Pan­do­ra Papers – farc​-ep​.net

558 colom­bia­nos, entre los que se encuen­tran los empre­sa­rios Luis Car­los Sar­mien­to Angu­lo, Ale­jan­dro San­to­do­min­go, el gru­po Gillinsky, los expre­si­den­tes Andrés Pas­tra­na y César Gavi­ria, la vice­pre­si­den­te y can­ci­ller Mar­ta lucía Ramí­rez, el direc­tor de la DIAN Lisan­dro Jun­co, la minis­tra del trans­por­te Ánge­la María Oroz­co, Enri­que Peña­lo­sa, emba­ja­do­res y excon­gre­sis­tas, entre otros, no pagan impues­tos en Colom­bia, por­que pre­fi­rie­ron colo­car sus capi­ta­les en las bóve­das de los paraí­sos fiscales.

Esta acti­tud de des­con­fian­za y cica­te­ría, pri­vó al país de recur­sos nece­sa­rios que pudie­ron cana­li­zar­se hacia al pago de la inmen­sa deu­da social.

Es un hecho noto­rio que, estos per­so­na­jes de mala leche, no con­fían en el país; y si no con­fían en el país, el país tam­po­co debe con­fiar en ellos. No han sido diá­fa­nos; han sido tur­bios. Actua­ron como unos mise­ra­bles bella­cos. Resul­ta tam­bién en extre­mo impre­sio­nan­te que el pro­pio encar­ga­do de recau­dar los impues­tos, el direc­tor de la DIAN, señor Lisan­dro Jun­co, tam­bién ten­ga su dine­ro en esos paraí­sos. Ese tipo no tie­ne nin­gu­na auto­ri­dad moral para revi­sar las 588 cuen­tas que regis­tra la inves­ti­ga­ción perio­dís­ti­ca inter­na­cio­nal, y tam­po­co para inves­ti­gar­se a sí mis­mo. Debe­ría renun­ciar cuan­to antes, ya. Al país se le tie­ne que expli­car con cla­ri­dad meri­dia­na el ori­gen de esas for­tu­nas, y si esos infrac­to­res avi­va­tos los hicie­ron para eva­dir el pago de impues­tos o con la inten­ción non sanc­ta de lavar y lega­li­zar dine­ros pro­ve­nien­tes del narcotráfico.

Como míni­mo, esos expre­si­den­tes deben ser expul­sa­dos a per­pe­tui­dad de la polí­ti­ca, lo mis­mo que los con­gre­sis­tas y emba­ja­do­res impli­ca­dos. La per­ma­nen­cia en el car­go, tan­to de la vice­pre­si­den­ta ‑que tie­ne nego­cios con el nar­co­tra­fi­can­te «Memo Fan­tas­ma», como de la minis­tra del trans­por­te, cons­ti­tu­ye una afren­ta a la dig­ni­dad nacio­nal y deben renun­ciar. No más gro­se­rías des­de el Gobierno.

Las FARC-EP, Segun­da Mar­que­ta­lia, reite­ra­mos nues­tro pun­to de vis­ta: el pue­blo colom­biano no debe con­fiar más, ni siquie­ra un minu­to, en per­so­nas que no aman al país.

FARC-EP

Segun­da Mar­que­ta­liaOctu­bre 5 de 2021

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