Por Manuel Justo Gaggero *, Resumen Latinoamericano, 17 de noviembre de 2020.
Como aquel documental francés “Morir en Madrid” que nos emocionara hasta las lágrimas en 1964 que mostraba escenas de la guerra civil en España, hoy en otra ciudad pero de la península ibérica nos llega, y nos llena de tristeza, la muerte, el pasado 13 de noviembre, de Alberto Szpunberg. Poeta, escritor, periodista y por sobre todo militante revolucionario. Participó en los grupos de apoyo al Ejército Guerrillero del Pueblo que encabezaba Jorge Ricardo Masetti. Posteriormente integró como cofundador las “Brigadas” que llevaban el nombre del “Comandante Segundo” cuyos integrantes se incorporaron a nuestro Partido, el PRT-ERP.
Lo conocí en 1975 cuando estábamos conformando el grupo de compañeros periodistas con los cuáles elaboraríamos y editaríamos el quincenario “Nuevo Hombre”. Lo trajeron a la reunión Susana Viau y Enrique Raab. Dirigía en ese momento el suplemento cultural del diario “La Opinión” y había transitado como docente las aulas universitarias hasta la llegada de la intervención de Alberto Ottalagano. De entrada tuve una clara empatía con él ya que advertí su espíritu crítico y una mirada nada ortodoxa. Cuando le expliqué nuestro proyecto editorial dirigido a producir una revista que saliera de los moldes tradicionales de las revistas políticas se entusiasmó pero me preguntó :”¿tenes la aprobación de la dirección del Partido?”. Le explique que sí ya que mi “responsable” era Eduardo Merbilhaa que integraba el Buró.
Cuando comenzamos a trabajar admiré su formación en todos los planos. Escribió y publicamos semblanzas sobre poetas como Federico García Lorca, Pablo Neruda y Vladimir Mayakovski. Además, comentaba y participaba en la elaboración del total del contenido de cada número. Para preservarlos a él y a los compañeros que participaban en este desafío las notas no estaban firmadas y sólo aparecía mi nombre como Director. Tenía un gran sentido del humor y se trenzaba, en aquellas noches en que nos reuníamos para entregar las notas clandestinamente en las oficinas de una revista sobre temas de refrigeración, en largas discusiones amistosas sobre el rol de los poetas y escritores, con Enrique Silverkarten y los demás integrantes del colectivo.
Luego de producido el golpe recordé aquella pregunta que en tal sentido me hiciera Haroldo Conti. En un encuentro –asado que organicé en la quinta que habíamos alquilado en Canning para las reuniones con los dirigentes democráticos, se divirtió mucho escuchando las críticas a nuestra publicación que hacía Mario Molina y Vedia que por supuesto no sabía que los comensales eran los que elaboraban la misma. Decía que era “divisionista“, que no reflejaba el punto de vista partidario y que todo se explicaba “por el hecho que el director provenía del peronismo “. Por supuesto estaba en nuestra casa pero desconocía mi identidad. Alberto me recordó aquella primera pregunta que me hiciera al integrarse en el equipo y lanzaba fuertes carcajadas recordando el momento. Ya en el exilio, él en España y yo en Nicaragua nos volvimos a reencontrar a la distancia cuando ocupó el cargo de corresponsal de la Agencia Nicaraguense de Noticias.
Extraordinario ser humano, lo recordaremos por los momentos que compartimos con él y por su copiosa producción poética y literaria. Recogió, como toda nuestra generación, el mensaje del Che a la Conferencia Tricontinental de La Habana, por lo que la mejor manera de despedirlo es con un: «Hasta La Victoria Siempre”. Cuando estaba cerrando esta nota recibí la amarga noticia que Mario Paoletti, también poeta, escritor y militante popular había fallecido en la histórica ciudad de Toledo –España. Cofundador del diario “El Independiente“ de la Rioja junto a su hermano Alipio fue encarcelado por la Dictadura Militar, permaneciendo en prisión durante cuatro años.Luego salió al exilio desde donde participó en la campaña de denuncia de los crímenes de lesa humanidad. No lo olvidaremos.
*Abogado y periodista.-Ex Director del Diario “El Mundo“ y de las revistas “Nuevo Hombre “ y “Diciembre 20”-
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LA NOTICIA
Murió el poeta, docente universitario y periodista Alberto Szpunberg
Falleció en el hospital La Alianza de Barcelona donde estaba internado con un delicado cuadro de salud que se complicó hace unos días a causa del Covid-19. El poeta, docente universitario y periodista Alberto Szpunberg, autor de una obra en la que se destacan «Su fuego en la tibieza», «El che amor» y «El libro de Judith», falleció hoy en el hospital La Alianza de Barcelona donde estaba internado con un delicado cuadro de salud que se complicó hace unos días a causa del Covid-19.
Szpunberg había nacido el 28 de septiembre de 1940 en Buenos Aires, se desempeñó como profesor de Literatura Argentina y director de Literatura y Lenguas Clásicas en la Universidad de Buenos Aires y fue redactor del diario La Opinión, donde dirigió el suplemento cultural entre 1975 y 1976.
Fue cofundador de la Brigada Masetti, militó en el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) y se exilió en El Masnou (Barcelona, España) en mayo de 1977, además fue corresponsal de la Agencia Nueva Nicaragua, en París en 1983 y regresó al país en 1984. Entre 2001 y 2002 dictó clases en la materia «Literatura y Política» en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo.
Szpunberg fue distinguido con numerosos premios locales e internacionales por su obra poética en la que se encuentran «Su fuego en la tibieza», «Apuntes» (1987), «La encendida calma» (2002), «Luces que a lo lejos» (2008), «El libro de Judith» (2008) y «Traslados» (2002).
Recibió, entre otros, el premio Alcalá de Henares de poesía 1983 por «Su fuego en la tibieza» y en 1993 el Premio Internacional de Poesía Antonio Machado por «Luces que a lo lejos».
Este año la Biblioteca Nacional lo homenajeó con la publicación del libro «Guardianes de Piatock: miradas sobre Alberto Szpunberg», que rescata su figura y poesía a partir de un conjunto de poemas seleccionados y comentados por distintos referentes de la cultura.
El libro que reúne textos de Horacio González, Teresa Parodi, Judith Said, Jorge Elbaum, Lilian Garrido, Eduardo Romano, Alicia Genovese, Rafael Vásquez, Jorge Quiroga, Roberto Baschetti, Susana Szwarc, Araceli Lacore, César Stroscio, Jorge Sarraute, Eduardo Jozami, María Rosa Mó, Julián Axat, Eugenia Straccali, María Malusardi, Emiliano Bustos, Jonio González, Boris Katunaric, Carlos Aldazábal, Miguel Martínez Naón, Fernanda De Broussais, Graciela Daleo y Juan Sasturain, es la publicación que marcó el regreso de la editorial de la Biblioteca, tras cuatro años de inactividad.
El libro fue una idea original de Judith Said, que compiló los trabajos junto a Lilian Garrido y Miguel Martínez Naón.
Al conocerse su muerte, la institución dirigida por Sasturain lo recordó como «periodista, militante combativo, docente, pero siempre poeta, deja sus palabras inscriptas en el fragor de los tiempos».
«La voz de Szpunberg suena aún en los videos que evocan su presencia en esta casa donde ha dejado una huella sensible. Sonoridades que cabalgan de la lírica al combate, de la voz coloquial al discurso, signan una obra que ha ido desandando la historia a través de su mirada», destacaron las autoridades de la institución que recibió la donación de su biblioteca personal de parte de sus hijas.