Un 27 de abril de 1978, triunfaba la Revolución de Saur, en Afganistán, tras el derrocamiento del régimen anticomunista de Mohamed Daud y la toma del palacio presidencial de Kabul. El nuevo estado popular afgano y su proyecto al socialismo, luchó por la igualdad de derechos de las mujeres por primera vez en Afganistán, eliminó las injustas relaciones patriarcales feudales como los matrimonios forzados contra las mujeres, les dió un fusil a las mujeres para defender sus conquistas… Esta oportunidad histórica para llevar a Afganistán a la modernidad, fue ahogada en sangre por Estados Unidos, que financió y armó a los talibanes liderados por un tal Osama Bin Laden. Los mismos países capitalistas que hoy se autoerigen como «defensores de los derechos de la mujer», son los que le impusieron el burka a la mujer en Afganistán hasta hoy, por sus sucios interés imperialistas.
En 1973, la monarquía afgana de Mohammed Zahir Shah fue derrocada tras un golpe de estado de Mohammed Daud, también de familia monárquica, que terminaría casándose, de hecho, con la hermana de Zahir. Tras la abdicación del rey Zahir, Daud proclamó una república que realmente seguía funcionando con las mismas políticas monárquicas y anticomunistas, bajo su régimen se centró en reprimir al Partido Democrático Popular de Afganistán. Daud era un oportunista, como dijo una vez «Me siento muy feliz cuando puedo encender mis cigarrillos estadounidenses con cerillas soviéticas», aunque mantenía relaciones tanto con URSS como con EEUU, estaba claro que sus políticas de miseria y privatización eran ampliamente beneficiarias al imperialismo estadounidense.
La Afganistán de Daud fue continuísta del régimen feudal monárquico de Zahir y como su antecesor, fue absolutamente calamitosa:
- El 97% de las mujeres y del 90% de los hombres eran analfabetos.
- El 5% de la oligarquía poseían más del 50% de las tierras fértiles.
- Escasas industrias y carreteras.
- La esperanza de vida era solo de 42 años.
- La mortalidad infantil era la más alta del mundo.
- La MITAD de la población sufría tuberculosis, una cuarta parte malaria…
Ante la miseria masiva del régimen de Daud, el partido socialista (Partido Democrático Popular de Afganistán) tomó mucha fuerza entre las masas obreras. Así describía la situación en 1978, el propio partido socialista afgano:
Las masas estaban dispuestas a rebelarse. El nivel de vida cayó de forma espectacular. Más de un millón de afganos emigraron a Irán. La legitimidad del gobierno se vio sacudida mal a los ojos del pueblo, las órdenes no se cumplían. Un hecho importante fue que estuvimos trabajando desde los 13 – 14 años en las escuelas para ser un movimiento popular. Antes de la revolución, nuestro Partido ya era una fuerza formidable con 50 mil miembros y más simpatizantes, y esto dio miedo al régimen.
Y efectivamente como decían los revolucionarios afganos, al régimen de Daud le aterrorizaba la amenaza de una revolución popular. El 17 de abril de 1978, Mir Akbar Kaibar, líder obrero del PDPA, fue asesinado por agentes del régimen de Daud en la mazmorra de torturas de Pul-e-Charkhi (misma prisión que luego seria utilizada por EEUU en su invasión a Afganistán), en Kabul. Ante este crimen de estado, hubo manifestaciones por todo el país y miles de obreros se echaron a las calles con banderas rojas, pidiendo el fin de la represión.
En el fanatismo anticomunista de Mohammed Daud, en vez de abrir la mano y dejar de reprimir a los lideres obreros tras las protestas masivas, lo que hizo fue encarcelar a todos los lideres del partido socialista. Tras el asesinato de Mir Akbar, el régimen de Daud arrestó a todos los dirigentes del PDPA, incluyendo a su secretario general Nur Muhammad Taraki y a Babrak Karmal. Esta incendiaria acción provocó nuevas protestas populares y esta vez la policía del régimen de Daud mató a tiros a 200 manifestantes. Este fue el principio del final de su tiranía.
El 26 de abril de 1978, con Taraki, Karmal y otros líderes importantes del PDPA arrestados y enviados a la cárcel, el ejercito de Afganistán muy influenciado por el ejercito soviético que solía instruirle militarmente, empezó a organizar la revolución. Hay que decir, que la URSS, que en esos tiempos era ya una caricatura revisionista de lo que fue, no colaboró en la revolución de Saur y de hecho, mantenía buenas relaciones con el régimen de Daud.
El levantamiento de la Revolución de Saur empezaría el 27 de abril de 1978, con el ejercito afgano tomando el aeropuerto de Kabul mientras las milicias populares salieron a las calles armadas tomando en apenas 24 horas las principales ciudades. Una vez tomadas las calles por las milicias, el ejercito afgano se lanzó a la conquista del Palacio Presidencial, rodeando el antiguo castillo real con tanques y movilizando a las fuerzas aéreas como apoyo. Aunque hubo resistencia de la guardia personal de Daud, todos fueron aniquilados y los militares revolucionarios entraron en el palacio. Los militares comandados por el coronel socialista Abdul Qadir, pusieron en fila a todos los altos dirigentes del régimen, incluido Daud y los fusilaron contra la pared.
El 30 de abril de 1978, fue proclamada oficialmente la República Democrática de Afganistán liderada por el Partido Democrático Popular de Afganistán, tras muchos años de opresión de la monarquía y de la dinastía Mohammadzai.
No ha habido fuerzas externas participando en la Revolución de Abril. Afganistán no importó ni exportó su Revolución, ha sido el propio pueblo afgano puso en marcha un nuevo curso de la construcción de una sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre.
Muhammad Taraki
El nuevo estado afgano comandado por los socialistas del Partido Democrático Popular de Afganistán llevaron a cabo un programa masivo de reformas sociales, algunas de ellas:
- Amnistía total para los presos políticos.
- Establecimiento de una asistencia médica gratuita.
- Programa educativo de acceso gratuito y universal
- Se prohibió la usura, cancelaron todas las deudas, préstamos e hipotecas de las que los campesinos habían sido victimas por los capitalistas.
- Se decretó una ley para garantizar la igualdad de derechos entre mujeres y hombres en el ámbito del derecho civil, incluido el divorcio.
- Se prohibieron los matrimonios por dinero o forzados con la mujer, incluido las niñas.
- Se facilitó la llegada de la mujer afgana a la vida política (siete mujeres fueron elegidas al parlamento).
- Se abolió la dote, un impuesto patriarcal, donde el patrimonio de la futura esposa o su familia se entregaba al novio como acto de financiación de los futuros costes de la mujer.
- Se luchó contra la figura patriarcal de la mujer servil al marido y se promocionó el acceso laboral a la universidad.
- Se promocionó no usar el velo y se prohibió el burka.
- Se proclamó un estado ateo, persiguiendo duramente a los lideres islamistas.
- Reforma agraria masiva, distribuyendo gratuitamente las tierras confiscadas a los burgueses huidos y a la familia real para los campesinos sin tierra.
- Fueron legalizados los sindicatos obreros, los cuales estaban prohibidos en el país.
- Se estableció un salario mínimo.
- Se redujo el precio de alimentos de primera necesidad.
- Se prohibió el cultivo del opio.
- Se organizaron cooperativas campesinas.
- Se inició una campaña de alfabetización que redujo dramáticamente el analfabetismo.
- Se desarrollaron planes para crear y potenciar la industria pesada y ligera.
La popularidad de la Revolución de Saur en Afganistan fue tal, que hasta la prensa capitalista, tan fanatica anticomunista como The New York Times o Washington, admitieron en la época que era imposible derrocarla con el apoyo popular. The New York Times:
Casi todos los afganos que entrevistamos dijeron que estaban encantados con el golpe y el nuevo regimen socialista.
Washington Post:
La lealtad de los afganos al gobierno no puede ser cuestionada.
The Wall Street Journal :
Más de 150.000 personas marcharon para honrar la nueva bandera del estado, los participantes parecían genuinamente entusiastas.
Saira Noorani, una cirujana afgana que estudió gracias a la Revolución de Saur y que huyó de Afganistán tras la victoria de EEUU y sus mercenarios talibanes:
Todas las niñas podían ir a la escuela secundaria y a la universidad. Podíamos ir a donde quisiéramos e ir como quisiéramos. Solíamos ir a los cafés y al cine para ver las últimas películas indias cada viernes. Todo comenzó a salir mal cuando los talibanes comenzaron a ganar, a los que Occidente apoyó.
Todas estas conquistas de derechos en la Revolución de Saur, eran contrarias a EEUU y su propaganda anticomunista, para la CIA era hora de ponerse manos a la obra para derrocarla. Apenas 1 año después de la revolución, Jimmy Carter autorizó un programa de la CIA de «acción encubierta» de más de 500 millones de dolares para derrocar al gobierno progresista de Afganistán, es el inicio de la Operación Ciclón de la CIA.
Como era evidente que era imposible el derrocamiento de la Revolución de Saur usando al pueblo afgano, la CIA puso en marcha su famosa táctica de desestabilización: la utilización de un enemigo interno. Uno de esos enemigos estaba claro, los fanáticos islamistas que perdieron su poder en el país, los grupos tribales feudales talibanes, que querían restablecer su régimen de terror. Aunque muchos creen que los talibanes fueron apoyados por EEUU en Afganistán desde los años 80, realmente EEUU ya empezó a financiar la ideología fanática islamista en Afganistán desde al menos 1972. La CIA creó la Fundación Asia para financiar a los líderes del movimiento islamista afgano en la Universidad de Kabul. Dos de los beneficiarios de esos fondos de la CIA fueron Rabbani Sayyaf y Gulbuddin Hekmatyar, dos lideres islamistas con fuertes lazos con Osama bin Laden y Al Qaeda, que se convirtieron en agentes de la CIA de facto. Los dos agentes de la CIA se infiltraron en las fuerzas armadas afganas y luego liderarían las fuerzas de la yihad contra la Unión Soviética en la década de 1980.
El otro enemigo interno que buscó la CIA, como también suele ser habitual, lo buscaron dentro del propio partido socialista de Afganistan para destruirlo desde dentro. Ese era Hafizullah Amín. El propio Comité Central del PDPA, sancionó a Amin en 1968 y lo describió como «una persona conocida por un pasado con rasgos fascistas y asociada a altos funcionarios de las mismas características fascistas». Amin, era un agente de la CIA descarado, casi de manera insultante, pero inexplicablemente escaló en el partido socialista hasta ser Primer Ministro de Afganistán. Sin duda, no purgar el partido y dejar que fascistas disfrazados de obreristas como Amin llegarán a esos puestos de poder, fue uno de los mayores errores de la Revolución de Saur y del gobierno del PDPA.
La CIA ya tenia las 2 patas políticas para derribar la Revolucion de Saur, una era la oposición islamista y la otra, un infiltrado dentro del propio partido socialista, faltaba la pata armada. Prácticamente desde el inicio de la Revolución de Saur, se empezó a armar un ejercito de talibanes en Pakistán con el apoyo armado y logístico de Estados Unidos, Reino Unido y Arabia Saudí, que como dije ya intervenían clandestinamente desde 1972 a través de la Fundación Asia. Con los 500 millones de dólares ya planificados por Carter en 1978 y aprobados en 1979, compraron, sobornaron y armaron a todos estos fanáticos islamistas. Según el reportero del Washington Post, Bob Woodward, la CIA gastó 70 millones de dolares solo en sobornos a lideres religiosos, para que lavasen el cerebro a sus creyentes para luchar contra la Revolución de Saur.
Con todo listo, la CIA tenia que provocar que la URSS interviniera en Afganistán para abiertamente apoyar una agresión contra el país, en su lucha contra el comunismo y usó a su titere Hafizullah Amín. En septiembre de 1979, comienza el golpe de estado contra el gobierno de la Revolución de Saur organizado por la CIA, Amín asesina a cuatro altos oficiales leales al líder socialista, Muhammad Taraki. Taraki en un intento absurdo con dialogar con los golpistas de Amin, se reúne con ellos el 14 de septiembre de 1979 en el palacio del gobierno, algo que aprovechan los golpistas para terminar de dar el golpe de estado. Aquel error de Taraki de intentar dialogar con sus enemigos, le costó la vida y fue asesinado aquel mismo día, asfixiado con una almohada. Hafizullah Amín, consigue tomar el poder y el golpe de estado se confirma con éxito.
Durante los 104 días de su dictadura, Hafizullah Amín se quitó totalmente la careta y demostró que era un agente de la CIA encubierto y que su única misión era destruir la Revolucion de Saur. Amin empezó a masacrar a los comunistas simpatizantes de Muhammad Taraki de manera delirante, extendió sus asesinatos a toda persona que simpatizase con Taraki, algo que se podría extender fácilmente al 90% de la población. También torturó a miles de comunistas en la prisión de Pul-i-Charkhi, la misma que usó el régimen monárquico y luego el de Daud para también torturar comunistas. A la misma vez, la propaganda anticomunista aprovechaba la masacre organizada por ellos mismos, para usar a Amin como un dictador socialista, para socavar y desacreditar al socialismo. En solo 3 meses, literalmente Amín había destruido el gobierno, había prendido fuego al estado y, según los planes de la CIA, estaba previsto que Amin entregara el estado a los talibanes a cambio de convertirse en presidente del futuro estado talibán. Todo esta masacre fue apoyada por EEUU, Pakistán, Reino Unido y Arabia Saudi.
Ante la brutal represión de Amin, que persiguió a cientos de miles de comunistas, el Consejo Revolucionario afgano, órgano supremo del Estado de Afganistán, pide ayuda a la URSS. La URSS en cumplimiento de la legalidad delTratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Democrática de Afganistán, concertado entre Brézhnev y Taraki el 5 de diciembre de 1978, entra en suelo afgano A PETICIÓN de Afganistán. Es importante pararse en esto, porque los manipuladores suelen ocultar que el Consejo Revolucionario fue quien autorizó a la URSS a entrar en Afganistán, NO FUE UNA INVASIÓN. El Consejo Revolucionario condenó a Amín, horas antes de iniciarse la operación de la URSS, a muerte por traición.
El 27 de diciembre de 1979, a petición del Consejo Revolucionario de Afganistán, la URSS da luz verde a la Operación Tormenta-333 para eliminar al dictador de Hafizullah Amín. Los soviéticos enviaron un comando especial del KGB, compuesto por 600 soldados disfrazados con uniformes de afganos para infiltrarse en el Palacio de Tajbeg en Kabul y ocupar las principales instalaciones gubernamentales, militares y de medios de comunicación, ademas de eliminar al objetivo. Los soldados especiales soviéticos eliminaron a 300 guardias de élite y al propio dictador Amin en apenas 40 minutos, una de las operaciones especiales de infiltración y combate contra una estructura fortificada, mas espectaculares y exitosas de la historia.
Tras el derrocamiento del proyecto de dictador títere de EEUU, Hafizullah Amín, empieza lo que se dice la «Guerra de Afganistán», que no es otra cosa que EEUU y Occidente financiando a Al Qaeda para restaurar una dictadura en Afganistán. Estados Unidos y Reino Unido, entre muchos otros, abiertamente se reúnen y financian a los fanáticos talibanes que formarían Al Qaeda, para atacar la soberania de Afganistán y a los soldados soviéticos que acudieron a su ayuda en 1979. Reagan llegó incluso a recibir a los talibanes en la Casa Blanca y su prensa mercenaria dedicó portadas a nada menos que Osama Bin Laden como un heroico «guerrero anti-soviético que puso su ejercito para conseguir la paz».
Estos fueron algunos de los paises que apoyaron, armaron y/o financiaron a Al Qaeda en la agresión a la soberania de Afganistán nacida de la Revolución de Saur:
- Pakistán
- Estados Unidos
- Arabia Saudi
- Irán
- China
- Alemania Occidental
- Reino Unido
- Qatar
- Francia
- Egipto
- Irak
- Libia
- Japón
- Turquía
- Emiratos Árabes Unidos
Ante tal desgaste, a principios de 1989, se retiraron ordenadamente los últimos soldados del Ejército Soviético, venciendo la Al Qaeda financiada por Occidente y sumiendo a Afganistán en un infierno de muerte que dura hasta hoy.
Como olvidar también el apoyo de Thatcher a los terroristas talibanes que se encontraban exiliados en la frontera de Pakistán con Afganistán en el año 1981, a los que arengó como una muyahidin más contra la URSS.
Los corazones del mundo libre están con ustedes. Nosotros en Gran Bretaña continuaremos ayudándoles en todo lo que podamos. Dejaron su país porque se negaron a vivir bajo un sistema comunista impío que está tratando de destruir su religión y su independencia.
Margaret Thatcher
El «mundo libre», como decia Thatcher, usó a niños soldado a manos de fanáticos islamistas para combatir a la URSS e instaurar una dictadura talibán. Estos niños talibanes en el futuro serian miembros de Al Qaeda, estos son los llamados «valores occidentales» desde 1980.
A la izquierda, mujeres afganas oprimidas por la terrible dictadura sovietica establecida tras la Revolución de Saur. (1978) A la derecha, las mujeres afganas disfrutando de la llegada de la democracia de EEUU, comprando en un mercado en Kunduz, (Afganistán), en pleno 2023.
Así fue el antes y el después de la llegada de la «democracia» occidental a Afganistán. Destruyeron la República Democrática de Afganistán y su proyecto socialista, para financiar y entrenar a Bin Laden que instauró un régimen talibán que sumió a la mujer en la edad media. Los mismos que perpetraron este crimen de lesa humanidad contra el pueblo afgano, hoy dan lecciones y tienen el cinismo de organizar golpes de estado en nombre de la defensa de los derechos de la mujer.
En resumen, los imperialistas bañaron en sangre la Revolución de Saur, dieron un golpe de estado con Hafizullah Amin y armaron a los talibanes para derrocar a un gobierno legitimo que iba contra sus intereses. Y todavía tienen el cinismo de decir que la mala fue la URSS que ayudó al pueblo afgano, a petición de su PROPIO GOBIERNO. Es la delirante manipulación y falsificación que hacen de la historia, una y otra vez, hacer ver al verdugo como victima y a la victima como verdugo. Al igual que hablan de la «Guerra de Afganistán», hablan de la «Guerra de Siria» o la «Guerra de Libia», cuando no son «guerras» en general, son AGRESIONES IMPERIALISTAS a pueblos que solo se defienden de los mismos de siempre que derriban al X gobierno de turno porque no obedece a sus intereses. Es nuestro deber desenmascarar sus mentiras.
Daniel Mayakovski @DaniMayakovski