ción del arte, de la cul­tu­ra en la lucha. LASTESIS con­tes­ta­ron esta reflexión.

-Sumán­do­me un poco a las refle­xio­nes que hacía Clo­det sobre cómo el arte no nece­sa­ria­men­te pasa a ser una estra­te­gia, sino que encie­rra lucha. En este caso, la per­for­man­ce femi­nis­ta, que es algo que a noso­tras en par­ti­cu­lar nos intere­sa mucho y que tam­bién esta hipó­te­sis se corro­bo­ra un poco con todo lo que ha pasa­do con la inter­ven­ción de “Un vio­la­dor en tu camino”. Vemos cómo se ha pro­du­ci­do esta répli­ca a lo lar­go del mun­do. Es esta estre­cha vin­cu­la­ción entre la per­fo­man­ce, el cuer­po, muje­res y disi­den­cias, en este caso des­de la pers­pec­ti­va femi­nis­ta, con lo colec­ti­vo y con lo polí­ti­co y en el espa­cio público. 

Por un lado, está esta con­fi­na­ción his­tó­ri­ca de la mujer al espa­cio pri­va­do y cómo habi­tar el espa­cio públi­co his­tó­ri­ca­men­te mas­cu­li­ni­za­do que tie­ne una for­ma de mani­fes­tar­se en vin­cu­la­ción con lo polí­ti­co que es dis­tin­ta. Enton­ces, es muy intere­san­te ver cómo esto, tam­po­co es algo nue­vo, es de lar­ga data. A lo lar­go de la his­to­ria de la per­fo­man­ce femi­nis­ta las muje­res y disi­den­tes están pre­sen­tes en este nexo. Es muy intere­san­te ver cómo has­ta el día de hoy esta for­ma de vin­cu­lar­se con lo polí­ti­co, que es dis­tin­ta a la mas­cu­li­na, hete­ro­cis y hege­mó­ni­ca, en el espa­cio públi­co per­tur­ba al cam­po del poder final­men­te y pasa que des­pués no saben cómo res­pon­der, era lo que decía la com­pa­ñe­ra. La pri­me­ra vez que lo hici­mos los pacos decían «que no tenían mie­do», por­que de ver­dad no sabían qué hacer. Aho­ra, ya no, la siguien­te vez que lo hici­mos en San­tia­go nos tira­ron bom­bas lacri­mó­ge­nas, ya sabían qué hacer. Esa for­ma de des­es­ta­bi­li­zar la polí­ti­ca ins­ti­tu­cio­nal, esas ins­ti­tu­cio­nes del Esta­do que final­men­te tie­nen que recu­rrir a la vio­len­cia, como en este caso son los gases lacri­mó­ge­nos en Chi­le, es muy impo­ten­te, y ver que esa poten­cia se ha repli­ca­do tam­bién a par­tir de esta acción que se ha repli­ca­do en otros lados es algo impresionante. 

Si bien es muy emo­cio­nan­te por supues­to ver que esto resue­na en tan­tas per­so­nas, es muy preo­cu­pan­te por­que gene­ral­men­te uno dice que no hemos gana­do nada, como la lucha toda­vía sigue aquí, que por más que hay luga­res que podría­mos pen­sar que esto está muy resuel­to, no está resuel­to. Tene­mos que seguir visi­bi­li­zan­do y seguir luchan­do des­de este lugar al menos que es el nues­tro, que es el activismo.

LASTESIS ana­li­zan por qué su coreo­gra­fía ha dado la vuel­ta al mundo

-Cuan­do tra­ta­mos de res­pon­der esa pre­gun­ta de por qué será que todo el mun­do la hace, ya no sabe­mos. Pero, cuan­do lo tra­ta­mos de res­pon­der siem­pre pen­sa­mos que es por­que el sis­te­ma patriar­cal es lo que está en cri­sis y es un lugar en don­de noso­tras vivi­mos y es evi­den­te por­que se está que­man­do, como que no da para más, es un sis­te­ma que colap­só. Lo enten­día­mos cuan­do eran com­pa­ñe­ras que vivían cer­ca de noso­tras y de nues­tros terri­to­rios, pero que tan­ta gen­te quie­ra hacer­lo, tam­bién tomar­se esta pala­bra para expre­sar­lo, es por­que lo sen­ti­mos en el cuer­po jus­ta­men­te y lo encon­tra­mos ahí, lo escri­bi­mos bien, no sé. 

Pero, nos resue­na a todas por­que todas y todes pode­mos sen­tir cómo ya no da para más, y ahí en el colec­ti­vo nos encon­tra­mos todes gri­tán­do­lo, expre­sán­do­lo, de algu­na mane­ra, por­que ya bas­ta, como que ese es tal vez uno de los moti­vos que pensamos.

LASTESIS res­pon­den a la pre­gun­ta de si la revuel­ta chi­le­na es una revo­lu­ción cultural

-Pasa que hay como una nece­si­dad de todas las per­so­nas de mani­fes­tar­se, de expre­sar­se. Enton­ces, pasa­ba como esta situa­ción espon­tá­nea, de expre­sar­se de algu­na mane­ra. La mani­fes­ta­ción natu­ral­men­te se divi­dió, esta divi­sión de la Pri­me­ra Línea, las per­so­nas que tie­nen cono­ci­mien­tos médi­cos y curan a los y las heri­das, hay gen­te que va a coci­nar, y todo el res­to que quie­re can­tar, hacer algu­na coreo­gra­fía, hacer un algo, un arte, para la manifestación. 

LASTESIS y la her­man­dad de la revuelta.

Enton­ces, hay muchos gru­pos que son espon­tá­neos, suce­dió y suce­de que muchos no cono­cían a sus veci­nos y veci­nas y por pri­me­ra vez se vie­ron las caras, se orga­ni­za­ron e hicie­ron la inter­ven­ción. Otras hicie­ron ollas comu­nes, acti­vi­da­des todas las tar­des don­de los veci­nos toca­ban músi­ca para los niñes. Por pri­me­ra vez exis­tía vida de barrio, veci­nal, de ver­dad mucha gen­te nun­ca había vis­to a una per­so­na y vivía al lado. Eso creo que es lo más poten­te que suce­dió por­que eso ya no lo pue­den desarmar. 

Suce­dió tam­bién lo de los cabil­dos que eran luga­res don­de la gen­te se reu­nía a tra­tar temas de Edu­ca­ción, Salud, des­de la pers­pec­ti­va terri­to­rial. Enton­ces, se logró comu­ni­ca­ción entre las per­so­nas y poder tra­ba­jar des­de ese lugar, que era una des­ar­ti­cu­la­ción que venía des­de la dic­ta­du­ra, que cos­tó 30 años recién poder reen­con­trar­se por­que había mucho mie­do, mucho dolor, muchas heri­das abier­tas, que recién hoy pode­mos decir ya bas­ta por­que fue dema­sia­do. Hay muchos colec­ti­vos que venían tra­ba­jan­do de antes, pero que se le sumó mucha gen­te, y mucho auto­con­vo­ca­do o los com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras de la escue­la, de la uni­ver­si­dad, las tra­ba­ja­do­ras del hos­pi­tal, hici­mos la inter­ven­ción y explotó.

Eso se vin­cu­la direc­ta­men­te con la pre­gun­ta que era del arte hoy en la calle en Chi­le. Sur­ge la nece­si­dad final­men­te de mani­fes­tar­se, como dice Daf­ne, de la for­ma que se pue­da y de lan­zar­se sin mayor mie­do. Como es el arte fue­ra de la ins­ti­tu­cio­na­li­dad del arte, fue­ra del museo, de la sala, no hay una téc­ni­ca nece­sa­ria, sino que es, tal cual como decías tu, poner el cuer­po. Muchas per­so­nas que qui­zás no se han vin­cu­la­do nun­ca ni con la per­fo­man­ce, mucho menos con la dan­za o la músi­ca, están dis­pues­tas, dis­pues­tes y dis­pues­tos, hoy más que nun­ca a poner el cuer­po en la calle, y poner­lo por ejem­plo al ser­vi­cio de otras inter­ven­cio­nes que otras per­so­nas qui­zás están gene­ran­do, es estar ahí hacien­do en ese lugar.

Tam­bién, han apa­re­ci­do muchos colec­ti­vos, por ejem­plo los que hicie­ron el museo de la dig­ni­dad, que, como había tan­to arte en la calle gra­fi­co visual, mura­les, pin­ta­dos, se dedi­ca­ron a enmar­car­lo para gene­rar una espe­cie de museo en la calle. Pasa algo muy curio­so, evi­den­te­men­te hay gen­te facha que va y los pin­ta, pero los vuel­ven a hacer o hacen otro, con estos mar­cos ha pasa­do de que pin­tan y lo que está den­tro del mar­co no lo tocan, por­que no se atre­ven, por­que el mar­co gene­ra una ins­ti­tu­cio­na­li­dad del arte enton­ces como que ya no saben, y los han deja­do, es muy curio­so y muy simbólico.

LASTESIS hablan sobre la desmonumentalización.

Toda esta lucha en Chi­le el carác­ter sim­bó­li­co que ha teni­do, por ejem­plo de deca­pi­tar gran­des sím­bo­los de la Colo­nia, como se ha resig­ni­fi­ca­do el patri­mo­nio, a todas nos dolió cuan­do iban a que­mar tal edi­fi­cio que es patri­mo­nial y des­pués era como tam­bién un momen­to de replan­tear­nos qué enten­de­mos por patri­mo­nio. Son cua­tro meses en los que se han abier­to cam­bios de con­cien­cia en torno al arte, al patri­mo­nio sim­bó­li­co, a la cul­tu­ra, quié­nes cuen­tan la His­to­ria, y com­pren­der que final­men­te ese patri­mo­nio colo­nial no es real­men­te nues­tro patri­mo­nio, sino que el patri­mo­nio somos todas noso­tras. Enton­ces, empe­zar a com­pren­der tam­bién la His­to­ria des­de la tra­di­ción oral, el reper­to­rio enten­di­do en rela­ción a la per­fo­man­ce, son muchos cam­bios los que han suce­di­do en rela­ción con el arte en la calle.

LASTESIS comen­tan qué sec­to­res de la pobla­ción com­po­nen esta rebe­lión gene­ra­li­za­da , si son par­ti­cu­lar­men­te juventud. 

Es ver­dad que las mani­fes­ta­cio­nes sur­gen des­de movi­mien­tos estu­dian­ti­les, inclu­so más o menos des­ar­ti­cu­la­dos, no como el 2006 o 2011, pero sí des­de esa rebel­día juve­nil, por pri­me­ra vez, arras­tra a adul­tas, adul­tos y adul­tes que no son estu­dian­tes, que no tenían nada que ver con la escue­la y que real­men­te tam­bién se die­ron cuen­ta de que la reali­dad, de que la pre­ca­ri­za­ción del tra­ba­jo, de las pen­sio­nes, y de todos los pro­ble­mas que tie­ne que ver con la adul­tez, ya no se sopor­ta­ban más.

Ante­ce­den­tes de esto mis­mo, de una revuel­ta que par­te des­de la loco­mo­ción, en el año 42 y en el 57, que dura­ban dos días, estu­dian­tes, obre­ros, muje­res due­ñas de casa, san vuel­ta los colec­ti­vos, incen­dian las veci­ne­ras. Lo mis­mo, un alza de tari­fa de trans­por­te público.

Hoy pro­ba­ble­men­te hay una madu­rez en saber de que la lucha social y colec­ti­va final­men­te era común, no era del gre­mio de pro­fe­so­res, ni del gre­mio de la Salud, ni de los por­tua­rios, sino que era común. Enton­ces, aho­ra pro­ba­ble­men­te lo que que­da es que eso que se cons­tru­yó no se vuel­va a des­ar­mar por este sis­te­ma, que espe­ra­mos no se siga per­pe­tuan­do por­que ya está en cri­sis real, Chi­le como labo­ra­to­rio del neo­li­be­ra­lis­mo ya no fun­cio­na, ya no ope­ra como labo­ra­to­rio, ya el labo­ra­to­rio que­dó chi­co, fuera. 

LASTESIS , ana­li­zan cómo se cons­tru­ye el poder sin los partidos.

Enton­ces, es una lucha que demues­tra una gran madu­rez de la orga­ni­za­ción social, pero que aún le fal­ta pro­ba­ble­men­te una madu­rez en el sen­ti­do de que si no per­te­ne­ce­mos a par­ti­dos polí­ti­cos, por ejem­plo, cómo se lle­va la deman­da des­de la ciu­da­da­nía, quién repre­sen­ta enton­ces. Esos son los pro­ble­mas que aho­ra tene­mos allá, por­que el Con­gre­so está des­le­gi­ti­ma­do, pero tie­ne que exis­tir para que exis­ta demo­cra­cia. Se pen­sa­ba que iba a haber un gol­pe de Esta­do, que a lo mejor al Con­gre­so lo iban a que­mar y des­apa­re­cer, y que iban a hacer los mis­mo mili­cos un auto­gol­pe, se pen­só todo. Ese es el pro­ble­ma y ahí es don­de pro­ba­ble­men­te fal­ta esa madu­rez, pero ya el dar­se cuen­ta es trans­ver­sal afortunadamente.

LASTESIS – cuen­tan cómo vivie­ron el Pañue­la­zo en el con­gre­so, cómo vie­ron la esté­ti­ca, los ritua­les, los cuer­pos, la lucha.

– Muy emo­cio­na­da de ayer, de estar aquí, su cam­pa­ña para noso­tras es un ejem­plo de orga­ni­za­ción, de tra­ba­jo, asi que muchas gra­cias por invi­tar­nos, muchas gra­cias por su lucha, por­que evi­den­te­men­te todo lo que han hecho uste­des reper­cu­te tam­bién en lo que pasa allá en ese tema, es poten­te, muy emo­cio­nan­te ser par­te y poder ver el pro­ce­so his­tó­ri­co en el que están viviendo.

-Por­que lo que espe­ra­mos es que sea ley aquí y en todas par­tes, pero lamen­ta­ble­men­te en nues­tro país sabe­mos que esta lucha toda­vía da para lar­go, no va a ser por lo pron­to. Es una lucha que va a cos­tar por­que lamen­ta­ble­men­te el sec­tor con­ser­va­dor tie­ne mucho poder aún y la dic­ta­du­ra en Chi­le dejó un país alta­men­te pola­ri­za­do y con mucha gen­te decla­ra­da de dere­cha, e inclu­so pino­che­tis­ta, y den­tro de esa gen­te hay gen­te que está gober­nan­do el país. Enton­ces, es muy com­ple­jo, nun­ca han sol­ta­do real­men­te ese poder, siem­pre han man­te­ni­do una vida aden­tro del par­la­men­to, si no hay cier­tas tra­bas cons­ti­tu­cio­na­les, el tema de la Cons­ti­tu­ción y la nece­si­dad de cam­bios, que les per­mi­ten tam­bién si no están de acuer­do lle­var­lo hacía una cons­ti­tu­cio­na­li­dad y la ley. Es una pelea que a noso­tras nos toca toda­vía para lar­go, lamentablemente

-Gra­cias por ese gri­to de ayer de que van a cru­zar la Cordillera…

Las Tesis ensa­yan su coreo­gra­fía para apo­yar la cam­pa­ña por el abor­to legal, segu­ro y gra­tui­to, antes de su actua­ción. Pañue­la­zo en el congreso.

Itu­rria /​Fuen­te

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