Es un juego (y un cuento) de nunca acabar.
EEUU, Israel y el eje sionista europeo, exacerban el conflicto (por ahora mediático) y tiran de la cuerda, para luego aflojar yseguir buscado vías de negociación con Irán.
Y los ayatolas no se quedan atrás: desde Teherán lanzan rayos y centellas contra EEUU e Israel, ensayan armas y operativos militares, y pronostican la desaparición del Estado judío en las llamas del Apocalipsis.
Es un juego diplomático y psicológico que, desde hace años, intenta evitar una verdadera confrontación militar que incendiaría el Golfo y los mercados internacionales y tendría undesenlace incierto en Medio Oriente y en el resto del mundo.
La prensa internacional, descerebrada y sin análisis, se suma al show con titulares y «noticias» que no son nada más que una repetición del mismo argumento.
En este tablero, marcado por la superficialidad y la especulación política chatarra, hay uno a quien el chiste no le hace ninguna gracia:Israel.
El Estado judío está convencido de que Teherán esconde bajo siete llaves el secreto del verdadero desarrollo de su proyecto nuclear.
Cuando la logia sionista que gobierna en Tel Aviv alucina con los ayatolas en poder de una ojiva nuclear, pierde el sueño y el apetito. Y sabe Dios que no disimulan. Es en lo único que no disimulan.
La ojiva, en realidad, es lo único que puede desatar un Apocalipsis militar en Medio Oriente.
Las especulaciones superan a la realidad, pero no tanto.
En Rusia, la prensa y agencias moscovitas, aseguran que Moscú está a punto de entregarle a Irán el sistema de misiles S‑300 quevolvería casi invulnerable el espacio aéreo iraní.
Declaraciones de las últimas horas de altos funcionarios y jefes militares rusos van en esa línea.
La prensa europea, sus analistas de cotillón, siguen lanzando señales y advertencias de que en el Golfo Pérsico se está cocinando algo grande.
Allí, y no precisamente de vacaciones, se encuentra estacionada una formación naval con poder nuclear que ha sido reforzada en los últimos días, según revelan diarios del Imperio como The New York Times y The Washington Post.
The Washington Post, es un vocero tradicional del Pentágono, y cuando larga alguna versión insistentemente es porqué Washington y los generales de la junta de estado mayor están enhebrando alguna estrategia.
Pero lo que hace sospechar seriamente que «algo está pasando»,es la reciente gira de la mujer maravilla sionista, Hillary Clinton, a las monarquías petroleras aliadas del Golfo.
Y hay un punto central: Dotar urgentemente a estos reyezuelos traidores a la causa árabe, de sistemas misilísticos que protejan sus reservas petroleras (aseguradas por Washington) de un ataque o un contraataque iraní.
Más que tenerlos de aliados en un ataque contra Irán (las aristocracias del Golfo son más enemigas de los ayatolas que el propio eje sionista), la cuestión que hoy desvela a los estrategas militares de la Casa Blanca es la preservación de los oleoductoscuyo daño podría paralizar en más de un 50% el negocio petrolero a escala mundial.
Y el punto siempre es el mismo: Nadie puede prever qué pasaría con los mercados mundiales y cómo reaccionarían las bolsas (el barómetro financiero del sistema capitalista) si Irán atacara las redes petroleras del Golfo o quedara en pie luego de un bombardeo USA-israelí contra las usinas nucleares y el dispositivo de defensa militar de Teherán.
Pero hay un tema clave del que no se ocupan ni analizan los periodistas ignorantes de la prensa convencional.
Con el S‑300 en manos iraníes el eje USA-Israel-Reino Unido tendría que replantear globalmente su estrategia de ataque habida cuenta de que sus aviones y pilotos podrían caer como moscas sobre el suelo bendito de los ayatolas.
El punto es el contraataque iraní: Si en el curso de pocas horas EEUU e Israel no consiguen anular la defensa aérea iraní expondrían las ciudades judías a un contraataque de los misiles convencionales del arsenal iraní que pueden llegar hasta Israel y las bases y tropas USA estacionadas en Irak y en el Golfo .
Y ningún analista, por más que elucubre y traspire teorías conspirativas, está en condiciones de proyectar las reacciones del mundo islámico en Medio Oriente y el resto del planeta. Nunca se sabe, la vida, como dice Rubén Blades, siempre te da sorpresas.
Y otro agregado de las últimas horas: Moscú aparentemente no le dio curso al pedido de Israel para que se sume a las sanciones económicas y suelte la mano de los ayatolas en su conflicto con Occidente.
Si a esta posición se suma China, la maniobra de presión y estrangulamiento económico de Irán quedaría en el tintero del Consejo de Seguridad de la ONU.
No obstante, la diplomacia ultra cretina de Moscú y de Pekín, sigue como un saltimbanqui jugando en estrategias complementarias de negar y presionar a Irán por un lado, y darle toques y besitos cariñosos por otro.
Además, la alianza estratégica comercial y militar de ambas potencias con el régimen de los ayatolas en ningún momento se alteró. Los chinos y los rusos, más allá de su inteligencia política sibilina, dependen del «eje del mal» para sobrevivir, tanto como el Vaticano depende de sus fieles para seguir con el negocio.
Por otro lado, y alimentando las sospechas de que algo «está pasando», en las últimas semanas, se realizaron más de una decena de encuentros entre los halcones del estado mayor israelí y los lanceros del Pentágono para coordinar una estrategia con los ataques planificados y agendados, en suspenso, desde hace más de cuatro años.
La novela siempre empieza y termina con la advertencia que se hacen entre sí los halcones judíos israelo-estadounidenses: Ojo, si éstos consiguen la ojiva, tendremos que hacer lo que dicen o mudarnos de domicilio.
En definitiva, se jode con casi todo, menos con la bomba.
A tono con esta realidad, y en ese escenario, la AIEA (la oficina nuclear USA en la ONU) salió a movilizar el avispero diciendo que Irán está cerca, muy cerquita, de tener una ojiva nuclear (leer la «noticia» abajo).
Un granito de arena más en ese polvorín sin mecha que es el Golfo Pérsico.