El Gobierno está «asustao» porque ya casi se completan tres meses y no cesa el aguacero de la indignación nacional.
La sublevación de Colombia contra el mal gobierno de Duque, apenas empieza. Un empujoncito de las inmensas multitudes, y se puede caer. Eso es lo que lo tiene «asustao». Duque no sabe qué hacer y actúa como si hubiese perdido la razón. Por eso está criminalizando a los jóvenes de la Primera Línea a los cuales ya les dio estatus de «terroristas» y para demostrarlo ha presentado ante la prensa a los primeros muchachos capturados en allanamientos, con todo su «arsenal terrorista»: cascos de obrero, anteojos para proteger la visión, guantes de trabajo, latas de canecas y pedazos de hojas de zinc. La protesta lo tiene loco. Les puso precio a las cabezas de los líderes y lideresas de las Primeras Líneas, criminalizando de hecho la protesta legítima. No le pareció suficiente que, en la represión de estos últimos meses el ejército y la policía hayan asesinado a más de un centenar de jóvenes, sin contar heridos ni desaparecidos.
Frente a las recomendaciones de la CIDH que visitó a Colombia en medio de las protestas respondió que para el Gobierno no es obligación cumplir tales recomendaciones, desconociendo abiertamente la conclusión de la Corte Constitucional en el sentido de que «los estándares interamericanos tienen carácter vinculante». Y para rematar ahora se les ocurrió la estupidez de cerrar las fronteras de los Departamentos para que los pobladores de las regiones no se vinculen a las movilizaciones nacionales contra el gobierno. ¿¡Qué vaina es esa!? Fascismo puro.
Desesperado pretende distraer la atención del pueblo de las causas que lo lanzaron a protestar en las calles, pero el problema es que, el Gobierno es el problema. Los auto-atentados que han montado en Norte de Santander, frontera con Venezuela, no sirven para nada porque el pueblo no es tonto. Tres o cuatro días antes ya se sabía que eso iba ocurrir. Y ahora, en las vísperas de una nueva movilización contra su Gobierno el 20 de julio, día del grito de nuestra independencia de hace 211 años, Duque resuelve proseguir el juego de su engaño deteniendo personas supuestamente ligadas a los atentados para darle credibilidad al artificio.
Tenga en cuenta, señor Duque, que el asesinato del Presidente de Haití no lo deja a usted exento de salpicaduras, porque en compañía de su amigo Antonio Intriago, jefe de la empresa de mercenarios CTU Security de Estados Unidos, ya usted intentó hacer con Maduro lo que ahora han hecho mercenarios colombianos contra Moïse.
FARC-EP
Segunda MarquetaliaJulio 19 de 2021criminalización Las armas “letales” Duque con el