Cómo lucha­ron las muje­res sovié­ti­cas con­tra los ale­ma­nes en cazas y bombarderos

En aque­lla épo­ca, las muje­res pilo­ta­ban avio­nes de gue­rra en muchos paí­ses. Sin embar­go, sólo en la URSS par­ti­ci­pa­ron en encar­ni­za­dos com­ba­tes aéreos con­tra el enemigo.

Más de medio millón de muje­res sovié­ti­cas par­ti­ci­pa­ron en la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Cien­tos de ellas lucha­ron con­tra el enemi­go a los man­dos de cazas y bom­bar­de­ros, sir­vie­ron como nave­gan­tes, arti­lle­ras de radio y mecá­ni­cas de aviación.

Regi­mien­tos aéreos femeninos

Des­de el prin­ci­pio de la inva­sión de la URSS, un gran núme­ro de muje­res qui­so unir­se a las filas del ejér­ci­to sovié­ti­co para luchar con­tra el enemi­go. Sin embar­go, por aquel enton­ces sólo se les per­mi­tía par­ti­ci­par en ser­vi­cios auxi­lia­res y especiales.

A medi­da que se dete­rio­ra­ba la situa­ción estra­té­gi­ca en el fren­te, tam­bién lo hacía la acti­tud de los diri­gen­tes del país ante la posi­bi­li­dad de que las muje­res par­ti­ci­pa­ran en ope­ra­cio­nes de com­ba­te. El 8 de octu­bre de 1941 hubo un decre­to del Comi­sa­ria­do del Pue­blo (Minis­te­rio) de Defen­sa, según el cual las Fuer­zas Aéreas del Ejér­ci­to Rojo debían crear tres regi­mien­tos feme­ni­nos de avia­ción: el 586º Regi­mien­to de Avia­ción de Caza en avio­nes Yak‑1, el 587º Regi­mien­to de Avia­ción de Bom­bar­de­ros en Su‑2 y el 588º Regi­mien­to de Avia­ción de Bom­bar­de­ros Lige­ros en bipla­nos U‑2.

La ini­cia­do­ra de su crea­ción fue la legen­da­ria pilo­to, Héroe de la Unión Sovié­ti­ca Mari­na Ras­ko­va. En 1938 se hizo famo­sa por rea­li­zar un vue­lo úni­co sin esca­las de 6450 km des­de Mos­cú has­ta el Lejano Orien­te duran­te más de 26 horas. Ras­ko­va par­ti­ci­pó per­so­nal­men­te en la selec­ción de can­di­da­tos y diri­gió ella mis­ma el 587º regimiento.

Dado que en con­di­cio­nes de gue­rra pesa­da el entre­na­mien­to de los pilo­tos dura­ba sólo de tres a seis meses, se eli­gió a las chi­cas que ya habían tra­ba­ja­do en la avia­ción civil o estu­dia­do en clu­bes de vue­lo. Inme­dia­ta­men­te fue­ron envia­das a la escue­la de pilo­tos de la ciu­dad de Engels (a 330 km de Sta­lin­gra­do), en el Volga.

«Los pri­me­ros vue­los, un régi­men estric­to, la dis­ci­pli­na mili­tar, el entre­na­mien­to sis­te­má­ti­co, el tra­ba­jo en duras con­di­cio­nes inver­na­les nos endu­re­cie­ron, nos hicie­ron más duras y más fuer­tes», recuer­da la maes­tra de armas aéreas Daria Cha­laia: «Tenía­mos liber­tad para car­gar y des­car­gar bom­bas de entre­na­mien­to de cua­ren­ta kilos de los vehícu­los, sus­pen­der­las fácil y rápi­da­men­te en los aviones».

Sobre bom­bar­de­ros nocturnos

Los pilo­tos del regi­mien­to 588 fue­ron los pri­me­ros en com­ple­tar su entre­na­mien­to en mayo de 1942. En él, la úni­ca de las tres muje­res pilo­tos ocu­pa­ba todos los pues­tos, des­de mecá­ni­cas y téc­ni­cas has­ta nave­gan­tes y pilotos.

El len­to biplano U‑2 (Po‑2), prin­ci­pal caba­llo de bata­lla del regi­mien­to aéreo, podía sobre­vo­lar las copas de los árbo­les, des­pe­gar de una peque­ña par­ce­la de tie­rra y ate­rri­zar en ella. Debi­do a su vul­ne­ra­bi­li­dad, el avión se uti­li­za­ba para misio­nes de bom­bar­deo noc­turno y tam­bién se emplea­ba amplia­men­te para las comu­ni­ca­cio­nes, el abas­te­ci­mien­to de gue­rri­llas y de uni­da­des cercadas.

Des­co­nec­tan­do los moto­res antes de sumer­gir­se en un obje­ti­vo, el U‑2 emer­gía repen­ti­na­men­te de la oscu­ri­dad y loca­li­za­ba una ins­ta­la­ción mili­tar enemi­ga o un gru­po de sol­da­dos reu­ni­dos en torno a una hogue­ra. El rui­do espe­cí­fi­co que hacía el avión recor­da­ba enton­ces a los ale­ma­nes el soni­do de una esco­ba barrien­do. De ahí el apo­do de los pilo­tos: «Bru­jas de la noche».

Bajo la direc­ción cons­tan­te de Yev­do­kía Bersháns­kaia (Bocha­ro­va) el regi­mien­to 588 pasó un difí­cil camino des­de el sur sovié­ti­co has­ta Ale­ma­nia, habien­do par­ti­ci­pa­do en la libe­ra­ción del nor­te del Cáu­ca­so, Cri­mea, Bie­lo­rru­sia y Polo­nia. Por el valor y heroís­mo demos­tra­do por su per­so­nal reci­bió el nom­bre de «Guar­dias» y en 1943 se trans­for­mó en el 46º regi­mien­to de avia­ción de bom­bar­de­ros noc­tur­nos de los Guardias.

A lo lar­go de la gue­rra murie­ron 32 chi­cas en com­ba­te, acci­den­tes aéreos y enfer­me­da­des. Fue un resul­ta­do bas­tan­te bajo en com­pa­ra­ción con otras unidades.

En cazas

En junio de 1942 las avia­do­ras del 586º regi­mien­to de avia­ción siguie­ron a las «Bru­jas de la noche». La for­ma­ción en cazas noví­si­mos Yak‑1 fue tras­la­da­da de Engels a la veci­na Sara­tov, don­de como par­te de la avia­ción de defen­sa aérea empe­zó a defen­der la ciudad.

Como los prin­ci­pa­les acon­te­ci­mien­tos se desa­rro­lla­ban al sur, en Sta­lin­gra­do, el ser­vi­cio de las pilo­tos fue rela­ti­va­men­te tran­qui­lo. Sin embar­go, la ciu­dad fue bom­bar­dea­da regu­lar­men­te en oto­ño, y las chi­cas no tuvie­ron que que­dar­se de bra­zos cru­za­dos. El 24 de sep­tiem­bre, el regi­mien­to obtu­vo su pri­me­ra vic­to­ria: la tenien­te Vale­ria Jomia­ko­va derri­bó un bom­bar­de­ro Jun­kers Ju-88.

Sin embar­go, no todas las avia­do­ras esta­ban dis­pues­tas a luchar toda la gue­rra para pro­te­ger el fren­te interno. Muchos logra­ron el tras­la­do a la avia­ción de pri­me­ra línea a los regi­mien­tos de cazas mas­cu­li­nos, don­de se metie­ron de lleno en el combate.

Así des­cri­bió uno de los com­ba­tes aéreos Klav­dia Bli­no­va, que se alis­tó en el 434º regi­mien­to de avia­ción de caza: «El bom­bar­de­ro vola­ba de una nube a otra, ¡yo le seguía! La fre­né­ti­ca per­se­cu­ción se apo­de­ró de mí: ¡no podía per­dér­me­lo! Cuan­do me di cuen­ta de que entra­ba en la nube con el giro a la dere­cha, giré mi avión para encon­trar­me con el fas­cis­ta bajo el bor­de de las nubes. Al cabo de un momen­to apa­re­ció fren­te a mí. Casi a que­ma­rro­pa le di un tiro lar­go. El Jun­kers cayó. Con­ti­nué mi persecución…».

No resul­tó

Leon Cuf­faut, coro­nel del regi­mien­to de cazas fran­cés Nor­man­die-Nie­men que com­ba­tió en la Fuer­za Aérea Sovié­ti­ca, recor­da­ba cómo un bom­bar­de­ro sovié­ti­co Pe‑2 lle­gó a su aeró­dro­mo en el invierno de 1944, en medio de una fuer­te tor­men­ta de nie­ve: «Los pilo­tos fran­ce­ses está­ba­mos encan­ta­dos de ver cómo el teme­ra­rio avión ate­rri­za­ba per­fec­ta­men­te con tan poca visi­bi­li­dad, y nos apre­su­ra­mos a acer­car­nos al avión para cono­cer al pilo­to. Y ¡cuán­to nos sor­pren­dió saber que el avión esta­ba pilo­ta­do por chicas!».

El 587º regi­mien­to de avia­ción par­ti­ci­pó en casi todas las bata­llas más impor­tan­tes de la gue­rra: en Sta­lin­gra­do, en el Cáu­ca­so y en el Bul­to de Kursk. Los pilo­tos apo­ya­ron a las tro­pas sovié­ti­cas duran­te la gran ope­ra­ción ofen­si­va «Bagra­tion» en Bie­lo­rru­sia en 1944, lle­va­ron a cabo misio­nes de com­ba­te sobre los Esta­dos Bál­ti­cos y Pru­sia Oriental.

Ya en 1943, por sus éxi­tos, el regi­mien­to de avia­ción se trans­for­mó en el 125º Regi­mien­to de Avia­ción de Bom­bar­deo de la Guar­dia, bau­ti­za­do con el nom­bre de Mari­na Ras­ko­va. Inme­dia­ta­men­te des­pués de la gue­rra, cin­co muje­res pilo­to fue­ron con­de­co­ra­das con el títu­lo de Héroe de la Unión Soviética.

Boris Ego­rov

31 de mar­zo de 2023

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