Nos hemos constituido en Comandos Bolivarianos de Frontera por la traición del Estado a los Acuerdos de Paz de La Habana y a todos los acuerdos pactados con el movimiento social, porque queremos que los territorios de frontera y su gente luchen y derroten el olvido del gobierno, y porque aspiramos jugarnos plenos por un futuro de paz completa, democracia y vida digna para todos los colombianos.
En plena identidad con las FARC-EP (Segunda Marquetalia), no vamos a esperar con los brazos cruzados que el gobierno cumpla lo que no quiere cumplir, como es la titulación de tierras a los campesinos, la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito a cambio de financiación de proyectos productivos. Con las armas nos opondremos a la erradicación forzada y a la aspersión del glifosato por su impacto adverso a los humanos y a la naturaleza. Seguiremos reclamando garantías de seguridad física para los líderes y lideresas en los territorios, el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y comunidades afro, el fin de la corrupción y la impunidad, punto final a la compra de votos y al fraude electoral, y participación ciudadana en la decisiones del gobierno que toquen el futuro de la gente.
Los habitantes de la franja binacional fronteriza levantamos la bandera de la paz y de las relaciones de hermandad con los países vecinos. Rechazamos la actitud guerrerista del gobierno Duque contra la hermana Venezuela. Colombia no debe dejarse utilizar en aventuras guerreristas azuzadas por los Estados Unidos. Los soldados colombianos no son carne de cañón para satisfacer la maldad de la geopolítica del norte. Primero la hermandad y la unidad con los pueblos latinoamericanos y del Caribe. ¡Que salgan, que se vayan las tropas gringas ubicadas en las fronteras de Colombia con planes de agresión! Tiene que respetarse la libre autodeterminación de los pueblos. Los comandos harán conciencia de la necesidad de fusionar las patrias para conformar, como lo visionaba el Libertador, una Gran Nación de repúblicas hermanas.
En lugar de invertir el presupuesto en guerras injustas, Colombia debe llevar progreso y vida digna a las fronteras y confines olvidados. Aquí necesitamos empleo, buenas carreteras y puentes, energía eléctrica, agua potable, vivienda digna, educación gratuita y conectividad… Sacan el petrolero y no destinan ni un peso para el progreso de las comunidades, y para rematar, quieren convertir en distrito minero un amplio globo de la Amazonía. Pedimos respeto para la flora, la fauna, el agua, el aire y la biodiversidad. No permitiremos la práctica del fracking en la frontera. Los Comandos Bolivarianos juramos defender con nuestras armas y el pueblo, la Amazonía que es patrimonio de la humanidad. Y no solamente: por pedido de la gente vamos a proteger a las comunidades de todo lo malo y con ellas vamos a movilizarnos y a luchar organizadamente.
En concordancia con el sentimiento de las mayorías nacionales y en total coincidencia con las FARC-EP (Segunda Marquetalia), los Comandos Bolivarianos de Frontera, buscarán la paz completa con el gobierno de coalición democrática que esperamos se instale en el próximo periodo presidencial para bien del país. La paz completa es el acuerdo del gobierno con todos los actores armados, sin traiciones y sin trampas, con inversión social e inclusión, con verdad; un acuerdo firmado con el necesario e ineludible compromiso del NUNCA MÁS. Paz para todos. Futuro y paz para Colombia y los países vecinos. Nos gustaría ver a todas las insurgencias luchando unidas por la paz y la justicia social y al Estado asumiendo su responsabilidad como genitor y responsable de la guerra y sus nefastas consecuencias de victimización.
Los Comandos Bolivarianos de Frontera, se identifican con las FARC-EP, Segunda Marquetalia, entre muchos otros lineamientos ideológicos y políticos, en no considerar como enemigos a los soldados y a los policías que no atenten contra los ciudadanos, sino a los determinadores de la violencia contra el pueblo desde la cúpula del Estado. Llamamos a todos los componentes de las Fuerzas Armadas y a sus mandos en todos los niveles a no volver sus armas contra el pueblo y a que hagan conciencia de que también tienen un espacio para luchar junto al movimiento social y político del país, y coadyuvar en la conformación de un nuevo gobierno justo, lleno de humanidad y de amor hacia la gente. La fuerza pública no debe ser un ejército privado al servicio de ricos empresarios; debe siempre actuar en defensa de las garantías sociales, como exigía el Libertador Simón Bolívar.
Los campesinos y los habitantes de los municipios y caseríos del Putumayo, saben muy bien, que no cobramos impuestos a nadie excepto las trasnacionales y los negocios ilegales, y que no permitiremos que atropellen a la gente humilde con imposiciones arbitrarias. No practicamos el secuestro, pero reclamamos de los más pudientes contribuir a la dignificación de la gente humilde que vive en las fronteras. Somos los protectores del territorio y de las comunidades. Eso somos los Comandos. Respetamos sus creencias religiosas y políticas, luchamos por el progreso regional, porque las regalías de la explotación petrolera dignifiquen la vida de la gente. La petrolera debe construir el puente sobre el río Putumayo en Puerto Asís y debe reparar y pavimentar las vías que destrozan sus tractomulas y carrotanques. ¿Dónde están las obras sociales, que no se ven? ¿Por qué para los departamentos de frontera y periféricos solo hay carreteras destapadas y llenas de huecos? Ya estamos cansados de ese centralismo que todo se lo traga o se lo regala a los gringos. Prometemos combatir sin tregua a los corruptos que hacen fiesta con los contratos y se roban los dineros públicos. Pero requerimos el apoyo de la denuncia ciudadana. Todos unidos contra la corrupción y esos gobiernos departamentales que no hacen un carajo por la gente.
Invitamos a todos los colombianos a no desfallecer en la lucha por un nuevo gobierno, y por la paz, que es el más elevado de todos los derechos.
Con el pueblo venceremos.
COMANDOS BOLIVARIANOS DE FRONTERA
Selvas insurgentes de Colombia, febrero de 2021.
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