La dinámica política del PNV en Nafarroa no deja de ser un acto reflejo de las necesidades de la burguesía del Estado. Apoyado en la financiación y dirección editorial del Grupo Noticias, ha elevado su poder de influencia política estos últimos años pese a ser un partido político residual en lo que a votos se refiere.
El apoyo (político, económico y mediático) a NaBai le ha posibilitado cuotas de poder y mecanismos de influencia otrora impensables en la dirección jeltzale. En ese contexto debe reconocerse el buen hacer del partido: división del espacio de izquierdas y abertzale, obtención de lealtad por parte de la dirección de Aralar a través de recompensas y como garantía de mantenimiento de la orientación regionalista de la coalición, pactos económicos con el Estado para seguir siendo el sustento del Gobierno central.
Es desde este prisma desde donde debemos analizar la apuesta política del PNV en Nafarroa. El Think gaur 2020 a la navarra de Urkullu y Aguirrebengoa se ha convertido en la materia prima desde la que se está edificando el nuevo proyecto electoral de NaBai. Eso sí, con el apoyo estratégico inexplicable de Aralar y la argamasa de notables independientes de la órbita del negocio jeltzale.
El pacto presupuestario con el PSOE, el plan de desarrollo territorial basado en la construcción de grandes infraestructuras devastadoras del medioambiente, la financiación de entidades a través de un prisma de obtención posterior de beneficios, son los pilares ideológico-políticos del partido. A ello debe sumarse el contrapeso y defensa de los intereses de Estado que viene ejerciendo en el desarrollo de los primeros compases del proceso democrático.
En estas circunstancias se ha convertido en una necesidad imperiosa extender una máxima. No existe cambio político y social de izquierdas en Nafarroa de la mano de la derecha jeltzale. Y el que diga lo contrario que lo expli