Ayer se inaguró en el C.C. La Morea, una tienda de la multinacional textil irlandesa Primark. Esta cadena se caracteriza por el precio bajo de sus productos. Como no podía ser de otra manera, la «crème de la crème» de la política navarrera estaba presente en dicho acto, con su jefa Yolanda al frente. Con unas grandes tijeras, ¿las mismas que utiliza para recortar en sanidad, educación y cultura?, corto la cinta inagural y de paso obtuvo su minuto de publicidad y gloria convenientemente recogidos por los fotógrafos allí presentes.
Mientras que el tejido industrial se desmantela ante la pasividad del Gobierno Foral, la llegada de grandes cadenas de textil y alimentación es vendida como un éxito. Multinacionales estas que crean empleos basura y de paso contribuyen a dar la puntilla al pequeño comercio tradicional de los pueblos y ciudades, esos que dan vida a las calles, fomentan las relaciones humanas entre vendedor-cliente y desarrollan de una manera sostenible la economía local desde el productor hasta el consumidor final. Hay estudios que cuantifican que por un trabajador de este tipo de grandes superficies, se pierden tres trabajadores de los comercios de «toda la vida».
Todo ello por no hablar de las condiciones laborales de los trabajadores, en muchos casos de semi-esclavitud, en las se producen estos productos, a ínfimo coste, en el sudeste asiático y en América del Sur . Sin ir más lejos, Zara, se vio obligada este año a pagar 1,4 millones de euros a la procuraduría brasileña tras denuncias sobre «condiciones análogas a la esclavitud» en algunas de sus empresas subcontratadas.
Por todo ello y con una mirada a corto-medio plazo, la apertura de una nueva gran superficie, y van …, no debe ser tomada como creadora de empleo y riqueza sino más bien como todo lo contrario dadas las consecuencias colaterales que conllevan.
Bienvenido Mr.Marshall. Bienvenidas precariedad, paro y pobreza.