Estas letras vienen a cuento de la editorial de Gara del 6 del corriente. Las o los articulistas de la editorial comienzan negando la mayor. Es decir, abren el debate disertando sobre la violencia que el Estado español «ha ejercido sobre una parte significativa de la sociedad vasca».
Antes de seguir, dos cosas. En primer lugar, el Estado español sigue ejerciendo la violencia en Euskal Herria contra los que luchan por la liberación nacional y social de Euskal Herria en cuanto a los objetivos tácticos generales se refiere. También lucha contra quien día a día exige tener unas mínimas condiciones de vida (educación, trabajo, salud, vivienda, ocio…). En segundo lugar, parece que a una parte significativa de la sociedad le tocó la represión al azar. El castigo, las torturas y la represión en general (brutal en particular en demasiados casos) la sufrió quien luchó, al menos en los últimos 60 años.
Se quejan de los debates sobre el conflicto vasco. Los autores debieran ser más precisos y especificar a qué debates se refieren. A los del régimen (burgués, sea español, francés o vasco) que nos aleccionan en las radios y sobre todo en la EITB o a los que se hacen casi clandestinamente como cuando la dictadura franquista. Pensamos que a los primeros y no los caracterizan para no descubrir su ligazón al régimen, de una u otra manera, cada vez más evidente.
Denuncian que «no hay empatía y se utiliza la impunidad como palanca para el ventajismo». Esto parece de escuela de párvulos. Veamos. Nadie afirma/asegura que hayamos conseguido alguno de los objetivos principales e históricos por los que la clase trabajadora vasca y sus capas populares han luchado sin descanso hasta el desembarco de la socialdemocracia vasca. Quien niega la existencia de opresión de una clase sobre otra y por tanto niega la lucha de clases, no quiere/puede entender la falta de empatía. Nosotros y nosotras decimos ¿por qué quien es explotada, oprimida y ocupada debe sentir empatía por quienes la tienen en esa condición?
«Qué diferentes serían las cosas si esta semana el hijo del jefe de los torturadores hubiese asumido en Gasteiz su responsabilidad en una parte de las vulneraciones de derechos humanos que han sucedido en Euskal Herria».
Dos cuestiones. Primera: ¿es decir que con una declaración de mea culpa la liberación nacional y social de Euskal Herria estaría casi pactada? ¿Solo pedís un gesto del rey del Reino de España? Segunda: ¿cuál es la otra parte de las vulneraciones? ¿Se pretende comparar la lucha en legítima defensa ante el ocupante y explotador con la violencia estructural e impuesta por la ley del ocupante y del capital?
«[…]unas personas tienen garantizado su proyecto político mientras otras lo tienen vetado constitucionalmente» Bien triste está la situación cuando a pesar de ello regalan votos y dignidad al partido de los GAL. Poco se puede decir al respecto.
«[…] aunque todas ellas defiendan un proyecto pacífico y democrático». Esta es otra frase-idea que tiene lo suyo. Es decir que siguiendo las leyes burguesas y aunque la burguesía y el capital tengan la maza por el mango lo que nos une son nuestros proyectos democráticos y pacíficos.
No nos vamos a extender más. Solo una reseña más al título de la editorial al hilo de la cual escribimos. La honestidad del oprimido se convierte en colaboración cuando este participa del entramado jurídico, político y económico de quien le oprime y explota.
Jon Iurrebaso Atutxa
13 de junio de 2021