Durante varios meses, el nombre de Mumia Abu-Jamal ha estado en el centro de una tormenta de controversia alrededor del nombramiento de Debo Adegbile como jefe de Derechos Civiles en el Departamento de Justicia de Estados Unidos. En noviembre, cuando el abogado –altamente calificado– fue nominado por Barack Obama, más de 75 organizaciones de derechos civiles expresaron su apoyo entusiasta.
A la vez, su candidatura suscitó una fuerte oposición policial, porque Adegbile fue jefe de una organización que ayudó a demostrar la inconstitucionalidad de la pena de muerte para Mumia Abu-Jamal, injustamente acusado de asesinar al policía Daniel Faulkner en Filadelfia el 9 de diciembre de 1981.
La tormenta se arreció cuando el nombramiento de Adegbile fue aprobado en el Comité Jurídico del Senado, el 6 de enero del año en curso. Muchos observadores pensaron que su confirmación era casi un hecho, como pasó con los otros candidatos de Obama, pero el 5 de marzo, el pleno del Senado la bloqueó con una votación de procedimiento de 52 a 47, gracias a que seis senadores del Partido Demócrata votaron como sus colegas del Partido Republicano.
Acusaciones falsas
En enero, la Orden Fraternal de Policía (FOP) empezó una campaña de difamación mediática en FOX News, acusando a Adegbile de ofrecer el apoyo del Fondo de Defensa Legal (LDF) de la Asociación Nacional por el Avance de Gente de Color (NAACP) a un “asesino de policía no arrepentido”, “el más notorio del país”. Esta mentira fue repetida varias veces por la viuda Maureen Faulkner, quien dijo en FOX News, el 8 de enero, que al nominar a Adegbile, el presidente Obama “escupió a todos los policías del país“.
De hecho, Debo Adegbile no ofreció el apoyo del LDF a Mumia Abu-Jamal. Fue el presidente anterior, John Payton, quien decidió tomar el caso, de la misma manera que su organización había tomado otros relacionados con la pena de muerte. Adegbile tampoco trabajó directamente en el caso, pero de haberlo hecho hubiera estado en su derecho porque bajo la Constitución de Estados Unidos, un abogado no debe ser penalizado por representar a un cliente cuyos derechos han sido negados en el proceso de estar condenado a muerte.
La FOP y sus aliados también acusaron a Adegbile y el LDF de racistas por, supuestamente, explotar el tema en el caso. Como bien se sabe, el racismo no pudo haber sido más obvio en el juicio de Mumia Abu-Jamal, donde la estenógrafa Terri Maurer-Carter escuchó al juez Albert Sabo prometer: “Yo les voy a ayudar a freír al nigger”, aunque eso nunca se reconoció en los tribunales.
El argumento que confirmó la inconstitucionalidad de la pena de muerte se basó en el caso Mills vs Maryland y en las engañosas instrucciones dadas al jurado por el fiscal Joseph Mc Gill, quien les hizo creer a los integrantes que la consideración de factores mitigantes contra una sentencia de muerte tenía que ser unánime, cuando en realidad un sólo integrante del jurado pudo haber bloqueado la imposición de la pena de muerte al insistir en algunos factores que tuvieran importancia, como el buen carácter del aclamado periodista.
A pesar de las difamaciones hacia Debo Adegbile y Mumia Abu-Jamal en los medios, Adegbile respondió tranquilamente a todas las preguntas en la audiencia del Comité Jurídico el 6 de enero, explicando que su objetivo, en todo momento, ha sido asegurar la implementación de la ley en cuestiones de derechos civiles. El nombramiento fue aprobado con un voto de 10 a 8.
La virulencia aumenta
Después de la audiencia, la FOP de Pensilvania intensificó su campaña en contra de Debo Adegbile y Mumia Abu-Jamal, con el apoyo de su organización nacional y de una decena de organizaciones nacionales y estatales de policías, alguaciles, oficiales de narcóticos y agentes del FBI, por no mencionar varios políticos ultraderechistas y el fiscal de Filadelfia, Seth Williams.
El 6 de febrero, el gobernador de Pensilvania, Tom Corbett, y el ex gobernador, Tom Ridge, convocaron una conferencia de prensa, en donde Corbett declaró: “El señor Adegbile fue más allá de los límites al apoyar la causa de un asesino convicto. Este nombramiento es un insulto a la memoria de Daniel Faulkner y a su familia”.
A su vez, Tom Ridge, quien había firmado dos órdenes de muerte para Mumia Abu-Jamal (en 1995 y 1999) antes de ser nombrado por George W. Bush como jefe de la recién creada Oficina de Seguridad a la Patria, criticó a Adegbile por su “afiliación” con Abu-Jamal: “Los policías ponen sus vidas en la línea todos los días. El oficial Faulkner, quien sólo tenía 25 años en el momento de su muerte, hizo el supremo sacrificio para proteger la ciudad que él amaba”, dijo. Llamó al Senado a revisar la relación entre Adegbile y Abu-Jamal con mucho cuidado.
Las declaraciones de los políticos se volvieron cada vez más virulentas conforme la fecha del voto en el pleno del Senado se acercaba. En un artículo publicado en el Wall Street Journal, el senador Patrick Toomey y el fiscal Seth Williams criticaron a Adegbile por apoyar al “asesino de policías Mumia Abu-Jamal” y por usar el caso como una “plataforma para lanzar un ataque contra el sistema de justicia penal”, cosa que el abogado nunca ha hecho. Los autores repiten la mentira policial de que Abu-Jamal confesó el asesinato y dijo en el hospital que él “esperaba que el oficial muriera”, una declaración que nunca ocurrió según el doctor Anthony Coletta, quien lo acompañó en todo momento.
En su artículo, Toomey y Williams no sólo mienten en contra de Mumia Abu-Jamal, sino que también denigran a MOVE, tal vez debido a la atención que la organización ha recibido últimamente por el estreno del documental Let the Fire Burn, “Que arda el fuego”, de Jason Osder, donde establece que el gobierno de Filadelfia fue responsable de bombardear su casa colectiva y de no apagar el resultante incendio, en el que once personas fueron quemadas vivas.
Toomey y Williams calumnian a MOVE, describiéndolo como un grupo “racista” que “alentaba la violencia contra la policía”. Mienten al afirmar que “al asesinar a un policía, Abu-Jamal se volvió un héroe para MOVE… gozando de su papel y haciendo todo lo posible para convertir su caso en teatro político e incitar a un conflicto racial”. Y también mienten al asegurar que en 2009, Adegbile “tomó la decisión de entrar en el circo creado por Abu-Jamal e inyectar su organización al caso…para echar más leña a la tormenta del fuego racial”.
¿Qué es lo que temen?
Cualquier persona que conoce los siete libros y algunos de los radioensayos escritos por Mumia Abu-Jamal desde su celda, sabe que su oposición al sistema de supremacía blanca no implica el odio a personas de piel blanca. Por lo contrario, el escritor critica duramente la explotación laboral y el injusto encarcelamiento de la gente pobre de todas las razas y promueve relaciones de solidaridad entre las varias luchas de pueblos, de clase y de género.
Para contrarrestar la difamación, los grupos que apoyan a Mumia Abu-Jamal en Filadelfia y Nueva York han realizado protestas afuera de las oficinas de FOX News y el Wall Street Journal y también han entregado cartas que desmienten las versiones difundidas en estos medios.
Para dar la impresión de imparcialidad, Sean Hannity, también de FOX News, invitó a la Dra. Johanna Fernández a su show, supuestamente para hablar de los hechos del caso pero, a diferencia del trato amigable que brindó a la viuda Faulkner, la interrumpió constantemente mientras la comentarista Katie Pavich le dijo: “No te vamos a dar una plataforma para repetir las ridículas opiniones de los seguidores de Mumia”.
En una carta enviada al Wall Street Journal, las Dras. Johanna Fernández y Suzanne Ross plantearon que la oposición policial al caso, se basa en el temor de que Debo Adegbile pudiera abrir una investigación federal sobre el caso de Mumia Abu-Jamal, demostrar su inocencia y anular su sentencia actual, de cadena perpetua. También opinan que los opositores a Adegbile temen una investigación de la brutal y corrupta policía de Filadelfia y una crisis de legitimad para una larga línea de políticos que subieron al poder en campañas que exigían la ejecución de Mumia Abu-Jamal. Ellas aseguran que esta brutalidad y corrupción no es nada nuevo. A principios de los años 80, investigaciones federales resultaron en condenas de más de la tercera parte de los treinta y cinco agentes que manejaban el caso de Mumia, incluyendo el Inspector Alfonzo Giordano, por los delitos de corrupción extensa, extorsión y manipulación de pruebas para obtener condenas.
Pam África, del comité de base de Mumia Abu-Jamal en Filadelfia, conoce de primera mano la larga serie de ataques contra cualquier político, grupo, artista o ciudadano que ha mostrado apoyo para pedir un proceso imparcial para Mumia Abu-Jamal. Estos incluyen amenazas, golpizas, boicots y difamación. Antes del voto en el Senado, Pam se acercó al Senador Bob Casey del Partido Demócrata en medio de una tormenta de nieve para entregarle una carta que resumió los hechos del caso. Le recordó que cuando su padre, el difunto Robert Casey era gobernador del estado de Pensilvania, él había resistido las presiones policiales para firmar una orden de muerte para Mumia Abu-Jamal y pidió que el senador actuara con la misma ética y apego a la ley, confirmando el nombramiento de Adegbile.
Sin embargo, el senador Casey se doblegó bajo la presión policiaca y llegó a declarar que “El despiadado asesinato del oficial Faulkner en cumplimiento de su deber y los eventos de los últimos 30 años han dejado heridas abiertas para Maureen Faulkner y su familia y para toda la Ciudad de Filadelfia”, con la clara implicación de que el “asesino despiadado” era Mumia Abu-Jamal y que el abogado Debo Adegbile despreciaba a la familia de Faulkner. Se cree que la capitulación de Casey fue clave en alentar a los otros senadores demócratas a rechazar el nombramiento de Adegbile.
Respuestas a una infamia
Al enterarse del voto en el Senado, Obama emitió una insólita declaración describiendo el rechazo como “una travestía basada en ataques sumamente injustos contra el carácter de un buen sirviente público bien calificado”. Argumenta que la derrota del nombramiento “sólo en base a la representación jurídica de un acusado va en contra de un principio fundamental de nuestro sistema de justicia…” (Huffington Post).
Hay que decir que toda la cobertura en los medios comerciales no ha sido despectiva. Antes del voto en el Senado, el Philadelphia Inquirer, un periódico que no se conoce por ser imparcial en sus reportajes sobre el caso de Mumia Abu-Jamal, criticó la campaña virulenta contra Adegbile, afirmando que un abogado tiene el derecho y obligación de defender a su cliente. Y después del voto en el Senado, algunos medios como el New York Times, presentaron una historia del caso relativamente objetiva. Sin embargo, muchos otros medios no dejan de repetir los epítetos de siempre.
Como sucede con decenas de presas y presos políticos en Estados Unidos, el Estado ha demostrado su clara intención de que Mumia Abu-Jamal muera en prisión. Y quizá han realizado una difamación más virulenta dada la reciente excarcelación de algunos pocos presos políticos. Aún cuando el ex Pantera Negra Herman Wallace, fue liberado moribundo y sólo vivió dos días en libertad, la policía se enojó por este gesto, y también se opuso a la salida de la abogada Lynne Stewart, quien ahora sigue su tratamiento por cáncer en mejores condiciones. El tercer caso, sin embargo, es diferente. El 5 de marzo, después de pasar casi 44 años en prisión, el ex Pantera Negra Marshall Eddie Conway salió libre en buenas condiciones de salud, provocando consternación en las fuerzas de la ley y el orden; y esperanzas entre grupos solidarios de que su salida pueda revertir la situación actual de muchos otros presos y presas.
Con su nombre en las portadas de periódicos por todo el país, Mumia Abu-Jamal sigue luchando desde su celda, haciendo duras críticas al gobierno de su país, a las guerras y al sistema carcelario. La policía lo odia más que nunca porque no lo pudieron asesinar legalmente y porque no han podido silenciarlo.
Es posible que las calumnias actuales, diseñadas para asegurar que el público apoye su encarcelamiento eterno, tengan el efecto opuesto y susciten más interés en las verdaderos circunstancias de su caso, su manera de pensar y su historia de lucha. Sus escritos, ahora, llegan a un público internacional más amplio que nunca y se espera que los festejos de su cumpleaños #60 –el 24 de abril de este año– sean un importante paso hacia su libertad.